━━ 10: cathartic
CATÁRTICO
T1:EP16 ー home
KURT Y ELAINE SE HABÍAN CONOCIDO gracias a sus madres. Aadhira se hizo amiga de Lily Hummel cuando Kurt y Elaine tenían tres años. Se conocieron en el supermercado cuando ambas, en el mismo pasillo, estaban batallando por hacer que sus hijos las dejaran hacer las compras en paz.
—Los terribles dos se alargaron un año más —bromeó Lily.
— ¿Verdad? —Dijo Aadhira— ¿Tu hijo tiene tres? La mía también.
Fue en ese entonces cuando Elaine hizo algo que hizo reír a Kurt y de repente ambos estaban riendo y dejaron de llorar. Desde ese momento, Aadhira y Lily se hicieron amigas y Kurt y Elaine también. De no haber sido porque Aadhira había decidido desviarse un poco de su camino e ir a un supermercado distinto, ninguno se hubiera conocido.
Los Hummel y los Gilmore vivían en distritos escolares diferentes, se movían en círculos distintos, no había manera en la que sus caminos se cruzaran. Pero lo hicieron, y Kurt y Elaine eran inseparables desde entonces. Eran el hombro donde llorar del otro, se apoyaban, tenían chistes internos y nunca se dejaban.
Por eso, al día siguiente en la escuela, Elaine se había vuelto a aguantar las ganas de hablar sobre lo de la canción con Kurt pues sabía que había tenido una mala noche en la primera cena oficial de los Hudson-Hummel.
Aunque sabía que se lo había buscado él solito no se lo echaría en cara. Principalmente porque lo más seguro era que Kurt le gritara o la mandara a la mierda porque así se comportaba cuando estaba enojado, el segundo motivo siendo que tenía herido el orgullo y Elaine no era tan mala persona como para jactarse del mal rato que su mejor amigo estaba pasando en ese momento.
—De acuerdo, de acuerdo. Sé que la estás pasando mal, por eso me desperté más temprano de lo usual y fui a la cafetería donde venden revistas en la caja y te compré —Elaine hizo una pausa, tomando la revista que tenía debajo de su brazo—. El último número de Vogue. Sabes que no me importa mucho la moda pero a ti sí y adoro cuando lees Vogue conmigo.
—Gracias, Elaine, pero no estoy de humor.
—Te la puedo leer yo si quieres —sugirió ella, hojeando la revista.
—Quiero estar solo.
Ella entrecerró los ojos un poco. Si Kurt se negaba a leer su revista favorita quería decir que estaba peor de lo que imaginaba.
Honestamente Elaine no sabía qué demonios esperaba Kurt. Finn era distinto a él en muchos sentidos, uno de ellos siendo el gusto por los deportes y eso era algo que a Burt Hummel le apasionaba pero a Kurt no. No le sorprendía para nada que con eso el señor Hummel y Finn hubieran hecho clic.
—Kurt, en serio, puedo--
—No quiero, Elaine —la interrumpió él.
La chica dejó de caminar ante el mal tono que su amigo había usado hacia ella y lo observó marcharse. Contó hasta diez, tal cual Larissa le recomendó que hiciera cuando sintiera que iba a enojarse, y bajó la mirada a la revista.
—Estúpida Vogue, lo único que tiene de interesante es el nombre.
Una porrista iba pasando a su lado en ese momento y Elaine la miró con molestia, tendiéndole la revista en el pecho.
—Toma, para ti.
Y se marchó.
Se descolgó una cinta de su mochila para poder abrirla mientras caminaba hacia su casillero y aminoró el paso al ver a Quinn esperándola frente a él.
Quinn lucía sorprendida y consternada, como si le hubieran dicho que su mamá había atropellado a su perro o algo así.
— ¿Comiste algo en la casa de Puck que te hizo daño?
—No —respondió la rubia extrañada.
—Bien —Elaine desbloqueó su casillero y lo abrió—, ¿entonces por qué tienes cara de constipada?
