━━ 07: long day

DÍA LARGO
𝗧𝟭:𝗘𝟭𝟓 ー 𝗍𝗁𝖾 𝗉𝗈𝗐𝖾𝗋 𝗈𝖿 𝗆𝖺𝖽𝗈𝗇𝗇𝖺

SI ELAINE PENSABA QUE LAS COSAS no podían írsele más de las manos luego del beso con Ivory, estaba muy equivocada.

No sabía cómo pero de repente se encontró envuelta en las ideas de Kurt y Mercedes para su proyecto de Madonna. Los dos jóvenes le habían ofrecido a la entrenadora Sylvester la oportunidad de aparecer en el vídeo que harían de Madonna con ayuda de Artie y los del club de cinematografía, la entrenadora no era la persona favorita de la chica en la escuela y ella ni siquiera había estado cuando sus amigos hicieron el acuerdo sin embargo ahí estaba, sintiéndose bastante incómoda, grabando una imitación del vídeo de Vogue con Sue Sylvester como protagonista.

De todas las cosas que se imaginaba haciendo en su viernes, ver a la entrenadora haciendo de Madonna en su proyecto para el club en definitiva no era una de ellas.

No era como que tuviera muchas cosas que hacer de todos modos. Ivory y ella estaban evitándose mutuamente, Elaine no sabía qué decirle respecto al beso del miércoles y la rubia tampoco se veía demasiado entusiasmada por hablarlo y eso se lo había dejado en claro ese mismo día cuando en el umbral de la entrada a la residencia de los Fabray Elaine intentó hacerle un comentario y Ivy simplemente lo evadió.

Desde entonces, Ivory hacía lo posible por no encontrársela por el pasillo y a cambio Elaine huía de cualquier lugar donde la viera porque no quería que su presencia la incomodara. Quinn había notado ese particular cambio entre ellas pero si sospechaba de algo, no preguntó nada al respecto y Elaine lo agradecía.

Ni siquiera le había contado a Kurt porque sentía que, de algún modo, estaría invadiendo la privacidad de Ivory y no sentía que fuera correcto contarlo.

Era su secreto.

Con todo eso, el fin de semana de Elaine fue bastante tranquilo. Su tío Akash había ido de visita a su casa hospedándose en el cuarto para invitados que en realidad era exclusivo para él, comieron juntos en familia, leyó un par de libros, ayudó a su mamá a lavar ropa y, para su sorpresa, la experiencia traumática de colaborar con la entrenadora Sylvester no había sido tan mala.

Su video de Vogue quedó fabuloso y era algo de lo que los tres chicos estaban bastante orgullosos. Tanto que el lunes por la mañana se encontraron sumidos en una conversación al respecto.

—Nuestro proyecto fue fabuloso —dijo Kurt luego de refrescarse el rostro con un aparato que guardó en su casillero.

—Lo sé. Quiero saber qué imagen elegirá.

—No importa. Todas eran fantásticas —le respondió Kurt a Mercedes quien asintió emocionada.

Al parecer, sus dos amigos habían presenciado una pelea entre la entrenadora y el señor Schue en donde él insultó su cabello y ella pareció bastante herida al respecto, aquello pareció remover el corazón de Kurt y Mercedes pues lo siguiente que hicieron fue visitar a la entrenadora en su oficina y decirle que le ofrecían un cambio de imagen si participaba en el proyecto.

Elaine no entendía, si era sincera. Pudieron haber hecho cualquier otra cosa para honrar a Madonna pero decidieron ayudar a una de las personas que más odiaban al club. ¡Incluso había cambiado una parte de Vogue para proclamar su odio por Will Schuester!

—Yo no puedo creer que me hayan arrastrado a eso —habló Elaine—, y todo para ayudar a la entrenadora Sylvester. Nos hace la vida imposible pero, oh, ¿por qué no ayudarla cuando tiene problemas con su pelo?

—Se le llama solidaridad.

