━━ 09: breath of fresh air
RESPIRO DE AIRE FRESCO
𝗧𝟭:𝗘𝟭𝟲 ー home
LA PIERNA DE ELAINE SE MOVÍA DE arriba abajo con desesperación mientras tamborileaba sus dedos contra la misma. Su mamá la miró por el rabillo del ojo preguntándose por qué demonios su hija era tan impaciente.
Cuando la menor revisó por la que parecía ser la milésima vez en menos de cinco minutos el reloj del carro, Aadhira suspiró.
—Elaine, no es tarde.
—Son como ocho minutos tarde —repuso la joven—. Siempre se me hace tarde cuando me traes, lo cual no tiene sentido porque debería de ser más rápido pero evidentemente no lo es. No sé por qué sigo aceptando venir contigo.
—Estás parloteando.
La adolescente gruñó. Su mamá dibujó una sonrisa burlona en su rostro, claramente ya acostumbrada a los dramas de Elaine porque llegaría tarde a la escuela.
Y tenía razón; era tarde. No tan tarde como para que Elaine llegara después de que el primer timbre de clases sonara pero sí más tarde de lo que ella solía llegar. Aadhira tamborileó los dedos en el volante, pensando en un tema de conversación para distraer a su hija quien seguía moviendo su pierna.
Aclaró su garganta: —Así que, ¿cómo te sientes?
— ¿De qué?
—Has estado tocando el piano de nuevo. Hace mucho no lo tocabas —explicó la mujer, dejando la oración en el aire—. Es un avance, ¿no?
—Supongo —Elaine suspiró, moviéndose en el asiento para subir sus piernas y sentarse en flor de loto—. No sé. Lo hice por... motivos egoístas.
Aadhira giró a la derecha, adentrándose al fin a la calle en donde se encontraba la preparatoria McKinley, y frunció el ceño.
—No entiendo.
—El chico de las Sectoriales.
—Jesse.
—Jesse —confirmó Elaine de mala manera—. Larissa me dijo que quizá mi subconsciente tomó su crítica muy a pecho y para probarme a mí misma y al resto que soy buena intenté esforzarme más. Por eso volví a tocar. Para ser mejor.
Su madre aminoró la velocidad del carro porque la entrada de la escuela empezó a ser visible y la fila de autos de los padres que llevaban a sus hijos a la preparatoria también.
Sabía que a Elaine le costaba relacionarse y confiar en la gente, sabía que era muy selectiva y que no todos le caían bien pero sobre todo sabía que ese niño Jesse no era para nada de su agrado y que sus chakras estaban tambaleantes desde que tenía contacto con él todos los días. Por esto, Aadhira no pensaba que sería buena idea decirle que entonces Jesse la había ayudado, en una muy extraña y retorcida manera, a intentar destacar en el club. Además era obvio que Larissa ya le hubiera dicho algo similar así que... lo dijo de todos modos.
—Entonces, ¿podría decirse que te ayudó?
Elaine cerró los ojos con fastidio y desabrochó su cinturón: —Lo odio.
—Pero te ayudó.
Aadhira detuvo el carro para dejar que su hija bajara de él. La chica Gilmore se colgó la mochila en un hombro antes de abrir la puerta y bajar.
—Me cae mal.
— ¡Te ayudó!
Elaine gruñó.
No sabía por qué Larissa —y ahora también su mamá— creía fielmente en qué Jesse la ayudó. Jesse no la había ayudado, ni siquiera la había retroalimentado sanamento. Él la criticó y le dijo que Rachel era mejor y Elaine se había puesto como meta personal ser mejor porque sabía que podía serlo.
Si en algo la había ayudado Jesse era en reafirmarse a sí misma que odiaba a los hombres.
Con algunas, muy pocas, excepciones.
Se despidió de su madre después de que la mujer le dijera que pasaría por ella a las tres y media y tomó rumbo a la entrada de McKinley. Mientras caminaba, un chico en patineta pasó frente a ella y giró en forma de O para acercarse a ella.
—Elaine.
—Hola, Jordan —lo saludó alegre.
