Epílogo

Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

Dos años después... 

Sintió los rayos del sol colarse por la ventana que había dejado abierta la noche anterior, acompañado de una suave brisa y el sonido de las aves por la mañana. Estaba entre los brazos de su esposo, quien se aferraba con una mano a su pecho, mientras la otra trataba de abarcar su cintura.

Era temprano, lo sabía por la hora marcada en el reloj situado en la mesa de noche. Si fuera cualquier otro día, se hubieran quedado hasta tarde, pero tendrían invitados antes del mediodía, tenían cosas que celebrar con la gente que amaban.

Se habían mudado hace un año a la casa de Kakashi, aquella en la que había pasado la mayor parte de su infancia. La había remodelado y aunque aún conservaba su esencia, se veía muy diferente, además de que era muy espaciosa. 

Recordaba haberse sorprendido por la cantidad de habitaciones en el lugar, y cuando le había preguntado a su esposo el porqué, este había respondido que nunca se sabía cuántos niños podrían llegar a sus vidas. Algo totalmente absurdo para ella. Rió divertida, desde ese día habían durado mucho tiempo sin intimar.

Kakashi — lo movió con delicadeza, debían prepararse.

Mmmm... — sólo consiguió que la estrechara más contra su cuerpo, negado a dejarla ir.

Kakashi — volvió a intentar, esta vez besando su antebrazo.

¿Te urge algo? — susurró en su oído, su ronca voz mañanera le puso los vellos de punta.

N-Necesito levantarme — le dijo inquieta, toda ella era más sensible con cada día que pasaba — T-Tendremos visitas... — no pudo decir más, el peligris empezó a repartir besos  por su espalda desnuda.

"¿Otra vez?" se cuestionó alarmada. Lo habían hecho la noche anterior hasta tarde, y aún así, ¿él pensaba repetir?

La respuesta es sí — le dijo al leer la pregunta que bailaba en sus ojos — Jamás me cansaré de ti, Hatake Hinata 

●●●●

Parados en la entrada de la residencia, donde los símbolos del clan Hyūga y Hatake se mostraban orgullosos, la pareja recibía a sus amigos con una cálida sonrisa.

La familia Nara había sido la primera en aparecer, el pequeño Shikadai caminaba de la mano de su padre por el jardín, con la mirada fija en el cielo. Los Yamanaka y Akimichi habían llegado después, con los pequeños Inojin y Chōchō, que corrían divertidos tras Akamaru. Kiba y una embarazada Tamaki charlaban tranquilamente junto a Shino y Kurenai, que regañaban a Mirai por un berrinche infantil.

Sakura junto a Naruto, cuidaban al pequeño Kaito, viva imagen de su padre. Tenten junto a Lee, mimaban a la pequeña Daiki, quien se veía adorable con su conjunto verde. Yamato, Yūgao, Genma, Ebisu, Shizune y Tsunade, los solteros del lugar, atacaban una botella de sake, con la excusa de relajar la tensión en el ambiente. 

También estaban reunidos miembros del clan Hyūga, Kō, Natsu, Tokuma y la misma Hanabi, que no podía estar más feliz. Primero por la alegría de su hermana y por la oportunidad de ser tía, y segundo por su nuevo ascenso como Jōnin de la hoja. Sólo faltaban los Uchihas, quienes fueron los últimos en llegar, junto a su primogénita Kairin.

Gracias por venir, Sasuke-kun, Karin-san — saludó a los adultos y sonrió a la pequeña, que la analizaba de pies a cabeza.

Te ves hermosa Hinata — la pelirroja la abrazó como pudo.

Hmph, realmente hermosa — agregó Sasuke con media sonrisa en el rostro, caldeando los ánimos del peliplata.

Te gusta tentar a tu suerte, Uchiha 

Lo que le gusta es meterse en problemas — agregó Karin, quitando de las manos de su esposo a la pequeña pelinegra — No me busques para curarte después. Con permiso — la vieron cruzar hasta el jardín, siendo seguida rápidamente por Hinata.

Ahhh esta mujer~ — suspiró cansado para seguir el mismo camino. El Hatake hizo lo propio luego de cerrar la puerta.

Disfrutaron de la charla amena entre familias. Los hombres estaban reunidos compartiendo tragos, mientras las mujeres vigilaban a los niños y compartían consejos sobre hombres y maternidad.

Luego de compartir la mesa y alguna que otra anécdota. Entre risas, lágrimas y pronunciadas carcajadas llegó por fin la hora del brindis por la feliz pareja, quienes oficialmente hacían crecer su familia con un nuevo integrante.

Gracias a todos por estar aquí y compartir este hermoso momento con nosotros — se emocionó junto a Kakashi, que la apoyaba sosteniendo su cintura, al ver en cariño en los rostros de las personas importantes en sus vidas, causandoles ternura — Estamos felices de recibir al pequeño Hatsumo, pronto con nosotros 

¡¿Es un niño?! — preguntaron todos a la par, emocionados y felices por los futuros padres.

Hai — felices afirmaron, desatando una marea de abrazos y felicitaciones.

Hinata-san, Kakashi-senpai Omedetō gozaimasu — Yamato fue el primero en felicitarlos.

¡Omedetō gozaimasu!

Desbordantes de felicidad, terminaron de disfrutar la tarde, y llegada la noche ambos amantes volvieron a expresar su amor y felicidad por su nueva creación. Después de todo, un niño amado y esperado, era siempre una bendición.


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Esto es todo. Eaton fuera(✿◠‿◠)

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