···-- ·····



35. Detrás




La ventana que se encontraba a mi lado emanó un ligero brillo, provocando que abriera los ojos y observará la imagen de un cielo artificial; con nostalgia sonreí pues sabía lo lejos que ahora me encontraba de casa y que nada me aseguraba que el nuevo destino me brinde las mismas maravillas que me daba la tierra. Estaba segura que siempre la extrañaría, al menos hasta el último día de mi vida.

Un sonoro quejido me hizo dar un pequeño salto de las otra tres veces durante la noche. Shawn hizo que me quedará con él en vista que mi habitación estaba hecho un desorden por todo lo que las gemelas y yo hicimos para alistarme. Al principio, no quise incomodarlo y menos molestarlo pues se veía muy cansado pero después de su insistencia, acepté.

La primera vez que dormimos juntos no había oído algún ruido de parte de Shawn, lo hubiera atribuido al té que él preparó ese día para mí el motivo por el que no desperté, sin embargo, sé que tengo el sueño muy ligero por lo cual ni el té me hubiera ayudado a no percibir algún sonido.

Me había ido de su cama hacía el sofá durante la noche pues aún seguía con la idea de no querer molestarlo pero aquello pareció haberlo empeorado pues desde ese momento tuve que subir nuevamente debido a sus quejidos, quise despertarlo ya que sus murmullos eran aún más fuertes pero una vez que intentaba hablarle aquello se apagaba. Y así transcurrió unas tres veces más donde iba y venía, pero esta vez decidí despertarlo por lo menos hasta antes de que su alarma sonará y lo aturde aún más.

—Shawn... Ya amaneció —susurré, dejando de oír aquellos sonidos y tomando de su hombro tratando de que despertará —Despierta...

Solté un ahogado suspiro cuando esté despertó de un solo golpe, terminando sentado en la cama. Me preocupé por él pues su cuello estaba lleno de una capa de sudor y su respiración agitada tanto como si no hubiera podido respirar por largos minutos. Sus ojos fueron hacia detrás de mí para luego mirarme al mismo tiempo que trataba de respirar mejor.

—No dormiste aquí... —dijo mientras yo aún estaba impactada por lo sucedido.

—Dormí en el sofá, quería que descansaras bien pero creo que no pasó... ¿Tuviste pesadillas? —pregunté estando sentada de rodillas junto a él.

—Siempre las tengo —respondió para luego ponerse de pie y deshacerse de su playera.

Trague saliva, evitando ver aquellas cicatrices que adornaban su espalda pero era casi imposible de lograr pues estaba llena de ellas. Mire hacia arriba, hacia a mis costados, y nada funcionaba para evitar querer llorar al instante, me di media vuelta hacia la ventana esperando a que aquella escena pasará.

Hubiera sido más fácil para mí preguntar por ello pero la última vez que lo hice no recibí respuesta alguna.

—Neith, ¿Qué ocurre? —oí decir detrás de mí mientras percibí sus pasos llegar hasta frente mío.

—Nada.

—¿Piensas mentirme con eso? —cuestionó al sentarse a lado mío.

—¿Quién te hizo eso? —inquirí al instante con los ojos llorosos mientras me relamí los labios esperando a que no temblaran y me pusiera a sollozar frente a él.

—Mi padre —respondió cortante para luego caminar hasta el closet.

—¿Por qué?... —volví a preguntar antes de tomar una bocanada de aire —Shawn... Lo que te hicieron... Es...

—Neith... No llores —su petición había sido llamada demasiado tarde pues ya lo había hecho.

Shawn se colocó de cuclillas delante mío, tomando mi rostro y limpiando las recientes lágrimas de mi mejilla con sus dedos. Una vez que vio que me había calmado, tomó mis manos mientras se relamió sus labios dándole un color rojizo, a veces con tan solo mirarlo solucionaba todo.

—Cuando era niño estudiaba en casa y mi padre era el que me enseñaba todo el tiempo, si cometía un error mi consecuencia era el castigo. —comentó, aclarando su garganta antes de continuar —Era muy bueno en los exámenes, no tenía problemas.

—Si eras tan bueno, ¿Por qué te hizo todo esto? —dije tratando de sonar calmada pero por dentro buscaba alguna respuesta razonable aunque ninguna de ellas sea capaz de justificar semejante atrocidad.

—Aaliyah... —susurró con dificultad, parecía no querer pronunciar aquel nombre lo que me lleno aún más de angustia —Era mi hermana.

Suspiré al ver como Shawn se levantó mientras cogió una nueva camiseta al azar y se la colocó de inmediato para luego sentarse en el otro extremo de la cama. Pude sentirlo agobiado, por lo que gatee en la cama hasta llegar a su lugar, apoyándome en su hombro mientras me sujetaba de su brazo derecho dándole ligeras caricias.