—Yo no-- estoy sorprendida, Elaine. Y preocupada. No sé cuál de esos siento más.
Elaine sacó su libro de biología, felicitándose mentalmente por ser tan buena leyendo a la gente y sus expresiones.
Uuh, tal vez podía volverse una de esas personas que leen el lenguaje corporal de los criminales si no se le ocurría algo mejor.
— ¿Sorprendida por qué?
—Porque cuando llegué Ivory se acercó a mí y me habló.
La morena detuvo su movimiento una fracción de segundo antes de continuar con lo que hacía. Metió su libro de matemáticas.
— ¿Y? Es tu hermana.
—Sí, mi hermana que solo me habla cuando estoy contigo —dijo Quinn—, ¿tienes algo que ver con eso?
Elaine mordió su labio inferior y cerró su casillero cuando terminó de sacar y meter lo que necesitaba.
—No.
—Elaine.
—No la mandé a hablar contigo, sólo le puse la idea en la mente. No pensé que fuera a hacerme caso.
Llevaban poco tiempo siendo amigas pero Elaine conocía muy bien a Quinn y no tenía nada que ver por su gusto previamente mencionado por analizar y observar a las personas cuando no tenía nada que hacer. Sabía que Quinn fingía que el tema de sus papás corriéndola de su casa era agua pasada, así como ahora mismo sabía que, a pesar de estar haciéndose la fastidiada porque su hermana menor le habló, que se acercara a hablarle significaba mucho para ella.
— ¿Qué te dijo?
—Me saludó, me dijo que el día era bonito y me preguntó cómo estaba.
— ¿Y ya?
—Sí.
Dios. Háblenle de la conversación más rápida del mundo.
— ¿Y por su intercambio de qué, quince palabras, estás sorprendida?
—Son más de las que me dice cuando no estás.
Elaine tenía la leve sospecha de que no exageraba. En algún momento habían empezado a caminar hacia el salón que les tocaba a primera hora, el de biología, y cuando llegaron se quedaron paradas afuera de la puerta.
— ¿Y qué te tiene consternada?
Quinn arrugó la nariz: — ¿Has notado que Mercedes está dejando de comer?
Elaine cerró sus ojos.
—Sí. Sylvester le dijo que si no bajaba de peso la corría de las Cheerios. Desde mi honorable punto de vista lo mejor sería que la corrieran de ese grupo de... —Elaine se detuvo al darse cuenta que iba a soltar una palabrota para describir a un grupo al que Quinn antes lideraba y en el cual Ivory estaba— personas sin sentimientos. No me hizo caso.
—Apesta, ¿no? Las Cheerios te dan tanto... poder que estás dispuesta a hacer de todo con tal de que no te corran.
—Es como que te succionan la humanidad.
Quinn soltó una triste carcajada y agachó la cabeza. Elaine hizo una mueca, llevando su mano al hombro de la rubia para reconfortarla. Sabía que Quinn tenía problemas con la comida antes de su embarazo, lo que no se le había cruzado por la mente era que quizá se hubieran desarrollado gracias a las estrictas normas de la entrenadora Sylvester y los estándares de belleza actuales.
—Lo que sea —dijo Quinn, reponiéndose en pocos segundos—. He pasado por eso, es inhumano que la entrenadora Sylvester la haga morir de hambre para dejarla en el equipo. Ella fue la que le ofreció el lugar con ellas, ¿no? Muy hipócrita de su parte.
El timbre sonó en las bocinas de los pasillos, anunciando el inicio de la primera clase, y Elaine miró hacia ellas mientras sonaban.
—Sue Sylvester obra en maneras moralmente muy cuestionables.
Y la odiaba por eso.
• •.°✦ •.°
Aadhira detuvo el carro frente a la entrada de la pista de patinaje. Elaine se quedó sentada, inmóvil, mirando a la nada. Su mamá soltó un leve suspiro y volteó a verla.
— ¿Qué fue lo que te dije que recordaras?
—Que si me sentía incómoda le dijera a Quinn que golpeara a Jesse en la nariz por meterme esta idea en la cabeza.
