Capítulo XIX
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
Se dirigía hacia la torre del Hokage, iba tarde como siempre. Hoy le darían una nueva misión, no había descansado mucho últimamente, pero eso no era lo que lo mantenía es un estado de incomodidad. La misión, según sabía, la haría acompañado de Hinata. Aquella chica que no había salido de sus pensamientos, aquella con la que fantaseaba cada noche. Porque desde el día de su cumpleaños, el deseo que sentía por la peliazul era aún mayor. La idea de tomar otros cuerpos con ella en mente no lo había aliviado de ninguna manera, le preocupaba que si estaba a solas con ella mucho tiempo no pudiera controlar sus impulsos.
Entró a la oficina de la Hokage luego de tocar y que el paso le fuera permitido. Allí encontró a sus estudiantes. Con paso sereno pero con la mirada un tanto confundida los saludó de manera casual y a su Hokage con respeto.
— Hasta que por fin llegas — le reprochó Tsunade con mala cara.
— El tráfico... — contestó como si nada. Los presentes sólo negaron con resignación.
— Bien. Hemos recibido noticias por parte de la alianza Shinobi — habló la Hokage después de soltar un suspiro — Se dice que hay problemas en los alrededores del país del remolino. Se sospecha que ciertos ninjas renegados están detrás de algo valioso relacionado con el lugar — todos estaban atentos a cada palabra — Recordemos que allí están las ruinas del antiguo clan Uzumaki y como solían tener una estrecha relación con Konoha, se nos ha encargado a nosotros resolver cualquier situación. Además de que, lo que encuentren quedará en el poder de la aldea. Por tanto Naruto y Sakura irán con ustedes Kakashi — terminó de decir la Hokage extendiéndole un nuevo pergamino.
El mayor sólo asintió sintiéndose aliviado de no estar solo con la ojiperla en la misión, agradecía a los cielos que aquellos dos también estuvieran involucrados. Pasó al frente, tomó el pergamino en sus manos y les indicó a los jóvenes que se retiraran con sólo una mirada.
— Partiremos de inmediato Hokage-sama —
●●●●
Estaban en la entrada de la aldea, Naruto había pedido permiso para resolver un asunto antes de partir.
Estaba nerviosa, debería pasar mucho tiempo con la pareja que era la sensación en los últimos días. Todos hablaban de lo bien que se llevaban, Naruto y Sakura eran la comidilla del pueblo, cosa que estaba creando ciertas tensiones entre ambos jóvenes. También le preocupaba Kakashi, el 'beso' que ambos habían compartido aún no se borraba de su mente, y aunque había logrado controlarse respecto a sus reacciones, no podía evitar sonrojarse al recordarlo. En los entrenamientos era más sencillo lidiar con la tensión, se distraía en el combate, pero ahora se encontraba a punto de partir a una misión que, considerando la gravedad del asunto, duraría un par de días.
El ninja con atuendos anaranjados llegó por fin. Caminaban de forma pausada, Kakashi iba leyendo toda la información detallada sobre la misión. Él sería el líder por razones obvias. Ella iba un poco más atrás y casi a la par iba la pareja de enamorados en absoluto silencio, lo cual era raro.
— Bien este es el plan — llamó Kakashi la atención de todos — Avanzaremos todo lo que podamos los siguientes dos días. Sólo nos detendremos a comer o si tienen ciertas necesidades de carácter urgente — en la cara de ambas chicas se asentó un tenue sonrojo. Kakashi evitó mirar directamente hacia la peliazul — ¿Quedó claro? — el Hatake quería llegar lo antes posible. Mientras más rápido llegaran, menos probabilidades tendría de quedarse a solas con la chica.
Apremiaron el paso, saltaban de rama en rama a gran velocidad. Mantenían un buen ritmo. Como el país del remolino no quedaba tan lejos, llegarían como mucho al amanecer del día siguiente.
Pasado el mediodía iban a mitad de camino, cuando el ruido del estómago del rubio les indicó que debían parar a recobrar energías. Ambas mujeres estaban cansadas, pero no se permitieron quejarse ni una sola vez, ellas no eran chicas débiles.
— Gomen-na Kakashi-sensei — dijo el Uzumaki riendo nerviosamente mientras una gota se formaba en su frente — Pero tengo hambre ¡Dattebayo! —
— Tranquilo, creo que es justo descansar un momento para después seguir — él no estaba tan cansado, pero entendía que no reponer fuerzas sólo los retrasaría.
Se detuvieron en un pequeño claro, resguardados por el espeso bosque que se cernía sobre ellos. El rubio y la pelirosa se sentaron bajo un frondoso árbol buscando intimidad. En cambio, Hinata se sentó sobre unos troncos caídos algo alejada del resto. Sacó el bento con su comida, había preparado suficientes onigiris para ella y el peliplata, aunque le apenaba un poco dárselos.
Levantó su vista para ver si sus compañeros tenían que comer, y efectivamente ambos estaban compartiendo la comida que habían sacado de sus mochilas. Desvió su vista al peliplata, quien se encontraba cerca de donde estaba, y se fijó que aún no comía nada.