Jordan le caía bien, por ejemplo. No le gustaba que él fuera de las personas que te abrazaban o gustaba de tener contacto físico al hablar, pero era un buen chico. Cuando ensayaban algún número de baile siempre la hacía reír y era amable con todos en el grupo.
No como otros chicos del club.
— ¿Hoy no vienes en bicicleta?
—Nop. Mi mamá me trajo —Elaine señaló a la patineta de Jordan—. Linda patineta, ¿tu papá ya te disculpó?
—Se podría decir que sí.
Su papá se había enojado con él hace unos meses porque se cayó de la patineta y se raspó las rodillas. Decidió quitarle la patineta por "tiempo indefinido" hasta que aprendiera a ser más cuidadoso.
Suponía que su papá ya pensaba que era apto para andar en esa cosa de nuevo.
Elaine infló las mejillas sin saber qué más decir. Siempre le pasaba lo mismo cuando hablaba con chicos que no fueran Kurt, no sabía cómo seguir las conversaciones y sólo quería que la dejaran sola pero tenía que esforzarse. Inventar algo, lo que sea.
—Yo no sé andar en patineta. Patines, sí; patineta, no.
— ¿No te gusta?
—Me da miedo.
Jordan soltó una carcajada, como si fuera lo más absurdo del mundo tenerle miedo a la patineta, y golpeó su hombro contra el de ella amistosamente.
—Te puedo enseñar si quieres. Le enseñé a Mike hace tiempo, más o menos. A él también le daba miedo.
Elaine rió ligeramente. Bueno, iba bien.
Ambos entraron a la escuela encontrándose con el pasillo lleno de estudiantes como era usual.
—No, gracias —dijo Elaine—. Mi tiempo de arriesgar mi vida aprendiendo a andar en algo terminó. Con la bici y los patines me conformo.
— ¿Arriesgar tu vida?
—Jordan, ¿tú sabes cuántas veces me caí en patines y en la bicicleta cuando estaba aprendiendo? —La chica resopló como si así diera a entender que la cantidad de veces era enorme— Tengo una cicatriz en el tobillo por eso. Estaba en el parque con...
Se detuvo a sí misma, dándose cuenta que involuntariamente y sin pensarlo mucho estaba a punto de contar una historia en la que su papá estaba incluido, y decidió no seguir contándole.
—No importa. Tengo una cicatriz en el tobillo.
— ¿Y cómo demonios te lastimaste el tobillo?
Elaine se encogió de hombros porque ni ella entendía. Tal vez el pedal de la bicicleta la había lastimado, tal vez una rama de un árbol la rasgó al caer, no sabía.
—Oh, y una en la muñeca —dijo, mostrándole su muñeca izquierda en donde tenía una línea horizontal de unos dos centímetros, hecha a causa de los patines.
—De acuerdo, no más aprender a andar en algo para ti.
Ella volvió a reír. Estaba siendo más sencillo de lo que esperaba, casi se puso a pensar por qué no había intentado tener una conversación con Jordan fuera del club coral antes pero olvidó ese pensamiento casi al instante.
Lo sabía, claro que sabía el por qué.
Estuvo a punto de decirle algo más a Jordan cuando Kurt y Mercedes aparecieron en su campo visual. Parecían algo molestos, desilusionados incluso, y Elaine ladeó la cabeza al notar aquello.
—Jordan, debo de ir con Kurt.
—Oh, claro.
—Fue lindo hablar contigo, ¿nos vemos en el club?
—Seguro, Ellie.
Elaine alzó sus dos pulgares antes de salir corriendo hacia Kurt y Mercedes para averiguar qué les pasaba.
Y, oh, demonios, cuántas ganas le iban a dar de asesinar a Sue Sylvester.
• •.°✦ •.°
El día no estaba yendo para nada bien. Primero, Kurt y Mercedes estaban tristes porque Sue les había dicho que debían adelgazar si querían seguir en el equipo de animadoras. Elaine casi pega el grito en el cielo y les dijo que se salieran, que las Cheerios no valían la pena, pero nada podía hacer si sus amigos no querían hacerlo.