—Mmm, cerca, pero no. Vuelve a intentar, niña lista.
Obviamente su mamá no le había dicho eso pero era algo que ella estaba pensando desde que salió de su casa para que su mamá la llevara al lugar donde Nuevas Direcciones ensayaría durante la semana.
Soltó un suspiro: —Si me siento incómoda me salgo y te llamo para que vengas por mí.
La mujer asintió. Se dieron una corta despedida y Elaine salió del carro, cerró la puerta detrás de ella y observó el carro de su madre avanzar con lentitud sobre el pavimento.
Tú puedes con esto. Podía sobrevivir la noche sin lanzar a April de las escaleras o tirarle algo encima.
Llevó sus manos a su cabello trenzado que caía en su hombro derecho cubierto por una chaqueta de mezclilla, después agitó sus manos, preparándose para entrar. Cuando lo hizo, se encontró a Tina sentada en una banca colocándose los patines. No le hablaba mucho a la chica pero esa noche se sentía con ganas de intentarlo.
Inhaló profundamente y caminó hacia ella con fingida decisión.
—Hola, Tina.
— ¡Elaine! Pensé que no vendrías.
—No iba a hacerlo pero —pero lo que me dijo Jesse me dejó pensando—... no quería que pareciera que estaba haciendo un berrinche o algo así.
—Muy Rachel de tu parte.
Elaine sintió una pequeña oleada de sorpresa ante el comentario de Tina. ¿Era posible que todos compartieran el pensamiento de Jesse pero sólo él se lo dijo en voz alta? Podría ser.
No asistir a un lugar porque no se hacía lo que ella quería sí sonaba a algo que una diva (Rachel Berry, por ejemplo) haría. Elaine no era así. Pero, de nuevo, lo suyo no era un berrinche porque no estaba siendo escuchada.
Cuando lo fuera, los demás se enterarían.
—Sí, supongo.
Llevó su mirada a la pista de patinaje, buscando entre la marea de gente a la primera cara familiar que pudiera encontrar. Su objetivo principal era Kurt porque quería hablar con él, si es que ya tenía ánimos para hablar y no volvía a mandarla por un tubo, sin embargo su mirada terminó encontrándose con la de Jesse quien estaba patinando muy enérgicamente junto a Rachel.
Elaine entrecerró los ojos, irguiéndose un poco y alzando la cabeza como si estuviera diciéndole al chico Aquí estoy, Jesse tardó unos momentos en reaccionar pero cuando lo hizo, Elaine volvió a sorprenderse por segunda vez consecutiva.
Él le sonrió y asintió una sola vez, como diciendo Bien hecho, chica Gilmore y después regresó su atención a Rachel. El sonido de Tina levantándose y deslizándose un poco en el suelo hizo que Elaine volteara a verla.
—Supongo que tengo que ir por unos de esos.
— ¿Quieres que te acompañe?
—Oh, no —dijo Elaine—. Ve con el resto, no te preocupes.
— ¿Estás segura?
—Cien por ciento.
Tina, que no era una persona conocida por sonreír mucho, le regaló una pequeña sonrisa antes de marcharse patinando a la pista en donde estaban los demás. O eso creía Elaine, pues vio que se detuvo rápidamente para girar de nuevo hacia ella.
—Di que vienes con April Rhodes. Ya sabes, para que sea gratis.
—De acuerdo.
Y ahora sí se fue.
Había alcanzado a ver a Finn junto a Puck, Mike y Jordan patinar al otro lado de donde había visto a Jesse y Rachel, y Quinn estaba junto a Kurt y Mercedes; la rubia no había querido apartarse del lado de Mercedes desde ese día más temprano que la chica se desmayó por falta de comida.
Eso para Quinn ya era algo, porque Elaine sabía que su mejor amiga no era mucho de preocuparse por la gente ni empatizar con ella y ahí estaba, preocupada por Mercedes Jones y su salud.