—Ella empezó a estudiar conmigo apenas cumplió cinco años. A diferencia de mi, ella no lograba dominar o entender los libros de matemáticas y física que nuestro padre nos mandaba a estudiar por lo que la mayoría de veces no llegaba a aprobar ningún examen. —añadió aún con la mirada fija hacia la vacía banca pared —Eso ameritaba castigos, cada dos semanas sus gritos se escuchaban en toda la casa y siempre era yo quien la curaba. Tenía muchas heridas nuevas y otras cicatrizadas que se volvían a abrir, siempre lucia cansada, enferma. Hasta que decidí buscar la forma de ayudarla, intercambiaba sus exámenes con los míos, hacia que copiara mis respuestas, cualquier cosa para que los golpes no fueran hacia ella.

Mi memoria hizo atención ante aquella foto que Shawn tenía en su escritorio aquél día. Ahora sabía que esa niña se trataba de su hermana, mi corazón latió con fuerza ante el tal presentimiento del porque ahora ella no se encontraba en esta nave.

—Aaliyah solo era feliz con mi madre y por supuesto yo también —inquirió —Siempre procuré que mamá no se preocupara demasiado aunque era inevitable no hacerlo por todo el grito que había. Ella sufría de cáncer, por lo que estaba bastante débil para defendernos. Un día me distraje y no sabía que mi padre le tenía otro examen preparado, había ido lejos de casa y para cuando volví Aaliyah estaba en el suelo de la oficina de mi padre sin vida. Había sido golpeada tantas veces que no lo pudo soportar, era solo una niña. Esta claro que nada ni nadie, excepto los que estaban en esa casa, sabían que quien la había matado fue mi padre. La policía encubrió todo, pagaron a jueces para que anularán el caso y no quedó huella alguna. Se dijo que murió por una repentina enfermedad, todos lo creyeron, mi madre no pudo superarlo y empeoró, un mes después ella también se fue.

—Shawn... —lo llamé en un ahogado susurró —Lo siento tanto... No merecías nada de esto... No se que hacer, tu...

Mi voz sonaba rota y es que la impotencia era lo que me dominaba en ese momento, solía siempre tener algo en mis manos con el que arreglar las cosas pero esta vez se trataba del tiempo, algo que aunque quisiera tener no podía retrocederlo y arreglarlo todo. La voz lenta con la que Shawn narró todo me hacía entender lo que tuvo que haber sufrido para ahora poder contarlo sin lagrima alguna en el proceso.

—Solo quédate conmigo, Neith. No quiero que tu también te vayas.

Abrí los labios para contestarle pero en un sencillo parpadeo, Shawn se volteo, atrapando mis labios con lo suyos en un rapidez que no podía explicar. Su cercanía hizo que mi cuerpo se inclinara y antes de poder caer juntos en la cama, su alarma sonó para luego reemplazarlo con el sonido de una llamada entrante.

—Mierda... —murmuró al dejar de besarme y colocándose de pie para contestar —Garret, ¿Qué ocurre?... Iré para allá.

—¿Todo bien? —pregunté al momento que colgó.

—No es nada. Le diré a Ana que traiga tu ropa aquí, es fin de semana puedes relajarte. —respondió.

—Shawn... No... —intente evitar que se fuera pero este me interrumpió.

—Estoy bien, corazón —concluyó dándome un corto beso en la frente.

Se colocó lo necesario y salió de la habitación, aún viéndolo afligido por lo acontecido. Si al principio nunca había hablado sobre ello, ahora era demasiado para él por lo que agradecí que me interrumpiera al querer detenerlo pues no hubiera podido parar de preguntar para entender aquella pesadilla hecha realidad. Esta vez pude tumbarme en la cama tratando de pensar en lo que Shawn me había contado. Era difícil entender que el hombre quien trabajó con mi madre durante muchos años haya asesinado a su propia hija de una manera que no tenía nombre, una familia como la de Shawn era tan poderosa tanto como para callar a las autoridades, el dinero puede consumirte y eso estaba claro.

Quise creer que la culpa de Oscar terminó por consumirlo y que la razón por la que decidió no estar en esta nave fue por ello mismo, pero era tener demasiada piedad con un monstruo como él. Supongo que la verdad siempre sale a luz, haberlo tenido aquí lo hubiera condenado a que algún día se supiera todo, ¿Por qué no morir como un héroe que salvo a la humanidad en lugar de un hombre que asesinó a su propia hija?. No había duda que era alguien calculador, alguien que nunca tuvo piedad y que ahora vive en la mente de todos cubierto por una falsa máscara de valentía.









💫🌎💫








—Doctora Brand, e-es un gusto conocerla en verdad... Según mi novia la ha estado acompañando mientras no estuve aquí... No es que dude de usted, claro que no... —expresó Tom nervioso aún con sus dos manos alrededor de la mía sin dejar de moverlos en un largo saludo.

—¡Tom! Ya basta... La pones incómoda —dijo Katerina susurrando al último haciendo que el padre de su bebé me soltara avergonzado y fuera con ella.

—No pasa nada. La mayoría de gente nueva que conozco aquí tiene la misma reacción y no entiendo porque —reí por lo bajo mientras tomaba asiento en el borde de la cama.

