Capítulo XXXV

Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

¿Te encuentras mejor, Hinata? —

H-Hai. Estoy bien Sakura-chan — tomó entre sus manos el té que le tendía, mientras la pelirosa tomaba asiento justo a su lado.

Estaban sentados alrededor de una pequeña fogata, se habían detenido a descansar debido a la condición de la peliazul y para reorganizarse con la nueva información que habían recolectado. Naruto tonteaba con Sai, hablando de cosas de hombres seguramente, mientras Shikamaru no dejaba de apuntar palabras incomprensibles en una libreta. Paseó sus ojos por el entorno que los rodeaba, la noche se tenía de un morado oscuro, sin estrellas y la gran luna era la única brillando en el cielo.

Nos preocupamos al verte desmayar — la pelirosa no dejaba de mover su taza, sin intenciones de beber el contenido — Por un momento Naruto creyó que no despertarias  — giró su rostro y la miró con una sonrisa divertida — Sabes lo exagerado que puede ser a veces  —

Así es como es — rió sin poder evitarlo, Naruto sería el mismo ahora y siempre, un tonto de buen corazón.

En eso pensaban cuando un movimiento a su izquierda llamó su atención. Sin perder tiempo activó su Byakugan para así revisar el perímetro, pues quizás uno de los subordinados de aquel tipo peliblanco rondaban el lugar. Al asegurarse de que todo estaba en orden, volvió su vista a su acompañante aún con su Dōjutsu activo y por accidente se fijó en el vientre de la ojiverde.

¿S-Sakura-chan? —

¿Eh? — distraída encaró a su amiga — ¿Sucede algo? — antes de siquiera escuchar su respuesta, le quedó claro a qué se refería, sólo tuvo que seguir el curso de su mirada.

Sakura-chan, ¿acaso tu...? — pero no pudo completar la oración, pues las manos de la pelirosa se posaron en su boca haciéndola callar.

Shhh... — con un dedo frente a los labios, movió su cabeza en una negativa — No digas más, podrían escucharte — luego de que esta asintiera la dejó ir — Es una sorpresa, Naruto aún no lo sabe — acarició su inexistente barriga con amor — Le diré cuando termine toda esta locura, ahora si estoy lista para dar el paso 

Estoy muy feliz por ti — sostuvo su mano dándole apoyo — Por ambos 

Sakura estaba muy agradecida con ella, pues a pesar de que en el pasado había sentido algo por su actual esposo, Hinata nunca mostró señales de guardar rencor, envidia o algún sentimiento negativo contra ella. Al contrario, había sido la primera en apoyarla y ayudarla a esclarecer sus sentimientos el tiempo que Naruto había estado fuera de la aldea. La consideraba una gran amiga e indispensable compañera, quizá una de las más cercanas a pesar de que Ino también lo era. Pero su relación con Ino era conflictiva y competitiva, más sin embargo en la peliazul encontraba una amistad pura, dulce y totalmente desinteresada. 

Sus ojos se cristalizaron por las emociones contenidas, era casi increíble lo maravillosa que era la mujer frente a ella. La abrazo sinceramente, tratando de transmitir el cariño que sentía.

Yo también espero que seas muy feliz Hinata — conmovida la peliazul correspondió su gesto — Te lo mereces, así que ánimo — palmeó sus hombros con buena energía.

Lo intentaré — le dedicó una de sus sonrisas mientras ladeaba la cabeza, justo cuando Shikamaru se paraba frente a ellas.

Es un fastidio interrumpir su momento de chicas — ambas rieron por la forma en que Shikamaru siempre decía las cosas — Pero Hinata, necesito hablar contigo 

Vayan con cuidado — los despidió la señora Uzumaki, dando a entender que no tenía ningún inconveniente con su partida.

Ambos se alejaron del grupo, y fueron a dar frente a un estanque. Sobre el mismo bailaban luciérnagas y mariposas fluorescentes, que le daban un toque de magia al lugar. Shikamaru empezó a cuestionarle sobre lo que había pasado en el sótano que habían encontrado, justo antes de desmayarse y cuando la luz había cegado sus ojos. Según él, era importante saberlo pues podría ser una pista clave en todo aquel embrollo en el que se encontraban.