Fue a la caja a pedir sus patines, diciendo que formaba parte del grupo invitado por April Rhodes para que no le cobraran la cuota. Una vez le entregaron los patines, Elaine volvió a la misma banca en la que Tina estaba ya que se encontraba vacía; al momento de sentarse y empezar a colocarse los patines, sin quererlo, su mirada que viajaba curiosa por el recinto encontró dos figuras familiares sentadas en unas mesas a un lado de la pista.
Su estómago se revolvió al ver a April y de repente recordó que ella no quería estar ahí, que solo había ido para demostrarle a todos —y a sí misma— que podía hacerlo.
Sólo que no podía.
Elaine talló sus ojos con desgana y después miró a sus patines. Comenzó a jugar con sus pies, moviéndolos hacia atrás y adelante de manera intercalada, las pequeñas ruedas giraban sobre el piso negro mientras ella intentaba recuperar su fuerza de voluntad para entrarr a la pista y no prestarle atención a la desquiciada de April Rhodes.
Echó la cabeza hacia atrás y soltó un gruñido molesto. Se quedó en esa posición, con la mirada puesta en el techo del lugar intentando hacer que los latidos de su corazón volvieran a su velocidad normal hasta que sintió a alguien sentarse a su lado.
—Así que conocí a esa tal April —dijo una voz familiar—. Bonita personalidad.
Era sarcasmo, lo pudo escuchar en la voz de Jesse. Y eso la hizo reír un poco.
—Es la segunda vez que te hago reír en la semana. Ten cuidado, Elaine, o voy a pensar que te caigo bien.
— ¿Llevas la cuenta?
Elaine bajó la cabeza a su posición normal y volteó a ver a su nuevo compañero de banca, él se encogió de hombros.
—Siempre estamos peleando, es sorprendente que te haga reír.
Ella había empezado a mover sus pies de atrás hacia adelante de nuevo sin responderle al muchacho. Jesse frunció el ceño ante la actitud y el estado de ánimo de la chica.
Fuera lo que fuese que April le había hecho a Elaine debió ser algo bastante personal para ella. Era obvio que ella no era una persona que adoraba estar con gente que le caía mal, pero el cómo Elaine estaba comportándose hacía que Jesse pensara que April era su persona menos favorita.
—Bueno —dijo él, tronando la lengua—, ¿ahora sí me vas a decir por qué parece que odias a todo el mundo pero a April más?
—No te vas a rendir, ¿cierto?
Jesse se volvió a encoger de hombros y miró con cautela a la chica. El desánimo en la expresión y el tono de voz de Elaine eran palpables y como ella no iba a responderle en algún momento cercano, se le quedó viendo. Analizándola, como ella usualmente hacía a cualquier hora de cualquier día.
Estaba concentrada en su pequeño juego de rodar los pies por la madera del suelo, su cabeza algo gacha y sus manos estaban cerradas en forma de puño. Era normal en ella parecer ensimismada cuando no estaba hablando con sus únicos tres amigos en la escuela, sin embargo ahora se veía más pensativa, más callada.
—Deberías volver con Rachel.
—Lo sé —dijo Jesse, dándose cuenta de que habían permanecido callados por mucho tiempo—. Siento que estás pegándome tu mal humor, Elizabeth, y la estaba pasando muy bien.
Elaine rodó los ojos: —Elaine.
—Lo sé —repitió él—. Obviamente sé tu nombre pero disfruto de molestarte, ponte al corriente.
La chica lo miró mal, haciéndolo sonreír con diversión.
—Entonces, ¿qué problema tienes con la rubia amiga de Schuester?
A ella le parecía algo extraño que Jesse lo hubiera notado. Cuando conocieron a April, Elaine hizo todo lo posible por mostrar su disgusto hacia ella. No le hablaba, la ignoraba, cuando estaba cerca hacía gestos de molestia y se iba y nunca nadie se dio cuenta de lo mucho que le afectaba estar cerca de esa mujer.