Elaine cerró la puerta de su casillero que estaba justo al lado del de Kurt y gruñó con molestia, lanzándole una mirada asesina a su mejor amigo, como si intentara decir que se callara. Se dio media vuelta para poder recargar su espalda sobre su casillero y abrir espacio a Mercedes.

—Ella no es muy solidaria con nosotros, ¿sabes?

De pronto, dos cosas pasaron al mismo tiempo. Kurt miró a la entrenadora Sylvester, luciendo bastante igual a como lucía en días normales, por encima del hombro de Mercedes y Elaine vio pasar a Ivory frente a ellos. Ambas chicas se quedaron mirando durante unos segundos que para el dramatismo de Elaine pasaron como en cámara lenta antes de que la rubia apartara la mirada y siguiera su camino.

Estaba decepcionada pero no sorprendida. Sinceramente, entendía a la perfección por lo que Ivory estaba pasando en esos momentos. Para ella tampoco había sido fácil asumir su sexualidad y darse cuenta de que las chicas le gustaban tanto como los chicos, mucho menos lo fue admitirlo en voz alta.

Y conociendo el historial familiar de los Fabray, Elaine tenía la impresión de que quizá la hermana menor de Quinn no lo había admitido en voz alta todavía y que Quinn lo sabía porque, a pesar de sus intentos por ocultarlo, ella también era muy buena leyendo a la gente.

—... Le dejaré el cambio constante de imagen a Madonna —fue lo primero que Elaine escuchó de la conversación al salir de su ensimismamiento— ¿Saben por qué? Tuve una revelación.

Y entonces, la señorita Sylvester hizo una narración sobre la epifanía que tuvo al hablar con el director Figgins sobre el cambio de imagen y todo eso.

Elaine se abstuvo de rodar los ojos.

— ¿Ven, chicos? Sue Sylvester se dio cuenta de que no tenía que cambiar —dijo la mujer—. Necesita cambiar a todos los demás. Empezando por ustedes tres aunque tú, adicta al café, no estabas cuando el trato se hizo.

— ¿El trato? ¿Qué trato?

La chica Gilmore miró a sus amigos con confusión en busca de una respuesta pero ellos también tenían la misma expresión que ella.

—Ustedes me ayudan, yo los ayudo —continuó la entrenadora—. Oficialmente son parte de mis animadoras. Estar en el ridículo club de Will Schuester no les viene para nada bien, les estoy haciendo un favor. Al contrario de mi, ustedes sí necesitan un cambio.

A Elaine le tomó unos segundos reaccionar antes de soltar un sonido bastante parecido al de una carcajada, Kurt la miró del mismo modo en el que ella lo hizo hace un rato: como pidiéndole que se callara, y Mercedes solo atinó a quedarse boquiabierta ante la oferta de la entrenadora.

—Lo siento, entrenadora, pero no sé si quiero formar parte de sus animadoras.

— ¿Y por qué demonios no? —Preguntó la mujer— Mis animadoras son las mejores. Puedes reforzar tu amistad con la otra Fabray.

La mención de Ivory la hizo tensarse un milisegundo y Kurt fue lo suficientemente rápido como para notar aquel cambio en Elaine, sin embargo ella se aseguró de volver a mostrarse relajada y él sólo pudo fruncir el ceño con sospecha.

—Es una oferta muy amable de su parte, pero paso —dijo Elaine—. No me gusta llamar la atención.

—Como quieras —le respondió la entrenadora, encogiéndose de hombros—. Ustedes dos, ¿están dentro o quieren ser desertores como su Buda aquí?

Esta vez Elaine sí rodó los ojos.

Kurt titubeó un momento, abriendo la boca para responder pero cerrándola casi al instante al seguir bastante sorprendido por la oferta de la entrenadora. Elaine golpeó su hombro contra el de él para instarlo a aceptar, sabiendo que quería hacerlo.

—Sería un placer, señorita Sylvester.

—Lo mismo digo —contestó Mercedes.

