Capítulo XVIII
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
El tan esperado día había llegado, luego de cuatro meses de entrenamiento sólo estaba a un paso de conseguir su nuevo rango. Se encontraban en las afueras de la aldea, esperando a que Tsunade hiciera acto de presencia, la Hokage debía supervisar la prueba. También estaba presente su familia y amigos, incluso Sakura y Naruto estaban ahí para apoyarla.
Kakashi iba a ser su oponente, junto a otros tres Jōnins. Mentiría si dijera que no se sentía nerviosa, pero la emoción por probarse a sí misma era aún mayor que el miedo a fracasar. Había entrenado arduamente, no dejaría que sus inseguridades estropearan el momento.
— Muy bien, empecemos — anunció la Hokage llegando finalmente al lugar.
Hinata se giró para encarar a sus oponentes, Kakashi estaba frente a ella impasible como siempre. A cada lado del hombre se encontraban los demás ninjas que debía enfrentar, se habían presentado como Genma, Ebisu y Raidō. Este último era el que más le preocupaba, junto a Kakashi.
— Tranquila muñeca, no seremos muy rudos contigo — comentó Genma al tiempo que los demás sonreían de forma burlesca, menos Kakashi, quien se sintió un tanto irritado por la forma en la que llamó a la chica. Hinata en respuesta activó su Byakugan, mientras tomaba la posición típica de un Hyūga a la hora de un combate.
— Parece que la chica no está para bromas Genma — le dijo Ebisu.
— Entonces no la hagamos esperar — Y sin más los tres hombres fueron hacia ella.
El primero en caer fue Ebisu, quien confiado desplegó una cortina de fuego a su alrededor, pero Hinata gracias a su rapidez eludió el ataque y de un sólo golpe a su flujo de chakra central logró dejarle inmóvil. El pobre hombre no podría moverse al menos durante un día completo.
Genma y Raidō al ver esto tomaron más cuidado y decidieron unir fuerzas contra la chica. Cada uno con sus técnicas, Genma con sus Senbon y Raidō con su espada, atacaron a Hinata al mismo tiempo. Ella sabía que no podría esquivarlos, ambos se acercaban a gran velocidad, así que hizo lo único que podía hacer en esa situación.
— ¡Shugohakke Rokujūyon Shō! —
Era arriesgado optar por su técnica de protección absoluta ya que demandaba mucho chakra, aunque era necesario. Ambos Jōnins eran más fuertes que ella en todo sentido. Pero algo que tenía claro era que un ninja no sólo depende de su fuerza, sino también de su inteligencia y la toma rápida de decisiones. Ambos hombres salieron disparados por el impacto de sus técnicas contra la barrera que se formó alrededor de la chica, que no sólo sirvió para evadir sus ataques.
— Entonces, es nuestro turno — habló Kakashi por primera vez luego de iniciado el encuentro. Para la chica escuchar al mayor decir nuestro, sólo significaban problemas — ¡Kuchiyose no Jutsu! — un total de ocho Ninkens aparecieron envueltos en humo. Hinata pudo reconocer a Pakkun entre ellos.
Los demás veían todo con una mezcla de escepticismo y orgullo, la más orgullosa de todos era Tsunade. Ver a la tímida chica defenderse de manera feroz sin titubear ni una sola vez era fantástico. Kurenai, Hanabi y Shino se sentían igual, que todos los demás vieran la verdadera fuerza de la Hyūga era gratificante. El que más inquieto se encontraba era Kiba. Siempre había sido sobreprotector con Hinata, aún la veía como la pequeña chica asustadiza de siempre, pero debía hacer lo que Shino, en más de una ocasión, le había dicho. Debía confiar en la capacidad de su compañera. Habían sobrevivido a la guerra gracias, en parte, a la mentalidad fuerte e inquebrantable de la joven mujer.
Mientras tanto Hinata esquivaba los ataques de Kakashi. Estaba rodeada por cada uno de los Ninkens que habían sido invocados, aún con su Byakugan le resultaba difícil manejar la situación.
— ¡Pakkun ahora! — gritó Kakashi alejándose de la peliazul. Quitó su protector y formó el Chidori con ambas manos.
— Bien muchachos, ¡formación! — exclamó Pakkun — ¡Ninken Ninpō: Sajin no Mai! — todos empezaron a excavar la tierra formando una densa nube de polvo.
El Jōnin intentó tomar ventaja de la poca visibilidad creada por los canes, quienes aún se mantenían rodeando a la chica. Pero Hinata era una Hyūga, podía ver a través de las cosas. Evadió con mucha dificultad el ataque que se dirigía a ella a toda velocidad.
— ¡Hakke Kūhekishō! — la cortina de polvo desapareció, dejando ver a Kakashi listo para atacar.
— ¡Katon: Gōkakyū no Jutsu! — una gran bola de fuego iba directo hacia ella.