Ni siquiera Kurt, que sabía de primera mano lo que le causaba convivir con gente que adoraba tomar alcohol, se dio cuenta. Es más, incluso él mismo se animó a emborracharse y tomar unas cuantas veces en la escuela bajo la influencia de April ocasionando una pelea con Elaine.
A Elaine le caía mal todo el mundo a excepción de unas cuántas personas pero solo dos seres humanos le disgustaban a sobremanera. Y una de ellas era April Rhodes.
Al parecer se mantuvo mucho tiempo callada pues Jesse estuvo a punto de marcharse al no recibir respuesta de su parte y al darse cuenta que Elaine realmente no estaba de ánimos para... nada en realidad, pero entonces, ella habló.
—Es alcohólica —dijo ella cuando él comenzó a impulsarse para levantarse.
—Los alcohólicos son molestos —estuvo de acuerdo el chico, luego entrecerró los ojos—. ¿Es eso? ¿Te molesta que sea alcohólica?
La chica asintió: —Y es muy escandalosa. Y su voz es muy aguda. Y siempre, siempre tiene el olor del alcohol encima, no la vi muchas veces pero las pocas que lo hice nunca estuvo sobria. Es...
Asqueroso, desagradable, horrendo. Había muchas palabras con las que Elaine podría describir sus sentimientos hacia April y su adicción y, sin embargo, no encontraba ninguna adecuada.
— ¿Despreciable?
—Sí, más o menos.
—No sabía que te molestaban tanto los alcohólicos.
Ella suspiró y volteó a verlo de nuevo, Jesse la estaba viendo con curiosidad y empatía, como si realmente sintiera que Elaine estuviera así de abrumada.
—Es experiencia personal.
No supo de dónde salieron esas palabras y se sorprendió a sí misma cuando se dio cuenta de que en verdad no le importaba contarle a Jesse al respecto, aunque no estaba tan segura de qué tan apto era él para escuchar sobre traumas personales.
Seguramente no era nada apto.
Elaine lo seguía mirando y pudo notar cómo él buscaba en su mente alguna respuesta que dar.
— ¿Algún familiar?
—Mi papá.
—Oh —no digas que lo sientes—. Bueno, en ese caso estoy contigo. Estás en todo tu derecho de sentirte incómoda estando alrededor de April.
Después de eso, Jesse midió sus palabras y habló con cautela: — ¿Tu papá está...?
—Mi papá está como tiene que estar.
El chico asintió y no insistió más.
Era extraño estar hablando así con él. Casi siempre discutían cuando estaban juntos por la más mínima cosa y Elaine nunca se sentía a gusto a su alrededor, teniendo una constante necesidad de estar alerta con lo que sea que él dijera; ahora se sentía distinto.
Ahora Elaine quería abrazarlo y darle las gracias por haberse acercado a ella cuando estuvo a punto de darle un ataque de ansiedad.
—Yo creo —habló Jesse, impulsándose hacia arriba para ponerse de pie—, que deberías olvidarlo. Es difícil, lo sé, pero estás en una pista de patinaje para cantar y divertirte, no para pensar en mil maneras de deshacerte de April Rhodes y su olor a borracha y lucir miserable.
Le extendió su mano a Elaine, ella lo miró con sospecha, sintiéndose levemente retada por el chico cuando enarcó la ceja mientras esperaba a que tomara su mano.
—Alguien está muy emocionado por cantar y bailar Boogie Wonderland —dijo ella en tono burlón, aceptando la mano de Jesse.
El chico se rió mientras la ayudaba a ponerse de pie.
—Entendí lo que acabas de hacer y quiero decirte que aprecio mucho tu referencia a Roller Boogie.
— ¿Te gusta?
—Es un clásico —respondió Jesse.
Ambos empezaron a patinar hacia la entrada a la pista con calma, sumergiéndose en su plática como si fueran los mejores amigos del mundo y no un par de personas que vivían en constantes peleas y desacuerdos desde el primer día.
— ¡Lo sé! Adoro verla los fines de semana y Kurt la detesta por...
—La música disco —dijeron ambos al mismo tiempo.
— ¿Por qué la gente odia tanto la música disco?
