━━ 08: wasted talent
TALENTO DESPERDICIADO
𝗧𝟭:𝗘𝟭𝟓 ー 𝗍𝗁𝖾 𝗉𝗈𝗐𝖾𝗋 𝗈𝖿 𝗆𝖺𝖽𝗈𝗇𝗇𝖺
(PREVIOUSLY ON SYMPHONY: Ivory está evitando a Elaine porque la besó y ahora está confundida al respecto, Jesse se unió a New Directions y no todos están muy contentos al respecto y ahora Kurt y Mercedes son parte de las Cheerios. Aaaand that's what you missed on SYMPHONY)
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AL DÍA SIGUIENTE EN LA ESCUELA, Elaine era una mujer con un plan. Se sentía muy segura de sí misma cuando decidió buscar a Ivory pero al encontrarla se le fue toda la valentía que había estado acumulando desde el día anterior.
Sus piernas temblaron y por inercia dejó de caminar al sentir que no quedaba fuerza interna en ella para hacerla seguir caminando hacia Ivy y lo único que atinó a hacer fue a querer caminar en dirección contraria casi de inmediato. Sin embargo, de algún modo, logró deshacerse de cualquier duda y retomó su andar.
Ivy estaba guardando cosas dentro de su casillero y Elaine se detuvo detrás de la puerta abierta de éste provocando que la rubia se llevara un gran susto cuando cerró la puerta y la vio parada ahí.
— ¡Dios, Elaine! —Exclamó ella— Deja de juntarte con Rachel, te está pegando lo acechadora.
La morena entrecerró los ojos.
—Debemos hablar.
La menor de las Fabray pareció entender al instante a qué se refería Elaine y ella notó cómo la mirada de la rubia miraba a sus alrededores para asegurarse de que nadie estuviera escuchándolas. No la culpaba, parecía que en William McKinley las paredes hablaban y escuchaban y todos se enteraban de todo.
—No ahora, Elaine.
— ¿Entonces cuándo, Ivy?
Había alzado su voz y unas cuantas miradas se dirigieron a ellas. Ivory fingió una sonrisa como si no estuviera pasando nada.
—Escucha, lo del otro día...
—Está bien —la detuvo Elaine, su tono de voz disminuyó muy notablemente—. Lo entiendo. Sé que es difícil pasar por lo que sea que estés pasando. Somos adolescentes, estamos descubriendo nuestra sexualidad y todo eso.
—No. No entiendes —dijo Ivory—. No se supone que yo deba estar sintiendo esto por una chica.
—Es normal, Ivy —respondió Elaine—. Hacen de ese tema algo muy grande y nos hacen creer que está mal pero no lo está, ¿de acuerdo?
—Ese es el problema. No sé lo que estoy sintiendo —le respondió Ivy, sonriéndole a una animadora que pasó a un lado de ellas—. Sé que cuando estoy contigo me pongo nerviosa y que ese día realmente quería...
Besarte.
No terminó la oración porque se frenó a sí misma y Elaine parpadeó varias veces.
—Y también sé —continuó la rubia—, que jamás había sentido eso con chicos que, según yo, me gustaban.
Oh.
Elaine se quedó en blanco, su cerebro procesando la información obtenida hace unos segundos.
— ¿Eres les...?
—No sé lo que soy, Elaine —se apresuró a responder la porrista—. No sé lo que siento y no sé cómo actuar a tu alrededor. Mis sentimientos son un desastre y no creo que sea justo que tengas que lidiar con esto.
Ivory tomó una bocanada de aire y cerró los ojos con frustración.
—Está bien, Ivy —repitió.
—No lo está, Elaine, nada de esto está bien.
Dicho eso, Ivory se alejó de la chica dejándola sola frente a su casillero. Elaine la miró alejarse y soltó un gruñido antes de chocar su cabeza contra el casillero y lamentarse en silencio.
Aquello había salido muy mal. No sabía que Ivory iba a estar así de confundida respecto a sus sentimientos. Ella misma tenía dudas sobre si era o no bisexual puesto que solo le habían gustado chicas, incluso a veces pensaba que se había apresurado a sus conclusiones y quizá era lesbiana pero había algo, muy en sus adentros, que simplemente lo sabía.