—¿Bromea? —dijo Tom sin poder creerlo y apenas terminó de decirlo recibió un pequeño golpe en el brazo de parte de Katerina —Perdón...

—Lo que quiere decir es que usted ha hecho mucho por la humanidad y ni hablar de su madre. Cada uno es una pieza importante pero usted y claro está que él señor Mendes, son mucho más. —comentó Katerina al mismo tiempo que su novio asentía con la cabeza.

—Además, todos la conocen por lo mismo, de alguna manera siguió el trabajo de su madre y pudo encontrar la última pista que nos dio esperanzas a todos. Algo tan simple como es el agua nos debatió en la vida y la muerte. —añadió Tom recibiendo una mirada de aprobación de la embarazada.

Concluí con un gracias mientras reía ante la manera en cómo Katerina y Tom tenían la misma personalidad, algo así no se veía en muchas parejas por lo que los considere afortunados de tenerse el uno al otro.

Intuí que al no tener acceso a la planta de donde ellos venían tal vez la pareja podía decirme algo sobre su base.

—Tom, ¿Te costó mucho venir hasta aquí? —cuestioné observando cómo abría un cajón de la mesita de noche.

—Pues, no mucho. Al principio enloquecí pensando que no podría subir hasta que los guardias del gobernador de mi base me dijeron que podía ir a verla. —contestó con una ligera sonrisa mientras tenía en sus manos un barniz de uñas de color rojo.

—Se lo pregunté a Katerina y ahora quisiera preguntártelo a ti. ¿Prefieren pasar el embarazo aquí o en su base?.

—Estoy bien en cualquier lugar que este Katerina pero tengo que aceptar que aquí ella recibirá una mejor atención. Usted sabe como es allá, simplemente lo aceptamos por sobrevivir. —expresó Tom con los hombros elevados y volvió a tomar la mano de su novia para seguir adornando sus uñas de aquel color.

—Aquí hay muchas frutas, doctora —añadió Katerina con una flamante sonrisa —No sabía que podía llenar mi plato entero de comida aquí, siento haber bajado de peso estos meses y creo que ahora los recuperaré en unos días.

A pesar de la felicidad de Katerina por encontró aquí, a mi me dio un revoloteo extraño en el estómago, fruncí el ceño al instante pues sus respuestas sólo me hacían tener más dudas.

—Siendo sincera no lo se... —conteste recibiendo sus expresiones de confusión y sorpresa.

—No lo sabíamos, estábamos seguros que sobre todo esta base lo sabía aún más usted —dijo Katerina elevando sus cejas en señal de preocupación.

—¿Cómo es allá? ¿Reciben lo esencial?.

Katerina y Tom se miraron al instante, tomando un poco de tiempo para contestar.

—Antes de venir aquí, todos firmamos un acuerdo en el que aceptamos enfrentar cualquier tipo de problemas, por ende tampoco estamos autorizados a mandar alguna queja de ningún tipo o en sencillas palabras a no protestar o a levantarnos. —dijo Tom dando un suspiro al final.

—Si lo hacemos, la pena será pagada por lo mismo de lo que huimos, la muerte.

—Creemos que todo lo vale por no haber dejado de existir de una manera violenta. En sí, es lo menos que podemos pedir. —añadió Tom terminando de trazar las uñas de Katerina.

—Estamos bien señorita Brand. —susurró la embarazada dando un mirada rápida hacia mis espaldas.

—Neith —llamó a mi nombre una voz masculina.

Voltee, notando que se trataba de Nash junto a la enfermera de Katerina. Hoy era su chequeo semanal.

—Perdón por interrumpir —dijo la mujer mientras entraba a la habitación.

—Hace su trabajo —murmuré colocándome de pie y observando como Nash me hacía un ademán con las manos para que fuera con él.

Podría explotar ahora mismo con todas las incógnitas que habitaban en mi cabeza y es ahora cuando me doy cuenta que tampoco tenía la ayuda de los habitantes de esas bases pues firmaron un acuerdo de que no lo harían pero ¿Por qué no hacerlo? ¿Debía de saberlo yo? No lo sé.

—¿Paso algo? —pregunté pues el semblante de Nash era tenso.

—Es Newt —respondió e inmediatamente abrí los ojos de par en par.

No me había sorprendido por el hecho de que había una noticia sobre él si no por motivo de que ahora que Shawn y yo estamos juntos, había reconocido de que jamás se lo dije. Lo único que se me vino a la mente es que tal vez ya se haya enterado por alguien más o las mismas noticias que aparecen ante los pasajeros para mantenerlos informados. No tenía tiempo para verificarlo y una oleada de culpabilidad me arrasó por completo.

—Nash, ¿Qué pasó? —insistí.

—Tuvo un accidente en una de las máquinas, será mejor que vayas con él ahora.

Si antes me sentía mal ahora era el doble.













He venido un poco sentimental con este capítulo, este libro tiene un significado muy especial que espero que lo encuentren muy pronto. Ahora sabemos solo una parte de lo que le tocó vivir a Shawn 💔

No se olviden de comentar y votar, las amo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top