Desde que estaban en las Cheerios, Elaine veía a Kurt más feliz y confiado, y Mercedes disfrutaba de su nuevo estatus de popularidad. No le extrañaba en lo absoluto, sabía que estar en el equipo de animadoras era algo que le gustaba a muchos. Prueba A, Quinn, quien a pesar de estar consciente de que le dieron la espalda luego de enterarse que estaba embarazada seguía añorando volver al equipo. Prueba B, Ivory, quien portaba el uniforme con orgullo.
Y ahora, por cortesía de la entrenadora, de nuevo, Nuevas Direcciones no tenía lugar de ensayo para toda la semana.
—Recomiendo una protesta —dijo Rachel, poniéndose de pie.
Elaine frunció el ceño, preguntándose qué clase de protesta pensaba hacer la chica pero decidiendo que sería mala idea preguntar.
—Vamos a quemar el lugar—ofreció Puck, Mike asintió chocándole los cinco de acuerdo con él.
—Si quemamos el lugar, nunca más vamos a tener dónde ensayar.
— ¿Por qué tienes que ser tan aburrida, Gilmore?
Ella rodó los ojos, moviéndose en su lugar para voltear a ver a Puck sentado en la fila de arriba. Le sonrió amargamente.
— ¿Por qué no piensas antes de hablar, Puckerman?
Cuando se giró de nuevo al frente, Elaine alcanzó a ver cómo Jesse retenía una sonrisa burlona. No estaba segura de si estaba riéndose de ella o con ella.
—No peleen, ¿de acuerdo?—Pidió el señor Schuester—. Miren, ya enfrentamos la adversidad y nos fortaleció. Buscaré algún lugar fuera de la escuela para que ensayemos esta semana. Prometo encontrar un hogar para nosotros.
El timbre sonó marcando el final de la clase y todos se pusieron de pie. Elaine miró de reojo a Kurt quien llevaba consigo una carpeta de muestras de papel tapiz y se abstuvo de decir algo. Honestamente, estaba cansada de hacer que su mejor amigo dejara de acosar a Finn, y aunque no tenía ni idea de para qué llevaba ese muestrario le daba la impresión de que tenía que ver con el jugador de americano.
—Compórtate, ¿sí? —Le pidió a su mejor amigo. Él fingió ofenderse.
—No voy a hacer nada malo.
Elaine enarcó la ceja, bajando la mirada a la carpeta de muestrarios, y volvió a mirar a Kurt. Su amigo aferró su agarre a la carpeta y se alejó para acercarse a Finn.
La chica rodó los ojos y salió del salón fastidiada de todo y queriendo irse a casa. Apenas dio unos cuatro pasos cuando Ivory entrelazó su brazo con el de ella.
— ¿Por qué la cara larga?
—Porque tu entrenadora le dijo a Kurt y Mercedes que debían bajar de peso si querían seguir en el equipo y nos dejó sin lugar de ensayo toda la semana porque ustedes lo necesitan.
Ivory aclaró su garganta.
—Quiero decir, Mercedes...
—Piensa bien lo que vas a decir, Fabray —la interrumpió Elaine de mala gana.
Y entonces, la chica guardó silencio.
—Siento que la entrenadora haya tomado como reto personal hacerle la vida imposible a los del club glee —una pausa—, ¿dónde van a ensayar?
Elaine se encogió de hombros: —El señor Schue dijo que él se encargaría de buscar un lugar.
— ¿Crees que los lleve a un basurero?
La chica Gilmore miró a Ivory unos segundos antes de empezar a reír con diversión, imaginándose ensayando en un basurero.
—O a un mecánico. Ya sabes, para que cantemos The Boys Are Back.
— ¡Uuuuh, sería genial!
Elaine retuvo un suspiro de alivio, agradeciendo la presencia de Ivory que siempre era para ella un respiro de aire fresco.
Las cosas entre ellas seguían algo extrañas. Ivory, la mayoría de las veces, evitaba el contacto físico con ella y muy pocas veces, como esta, se le olvidaba y la abrazaba o entrelazaba sus brazos. Elaine no se quejaba ni mucho menos, estaba consciente de que tanto ella como Ivory estaban en una batalla consigo mismas respecto a su sexualidad.