— ¿Pegándote en los casilleros siendo apenas la segunda hora?
El sonido de la voz de un chico detrás de ella la hizo dejar de chocar su cabeza contra el casillero y dio media vuelta encontrándose con Jesse St James.
—Me sorprende que sigas aquí —le respondió ella—, pensé que luego de darte cuenta en la primera hora de que nadie haría tu trabajo por ti tomarías tus cosas y regresarías a Carmel High.
— ¿Tú en serio crees que tenemos personas ahí que hacen el trabajo por nosotros?
Elaine lo miró enarcando una ceja.
— ¿No tienen?
En el rostro de Jesse pasó una pequeña sombra de frustración: — ¿Estás segura de que tú no nos espiabas a nosotros?
La chica rodó los ojos y empezó a caminar en el pasillo para ir a su casillero y justo como pasó el día de la biblioteca, Jesse la siguió.
— ¿Sabes? Rachel me dijo que eres la de mejor promedio aquí y que amas estudiar y ser responsable.
La chica entrecerró los ojos sabiendo casi de inmediato a dónde quería llegar Jesse.
—No voy a hacer tus trabajos por ti, St James —le respondió—. Ni siquiera te conozco.
—Sabes que me llamo Jesse y que soy una estrella, ¿qué más quieres saber de mi?
—También sé que eres un dolor en el trasero y que tu ego es más grande que el del resto de todos en la escuela.
—Y yo sé que tienes nombres de dos personajes de dos series distintas de televisión y que tienes mal humor —habló él—. ¿Lo ves? Somos prácticamente mejores amigos.
Ella frunció el ceño, deseando que Kurt apareciera en el pasillo y pudiera usarlo de excusa para dejar a Jesse pero su amigo estaba ocupado con Mercedes y las animadoras ensayando para su gran debut en las Cheerios. Era casi seguro que Ivory había ido al gimnasio a ensayar con ellos para la asamblea de ese día luego de hablar con Elaine.
La chica había optado por dejar que Kurt y Mercedes siguieran con el proyecto de Madonna solos para su número con las Cheerios, decidiendo también que no cantaría ninguna canción para la tarea de Madonna. No se sentía con ánimos ni digna de cantar canciones de la reina.
—No sé qué te enseñan en tu casa pero en la mía me enseñan a trabajar, no a esperar a que hagan el trabajo por mi.
—Es curioso que lo menciones. En mi casa me enseñan que soy tan asombroso que la gente siempre va a hacer lo que yo quiera.
Parecía broma, sonaba a broma, pero algo dentro de Elaine le dijo que Jesse no bromeaba y que de verdad era lo que le enseñaban en su casa. La chica se detuvo cuando llegó a su destino.
— ¿Eres hijo único?
—No, tengo dos hermanos, ¿por qué?
Interesante.
La curiosidad de Elaine divagó y de pronto se vio a sí misma preguntándose si sus dos hermanos eran igual de insoportables que él y si no lo eran, se aventuró a pensar lo que sería tener que aguantar diariamente a alguien como Jesse.
—Llegué a la conclusión de que te pierdes muy fácil en tus propios pensamientos, Chica Gilmore.
Aquello caló sus huesos porque era bastante obvio que estaba burlándose de su apellido justo como Kurt y Quinn hacían pero la diferencia entre ellos y Jesse era que ellos eran sus mejores amigos y no le molestaba que lo hicieran.
—Tu presencia me molesta.
—No creas que tú eres una persona bastante agradable —respondió él—. Encuentro tus insultos bastante hirientes.
Jesse llevó una mano a su pecho, justo del lado del corazón, con fingido dolor y Elaine requirió de mucha fuerza de voluntad para no molestarlo y decirle que se sorprendía de que supiera en dónde estaba ese órgano. En su lugar, la chica lo miró con —también fingida— lástima y tocó su hombro con empatía.
—Oh, Jesse, espera muchos de esos insultos en tu estadía en McKinley.
Cuando el muchacho estuvo a punto de responder, la voz alegre y llena de energía de Rachel llamó la atención de ambos. Lo primero que hizo la chica al llegar fue entrelazar su brazo con el de su novio y solo así Elaine se dio cuenta de que seguía tocándolo.
—Hola, chicos, ¿están forjando una amistad?
