Unas pisadas se escuchaban por los pasillos, las pisadas eran fuertes y constantes, el umbreon solo corría en dirección contraria junto con una espeon con unas vendas en los brazos, la criatura aun no los encontraba por lo cual solo caminaba sin rumbo por los pasillos del sanatorio, las rejas estaban todas abiertas y algunos Pokémon de las rejas habían sido asesinaos de la manera más cruel posible y luego arrojados en el suelo con partes devoradas, los dos eeveevolution siguieron corriendo hasta llegar a la salida, la salía estaba cerrada así que estuvieron durante mucho tiempo intentando romperla en base de patadas lo cual solo atrajo al mountro a su ubicación, el mountro ya estaba al otro lado, el garchomp corrió dirigiéndose a los dos Pokémon y entonces todo se volvió negro, todo había sido un sueño, al parecer lo que le dijo aquel jolteon lo había afectado mentalmente.  

 — Ajj... que sueño — gruño el umbreon mientras se sobaba la cabeza aun impresionado por el sueño que había tenido, el olor a cuerpo putrefacto aun se encontraba en sus fosas nasales lo cual lo incomodaba levemente 

 — Hola, Señor..  — una espeon con vendas en los brazos abrió la puerta, esta tenia una bandeja con galletas y una tasa de café caliente 

 — Oh.. h-hola, eres tu, Dusty..  — saludo el umbreon con un leve sonrojo

 — Si, bueno aquí le traigo su desayuno, Señor  — la espeon dejo la bandeja entre las patas delanteras del eeveevolution y sonrió dulcemente animando al umbreon 

 — No me llames Señor, llámame Ángel, ese es mi nombre..  — hablo el Pokémon oscuro mientras formaba una sonrisa en su rostro 

 — Oh, claro.. Ángel.. — sonrió la espeon  

 — Eres hermosa..  — susurro el umbreon

 — Umm..?!... g-gracias  — respondió sonrojada

 — L-lo dije en voz alta?.. lo lamento  — respondió avergonzado

 — No, no tranquilo, esta bien, bueno, me retiro  — la espeon se fue de la habitación aun algo sonrojada y cerro la puerta 

 — Creo que tendré que ir con Mizu y hablarle de el sueño que me hiso tener con sus estupideces — gruño algo enojado para luego pararse de la cama y dejar la bandeja de comida en la mesa de noche