Dios, ni Larissa le había dicho que ser adolescente era medio difícil.
—Sólo espero que sea un buen lugar el que encuentre.
—Seguramente les consigue un albergue. Por sus gustos musicales, es probable que busque refugio en un lugar donde haya gente mayor.
—Estás sonando como la entrenadora Sylvester.
Ivory gruñó con pesadez: —Lo sé, estoy pasando mucho tiempo con ella.
Elaine no dijo nada, creando un silencio cómodo entre ellas.
Esa era otra cosa por la cual pensaba que los hombres no le gustaban. Nunca se sentía cómoda con ellos, ni siquiera estando en silencio, lo que posiblemente significaba que no era compatible con ellos. Era eso, o ella en serio estaba muy mal.
Otra cosa más que hablar con Larissa.
—Ellie, ¿puedo preguntarte algo?
Las chicas se detuvieron en el casillero de Elaine.
—Claro, lo que sea.
Ivory mordió su labio interior y por un momento Elaine pensó que le preguntaría algo respecto a ese tema, pero entonces la rubia habló.
— ¿Cómo está mi hermana?
La chica Gilmore parpadeó varias veces: — ¿Por qué no se lo preguntas tú?
—Me da miedo. No hemos hablado mucho desde que la corrieron de casa y... si de por sí antes pensaba que era una pésima hermana ahora peor.
—Quinn está bien —le dijo Elaine, alejándose de su agarre para tomar su hombro—. Pero estaría mejor si alguien de su familia le mostrara apoyo.
—Me va a gritar.
—Pero también lo va a apreciar, Ivy.
— ¿Lo crees?
—Sip. Pero yo que tú llevaba un testigo, las hormonas están volviendo agresiva a Quinn.
—Eres la peor.
Ivory empujó con diversión a Elaine y ella sonrió mientras abría su casillero para dejar sus libros y de repente todo lo que había hecho enojar a la joven desde que llegó a la escuela pareció esfumarse de su mente.
Sí, un respiro de aire fresco.
• •.°✦ •.°
La clase en el club al día siguiente empezó con la noticia que todos estaban esperando: el señor Schue había encontrado un lugar para ensayar. Y, tal cual Ivory había predicho, era un lugar... no muy moderno que digamos.
— ¿Una pista de patinaje? —Preguntó Tina.
— ¿No las declararon ilegales en 1981 por ser de mal gusto?
—Oh, vamos, chicos, ¿no son aventureros? —Dijo Will, intentando entusiasmar a sus alumnos— El espacio es grandioso y April nos lo dará gratis para ensayar.
Y para agregar la cereza en el pastel, el lugar era patrocinado por April Rhodes, la misma mujer alcohólica que el señor Schuester había llevado al club para tomar el lugar de Rachel cuando la chica dejó el club.
Elaine odiaba a April.
—No —dijo Elaine, cruzada de brazos.
—Elaine.
—No —repitió—. No voy a ensayar en un lugar que... esa mujer nos consiguió.
—Es el único lugar que encontré, Elaine, y es gratis.
—Podemos ensayar en un basurero y seguiría siendo gratis.
O en un maldito albergue.
Escuchó que Santana se reía por su comentario y se aguantó las ganas de decirle que se callara. No estaba haciendo esos comentarios para divertir a la clase, mucho menos para burlarse de su profesor como Santana solía hacer; Elaine realmente prefería ensayar en el basurero antes que aceptar favores de April.
Jesse levantó la mano, inclinándose hacia adelante para mirar mejor a Elaine que estaba sentada frente a él y, sin esperar que le cedieran la palabra, habló.
— ¿Quién es April?
Estaba sumamente interesado en saberlo porque no creía posible que existiera alguien en el mundo que Elaine odiara más que a él pero al parecer estaba equivocado.
Lo preguntó al aire, así que era algo obvio que el señor Schuester respondiera, pero gracias a Dios la respuesta la obtuvo de la persona que quería que lo hiciera.
—Es una perdedora y es la novia del señor Schue —respondió Elaine de mala gana.