Entendiendo sus razones Hinata le explicó de forma vaga lo que ocurría, un poder llamado Tenseigan, una lucha entre ramas que llevó a una masacre y el decreto de Ōtsutsuki Hamura. El moreno la escuchaba atento a cada una de sus palabras, sorprendiendose de la complejidad del conflicto al que se enfrentaban. Discutieron tranquilamente por unos momentos, tratando de encajar las piezas que cada uno podía proporcionar, hasta que una sombra opacó la luz que caía sobre ellos. Confundidos elevaron su vista, y vieron una plataforma flotando en el aire, justo sobre sus cabezas.

¿Y ahora qué sucede? 

Oh no... — susurró Hinata el reconocerlo — Es él, el tipo que nos atacó en la aldea —

He venido por ti Hinata — extendió su mano en su dirección — Ven conmigo y nadie saldrá herido —

¿Quién demonios te crees? — rugió el Nara mientras se colocaba frente a Hinata, Kunai en mano.

No me debo a personas insignificantes como tú — Shikamaru lanzó un par de shurikens en su dirección, pero fueron esquivadas fácilmente, aún estando su oponente con los ojos cerrados.

"Es inusual" pensó, mientras veía como el peliplata acumulaba chakra de un singular color verde en una de sus manos "¿Por qué no abre los ojos?"

Insolente — Toneri estaba listo para atacar — Te dije que personas insignificantes como tu no debían intervenir 

¡Shikamaru-kun, salta!

Por poco y no esquivan el ataque que iba en dirección a ellos. La explosión levantó suficiente polvo para despistar su vista por unos momentos, y cuando se hubo disipado la nube de polvo, vieron con asombro e impotencia el gran cráter que había quedado.

¡Tú, maldito infeliz! — 

Es prudente que vengas conmigo Hinata — volvió a tornar su tono de forma cordial — Te llevaré donde está tu hermana —

Algo hizo click en la mente de la peliazul, podían usar este imprevisto como una gran oportunidad para dar con el lugar dónde tenían a Hanabi y se escondía su futuro captor.

Shikamaru... — Hinata trató de llamar su atención, desde una de las ramas del mismo árbol — Iré con él —

Hinata, no puedes... — la vio negar convencida de lo que iba a decir.

No, debo hacerlo — centró su mirada en los ojos de su amigo para darse a entender — Así tendremos la oportunidad de ubicar su paradero 

Es arriesgado — entendía su razonamiento, pero muchas cosas podrían salir mal si no tenían el debido cuidado, y estando Naruto en el equipo no dudaba que se presentara un imprevisto.

Pero es mi elección — saltó y se acercó a la plataforma, mientras su amigo rechinaba los dientes — Iré con usted Toneri-sama 

Sólo dime Toneri, serás mi esposa pronto así que no hay necesidad de honoríficos — escuchar aquello sólo hizo enfadar más al Nara, quien veía concentrado cómo se alejaban del lugar. Eso hasta que una figura anaranjada cruzó el cielo justo frente a él. 

¡Rasengan! —

"Maldición" no podían tener peor suerte. ¿De dónde demonios había salido Naruto?

¡Shikamaru! — Sakura y Sai llegaron hasta él — Escuchamos una explosión. ¿Qué sucede? 

Sucede que tu marido es un estúpido — rápidamente corrió detrás de su amigo, quien peleaba con el Ōtsutsuki — ¡Naruto, detente! ¡Narutooo! 

Pero por más que lo llamaba el chico seguía en la faena de arrebatar a Hinata de las manos del pálido chico, eso hasta que una de sus esferas chocó contra el Rasengan de su amigo. Augurando lo peor, ordenó a Sai invocar a sus bestias y voló para poder atrapar el rubio, que caía inconsciente por los aires. Lo tomaron antes que cayera en el agujero que se había formado en todo el suelo, y horrorizados se dieron cuenta de que podían ver la tierra desde ahí, lo que significaba que estaban en la luna. 

"Odio sus corazonadas, Rokudaime" 

 ●●●●

Toneri la veía dormir fascinado, era una mujer hermosa. Finas facciones, acompañadas de un cuerpo delicado y bien proporcionado, hermosos ojos y un singular cabello color morado. Todo en ella le parecía perfecto, y a pesar de que la conocía poco, era suficiente para saber que era aún más hermosa por dentro. Su corazón era noble y valeroso, lo suficiente para abandonar a sus amigos e ir con él.

Quisiera saber más de ti, Hinata — colocó sus manos en su dirección y una esfera de luz proyectó las imágenes de quienes ocupaban su corazón.

