Capítulo XXXVIII

Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

Si sigues comiendo así terminarás rodando cual pelota el día de tu boda — casi se atraganta al escucharle — Estarás tan gorda que no entrarás en tu vestido —

¡K-Kiba!  — aún con la boca llena de roles de canela y las mejillas llenas de azúcar, hizo un puchero y miró con reproche a su compañero.

Es cierto — el castaño estiró la mano para sacudir los copos blancos que manchaban la cara de la peliazul, parecía más una niña que una futura esposa — No comprendo como un cuerpo tan pequeño puede albergar tanta comida — terminó por pellizcar una de sus mejillas, haciéndola sonrojar.

S-Son los nervios  — trató de justificarse.

Sí claro... los nervios  — volteó a ver al tercer miembro del equipo — Aconsejala Shino 

Lo cierto era que los cuatro habían decidido pasar un rato juntos antes del día de la gran ceremonia. Pasaron por Ichiraku y pidieron ramen para comer, cada hombre se comió un tazón, pero la delicada dama terminó engullendo tres de ellos. Pasearon por la zona comercial de la aldea, charlando y disfrutando del buen clima, aunque por el camino la peliazul no pudo evitar comer algunos dangos y otros bocadillos hasta llegar a su lugar favorito, la tienda de postres.

No creo que ese sea tu problema  — 

Ahh por favor, se va a enfermar un día de estos si... — no pudo completar la frase pues Hinata, cansada de oírlo quejarse introdujo de golpe uno de sus bollos en la boca del Inuzuka.

¿Ya vas a parar?  —  preguntó divertida — Si lo haces podría compartir —

Lo voy a tomar — acercó la bandeja hasta él — Pero me ofende —

Rieron un rato más, entre confidencias y buena charla. Hablaron sobre sus planes a futuro y lo que querían hacer. Shino declaró que sería maestro, algo que extrañamente le apasionaba. Él era muy callado y reservado, pero tratar con Mirai le había servido para darse cuenta que entre ellos se sentía más cómodo. Kiba por su parte, no se decidía entre los deberes de su clan o incorporarse a alguna unidad en la villa, ya que había cedido el puesto de Hokage para Naruto aún consideraba sus opciones. Mientras que Hinata sólo quería tranquilidad, le dejaría el mando del clan a Hanabi cuando fuera tiempo y se dedicaría a la familia que formaría junto a Kakashi, de sólo pensarlo su corazón se sentía completo. 

¿Y bien, ya todo está listo? 

Hai. Kakashi se ha encargado de casi todo, y las chicas me ayudaron a escoger el vestido y los accesorios — suspiró emocionada como una chiquilla — Realmente estoy a punto de casarme chicos 

En su propia burbuja, no se percató de que algo cambió en la mirada de sus amigos. Estaban felices por ella, claro que sí, pero también era desconcertante saber que su pequeña amiga ya no era más aquella chiquilla por la cual debían velar. Ya tendría quien desempeñara ese rol, y se sentían que perdían una parte importante de ellos mismos.

¿Mmm? ¿Sucede algo? — preguntó ante el silencio de ellos.

Es sólo que... — al ver el brillo en sus ojos expectantes, se retractó de lo que iba a decir. No quería llenarla de preocupaciones — Es pero que no creas  que serás la única de nosotros en dar gran el paso. Yo también planeo casarme —

Eso sí Tamaki lo acepta —

Lo hará, estoy seguro — peinó su cabello hacia atrás lleno de confianza — Esa mujer me ama —

Debió ser difícil para ella adaptarse a la aldea — quiso intervenir antes de que ambos empezaran a pelear como si fueran niños, cosa que solía pasar muy seguido.