—Porque no tienen buen gusto —respondió él, encogiéndose de hombros.
Elaine hizo una mueca como si intentara decir Suena lógico y no discutió con su argumento. La música disco siempre la ponía de buenas y le daba ganas de bailar, era lo único que lograba subirle el ánimo en sus momentos más tristes.
Eso y escuchar a Queen, obviamente.
—Entonces, ¿cómo te sientes?
—Bien. Mejor —dijo ella, asintiendo—. Gracias por...
¿Por qué se supone que le estaba agradeciendo? ¿Por haber llegado cuando estaba en medio de una crisis? ¿Por no haber hecho el tema de su padre alcohólico un gran tema?
—No lo menciones —le dijo Jesse—. Hablo en serio, no lo menciones. Si lo haces vas a destruir mi reputación.
—Eres un idiota.
Pero lo dijo juguetonamente, no en serio ni enojada como era normal para ella hacerlo. Dios, necesitaba alejarse de Jesse antes de que empezara a caerle bien.
Estaban tan inmersos en su plática que ni cuenta se habían dado de que estaban patinando juntos en la pista y que una muy confundida y enojada Rachel patinaba hacia ellos de su lado derecho y un también confundido pero arrepentido Kurt se les acercaba desde la izquierda.
—Jesse, aquí estás, te tardaste mucho —Jesse y Elaine voltearon a su derecha al escuchar la voz de Rachel.
La muy peculiar voz de Rachel que intentaba ocultar su inconformidad y claro enojó.
—Sí, lo lamento, cariño. En mi camino a comprar un refresco Elaine desalineó mis chakras.
—Se las estaba alineando.
Rachel enarcó las cejas hacia ella, apretando la mandíbula; Jesse apretó sus labios intentando ocultar su sonrisa y Elaine cerró sus ojos con vergüenza al darse cuenta de lo mal que había sonado eso. Buscando salir de aquella situación, Elaine quiso hacer el intento de aclarar que lo que había dicho no era doble sentido cuando la voz de Kurt detrás de ella llamando su nombre la salvó.
Y aunque estaba sentida con Kurt por haberla mandado al demonio cuando ella quería animarlo, volteó a verlo con una sonrisa.
— ¡Kurt! —Dijo con entusiasmo, patinando hacia él y diciendo entre dientes:— Sácame de aquí.
—Siento interrumpir, pero tengo que llevármela.
—Por favor —habló Rachel.
Elaine frunció el ceño lista para decirle a la chica que estaba portándose muy mal pero Kurt fue más rápido que ella y la jaló del brazo para alejarla de ahí. Patinando de espaldas, Elaine alcanzó a ver cómo Jesse le ofrecía su brazo a Rachel para que lo tomara y el semblante de la chica cambió de inmediato.
Dios, Rachel tenía serios problemas.
—Será mejor que vayas a disculparte. Si no, prefiero que Rachel me incinere con la mirada.
—Sí, sí —dijo Kurt justo cuando ella giró sobre las ruedas para patinar de frente y no de espaldas—. Lo siento, Ellie. Estaba teniendo un mal día y me desquité contigo aún cuando me compraste una Vogue y tú odias gastar en esas cosas.
—Lo odio —confirmó Elaine.
—Es solo que ver a mi papá llevarse tan bien con Finn me hizo sentir dejado de lado. Como si estuviera viendo a mi papá hablar con su hijo soñado sobre deportes y cosas que le gustan como siempre deseó.
—Debiste verlo venir cuando los juntaste, Kurt —recriminó ella—. Quiero decir, Finn es el mariscal de campo del equipo de fútbol americano.
—Lo sé, lo sé, pero aún así me sentí herido y te llevé entre mis problemas en la mañana —dijo él con arrepentimiento—. Lo siento, ¿me disculpas?
—Depende, ¿vas a dejar de comportarte como un lunático porque quieres estar cerca de Finn y asumir tus tonterías?
—Lo haré.
Pero eso no era suficiente para Elaine y Kurt lo supo por cómo ella lo estaba mirando. Soltó un suspiro.