— ¿Quién, él y yo? —Preguntó Elaine señalando a Jesse y después a sí misma, luego rió con amargura— Por supuesto que no.
Nunca sería amiga de alguien que se enoja porque su novia no quiere tener relaciones con él.
Nuevamente Elaine hizo lo mejor que pudo para evitar decirlo en voz alta, a sabiendas de que era un tema que no le incumbía y que de seguro había quedado en el pasado dado que Rachel se veía bastante cómoda al lado del castaño. Esperaba que Jesse le hubiera ofrecido disculpas y se lo hubiera compensado de alguna manera.
Rachel y ella no eran amigas y Elaine dudaba que alguna vez lo fueran, pero el hecho de imaginarla en una situación donde estuviera indefensa, sin ayuda, con un chico obligándola a hacer cosas que no quería, hacía que la morena quisiera protegerla.
—Te lo dije —habló Rachel, dirigiéndose a Jesse—, Elaine no habla con muchos.
Pasó por alto el hecho de que ambos hubieran hablado de ella en algún momento del día anterior.
—Sobre todo si me caen mal —le lanzó una mirada venenosa a Jesse—, y todo el mundo me cae mal.
El castaño entrecerró los ojos en su dirección y se ahorró sus palabras, deshaciendo el agarre de Rachel sobre su brazo para en su lugar abrazarla por los hombros y acercarla a él.
—Jesse me dijo sobre su encuentro en la biblioteca.
Su encuentro, en singular, o sea que solo le había contado de uno, probablemente en el que estuvieron solos y no en compañía de Ivory y Rachel respectivamente. La morena tronó la lengua.
— ¿Qué le contaste?
—Que estabas leyendo un libro incestuoso.
Elaine rodó los ojos. Sopesó la opción de responderle y de ese modo envolverse en una riña de palabras y más palabras con él pero, pensándolo bien, no tenía la energía suficiente para hacerlo así que simplemente sacudió su cabeza, se giró hacia su casillero y empezó a poner su combinación para abrirlo.
El par se quedó parado a un lado de ella.
—La trama es buena.
—Pero es incesto.
—Sabes mucho de Flores en el Ático, Jesse, ¿lo leíste o algo así? Porque en ese caso estás siendo algo hipócrita al respecto.
La morena no los vio porque estaba ocupada sacando y metiendo libros y cuadernos al casillero, pero Jesse mordió el interior de su mejilla e intentó disimular su sonrisa burlona mientras que Rachel la miró con molestia, ¿por qué se empeñaba tanto en molestar a su novio?
O mejor aún, ¿por qué su novio se empeñaba tanto en molestar a Elaine?
La respuesta era simple: ni siquiera él lo sabía. Elaine no le caía bien aunque tampoco le desagradaba como era obvio que él a ella sí. La chica usaba bien sus palabras y era ingeniosa a la hora de responderle a las personas, sobre todo a él.
Jesse empezaba a disfrutar sus peleas constantes con la chica Gilmore.
— ¿Flores en el Ático? —Repitió Rachel— He oído hablar del libro. No sabía que trataba de incesto, ¿te gusta eso, Elaine?
—No voy a hablar de esto contigo, Rachel.
—Seguramente sí —le respondió Jesse a su novia, haciéndola reír.
Cerró la puerta de su casillero con molestia, abrazando dos libros en su brazo izquierdo y miró a la pareja: —Son tal para cual.
Dicho esto, la chica empezó a caminar hacia el salón de su siguiente clase, dejando a la nueva pareja del club glee en el pasillo.
— ¡No me contestaste si te gusta eso, Elaine!
Ella reprimió sus ganas de seguir escuchando cualquier cosa que no fuera el señor Abernathy explicando el tema de física de ese día así que se las arregló para sacar sus audífonos de la pequeña red de su mochila sin tirar sus libros, los conectó a su celular y le dio play a la música.
No quería saber nada de nadie hasta que tuviera que ir a la asamblea a apoyar a Kurt.
• •.°✦ •.°
El bullicio del alumnado en el gimnasio fue lo que la recibió en cuanto entró. Las gradas ya estaban un poco llenas y casi no habÍa lugares disponibles pero sabía que en algún lado estaba sentada Quinn y que le había apartado un lugar, solo era cuestión de encontrar su cabeza rubia entre el mar de personas.
