Capítulo XXVI

Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

Revisaba los pergaminos que tenía frente a ella una y otra vez, llevaba la mitad del día en lo mismo. Los había encontrado en un cuarto secreto que se encontraba en la mansión, justo detrás de la antigua recámara de su padre.

Hinata estaba revisando tranquilamente la biblioteca privada que pertenecía a su padre, esperaba encontrar información que le ayudara para resolver el enigma de cómo modificar el sello maldito de su clan, cuando por accidente movió uno de los adornos que se encontraban en la repisa. Una especie de puerta rechinó a un costado, y con curiosidad se animó a entrar.

Lo que encontró dentro del lugar la dejó confundida, diversos estantes repletos de pergaminos y papiros adornaban tres de las cuatro paredes de la habitación, mientras en la última de ellas estaba ocupada por el símbolo de su clan.

"¿Qué significa esto?" se preguntó, justo cuando unos pasos se escucharon cerca de ella.

¿Qué es lo que se supone que haces Onee-sama? — cuestionó Hanabi, la chica había seguido a su hermana, movida por la curiosidad.

Hanabi-chan... — dijo intranquila la peliazul al verse descubierta — Etto... buscaba información cuando di con esta habitación — le explicó.

La castaña recorrió el lugar con la mirada, era muy extraño que de repente encontraran un cuarto oculto en la mansión, en especial porque ellos podían ver a través de las cosas.

¿Qué crees que signifique? — ignoró el absurdo nerviosismo de la mayor, no podía comprender la situación — ¿Y por qué no sabíamos de este lugar? — se separó de su hermana y se acercó a la gran mesa que se encontraba al fondo de la estancia.

No lo sé... — pensó unos momentos hasta que su mente se iluminó  — ¿Y si Neji-niisan tenía razón? — la joven volteó a verla extrañada.

¿Neji-niisan?

Sí, él creía que el consejo y el viejo Hyūga ocultaban información — le dijo mientras se colocaba a su lado — Algo así como jutsus secretos y esas cosas... — la vio desenrollar uno de los rollos.

¿Por qué pensaría él tal cosa?

Dijo que era una corazonada — respondió mientras se encogía de hombros. Pero lo cierto era que Neji había compartido las razones de sus sospechas con ella.

Luego de entrenar y perfeccionar el jutsu de los leones gemelos, Hinata se había atrevido a preguntarle de dónde había sacado esa técnica, a lo que él respondió contándole que su padre se la había confiado antes de morir. Hizashi guardó el pergamino con el jutsu prohibido para que Neji lo desarrollara más adelante, creía que eso le daría una ventaja a su hijo por sobre la rama principal, pero el joven fue incapaz de dominarla. A raíz de eso,  el castaño se había cuestionado la procedencia de ese pergamino y cayó en la conclusión de que, si éste existía, entonces habían más cosas que estaban ocultas para ellos.

Estando ahora en ese cuarto y ver todos esos estantes, comprendía que su primo llevaba razón, sí habían más secretos que desvelar en el clan. No por nada en vida le llamaron genio Hyūga, el joven rara vez se equivocaba y esta no era la excepción.

Parece que tenía razón — comentó su hermana para luego entregarle el pergamino.

No puede ser... — leyó el contenido y se sorprendió, era justo la pieza que le faltaba para crear el jutsu que necesitaba.

Con razón ocultaron esta habitación a nuestros ojos — dijo la joven — Y te apuesto que ese sello de allá es la razón de que nuestro Byakugan no haya visto esto antes — y en efecto si había un sello en una de las esquinas, justo detrás de la puerta.

Abandonaron el lugar antes de que su abuelo, o alguno de los ancianos del consejo, decidiera aparecer. Ya idearían la manera de obtener los pergaminos y resolver el misterio del porqué un simple sello podía bloquear su Dōjutsu.

La información encontrada esa mañana, sumada a la que había recolectado el último año, encajó de manera que pudo dar con la solución a su problema. Tuvo que repasar la historia de su clan y la del clan Uzumaki desde el inicio, pero todo valió la pena cuando entendió que sus esfuerzos habían dado frutos. Sólo necesitaba el apoyo de la Hokage para ayudarla a imponerse por sobre el consejo, pues no sólo se trataba de miembros Hyūga, sino que también la problemática afectaba a miembros de la aldea de la hoja, por tanto el apoyo de la Hokage le daría peso a sus futuras decisiones. Con eso en mente, ajustó su obi y salió de su hogar hacia la torre del Hokage  tenía una petición que hacer.

●●●● 

Kakashi estaba harto de estar sentado en el escritorio de aquella aburrida habitación, Tsunade no esperó el nombramiento oficial para desligarse del trabajo que tenía que realizar, dejando al Jōnin a cargo de todo con la excusa de que le serviría como entrenamiento.

Salió de sus pensamientos cuando unos suaves toques en la puerta se escucharon. Luego de decir un escueto - pase - volvió la vista a los papeles que tenía delante, la persona del otro lado de la puerta hizo acto de presencia.

