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2.Lejos



"Somos una misma fracción de alma dividida en dos, nacimos juntos, crecimos juntos, maduramos juntos pero moriremos separados"

—TIME.



Un sonoro estruendo hacia la puerta hizo que me despertara, a juzgar por la luz que entraba por mi ventana, era de madrugada. Di media vuelta en el colchón, revisando el reloj de mi mesa de noche con algo de somnolencia, eran las seis de la mañana, ¿Quién vendría a esta hora?.

—Venus... ¿Estás despierta? —preguntó mi hermano desde afuera mientras abría la puerta —Oye... Tenemos que bajar, algo ocurre —añadió, moviéndome de lado a lado para que despertara.

—¿Quién es? —le pregunté tallando mis ojos con mis manos mientras Newt me pasaba mis zapatillas.

—No lo se, el único que nos visita es el señor Greg pero el viene a fin de mes y aún estamos a la mitad, así que no creo que sea él —respondió mi hermano mientras me paraba de la cama.

—Vamos —musite, saliendo los dos de la habitación.

Al bajar, vimos a mi tía haciendo pasar a dos hombres con traje y una mujer en medio de ellos, se veían tan formales que estaba segura que no eran de aquí. Ellos me observaron de pie a cabeza, haciéndome sentir intimidada, no parecían mostrar alguna reacción y supuse que esta no era una visita normal.

—Neith Brand, mucho gusto —me saludo la mujer de en medio con un apretón de manos al igual que los otros.

Fruncí el ceño extrañada por tal información mía, quería pensar que se los dijo Helen pero al ver la expresión de mi tía deduje que no fue así.

—Somos de la central de la aeronáutica nacional, venimos a entregarle esto —dijo la mujer quién me entregó un sobre de color amarillo.

—Estamos reclutando jóvenes como usted para el viaje hacia Terranova, una nueva civilización y queremos contar con su ayuda —dijo el hombre pelinegro con la voz gruesa y firme.

—¿Con mi ayuda? —pregunté aún sin poder creerlo, no estaba pasando.

—Usted no será un pasajero más, si es que así lo desea. Tiene el potencial para mantener a la nave en buenas condiciones, no trabajara sola, así como ahora, muchos de nosotros estamos incorporando a más personas como usted —respondió su compañero.

Trague saliva mientras me dispuse a abrir aquel sobre que tenía en mis manos, eran cientos de hojas pero la primera contenía información más específica.

—¿Cómo saben de mi? —les pregunté sin rodeos.

—La familia Mendes es una de las organizaciones quienes nos han brindado ayuda en esto, y ellos fueron los que eligieron qué tipo de tripulación irá dentro de la nave —volvió a explicar.

Con eso último, supe que tal vez, no todos los que quería llegarían a venir conmigo, ellos no iban por toda la humanidad, serían capaces de dejar aquí a gente que ni siquiera merecía el final que ya todos sabíamos que iba a llegar.

—Investigamos sobre usted, estudió astronomía en Harvard. Igual que su madre Irina Brand, ella fue una de las mejores y no dudamos del legado que ella dejó —añadió la mujer, dándome sin querer un pequeño hincón en el pecho al escucharla hablar sobre mamá.

—Esperen, yo solo estudié cuatro semestres, no estoy preparada. No tanto como lo estaba mi madre y aún así ella murió en una de sus tantas misiones. —musite aún con algo de dolor en mis palabras.

—Sabemos que es difícil, respetamos el sacrificio que hizo su madre, pero ella ayudó a darnos los últimos detalles para encontrar ese planeta en el que ahora nos dirigimos. Y que usted misma investigó en sus dos años de carrera. —dijo con seguridad.

—Esos trabajos quedaron con el profesor Cooper, tan solo fueron suposiciones, ecuaciones inexactas que no llegue a concluir, no...

—Usted contribuyó al hallazgo de vida en ese planeta, mucho más rápido de lo que esperábamos. Tal vez no fueron concluidas por usted pero si por el joven Mendes, es por eso que su padre pidió contactarnos con usted lo antes posible —dijo ella tratando de que entrará en razón, y mis emociones no podían estar más disparadas que ahora.