Sabía que esto debía ser difícil para su amiga. No formar parte de las Cheerios le afectaba más de lo que quería admitir, ser animadora era algo que Quinn adoraba y posiblemente ya no serlo se sentía como no tener una parte de ella misma.
O tal vez ese no era el caso y Elaine sólo estaba proyectándose en su mejor amiga, recordando cuántas partes que la hacían ser Elaine Gilmore había perdido en el camino.
Sacudió de cabeza, intentando deshacerse de esa manera de sus pensamientos intrusivos, y retomó su tarea de buscar a su mejor amiga. Alcanzó a distinguir a la pequeña figura de Rachel sentarse en una de las gradas de arriba del gimnasio, a su lado estaba Jesse, en la grada de abajo estaba Jacob Ben Israel, la persona de la escuela que más repugnaba a Elaine, incluso todavía más que Puckerman; observó a Rachel decirle algo a Jacob cuando él no le quitó la mirada de encima.
Elaine frunció el ceño. Seguramente Jacob le había hecho alguno de sus comentarios acosadores. Su mirada viajó hacia a Jesse, quien miraba al otro chico con notorio disgusto, y Elaine sonrió cuando lo vio decirle algo, por obvias razones no supo lo que le dijo pero basándose en la sonrisa de Rachel y la manera en la que Jacob se encogió y dejó de molestar a la chica, ella dedujo que debió haber sido algo malo.
Muy bien, Jesse.
Quitó la mirada de ahí y siguió recorriendo las gradas hasta que logró encontrar a su rubia amiga, vestida con una chamarra morada, sentada en las gradas de abajo a unos cuantos metros de ella.
—Odio las asambleas —fue lo primero que dijo al llegar a donde estaba Quinn.
—Podría decir lo mismo —le respondió la rubia, quitando su mochila que había dejado a su lado izquierdo para apartarle el lugar a Elaine—. Tener que ver un número de las Cheerios sin mi en él apesta.
Elaine se sentó, hizo un puchero y abrazó a su mejor amiga soltando un pequeño "oh" que indicaba consuelo: —Las Cheerios apestan sin ti, Fabray.
Quinn recargó su cabeza en el hombro de la chica y soltó un suspiro. La gente había dejado de entrar y unos maestros estaban cerrando las puertas, lo que significaba que estaban todos, sólo hacía falta esperar a que el director Figgins diera inicio.
—Lo sé —respondió Quinn, Elaine se rió—. Soy la mejor. No son nada sin mi. De hecho, les hago tanta falta que por eso la señorita Sylvester le ofreció puestos a Kurt y Mercedes, sin ofender.
—No me ofendo. Pero te recuerdo que a mí también me ofreció un puesto.
—Y por eso no te mencioné.
Elaine rodó los ojos. Justo en ese momento, el director Figgins, tan extraño como siempre, se paró rígidamente frente al micrófono y le dio unos leves golpecitos para asegurarse de que se escuchaba bien.
Dijo un par de cosas antes de dar inicio a la presentación de las porristas, la cual parecía ser bastante ambiciosa ya que mientras Figgins hablaba unos hombres que indudablemente eran parte de una banda de marcha, vestidos con un uniforme militar que portaba el color rojo de McKinley se acomodaron en varias filas en la cancha. Sue apareció con su megáfono en mano cuando todos estuvieron en posición.
— ¿Qué demonios planearon Kurt y Mercedes?
—No tengo ni la más mínima idea.
— ¡Cinco, seis, siete, ocho! —Gritó Sue.
En cuanto terminó de contar, la banda empezó a tocar una versión acoplada a sus instrumentos de 4 Minutes de Madonna.
Dos hileras de porristas salieron; una de cada lado, y Kurt y Mercedes las acompañaban; uno de cada lado.
Ooooh, esto sería genial.
—Hey, uh, c'mon. Kurt Hummel, take it.
—Come on, girl, I've been waiting for somebody to pick up my stroll.
Elaine llevó sus manos a su boca para cubrirla, la emoción viéndosele en el rostro. Kurt lucía feliz y cómodo en el lugar donde estaba, siendo el centro de atención, haciendo cosas atrevidas, marcando la diferencia en la comunidad de alumnos de McKinley.