—Y te compraré café toda la semana.
La morena soltó un leve grito emocionado y entrelazó su brazo con el de Kurt: —Somos oficialmente mejores amigos de nuevo.
— ¿Habíamos dejado de serlo?
Ella asintió, señalando hacia atrás con su dedo pulgar.
—Si Rachel y tú no hubieran llegado, Jesse y yo ya estaríamos haciendo brazaletes de la amistad y esas cosas.
—Oh, entonces no eran mis nervios los que me causaron alucinaciones.
La chica sacudió la cabeza como si estuviera intentando convencerse a sí misma de que su charla con Jesse no se había significado nada pero, muy en el fondo, sabía que no era así. No a cualquiera le contaba lo de su papá, era un tema bastante difícil para ella que la ponía demasiado sensible y no le gustaba sacarlo a luz. Recordar el alcoholismo de su papá no era para nada divertido, sobre todo por todas las imágenes que se le venían a la mente.
Los gritos (de ella y su madre pidiendo que pare, de él ordenándoles que se callaran), el llanto, el declive de su salud mental gracias a esos acontecimientos... sí, no era su tema favorito para discutir con cualquiera. Pero lo había hablado con Jesse, y él había reaccionado de una manera que ella no esperaba.
Tal vez no era tan malo como pensaba. Tal vez podía ser el primer amigo, en masculino, que hiciera desde que gracias a su papá le tenía miedo a todos los hombres menos a su tío y a los Hummel.
Soltó una carcajada. Maldito Jesse St. James.
— ¿Ves lo que pasa cuando nos enojamos? Tengo que recurrir a medidas desesperadas.
—Oh, ¿qué dices? Te veías muy feliz hablando con él. Pensé que era tu némesis.
—Es mi némesis.
Kurt la miró con cara de pocos amigos, no creyendo en absoluto lo que su amiga estaba diciendo y Elaine en un intento por dejar de hablar sobre ella bajando su guardia ante Jesse, se arriesgó a preguntarle respecto a lo de su papá y los Hudson.
Y entonces volvieron a pelearse porque Kurt quería separarlos.
• •.°✦ •.°
Lo que daría por no estar en esa asamblea. Estaban haciendo demasiadas. Era temprano, Elaine seguía peleada con Kurt y no tenía ganas de estar ahí.
Soltó un bufido molesto y chocó su frente contra el hombro de Quinn haciendo que la rubia riera y moviera su cabeza para poder mirarla. Estaba agotada mentalmente y solo quería llegar a su casa a comer y dormir y despertar al día siguiente cuando ya fuera fin de semana y no tuviera que estar en la estúpida escuela que hacía asambleas día sí y día también.
—Avísame cuando termine, ¿sí?
— ¡Pero Kurt va a presentarse! No me digas que siguen peleados.
Elaine no respondió.
—Pensé que ibas a hablar con él esta mañana.
—Sí... no lo hice.
Su plática se vio interrumpida cuando las luces del gimnasio de apagaron y los miembros de los Cheerios empezaron a salir de los vestidores. Elaine escudriñó a Kurt pero después su mirada encontró a Ivory y una sonrisa se dibujó en sus labios, se enderezó para poder mirar mejor a la chica y cuando ella volteó a verla y le guiñó el ojo discretamente sintió que sus mejillas empezaban a arder.
Casi por inercia volteó hacia Quinn como para asegurarse de que no había visto lo que acababa de pasar y retuvo un suspiro aliviado al verla bastante concentrada en la persona que se había caminado y parado justo en medio de los animadores. Mercedes.
—Hola, chicos —dijo ella, un sonido molesto salió del micrófono y las bocinas tras el saludo de Mercedes—. Soy Mercedes Jones.
Elaine la miró con curiosidad y ladeó la cabeza.
—La mayoría de ustedes sabe que las Cheerios busca la perfección y ganar, lucir bien y ser populares.
De acuerdo, sonaba prometedor. Un inicio así de brutal criticando al equipo de animadoras era genial.