Quienes suponía eran su familia aparecieron, siendo reemplazados por un grupo de chicos más o menos de su edad. Posteriormente, y luego de ver a muchos Shinobis, las imágenes se detuvieron en un hombre con máscara. Pelo gris, un ojo negro y el otro siendo cubierto por su banda, sonriente y feliz. No pudo evitar cuestionarse por qué tenía que ser ese hombre y no él a quien fueran dirigidos esos sentimientos. Se sentía celoso, pero ya tendría el tiempo necesario para que ella desarrollara un amor profundo por él.

Unos cuantos minutos después ella despertó, sintiéndose confundida por el lugar que la rodeaba y después de explicarle dónde estaba la llevó junto a su hermana para que viera que todo estaba en orden.

He retirado sus ojos, son parte de mí ahora — la vió presionar su labio inferior sin emitir sonido — Estoy feliz de haberlo hecho, así puedo admirar tu belleza —

Pasaron luego a compartir la mesa, momento en que Hinata aprovechó para hacerlo entrar en razón, cosa que sólo consiguió alterarlo y dañar el ambiente en el que comían. De malos modos el peligris le ordenó callar y enfocarse en lo que le competía sin inmiscuirse en sus asuntos. Al terminar, ella vio pasar algunas islas alrededor del castillo, cuestionando al respecto para recolectar información.

Es el templo de Hamura, se acerca al castillo por estas fechas — la observó asentir un tanto intrigada — Podemos ir a presentar tus respetos si gustas —

No rechazó la oferta, y acompañados de unas cuantas marionetas se encaminaron al templo. En el camino toneri le explicó todo sobre sus tradiciones, la estructura y los decretos celestiales en los que su gente debía sus creencias. De paso, también le aclaró por qué vivía sólo él en el castillo, alegando que su gente se había sacrificado por un bien mayor.

¿Es ese el Tenseigan? — la miró receloso, pero finalmente respondió.

Sólo es una réplica 

Una fuerte pulsación atacó los ojos del hombre junto a ella, obligándolo a apoyarse en ella. DIligentemente lo llevó hasta su habitación, y cuando se aseguró de que dormía se dispuso a dar unas vueltas por el castillo. Nada era inusual a sus ojos en el ala norte, tampoco en el ala sur, y a pesar de que se esforzó fue el mismo resultado en el ala este y oeste. Resignada, subió al techo para tener una visión redonda del exterior, y se dio cuenta que su visión era borrosa en unas rocas cercanas. Una con forma de un cuarto de luna y la otra redonda dentro de los límites de las puntas.

Envalentonada y con prisa, salto de roca en roca hasta llegar a la entrada del lugar. Al entrar, divisó un gigantesco ojo blanco, con algo parecido a una flor delimitando la pupila. Convencida de que ese debía ser el tan mencionado Tenseigan, brinco por las largas estructuras que se entrecruzaban alrededor del mismo. Pero justo cuando se preparaba para golpearlo, varias marionetas la rodearon obligándole a pelear contra ellas y esquivar sus ataques. Lista estaba para deshacerse de ellas, cuando su cuerpo se paralizó y flotó hasta las manos de su captor, quien parecía enfadado.

¿Qué es lo que haces? 

Debes detener esto ahora, Hamura no quería esto — trató de explicarle en un intento desesperado para que se detuviera — Han interpretado mal... —

¡Cállate, sólo cállate! — la tenía agarrada fuertemente del brazo, y emprendió camino hacia el castillo — ¿Lo hiciste por él verdad? ¿Te niegas a dejar que la tierra sucumba por él? —

Entraron a la habitación donde Hinata se hospedaba, tomó la esfera que había utilizado para ver los seres amados de Hinata y la estrelló contra el suelo furioso.

Es mejor que vayas olvidándote de él — la tomó del mentón con brusquedad, marcando su nívea piel por la presión ejercida — Ahora perteneces aquí, tu lugar está a mi lado 

Dispuesto estaba a besarla contra su voluntad, cuando sonidos de explosiones rodearon el lugar. Una gran conmoción se desarrollaba a las afueras del castillo, su equipo había encontrado la forma de penetrar la barrera y enfrentarse al millar de marionetas que la custodiaban.

¡Mina-san! — la esperanza volvió a ella, sus amigos estaban ahí para ayudarla.

Creo que es hora de que vuelvas a dormir 



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Ando modo inspiración :v

Los quiero un montón, gracias por el apoyo de siempre y recuerden comentar, amo interactuar con ustedes y saber sus opiniones.

Hasta aquí mi reporte joaquín, Eaton fuera (✿◠‿◠)

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