Estaba orgullosa de él. Era el primer gay declarado oficial en la escuela y ella en verdad esperaba que sirviera de ejemplo a más jóvenes de McKinley de la comunidad. Inconscientemente, su mirada buscó a Ivory.
¿Ella se sentiría influenciada por el mismo Kurt para encontrarse a sí misma? ¿Elaine estaría dispuesta a seguir los pasos de su mejor amigo y ser la primera bisexual declarada en la escuela?
—Well, I can handle that, you just gotta show me where it's at. Are you ready to go?
—Are you ready to go? —Cantó ella a la par de Mercedes.
Volteó a ver a Quinn a sabiendas de que no le tenía mucha expectativa a la presentación pero se topó con que se la estaba pasando igual de bien que ella.
Las porristas —y Kurt y Mercedes— formaron un círculo en medio de la cancha y se agacharon un poco, levantándose junto al par del club glee en la siguiente estrofa.
—If you want it, you already got it.
—If you thought it, it better be what you want —Elaine y Quinn cantaron al unísono, señalándose la una a la otra.
Estaba sorprendida. Kurt y Mercedes estaban haciendo un trabajo fenomenal.
Su mirada sin querer se cruzó con la de Ivory quien la desvió justo al darse cuenta de que Elaine la había atrapado viéndola y siguió su presentación como si nada. La morena se enderezó y suspiró.
Quinn miraba con una enorme sonrisa la presentación, sus manos ahora debajo de su barbilla.
—Keep it up, keep it up. Don't be afraid, hey, Madonna, uh —cantaron las claras estrellas de la asamblea.
Quinn y Elaine movieron sus hombros de arriba abajo en la parte de tick tock de la canción, riendo mientras lo hacían. Y de un momento a otro, la presentación había terminado dando pie a los aplausos y vítores del público, siendo Elaine una de las primeras en levantarse.
Acunó su boca entre sus manos formando una especie de cueva para amplificar su voz y gritó: — ¡Vamos, Kurt!
— ¡Eso fue increíble! ¡Y lo estoy diciendo yo! —Exclamó Quinn, haciéndola reír.
La banda de marcha se dispersó y las animadoras empezaron a hacer su clásica rutina, mientras Elaine miró a su mejor amigo y a Mercedes acercarse a la señorita Sylvester que ahora estaba siendo acompañada por el señor Schue, dos pares de ojos la miraron instantáneamente.
El primer par era de Ivory, quien le lanzó una mirada que ni ella misma podría haber descifrado en ese momento antes de seguir la rutina junto al equipo; el otro era de Jesse, quien la miraba con los ojos entrecerrados.
Según lo que tenía entendido gracias a lo que Rachel le había contado, ella formaba parte de ese dueto antes de que decidiera renunciar a la tarea y dejar que Kurt y Mercedes hicieran su pequeño espectáculo en el gimnasio. Había renunciado a ser el claro centro de atención.
Y eso no estaba bien.
• •.°✦ •.°
Elaine cerró su casillero una vez guardó lo que tenía que guardar y soltó un grito del susto al percatarse de la presencia de Jesse que estaba escondido detrás de la puerta del casillero.
— ¡Jesús!
—No, de hecho me llamo Jesse, pero es lindo que me compares con él —dijo él en tono burlón—. A la próxima dime Buda.
—Graciosísimo, sí.
Quería preguntar si había sido pura casualidad el uso de Buda para su chiste o directamente sabía que Elaine tenía ascendencia hindú y lo dijo para molestarla. Y si sabía que era hindú, quería saber cómo se enteró.
Quizá se lo dijo Rachel, ya que aparentemente le había estado preguntando sobre ella. O quizá era que sus facciones la delataban un poco.
—Estaba pensando...
—No —dijo ella—. No voy a hacer tu tarea, no voy a estudiar por ti, no voy a leer por ti.
—No iba a decirte nada sobre eso.
Lo miró escéptica.
— ¿Por qué siempre parece que esperas lo peor de mi parte?
—Amigo, la primera vez que nos vimos me dijiste que mi presentación fue mala. Preguntarme por qué me espero lo peor de tu parte es estúpido. Incluso para ti.