Konbanwa Tsunade-sama — dijo una voz que conocía muy bien y le hizo despegar la vista de su trabajo para dirigirla hacia ella, quien se encontraba de espaldas cerrando la puerta — Necesito hablar con usted... ¿Kakashi-sensei? — preguntó confundida al verlo en el lugar mientras su corazón daba un vuelco por la sorpresa.

Se suponía que el Hatake no ejercería como Hokage hasta después del festival. No estaba lista para enfrentarse a él, no se había preparado mentalmente, pero ahí estaba tratando de mantener una expresión neutral en su rostro, aunque sus ojos le delataban.

Hinata-chan, cuanto tiempo — dijo el peliplata formando una sonrisa bajo su máscara, por fin Kami-sama estaba de su lado y le ponía delante a quien deseaba ver desde el día que había llegado a la aldea — Como te habrás fijado la Quinta no está, pero puedes decirme que necesitas

Y-Yo... emm... bueno... — su tartamudez le hizo gracia al mayor, le gustaba saber que él era el causante de su nerviosismo. Mientras la chica se regañaba por su torpeza — Q-Quiero tratar asuntos de mi clan con usted, Hokage-sama — continuó luego de aclararse la garganta. Estaba tentada a jugar con sus dedos como antaño, pero como líder del clan debía tener un comportamiento digno.

— ¿Ha pasado algo por lo que deba preocuparme Hinata? — le preguntó, había reparado en la vestimenta de la joven peliazul. Llevaba un Kimono, que a su parecer, era muy formal comparado con las vestimentas que solía lucir. Sólo esperaba que no se tratara de lo que estaba pensando.

No, pero necesito su ayuda para arreglar una situación con el consejo — "Por Kami, no puede ser lo que creo..." se dijo el Hatake — Y cambiar la situación de los Hyūgas de la rama secundaria, para que les sea permitido desempeñar cualquier papel como ninja — eso lo dejó un tanto descolocado, según sabía esas situaciones las manejaban los líderes de los clanes.

— ¿Hiashi está enterado de tu petición? — preguntó confundido. Pero inmediatamente terminó de formular su pregunta, vio como los orbes opalinos de su acompañante reflejaron gran dolor.

 Hyūga Hiashi falleció hace un año, Hokage-sama — le explicó tratando de controlar sus emociones — Yo soy la líder del clan desde entonces — por la cara de sorpresa y confusión que tenía el hombre, Hinata supuso que no le habían informado de tal suceso.

Hinata yo... lo lamento — no pudo seguir con su discurso porque la joven levantó una de sus manos, pidiéndole guardar silencio.

Acepto sus condolencias — debía tener una actitud digna de un Hyūga, nunca mostrarse débil ante los demás — Pero he venido a solucionar los problemas de mi clan, no a recibir sus disculpas por algo que no es su culpa —

Kakashi sabía lo que estaba haciendo, quería mostrarse dura ante las situaciones, pero sus ojos reflejaban su amargura. Él sabía por experiencia que no era asunto fácil lidiar con la muerte de un padre, y menos si después de eso tenía que cargar con tal responsabilidad. Sintió deseos de abrazarla y decirle que todo estaría bien, pero justo cuando se disponía a hacerlo tres personas entraron al despacho deteniendo sus impulsos de consolar a la chica. Naruto y Sakura por la puerta, y Sasuke por la ventana.

Kakashi-sensei — gritó Naruto mientras iba tomado de la mano con su futura esposa. Estaba tan absorto en hacer oficial su próxima boda que no reparó en la presencia de sus dos amigos en el lugar — ¡Sakura-chan y yo nos vamos a casar, y queremos que fije la fecha de la boda dattebayo! — un pesado silencio siguió a sus palabras, haciendo que ambos cayeran en cuenta de que estaban interrumpiendo a los presentes.

Naruto... Baka — susurró una sonrojada Sakura al sentir la mirada de Sasuke sobre ella, la cual cambió a una expresión de nerviosismo cuando su mirada se conectó con la de Hinata. Cosa que no pasó desapercibida para el pelinegro.

Omedetō Naruto-kun, Sakura-chan — Hinata fue la primera en felicitar a la pareja, seguida de los demás.

A-Arigatō Hinata — dijo el rubio mientras rascaba su nuca. Sakura por su parte le otorgó una sonrisa nerviosa.

Me retiro para que puedan hablar a solas — se despidió la peliazul con prisa — Vendré después para terminar con nuestra conversación — no deseaba estar en el lugar y enfrentar a las dos personas que quería evitar, además era una buena excusa para posponer su larga charla con el peliplata.

Kakashi le dio un asentimiento y la vio marcharse luego de despedirse de las jóvenes que estaban en la habitación. Y a pesar de que quería detenerla y saber el motivo de su reacción la dejó marchar.

Sasuke decidió hacer lo mismo, diciendo que volvería más tarde para entregar el reporte de sus misiones, tenía cierta idea en la cabeza que debía confirmar. Dejando al Hatake a solas con la joven pareja, que no podían estar más feliz por su futura unión, al igual que su Sensei.


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¿Qué creen que está pasando por la retorcida mente del emo-vengador?

Hasta el próximo cap (✿◡‿◡)

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