Cuando era más joven, curioseando por internet, recopiló inconscientemente el dato de que en la cavidad bucal se encuentran ciertas terminaciones nerviosas capaces de hacer sentir placer a una persona al momento de realizar una felación.

Él no estaba muy convencido de esto hasta que un día de ocio, quiso comprobar si aquella información era verídica con alguien de su total confianza que, estaba seguro, no lo juzgaría ni divulgaría su curiosidad.

Aquel dato basura resultó ser real.

Aún recuerda con morbo la longitud de aquel miembro en su boca, la infinidad de sensaciones que le agobiaron y le llevaron al éxtasis sin siquiera sentir la necesidad de estimular su propio miembro, también recuerda el dulce sabor desbordándose por sus labios aunado a unas finas lágrimas causadas por el placer deslizándose por sus rosadas mejillas.

Fue muy gentil de parte de Akira la forma en como limpió tanto sus lágrimas como sus labios.

Desde ese día Nishihonji cambió el escritorio de su oficina por uno totalmente cerrado de todo ángulo posible, excepto en el sitio donde tomaría su lugar, también desde ese día su secretaria asegura que en más de una ocasión ha visto unos cabellos rubios asomarse de debajo del elegante mueble mientras su jefe parece muy feliz de cepillar con sus dedos esos cabellos y susurrar palabras lindas.