Jesse se quedó pensando solo unos segundos sobre lo que acababa de decir antes de sacudir su cabeza: — ¿Vas a cantar algo de Madonna antes de que acabe la semana?
—Nop. Renuncié a la tarea —le respondió.
— ¿Por qué?
Elaine suspiró con fastidio.
—No sé, Jesse, quizá no me sienta lo suficientemente digna para arruinar una canción de ella. Ya sabes, como hice con Queen y Bon Jovi.
—No te lo tomes personal.
—No me lo tomo personal.
Esperaba que estuviera mintiendo, realmente lo hacía. Porque si se tomaba personal sus comentarios, significaría que Elaine los estaba viendo como un reto; por ende, ella haría hasta lo imposible por probar que era buena.
La lógica de Jesse estaba dejando de tener sentido incluso para él, no encontraba explicación al por qué le daba la impresión de que Elaine estaba reteniéndose demasiado a sí misma desde que la vio cantar Somebody To Love en las Sectoriales y por qué quería ayudarla.
No tenía sentido ayudarla, no después de que todo terminara.
— ¿Siempre eres así de rencorosa?
— ¿Siempre usas negro?
— ¿Tu molestia a la ropa negra es hasta con la gótica del club glee o solo conmigo?
—Solo contigo —le dijo Elaine, Jesse rió sin gracia—. Y su nombre es Tina.
Él la miró como si no supiera de qué estaba hablando provocando que ella soltara un suspiro pesado.
— ¿El de la gótica del club?
Jesse formó una o en sus labios y emitió un casi inaudible "oh", ahora entendiendo a lo que se refería Elaine. Aunque realmente no le importaba aprenderse de memoria los nombres de todos en el club, no era su prioridad y tampoco le parecía necesario hacerlo.
—De acuerdo, entonces —Jesse miró algo sobre el hombro de la chica, ella volteó a ver lo que miraba encontrándose con Rachel hablando con Finn—. Dios, no puedo creer que Rachel haya salido con ese bobo.
—Oye —dijo ella sorprendida—, y yo no puedo creer que esté saliendo con este bobo.
El castaño miró mal a Elaine antes de marcharse sin decir ni una palabra más, yendo hacia donde su novia hablaba con el mariscal de campo. Rodó los ojos y giró sobre sus talones hacia el lado contrario, quería buscar a Kurt porque desde el día de ayer sólo había podido hablar con él como cinco minutos para felicitarlo por su gran trabajo y ese día no lo había visto en absoluto, también quería ir por un café, pero tenía que ir a su siguiente clase y adoraba ser la primera en el salón.
Buscó sus auriculares para escuchar música como ya le era costumbre y cuando estuvo a punto de colocarse uno, una voz gritando su nombre la interrumpió.
No tenía que voltear para saber que la dueña de la voz era Ivory. Detuvo su andar para que la rubia pudiera alcanzarla y cuando lo hizo la miró de reojo.
—Hola —dijo Elaine en voz baja.
—Hola —respondió Ivory más fuerte que ella y después murmuró—, ¿podemos hablar?
—Claro, ¿de q...?
Se interrumpió a sí misma cuando Ivory la tomó de la muñeca y la arrastró detrás de ella sin decir una palabra más. Elaine frunció ligeramente el ceño pero no rechistó, algunos estudiantes las miraban extraño y ella debía admitir que no se sentía para nada cómoda llamando la atención de esa manera, sin embargo a Ivory parecía no molestarle en absoluto.
Ella era así y Quinn también. Estaban acostumbradas a ser el centro de atención y a que todos las miraran. Eran dos caras de la misma moneda.
Terminaron en el salón de coro.
Ivory soltó a Elaine y cerró la puerta detrás de ellas, pasando de largo a la chica una vez hecho eso y yendo directo al centro del salón para caminar de un lado a otro por unos momentos.
—No soy lesbiana —dijo de repente la rubia.
Elaine parpadeó varias veces: —De acuerdo —respondió con lentitud.
—No lo soy.
Algo le decía que estaba tratando de convencerse a sí misma de aquello y no a Elaine.