—Bien. Puede que hasta los deje cantar algo de Madonna para su gran debut o algo así.

Dicho esto, la entrenadora se marchó con las miradas confundidas y sorprendidas de los tres chicos quienes parecían haber estado reteniendo su respiración ya que, al mismo tiempo, exhalaron con fuerza.

Elaine señaló en dirección a la entrenadora.

—Eso fue extremadamente raro y amable de su parte —observó.

—Totalmente —estuvo de acuerdo Mercedes.

Elaine miró a Kurt y después a Mercedes antes de dibujar una sonrisa en su rostro y abrazarlos por los hombros: — ¡Son Cheerios! Por favor, no vayan a sentirse demasiado geniales y me vayan a olvidar.

Mercedes rió pero su mejor amigo se hizo el ofendido.

— ¿Olvidar a mi persona favorita? Jamás.

Dicho esto, los tres amigos se marcharon a su respectiva clase cuando el timbre sonó, Kurt y Mercedes todavía bajo el agarre de Elaine pero ninguno de los dos se quejó porque Kurt sabía que era extraño en su amiga tener contacto físico con personas que no fueran tan allegadas a ella y Mercedes, por otro lado, estaba bastante sorprendida por aquello.

En secreto, Kurt miró por el rabillo del ojo a su mejor amiga y se guardó una sonrisa para sí mismo a sabiendas de que Elaine estaba progresando.


•        •.°✦ •.°


Los miembros de Nuevas Direcciones esperaban en el salón a que el señor Schue apareciera y empezara el ensayo. Elaine estaba sentada a un lado de Quinn leyendo uno de los libros de Cazadores de Sombras que había empezado el fin de semana.

Sentía la mirada de su amiga sobre ella e intentó ignorarla lo más que pudo hasta que soltó un suspiro y puso un separador dentro del libro para cerrarlo.

— ¿Qué sucede? —Le preguntó.

— ¿Qué sucede? —Repitió Quinn— Es algo que yo debería de preguntarte a ti. Puede que no me lleve bien con mi hermana pero la conozco y te conozco a ti, están actuando raras.

Elaine se removió en su asiento: —No es cierto.

—Lo es —insistió rubia—. Es extraño que no se monte en tu espalda para saludarte y que se estén evitando. No me divierte que le caigas bien a Ivory pero es raro.

La chica suspiró y volteó a ver a su amiga decidida a decirle ya que había ido a su —antigua— casa el miércoles a explicarle algo a Ivy y que se habían besado pero entonces el señor Schue entró al salón.

—Hola, chicos —dijo él—, tengo un anuncio que darles.

—No es nada, Quinn —le dijo Elaine a la rubia, zanjando el tema.

Su mejor amiga la siguió observando a pesar de que Elaine ya no le estaba prestando atención y entrecerró los ojos.

—Hace un rato se unió un nuevo miembro al club —habló el señor Schue—, así que por favor denle la bienvenida a Jesse St James.

Elaine casi se ahoga con su propia saliva al escuchar el nombre de aquel muchacho salir de los labios del profesor y Quinn tuvo que darle unas palmadas en la espalda para que se calmara. Vio entrar a Jesse al salón vestido con una camisa, un saco y una corbata y peinado con algo de gel.

Lucía como una versión joven del señor Schuester.

El salón se llenó de bullicio y expresiones sorprendidas, Jesse los miró con la que Elaine pensaba era su mirada usual. La llena de modestia y prepotencia, como si él fuera la persona más genial del mundo y le estuviera haciendo un favor a las demás personas por el mero hecho de existir.

La mirada de Jesse chocó con la de Elaine y en sus labios se dibujó una sonrisa burlona.

—No podemos aceptar a la competencia en el club —dijo Finn, sentado a un lado de Kurt.

A Elaine no le pareció sorprendente que Finn fuera el primero de ellos en decir un comentario fuerte y claro al respecto. Estaba tan molesto con la presencia de Jesse que ni se tomó el tiempo de decirle que si el chico era parte de ellos ahora eso quería decir que ya no era competencia.