El profesor miró rendido a la chica, negándose a ponerse a pelear con ella respecto a aquel tema. Jesse alzó las cejas, volviendo a su lugar preguntándose qué demonios habría hecho esa mujer para desagradarle tanto a Elaine.
—Señor Schue, si Ellie no quiere ensayar ahí no podemos obligarla a hacerlo —habló Quinn.
—Lo sé, tienes razón —el hombre cerró los ojos y suspiró—. Pero no encontré otro lugar.
No lo encontró o no pensó seguir buscando opciones después de que April le dijo que les dejaría usar la pista de patinaje gratis, más bien.
—Lo siento, Elaine, pero si no quieres ir ahí tendrás que perderte los ensayos de la semana.
La mencionada apretó la mandíbula con enojo y con ella los puños también. Todos los miembros del club la miraban esperando su siguiente movimiento, y cuando se levantó de golpe de su asiento los ojos curiosos de sus compañeros la siguieron.
—Bien —escupió de mala gana—, lo que sea.
Antes de que pudiera hacer algo, Kurt se apresuró a hacer control de daños y alzó la mano para pedir la palabra. Elaine vió a su mejor amigo dirigirse al frente de la clase y se obligó a sí misma a volverse a sentar.
Bueno, por lo menos tenía a alguien en su vida que no la dejara hacer los mismos dramas de Rachel.
—El club Nuevas Direcciones claramente carece de dirección —Elaine se preguntó si había valido la pena quedarse en el salón—. Rachel y Jesse se niegan a aceptar que preferiríamos morir que permitirles ser los próximos Beyoncé y Jay-Z.
De acuerdo, siempre valía la pena escuchar que se quejaran de ellos dos. Aunque Beyoncé y Jay-Z se llevaran parte de los insultos.
—El romance de la madre de Finn con mi padre lo lleva innecesariamente a una caída en picada de desesperación. Y claramente Elaine elegiría perder una semana entera de ensayos antes que aceptar favores de April.
—Correcto —murmuró ella, mirando al techo. Kurt suspiró.
—Lo que necesitamos ahora es explorar la idea de lo que significa un lugar —Kurt se dirigió al piano y tomó unas partituras que estaban sobre él—, y de cómo si encontramos ese lugar en nosotros tendremos ese final feliz.
Le dio las partituras al señor Schue y le pidió a Brad, el pianista del club, que tocara en si bemol. El profesor empezó a repartir las hojas a la clase.
—No pudo dejar que me fuera sin que viera su presentación, ¿verdad?
Quinn, quien estaba sentada a su derecha, arrugó la nariz con gracia y le pasó una partitura.
—No, no pudo.
Elaine rodó los ojos y tomó la hoja que la rubia le estaba dando. Leyó el título del papel y se hundió todavía más en el asiento.
Ese era su límite. Kurt no podía estarle cantando a Finn A House is Not a Home frente a todo el club. Era ridículo. Era como si estuviera anunciando a los cuatro vientos que él hizo que su papá y la mamá de Finn se conocieran para poder pasar más tiempo con él, era como si les estuviera gritando ¡Miren, junté a nuestros padres porque quiero jugar a la casita con Finn Hudson!
—A chair is still a chair, even when there's no one sitting there.
Elaine adoraba a Kurt pero a veces solo quería darle un golpe en la cabeza con una pala. O un bate.
No quiso ni mirar de reojo a Finn para ver su expresión así que decidió concentrarse en la presentación de Kurt. Amaba la voz de Kurt y el sentimiento que le ponía a todo lo que cantaba y esa canción no era la excepción; puede que estuviera cantándola con segundas intenciones pero aún así lo estaba dando todo.
Todos empezaron a mirarse entre sí con incomodidad debido a que se dieron cuenta de que Kurt no estaba cantándole esa canción a Finn de manera inocente. La chica Gilmore se preguntó si ella también sería capaz de cantarle a una chica que sabía que nunca iba a corresponderle.
Una chica como... no, Santana no. Santana tenía algo que le hacía sospechar a Elaine que quizá le correspondería si estuvieran en un universo en donde se cayeran bien.