— Kakashi-sensei — se acercó a él vacilante, con tres onigiris y algo de ensalada. Había dividido la comida de su bento a la mitad — E-Esto es para usted —
— No te preocupes Hinata. No tienes que dejar de comer para compartirlo conmigo — le dedicó una mirada amable. Lo cierto era que había olvidado empacar provisiones, estaba tan distraído que había pasado eso por alto.
— Y-Yo los traje para usted — le dijo al fin, desviando la mirada.
— Arigatō Hinata-chan — al tomar el bento las manos de ambos se rozaron, y por un breve instante hicieron contacto visual.
La chica se sintió tan nerviosa, que rápidamente volvió a su lugar y se dispuso a comer en silencio. Siendo perseguida por los ojos de cierto Jōnin que se sentía enternecido de que la joven tuviera el detalle de pensar en él a tal punto de empacar lo necesario para ambos. Aunque para Hinata era costumbre, con su equipo ella era la encargada de llevar comida, medicinas y cualquier otra cosa que fuera necesario.
Luego de terminar retomaron su camino, esta vez sin detenerse. Había anochecido cuando llegaron a los límites del país del remolino con Konoha. Se encontraban todos cansados y sudorosos. Kakashi dio la orden de detenerse, debía explicarles el siguiente paso a dar para completar con éxito la misión.
— Nos dividiremos aquí — todos lo miraron de forma interrogante — Si bien el país del remolino no es muy grande, nos tomaría mucho tiempo cubrir todo el perímetro si vamos los cuatro juntos. Por eso nos dividiremos en equipos de dos —
— Yo voy con usted Kakashi-sensei — mencionó Sakura con rapidez. En el camino había discutido con Naruto, y como se sentía molesta, quería poner tierra de por medio entre ambos. A Kakashi le pareció una gran idea, pues era mejor ir con Sakura que con la peliazul, a quien no veía con ojos más allá de lo fraternal. Pero su paz duró poco al escuchar la réplica que aquella chiquilla lanzó con toda la razón del mundo.
— P-Pero Sakura-chan, Naruto y yo somos buenos en detectar terreno a kilómetros. Ir como equipo no supondría una ventaja — no le hacía gracia tener que estar a solas con ninguno de los dos hombres en cuestión, no quería pasar un rato incómodo. Pero prefería morirse de la vergüenza frente a Kakashi que tener una conversación sobre sentimientos con Naruto. Pues sabía que él, tarde o temprano, sacaría el tema sobre su relación con Sakura.
— Entonces iremos tú y yo Hina-chan — replicó la pelirosa sin darse por vencida. A Naruto no le estaba haciendo gracia la actitud de Sakura. Si bien habían discutido, era más fácil resolver las cosas hablando que huyendo de ellas.
— Pero si van juntas, Kakashi-sensei y yo no tendremos a un ninja médico en el equipo — Naruto no iba a permitir que Sakura escapara de la conversación que tenían pendiente — Así que Hinata-chan y Kakashi irán juntos, mientras nosotros haremos equipo — dictó el rubio, para alivio de la ojiperla.
— Bien entonces, nos reuniremos aquí en dos días. Si encuentran algo antes no duden en contactarnos — el mayor no quería darle largas al asunto, no quería perder tiempo. Además de que los argumentos de ambos jóvenes eran irrefutables. Le entregó a la pelirosa un pergamino con un mapa, no lo necesitaría teniendo a Hinata de su lado.
Sin más se separaron. Sakura y Naruto vigilarían la parte sur, que estaba más cerca del país del fuego. Mientras ellos irían a la parte norte, sería más sencillo con un Byakugan adentrarse en el lugar.
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Iban concentrados en el camino que tenían por delante. Si creían que el bosque de la muerte de Konoha era denso y peligroso, este era mil veces peor. Estaba todo abandonado. La naturaleza había reclamado para sí parte de los viejos caminos que servían de ruta hacia la aldea del clan Uzumaki. Para el mayor había resultado extraño el hecho de que alguien se atreviera a ir a ese lugar, pues ningún Shinobi sería tan tonto de adentrarse en la tierra del remolina, ya que esta era considerada peligrosa.
Así que entendía bien la preocupación de la alianza, problemas en estos tiempos de paz y precariedad que experimentaban las grandes naciones no era nada bueno.
Luego de recorrer un buen tramo, llegaron a una parte alta que parecía lo suficientemente segura para pasar la noche, así que se dispusieron a preparar ambas tiendas de campaña. Estaban tan cansados que no se animaban a encender una fogata.
— Yo tomaré la primera ronda Hinata — le avisó a la chica, quien se disponía a entrar a su tienda — Te necesito en buenas condiciones para mañana —
— H-Hai Kakashi-sensei —
Observó cómo su silueta desaparecía tras la resistente tela. Miró a su alrededor y se acercó a una gran roca que daba una buena vista de todo cuanto los rodeaba, debía estar alerta. No quería que algo le pasara a la hermosa chica que tenía a sólo unos pasos de distancia.
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Eaton fuera (✿◠‿◠)
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