—¿Y para cuando es ese viaje? —le pregunté aún no queriendo saber su respuesta.

—En cinco días —respondió la mujer haciendo que mi corazón latiera mucho más rápido.

—¿Qué hay de mí familia? No puedo.... —añadí con el agua que se formaban a las orillas de mis ojos.

—Los llevaremos hacia Washington hoy, ahí se llevará acabo todo y veremos que es lo que se acuerda. No puedo darle más información aquí, señorita. —informó ella.

Mi impresión era tan grande que mi cuerpo ya no se mantenía por sí solo, apoye mis manos en la silla del comedor mientras me sentaba.

—Necesito un momento —avise sin siquiera poder mirarlos hacia la cara.

—Estaremos afuera, hay camionetas esperando por ustedes. —añadió mientras se iba del lugar junto a sus compañeros.

Mi tía junto a mi hermano, avanzaron hasta mi, sabiendo lo que tal vez ahora se vendría, en mi cabeza no llegaba a pensar en dejarlos, condenarlos a una muerte lenta mientras yo me salvaba. Dejar lo único que amo era imposible.

—Neith, iremos con ellos. Tan solo mira lo que has logrado, te dije que saldrías de aquí... Nunca pensé que tanto... pero lo harás, quiero que lo hagas —afirmó mi tía quien sujetó mi mano.

—No los voy a dejar —dije de inmediato, dejando las hojas en la mesa.

—Tu dijiste que terminarías lo que mamá no pudo, no lo hagas por nosotros, hazlo por ella, por mamá —añadió mi hermano mientras yo aún me limitaba a negar ante todo.

—Dejaste tu beca por nosotros, no permitiré que abandones algo tan grande como esto, no otra vez —musitó mi tía suspirando con amargura, más que dolor que había en sus palabras predominaba la orden de hacerlo.

—No iras sola hacia la ciudad, iremos contigo, y que pase lo que tenga que pasar. Por favor, Neith, hazlo. —Newt suplico.

Sabía que ellos no deseaban esto, pero también estaba consciente que siempre querrían lo mejor para mí, aunque eso les llegará a doler. Esa era mi familia.

—Tienes que decidir ahora, corazón. Ya se aproxima la primera tormenta. —añadió mi tía.

Tan solo la mire a sus ojos verdes que estaban rodeados por una pequeña capa de agua y asentí con dificultad ante ella.

—Newt, avísales. Estaremos listos en unos minutos. —ordenó.



💫🌎💫



Nuestras maletas estaban listas, más rápido de lo que esperaba, mi tía y Newt ayudaban con el cargamento, mientras yo me disponía a cerrar las puertas de cada habitación. Una nostalgia me cubrió por completo al observa el pequeño espacio donde Newt y yo mirábamos las estrellas todas las noches, tanta era la frecuencia que quedó la pequeña marca de la manta en el piso donde nos sentábamos. No teníamos ni idea de que esto llegaría a pasar y aún así, anoche, nos prometimos que esa no sería la última vez que lo veríamos juntos. Tan sólo quiero pensar que es así.

Me coloque la mascarilla que uno de los hombres de traje me entregó y me despedí de casa. Por siempre.

—Vamos, Venus. Ya comenzó la tormenta —dijo mi hermano sosteniéndome para que el aire tan brusco no me tumbara hacia el piso.

—Suban —ordenó la mujer, mientras cerraba la puerta de la camioneta para empezar a arrancar.

—No sientas miedo —susurro Newt al ver que jugaba con mis manos, esto era así desde que mamá se fue y ahora se había convertido en una manía cada vez que mis nervios aumentaban —No estas sola, Neith.

Y entre la tormenta, nos alejábamos de casa, aunque no era tan visible el camino, aún podía recordar cómo se veía todo antes, las nubes eran notables, el pasto más verde que nunca, jugando con mamá mientras ella me regañaba con Newt por caer en el barro, recuerdos que no podré volver a vivir pero si tenerlos en mi memoria.


Hola, gracias por leer hasta aquí, no se olviden dejar su voto y comentario, las quiero. 

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