—Me gusta pasar tiempo contigo. Me gusta verte todos los días. Me gusta verte escuchar música en el pasillo como si no te importara lo que pasa a tu alrededor y me gusta que te rías cada que llego de sorpresa y te abrazo —siguió hablando la rubia—. No sé si me siento así de confundida porque nunca había tenido una amiga así de cercana. Yo sólo... estoy muy confundida. Y no puedo hablarlo con mi mamá porque seguro me va a salir con su basura bíblica y Quinn sabe que hay algo mal en mi pero nunca lo menciona, al menos no directamente y...
—No hay nada mal en ti, Ivory —le dijo Elaine, acercándose a ella—. Somos adolescentes, apenas estamos descubriéndonos a nosotros mismos. Yo, por ejemplo, a veces me pregunto si...
Titubeó un poco al darse cuenta de lo que iba a decir ya que sólo cinco personas sabían sobre su bisexualidad. Pero era Ivy, le gustaba Ivy, y en ese momento estaba teniendo una crisis de identidad.
—A veces me pregunto si realmente soy bisexual o soy lesbiana.
— ¿Qué? —La rubia la miró con sorpresa— ¿Te gustan las chicas?
—Y los chicos, creo —aclaró un poco su garganta—. ¿Crees que te devolví el beso por pura cortesía?
Ivory se encogió de hombros y, por primera vez desde que la conocía, la vio agachar su cabeza avergonzada.
Se quedaron en silencio durante unos largos minutos en los que Elaine se dio a la tarea de averiguar si Ivory se sintió avergonzada por haber pensado que Elaine la había besado para no hacerla sentir mal o consigo misma. Sintió un pinchazo de dolor en el pecho al pensar en la segunda opción, de repente recordando lo fuera de lugar que Kurt se sintió cuando aceptó que era gay.
No le había prestado la atención necesaria en ese entonces porque ella estaba lidiando con sus propios problemas, pero sí había prestado toda la atención cuando Kurt estuvo listo para hacerlo público.
—Creo que me atraes, Ellie —habló por fin Ivory—. Pero también creo que estoy muy confundida al respecto porque me criaron bajo la creencia de que los hombres deben estar con mujeres y viceversa, nunca con una persona del mismo sexo.
Elaine asintió.
—Sé que es difícil. Lo viví con Kurt y a carne propia —dijo ella, acercándose con cautela a la rubia—. Lo sigo viviendo porque sigo sin estar muy segura al respecto.
Esta vez la que asintió fue Ivory. Sus ojos verdes conectaron con los marrones de Elaine y antes de que se arrepintiera envolvió a la morena en un abrazo. La tomó despistada y tuvieron que pasar varios segundos antes de que le devolviera el abrazo, Ivy retuvo un suspiro de alivio al sentir los brazos de Elaine alrededor suyo.
— ¿Estamos bien? —Preguntó Elaine.
—Sí —aseguró ella separándose de la chica.
Se quedaron mirando unos instantes más de los necesarios, Elaine hizo todo lo posible por no mirar los labios de la animadora y la susodicha mordió el interior de su mejilla teniendo una batalla interna consigo misma.
Quería besarla. Tenía mucho tiempo queriendo besar a Elaine y por eso lo había hecho la semana pasada, solo por curiosidad, para saber qué se sentía y sorprendentemente le había gustado.
—Debo irme —dijo de repente y se atrevió a darle un beso en la mejilla a la morena—, ¡nos vemos luego!
Se alejó corriendo antes de que pudiera decir algo al respecto, no obstante, Elaine fue rápida en girar sobre sus talones hacia donde había corrido la rubia.
— ¿Y eso por qué? —Le gritó.
— ¡Me dieron ganas!
La morena soltó una carcajada por la respuesta de Ivy y miró solo un segundo más de lo debido en dirección hacia donde la rubia había corrido, no percatándose de que fuera de ahí, la animadora casi se estampa contra Finn que iba caminando junto a Jesse hacia el auditorio para hablarle de su idea para el último número de la semana de Madonna.
Finn pasó de largo el salón de coro, pero Jesse se atrasó un poco con la excusa de que su agujetas se había desabrochado. No era tan despistado como Finn, se dio cuenta de que la hermana de Quinn Fabray había salido de ese salón minutos después de haber arrastrado a Elaine por el pasillo así que seguramente ella estaba ahí.