— ¡Suiton: Suijinheki! — un muro de agua se interpuso entre el cuerpo de la joven y el ataque del Hatake.
Ambos se encontraban jadeantes, aunque ella estaba aún más cansada que Kakashi. Había derrotado a tres oponentes antes de enfrentarlo a él, sus niveles de chakra se encontraban bajos, debía terminar el encuentro cuanto antes. Mientras recuperaba el aliento por el esfuerzo se distrajo, y los Ninkens del Jōnin frente a ella aprovecharon la oportunidad.
Pakkun, Shiba, Bisuke, Akino, Guruko, Urushi, Buru y Ūhei procedieron a sujetar a la chica por sus extremidades con sus dientes. Buru, quien era el más grande de todos, se encontraba a sus espaldas con Pakkun sobre su cabeza mientras los demás se encargaban de sujetar sus brazos y piernas. Kiba al ver a Hinata en ese estado, quien conocía bien la técnica, sintió un escalofrío recorrer por su cuerpo de sólo recordar los dientes de los canes alrededor de su piel.
— Parece que esto se acabó — dijo Kakashi acercándose a la joven. Colocó su banda donde siempre y bajó la guardia. Sabía que casi no le quedaba chakra, así que poco podía hacer para liberarse.
Sin embargo, sacando fuerzas de su férrea voluntad, Hinata espero a que el Hatake se acercara lo suficiente. Cerró los ojos, mientras escondía su rostro bajo su flequillo, y empezó a concentrar chakra. Con rapidez soltó todo el chakra acumulado por sus puntos de presión, aplicando su puño suave a los Ninkens que la tenían cautiva. Sorprendiendo al Hatake y a todos, logró darle un golpe certero a Kakashi que lo hizo caer varios metros hacia atrás. Por la condición en que ambos estaban no podían seguir, así que la Hokage dio fin al encuentro.
— El encuentro finaliza. Oficialmente, Hyūga Hinata es promovida al rango Jōnin. Formando parte de los ninjas de la división especial de la aldea de la hoja — decía la rubia mujer con una gran sonrisa en su rostro. Desvió su mirada para enfocarla en la peliazul — Bien hecho Hinata —
Eso fue todo lo que necesitó escuchar Hinata para dejarse caer al suelo. Se encontraba sumamente agotada, pero estaba feliz. Desplomada como estaba, vio a Kakashi levantarse con dificultad y caminar a pasos lentos hacia donde se encontraba.
— Omedetō Hinata-chan — felicitó el mayor con una sonrisa cansada.
— Arigatō Kakashi-sensei — mencionó la ojiperla, jadeante por el esfuerzo ejercido en la pelea.
Sakura se acercó a su amiga junto a los demás, después de aplicar su Ninjutsu médico en la Hyūga, procedieron a ayudarla a levantarse. Kakashi tomó eso como una señal para dejar el lugar, debía atenderse y descansar. Otros ninjas médicos se ocuparon de los demás participantes del duelo.
Rodeada de sus seres queridos recibía las felicitaciones de todos, procurando no estar muy cerca de Naruto, después de todo aún le era incómodo estar a su alrededor. Puedo ver como su padre, hermana y Sensei se alejaban del lugar, para darle espacio de celebrar con sus amigos. Pero lo único que quería Hinata en ese momento era tomar su chaleco Jōnin e ir a casa a descansar. Kiba y Shino, que la conocían bien, intervinieron en la situación.
— Mañana deberíamos celebrar que al fin otro de nosotros ha avanzado en su camino ninja — mencionó un emocionado Kiba, siendo secundado por los ladridos de Akamaru.
— Si. Pero dejemos a Hinata descansar por hoy. Se lo merece — apuntó Shino con su seriedad habitual, aunque internamente estaba igual de emocionado y orgulloso.
Todos estuvieron de acuerdo y así la joven volvió a la aldea junto a sus compañeros de equipo. En el camino alcanzaron a Kurenai, y antes de que la joven fuera a descansar, pasaron un rato divertido con su Sensei.
Kakashi por su parte, mientras se retiraba, fue interceptado por Tsunade. La Hokage tenía algo que decirle.
— Espero que ambos estén listos dentro de dos días. Tengo una misión para ustedes — dijo mientras le entregaba un pergamino — Hay que estrenar el nuevo rango de mi estudiante —
— De acuerdo, Hokage-sama —
~~~~~
!Aquí estamos de nuevo!
No tengo mucho que decir. Sólo quería recordarles ser empático con los demás. Está en nosotros cambiar, aunque sea un poco, la toxicidad que hay en el fandom de Naruto. La cual es mucha, pero si todos aportamos a la causa creo que las cosas pueden ir mejor.
Sí al amor y al respeto. No al odio y a tirarse arena. Porque a fin de cuentas todos disfrutamos del anime, aunque este tenga sus fallas.
Eaton fuera (✿◠‿◠)
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