—Yo creo que debería de tratarse de algo diferente —Elaine seguía mirándola con curiosidad cuando Mercedes preguntó:— ¿Cuántos de ustedes se sienten gordos?
Quinn fue la primera en alzar la mano. Elaine buscó entre los alumnos quién más había levantado la mano y le dirigió una mirada empática a su mejor amiga. Sabía que el tema del peso no era fácil para Quinn, mucho menos por su embarazo, pero también sabía a ciencia cierta que desde entonces intentaba cuidarse más y no matarse de hambre para lucir perfecta.
Era algo de lo cual Elaine estaba orgullosa.
— ¿Cuántos sienten que quizá no valen mucho?
Retuvo la respiración y lenta y temerosamente levantó la mano. Su autoestima no era la mejor desde lo de su papá y a veces sentía que Kurt y Quinn le hablaban por lástima y que quizá nadie la extrañaría si se fuera. Eran pensamientos intrusivos de los que quería deshacerse.
— ¿O que son feos, o tienen demasiados granos o no tienen muchos amigos? —Más manos se alzaron en todo el gimnasio, Elaine miró a todos lados y vio que Jesse era una de las personas que habían levantado la mano.
Sus miradas se encontraron y Elaine asintió hacia él empáticamente. Era difícil aceptar defectos e inseguridades y Jesse no era una persona que le diera la vibra de admitirlos, que lo estuviera haciendo le demostraba que no era tan malo como parecía. Jesse le sonrió y regresó su atención a Mercedes, ella decidió hacer lo mismo.
—Bueno, pensé todas esas cosas de mi en algún momento. Diablos, pensé la mayoría de esas cosas hoy. Y eso no está bien.
Después de unas cuantas palabras más, Mercedes empezó a cantar una hermosa versión de Beautiful. Fue una presentación conmovedora que casi hace llorar a Elaine, nunca se había puesto a pensar en lo mucho que podía identificarse con la letra de la canción hasta que Mercedes cantó: —So don't you bring me down today.
Estaba tan cansada de dejar que el recuerdo de las palabras que su padre le gritaba estando ebrio la tiraran abajo. Tan cansada de sentirse avergonzada por lo que había vivido, por dejar que la siguiera persiguiendo. Agotada de la auto-compasión que sentía y de todo el esfuerzo mental que conllevaba convencerse a sí misma de que valía la pena.
Fue algo catártico para ella, sobre todo cuando Quinn la instó a pararse para unirse a la presentación y cuando la presentación terminó, justo antes de que Kurt se acercara a ella para disculparse nuevamente por ser un idiota y hacerla enojar, Elaine se agachó y tocó sus rodillas. Se quedó en esa posición unos momentos antes de soltar un suspiro que pareció sacarle todas sus penas y preocupaciones solo por ese día. Merecía un descanso.
Sí. Catártico.
APAREZCO EN UN AÑO NUEVO WTFFFF.
Loquísimo que llevamos tres meses de 2022 y yo recién actualizo por primera vez, les pido perdón. He tenido bastantes dificultades para seguir escribiendo y pensé en dejar esta historia olvidada como todas las demás que olvido pero la amo mucho y no la puedo soltar.
Si sigues leyendo esta historia te doy las gracias por no dejarla. Sé que es difícil seguir leyendo una historia que la escritora actualiza una vez cada año bisiesto y eso, así que gracias x2 cinnamon apples<3
¿Qué opinan del capítulo? Jesse y Elaine al fin hablaron como personas decentes, más o menos revelé los traumas de Elaine y Kurt y Elaine se pelearon. Dos veces. ¿Qué piensAN? Porfa díganme, ¿creen que Elaine y Jesse van a ser amigos a partir de ahora? ¿Solo se llevarán bien y seguirán molestándose? Lo averiguaremos en el siguiente capítulo *no volvía a actualizar* aaaah joda (pero si quieren no es joda)
Dejen sus votos y comentarios. Gracias por leer cinnamons.
gina ✨
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