La observó desde la puerta, la chica estaba tocando una melodía en el piano. Estaba sentada en el banco, concentrada en lo que hacía. Reconoció por la melodía —y por lo que Elaine estaba cantando— que se trataba de Crazy For You de Madonna.
—You're so close but still a world away. What I'm dying to say, is that I'm crazy for you —cantó Elaine tenuemente—. Touch me once and you'll know it's true. I never wanted anyone like this, it's all brand new.
¿Estaba siendo bastante acosador de su parte ver a una chica que le caía mal y viceversa? Sí. Tal vez. ¿Estaba seguro de que la voz de Elaine era maravillosa? También.
Dios, ni siquiera le caía bien, ¿por qué quería ayudarla a mejorar? Sacudió la cabeza.
—Jesse, ¿vienes?
El castaño abrió los ojos con preocupación, temeroso de haber sido descubierto escuchando a la chica cantar. Pero, de nuevo, Finn era muy distraído y Elaine estaba bastante perdida en la canción como para darse cuenta.
—Trying hard to control my heart...
La voz de Elaine fue escuchándose más y más lejana conforme se alejó hasta que no pudo escucharla en absoluto. Elaine era maravillosa, le faltaba algo de confianza en sí misma para ser una digna rival de Rachel pero el talento lo tenía, ¿por qué demonios se retenía tanto?
No había nada que Jesse odiara más que el talento desperdiciado y sin duda Elaine estaba desperdiciándolo. Tal vez por eso la chica no era mucho de su agrado.
Lo había notado en las Sectoriales. A plena vista, si eras tan profesional como él te dabas cuenta que era la primera vez que Elaine era la voz principal. Se notaba en sus movimientos, en su voz, en su actitud. Lo hacía como si no creyera que estuviera pasando, como si no supiera que era capaz de cantar y sonar bien.
Jesse la había visto como un caso perdido, pero fue al verla a los ojos cuando le dijo que Rachel era mejor que ella que lo notó. Notó la manera en la que se molestó y el brillo en sus ojos. Tenía dentro de ella la ambición y las mismas ganas de ser la estrella que Rachel y el mismo Jesse tenían.
Sólo era cuestión de presionarla tanto como fuera suficiente para que dejara de desperdiciar su talento
Probando, probando. Uno, dos tres, ¿me escuchan? ¿me oyen? ¿me sienTEEEEEN?
¡Ha pasado un largo rato desde la última vez que estuve aquí! Me agarró un bloqueo de escritor enorme, cada que abría cualquier documento para escribir mi mente se ponía en blanco y las ganas de escribir desaparecían. Fue difícil, ¿saben? Pero por fin me animé a desempolvar mi Wattpad y, sorprendentemente, cuando también me animé a escribir las palabras salieron y ¡tadaaaaa! Esto salió.
No sé si todavía vaya a haber gente que lee esto y si están, les agradezco el haberme esperado, cinnamonssss <3.
¿Qué les pareció? Tenemos banda de cosas por aquí. Jesse dando a entender que (a su grosera y para nada bienvenida manera) quiere ayudar a Elaine aunque le caiga mal; las conversaciones entre Ivy y Ellie, una muy distinta a la otra x cierto. ¿Qué opinan? Honestamente, escribir sobre estos problemas que están teniendo ambas sobre su sexualidad, Ivy no queriendo aceptar que le gustan las chicas gracias a su familia y la religión, Elaine confundida respecto a si es o no bisexual... es algo re nuevo para mi y en verdad quiero hacerlo bien y fua no sé, díganme si estoy yendo por buen camino.
¡Por cierto! En Spotify hice una playlist con canciones que me recuerdan a Elaine y canciones que ha cantado por el momento, la playlist se irá actualizando conforme la fic avance y pasemos por más actos. Si quieren escucharla pueden encontrarla en el perfil asablonde (en Spotify, obvio) bajo el nombre de elaine's playlist.
Y bueno, eso es todo, nos vemos la siguiente semana lo juro x la garrita cinnamon apples ahre.
gina ✨
PD: ¿Vieron el banner al inicio? Me lo hizo marvelouswoman hace BANDA y no había podido usarlo hasta hoy. Muchas gracias, Nat, lo amOOO.
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