—So darling, have a heart, don't let one mistake keep us apart.
Oh, a donde su mente la llevaba cuando estaba desesperada porque el momento incómodo terminara.
Y cuando finalmente terminó el salón se llenó de aplausos confundidos e incómodos por lo que acababa de suceder. Todos estaban conscientes de que Kurt había estado mirando a Finn de manera diferente durante toda la presentación, todos habían notado que Kurt de alguna manera había declarado su gusto hacia el mariscal de campo. Sin embargo, nadie dijo nada al respecto.
Elaine agradeció que sus compañeros valoraran más su presentación que lo sucedido en medio de ella.
—Eso fue extraño —le murmuró Quinn a la chica.
Elaine, todavía aplaudiendo y sin quitarle la mirada de encima a Kurt, asintió dándole la razón a la rubia: —Sip.
— ¿Kurt estaba...?
—No tengo ni idea.
Quinn también asintió.
Segundos más tarde, el señor Schue dio por terminada la clase y Elaine se debatió entre ir a regañar a Kurt o hablar con el maestro y por motivos obvios ganó la segunda opción.
Ella no se dio cuenta de que Jesse se estaba haciendo el tonto recogiendo sus cosas para escuchar lo que Elaine le decía al maestro, porque su naturaleza era... ¿cómo le diría él? ¿Recabar información sobre gente que le interesaba? Sí, eso. A Jesse le gustaba entrometerse en asuntos que no le incumbían si se trataba de gente que despertaba su curiosidad, o sea gente como Elaine Gilmore.
Antes de conocerla, él creía que él era la persona a la que más gente le desagradaba en el mundo pero empezaba a creer que Elaine le ganaba por poco.
—Señor Schue, no me puede hacer esto. No puedo estar cerca de April.
El señor Schue suspiró con pesadez pero tanto como Jesse y Elaine dudaban que en realidad lo sintiera.
—Lo siento, Elaine. La única opción que queda es que no te presentes a los ensayos esta semana.
— ¿De verdad piensa que saltarme los ensayos una semana estando tan cerca de las regionales sea lo correcto?
No, pensó Jesse. No podía dejar que una de sus alumnas más talentosas se perdiera los ensayos. ¿Más talentosas? ¿Desde cuándo pensaba eso de Elaine?
—Elaine, es eso o ir.
Tal vez si le decía cuál era el problema con April y su alcoholismo, tal vez si le decía cuál era su problema con el alcoholismo en general él lo entendería. Buscaría otro lugar. La cosa era que a Elaine no le gustaba contar eso a cualquier persona, y no estaba dispuesta a contárselo a un adulto que parecía estar bastante reacio a que ella y el resto de sus alumnos volvieran a tener contacto con esa mujer.
La misma que llevaba alcohol en la escuela y la que hizo que Kurt un día llegara ebrio a clases.
—De acuerdo —dijo ella, encogiéndose de hombros—. No iré.
El señor Schuester se tomó unos segundos para asimilar la decisión de la joven, las comisuras de sus labios se alzaron en una leve sonrisa decepcionada pero comprensiva.
—De acuerdo —repitió él—. Estaremos ahí si cambias de decisión.
No creía que lo hiciera, aún así le agradeció al maestro y se despidió de él.
—Nos vemos mañana, chicos —dijo el señor Schue, sujetando la cinta de su maleta mientras caminaba hacia la puerta.
Jesse miró con discreción a Elaine cuando ella se giró hacia atrás para ver por qué el profesor había usado plural al despedirse y al ver a Jesse soltó un gruñido.
— ¿Ahora escuchas conversaciones privadas?
—No es mi culpa que no esperes a que el salón esté vacío para exteriorizar tus problemillas —repuso Jesse.
Ella se mordió la lengua para no responderle y en su lugar se dirigió a la salida. Jesse rodó los ojos al verla tan dispuesta a marcharse sin antes escuchar lo que él tenía que decirle, la siguió a paso moderado.
—Mira, si me preguntas...
—No lo hice —interrumpió Elaine.
— ¿Por qué tan grosera? Todos mis consejos e ideas son superiores a los del resto de tus compañeros.
