Capítulo XIII
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
Despertó en su habitación rodeada de un olor que conocía muy bien, dirigió su vista a la ventana y ahí estaban, las flores que Ino le había vendido aquella vez. "¿Quién las habrá traído?" se preguntó al tiempo que se erguía sobre su futón. Un movimiento a su izquierda llamó su atención así que procedió a mirar en su dirección, pero se tranquilizó al ver que solo era un pequeño perro. "Un momento, ¿qué demonios hace un perro aquí?" se preguntó mientras una gota de sudor bajaba lentamente por su frente.
— Hasta que por fin despiertas — comentó el can de pronto.
— ¡Kyaaa! — gritó asustada, un can estaba en su habitación y además hablaba.
— Hay que ver... ustedes los humanos son tan extraños — dijo mientras se acercaba al futón de la chica — Me presento, soy Pakkun uno de los Ninken de Kakashi. Me envió aquí a entregarte esto — con sus cortas patas colocó un pequeño pergamino en el suelo. Aunque la verdad era que su invocador lo había enviado a velar el sueño de la chica toda la noche.
— A-Arigatō — aún no salía de su asombro, no porque le sorprendiera que el can hablara, sino porque pertenecía a su nuevo Sensei. Tomó el pergamino en sus manos dudosa.
— Bien eso es todo, me retiro — y sin más el Ninken salió por la ventana, casi tirando en jarrón de flores en el acto.
Hinata por su parte desenrolló lentamente el pergamino, en el Kakashi le avisaba que tenía los próximos dos días libres, pero que debía reunirse con él la mañana siguiente, quería hablar con ella sobre algo, aunque no especificó qué ni dónde. Se alistó para luego bajar a la cocina, ahí estaban Hanabi y Natsu, charló con ellas un rato mientras compartían el desayuno. Hanabi le informó que las flores en su habitación eran obra de Ino quien, preocupada por el estado de Hinata, había ido el día anterior a ver cómo seguía. El gesto de la rubia llegó al corazón de la peliazul, quien procedió a salir del complejo en dirección a la florería Yamanaka.
Antes de entrar pudo distinguir que cierto rubio salía a paso rápido del lugar con un ramo de rosas a mano. Suspiró, de seguro iba a entregárselo a Sakura, y aunque tal gesto no era para ella, no pudo dejar de sentirse feliz por su amiga pelirosa, al menos ella sí tenía quien le ame con intensidad. Se adentró al lugar encontrando a una agitada Ino ir de acá para allá por todo el local.
— Ohayō Ino-chan — saludó animada.
— Hinata-chan, ¿cómo sigues? — preguntó la rubia sin dejar de lado lo que hacía.
— Estoy bien, ¿necesitas ayuda? —
— Oh, no podría pedirte algo como eso Hina —
— Vamos Ino, dos son mejor que uno ¿no? — comentó con una sonrisa.
— Eres la mejor. Sólo tenemos que entregar esto — mencionó apuntando alrededor de veinte arreglos.
Ambas salieron del lugar dispuestas a terminar con las entregas de ese día. Pasaron alrededor de media mañana, de lugar en lugar, repartiendo todo a sus respectivos dueños. Hinata debía admitir que lo estaba disfrutando, trabajar fuera de sus deberes como ninja era un respiro, además la compañía era gratificante. Cuando se disponían a entregar el último pedido algo llamó la atención de la rubia.
— ¿Qué esa no es Sakura y...? — preguntó curiosa la Yamanaka.
— Y Sasuke — mencionó la peliazul confundida. Ambos jóvenes caminaban muy cerca del otro mientras mantenían, a lo que a sus ojos era, una animada conversación.
— Vaya problema — suspiró Ino, recibiendo una mirada interrogante de la ojiperla — Su relación siempre ha sido turbia y dolorosa, aunque no han tenido nada más allá del amor que siente Sakura por él, ella ha sufrido bastante desde que estábamos en la academia. Incluso su rivalidad conmigo fue a causa de él, ella no soportaba el hecho de que a mí también me gustaba y luego de eso dejó de ser mi amiga un tiempo —
Hinata solo atinó a apretar con cariño el hombro de su amiga, cuyo semblante se notaba triste y desanimado, aunque no sabría si era por su amistad con la pelirosa o por la relación de esta y el moreno. Ambas continuaron su camino sin volver a mirar a la pareja que se desplazaba ajena a las miradas que le dedicaban los demás. Pero Hinata no pudo evitar pensar en el chico de ojos azules.
"Si las flores no eran para Sakura ¿Para quién serían?".
●●●●
Naruto había resuelto el problema que lo agobiaba desde hace días. Luego de hablar con Shikamaru y que este le ayudara, se había convencido de dar el siguiente paso, uno de los más importantes en su vida. Dejaría de ser el infantil chico que repite una y otra vez que está enamorado y afrontaría las cosas como hombre. Ese sería el día en que expresara seriamente sus sentimientos a su compañera de equipo, pidiéndole salir formalmente. El trato entre ambos había mejorado notablemente, dando paso a que sus esperanzas por estar con la pelirosa aumentaran de manera considerable. Podía tener la oportunidad de estar al fin con su amor de infancia.
Luego de arreglarse concienzudamente, se dirigió a la florería Yamanaka. Debía ir con todo el porte para tratar de impresionar a su futura novia, o eso quería creer. Ino le dio la bienvenida, y le fue explicando el significado de cada flor, hasta que unas lindas y delicadas flores violetas le llamaron la atención. Aunque luego de escuchar a Ino, quien llegó a su mente fue Hinata, y no podía declararse ante Sakura con unas flores que no la representaban.
Se decidió al final por unas rosas rojas, Ino le dijo que representaban amor y pasión. Los sentimientos justos que tenía por la pelirosa, después de conocer a su madre había entendido bien que era amar y ser amado. Aunque el amor que sentía por su madre y el que sentía por la chica no se parecieran en nada.
Luego de tener listas las flores, salió presuroso hacia Amaguriama la famosa tienda de dulces de la aldea, si bien en la tienda de dangos también vendían dulces, sólo allí podría encontrar anmitsu, el postre favorito de la pelirosa. Luego de saludar al dependiente y hacer su pedido, fue en busca de la chica. Recorrió varias calles hasta que la vio a lo lejos, iba en dirección a la colina detrás de los rostros de los Hokages anteriores. Disminuyó el paso, no quería llegar sudoroso ante ella y echar a estropear las cosas que tenía en las manos.
Pero al terminar de subir, vio algo que hizo su corazón doler y a sus esperanzas menguar, ahí estaba la mujer de sus sueños, besando nada más y nada menos que a Sasuke. Había pensado que lo que sentía por él era agua pasada, pero al parecer el único que sintió el acercamiento entre ambos había sido él.
Dejó caer los presentes al suelo, estropeando las flores y dañando la delicada caja que contenía el postre. Salió corriendo del lugar, su corazón estaba acelerado, los ojos le escocían, se sentía sumamente patético. Y no pudo evitar pensar, si Hinata sintió lo mismo cuando la había rechazado.
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¡Actualización de hoy!
Al contrario de lo que algunos creen, no odio el naruhina, hasta me parecen lindos. Pero en lo personal prefiero ver a Hinata lejos de Naruto XD, al menos como pareja.
Nos leemos en la próxima (✿◠‿◠)
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