Así es, a veces extraña a esa anciana decrépita — no era secreto que él y Nekobaa no se llevaban muy bien — Vivir sola es nuevo para ella, y aveces no se cómo lidiar con eso —

Dale tiempo 

Hablaron un rato más del tema, Hinata no era cercana a la chica de cabello castaño, pero creía que sólo necesitaba compañía femenina. Kiba podía ser muy bruto y sofocante a veces, así que ya se le ocurriría una forma de integrarla a su grupo de amigas.

●●●●

¿ Q-Qué están haciendo aquí? 

En pijama y con una fina bata cubriendo su cuerpo, la peliazul se había visto obligada a dejar la comodidad de su habitación por una llamada de su cuidador. Según él, tenía visitas a pesar de ser muy entrada la noche. Se suponía que debía descansar, pues la mañana siguiente era su gran día. Lo que no esperó fue encontrar a todas sus amigas, ataviadas con ropas de dormir y un montón de bolsas en sus manos.

¿Qué? ¿Creías que te escaparías de tu despedida de soltera? — divertida la pelirosa le preguntó.

Aunque no sé si esto podría llamarse así, faltarían un par de chicos para que fuera una despedida verdadera — 

Preferiblemente chicos con poca ropa — Temari soltó una risotada al recordar su propia despedida de soltera, había sido muy divertido. 

Estaban en uno de los Dōjōs, lugar que sus amigas habían colonizado sin siquiera esperar autorización. Sin poder remediarlo, había mandado a buscar bolsas para dormir y algunos futones, así ambas embarazadas podrían dormir cómodas y sin ningún problema. Una vez aclimatada la habitación, se dispusieron en el centro de la misma a conversar.

¿No se supone que ustedes dos están casadas? — la castaña meneaba su cabeza sin creer lo descaradas que podían ser.

Oh vamos Tenten, divertirse de vez en cuando no es pecado 

Lo esperaría de Ino, incluso de Temari... pero nunca de ti Karin — a Sakura le gustaba molestar a la pelirroja de vez en cuando.

¿Acaso estás celosa? — las rubias contraatacaron a la manipuladora de armas.

¿Por qué lo estaría? — bufó molesta.

¿Quizá por la actitud de cierto pelinegro? — murmuró Ino, codeando a la peliazul.

¿L-Lee-san? — esta asintió sin poder evitarlo.

Tenten había estado interesada en el de mallas verdes desde hacía ya mucho tiempo, pero él era tan torpe que no entendía los sentimientos de la chica. Muchas veces confundieron su atractivo sentimental, pensando que estaba interesada en su otro compañero, cuando era todo lo contrario.

Deberías tomar la iniciativa — aconsejó la chica de lentes mientras llevaba una fresa a sus labios.

Lo intenté — suspiró desanimada — Le pedí salir al ver que no entendía mis indirectas y terminó llevándome a una sesión de entrenamiento 

Rock Lee tiene la delicadeza de un asno 

¡Hombres! — bufaron todas mientras ponían los ojos en blanco.

Ya no sé qué hacer 

Lo tengo — exclamó la Yamanaka — ¡Celos! 

¿Celos? — ambas chicas con flequillo estaban confundidas.

Sí, celos. Nada hace más entrar en razón a un hombre torpe que eso

No es una mala idea — convino la madre del pequeño Nara.

N-No creo que sea correcto — todas voltearon a ver a la futura esposa — Quizá debes sincerarte con él 

Hinata... hablamos de Lee. Se necesitan medidas drásticas 

Así pasaron las horas, entre confesiones y planes armados. Risas, llantos y confidencias fueron compartidas. Mientras la noche caía, llevando consigo el sueño y el cansancio pero grabando en sus memorias aquel grato momento.


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Definitivamente amo al equipo 8, mi favorito de naruto si me sincero con ustedes. Lastima que recurrieron a sacar a Kurenai de la ecuación dejándolos de lado a todos. Un equipo con buena estructura, relación y potencial que no se valora lo suficiente.

Pero bueno dejando eso de lado, espero que lo disfruten (✿◠‿◠)

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