Elaine arrugó la nariz.
—Nuestros compañeros —corrigió ella.
Jesse la ignoró: —Y el consejo que te di en las Sectoriales funcionó, ¿no?
—Ese ni siquiera fue un consejo. Ni una crítica constructiva —repuso Elaine, deteniéndose en el pasillo porque no quería seguir caminando al lado de Jesse hasta llegar a su casillero—. No me vas a dejar en paz hasta que me lo digas, ¿cierto?
Él le sonrió como si fueran los mejores amigos del mundo y se enderezó, sintiéndose claramente alegre porque Elaine quería escuchar lo que él quería decirle.
—Bueno, primero, ¿por qué odias tanto a esa tal April?
—No es de tu incumbencia.
Jesse entrecerró los ojos con sospecha y basándose en el semblante serio de Elaine supo que no obtendría respuesta alguna de su parte, se cruzó de brazos antes de resoplar.
—Ve a los ensayos.
— ¿Ese es tu consejo? ¿Ir a los ensayos a los que ya dije que no iría?
—No he terminado, Elena, ¿por qué no me dejas terminar?
—Elaine —corrigió ella entre dientes.
Jesse volvió a ignorarla y Elaine se preguntó por qué demonios se esforzaba en corregirlo si él no le hacía caso.
—Ve a los ensayos —repitió Jesse, y antes de seguir hablando se aseguró de que Elaine no lo interrumpiría— y demuéstrale al mediocre señor Schuester que no vas a dejar que él o la tal April te abstengan de ensayar para ser mejor. Si no vas, van a creer que eres una diva antes de que lo seas.
—No soy una diva.
—Ya sé, lo acabo de decir, la diva es Rachel. Tú eres más bien la cantante de apoyo.
La joven muy a pesar de su buen juicio soltó una suave carcajada por el comentario del chico, esto tomó a Jesse por sorpresa y su semblante cambió a uno de curiosidad y entonces, él también empezó a reír.
Era curioso, pensó Elaine, la manera en la que no soportaba a Jesse pero él era el único chico —además de Kurt— con el que podía hablar sin sentirse incómoda o tener silencios incómodos. Y, oh, miren, ¡la había hecho reír!
—Entonces ese es tu consejo.
—Sip, tómalo o déjalo, chica Gilmore.
Ella hizo una mueca: —Ya veremos.
El castaño asintió una vez y tomó rumbo a otro lugar, alejándose de Elaine quien se quedó mirando la espalda de Jesse durante unos segundos mientras consideraba lo que había dicho.
¿Tenía razón? ¿Si iba probaría que quería ser mejor a pesar de su situación? En otros pocos segundos, Elaine puso en perspectiva todo. Quizá no sólo probaría eso, quizá podría probarse a sí misma que un adicto no volvería a interponerse entre ella y lo que la hacía sentirse feliz.
Dios, ¿por qué Jesse siempre tenía razón?
APAREZCOOOOO. NO, NO ESTABA MUERTA, ESTABA... MORIBUNDA.
Ay, cinnamons, desde la última vez que actualicé la he estado pasando medio mal. Tuve problemas de salud, familiares, y toda mi inspiración para escribir se fue por el drenaje, a tal punto llegué que pensé muy seriamente en irme de Wattpad y dejar de escribir ¡pero estoy de vuelta! Espero que todavía queden algunas de ustedes por aquí o lloro.
¿Qué les pareció este cap? Ya vamos aprendiendo más de Elaine y si mis cálculos no me fallan se viene una revelación sobre su vida en el siguiente capítulo (no es gran revelación, eh, en este capítulo les di bastantes pistas así que xfa actúen sorprendidas) Díganme qué opinan de TODO, de Ivy y Elaine lidiando con su sexualidad, de las cuestionables intenciones de Jesse hacia Elaine y maybe con quién quisieran ver amigar a Elaine ???
Y BUENO, eso ha sido todo, espero poder actualizar prontito y no volver a pasarla mal ahre. Anyways, voten y comenten, etc. nos vemos cinnamons.
gina ✨
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