—Está hecho, Finn —le respondió el señor Schue.

— ¿Qué diablos? —Exclamó él— Parece que ahora todos hacen las cosas para herirme.

—Creí que tomarían la noticia mejor. Soy una estrella —dijo Jesse—. Aprendan de mi.

Dios.

No le cabía duda de que Rachel y Jesse habían sido cortados por la misma tijera.

—Ya nos peleamos el segundo puesto —Elaine tuvo que inclinarse un poco para ver a Kurt sentado cuatro lugares lejos de ella—. Ahora que apareciste, yo jamás tendré un solo.

Lo cual sería una lástima, pensó ella. Su mejor amigo cantaba fenomenal y no le gustaba para nada ver cómo el señor Schue prefería darle todos los solos a Finn. Estaba consciente de que él también cantaba genial pero darle solos a su amigo de vez en cuando tampoco los mataría.

No se le olvidaba el berrinche que Rachel hizo en la primera semana del club cuando pidió que metieran a un hombre que estuviera a su altura.

—Sí, correcto —estuvo de acuerdo Mercedes—. Y a mí me ponen al final de los números para que grite la última nota. ¿Cómo es que eso está bien?

—Si sirve de algo —habló Elaine—, tus gritos al final de nuestros números son los mejores.

Menos el de Somebody To Love. Había sido algo exagerado para su gusto y por eso mismo no quiso que lo repitiera en su número de las Sectoriales, pero eso no iba a decirlo en voz alta. Notó cómo Jesse alzaba las cejas con sorpresa por el comentario que hizo.

—Gracias, Ellie.

—Es un espía, señor Schue —dijo Santana—. Lo sé.

—Los espías reconocen a espías —habló Jordan haciendo sonreír a Elaine, incluso volteó a verlo con los pulgares arriba.

El señor Schue hizo expresiones para frenar a sus alumnos: —Vi todo el papeleo. Hablé con sus padres.

—Pasan el invierno en Bali —interrumpió Jesse—, es una llamada muy cara.

Elaine gruñó y Quinn se rió por su reacción.

—Jesse se mudó con su tío que vive en nuestro distrito escolar —siguió hablando el profesor—. Todo es legítimo, muchachos. Ahora estudia en esta escuela.

La chica Gilmore alzó la mano para pedir la palabra y cuando se le fue otorgada aclaró su garganta, miró directamente a Jesse y dijo: —Desde lo más profundo de mi corazón, espero que sepas que esta escuela está especializada en enseñarle a seres humanos y no a robots.

—Revisé antes de poner un pie dentro, muchas gracias.

—Y no somos millonarios.

—Ajá.

—Y somos la escuela más promedio de todo Ohio.

— ¿Tu punto?

Ella entrecerró los ojos.

—No es justo —habló Artie antes de que Elaine pudiera responderle a Jesse.

— ¡Muchachos! —Exclamó el señor Schue— Todos los que han hecho audiciones para este grupo han entrado. Así hacemos las cosas aquí.

— ¿Él audicionó?

—No lo necesito, Elena —le respondió Jesse—. Como ya dije, soy una estrella.

¿Le había dicho Elena?

Volvió a tragarse su respuesta cuando el señor Schue señaló en su dirección pero un poco más arriba, otorgándole la palabra a Brittany.

—Señor Schue, ¿es su hijo?

Elaine se aguantó una risa consciente de que ella había pensado que parecía una versión joven de Will Schuester, Jesse también retuvo una risa mientras miraba al profesor y el adulto sólo atinó a fruncir el ceño como si no entendiera a qué se debía la comparación. La chica Gilmore alzó la mano una vez más y, muy a su pesar, Will le dio la palabra.

—Es por el atuendo y el peinado. Bastante pretencioso si me lo pregunta, ¿estás cien por ciento seguro de que nunca nos has espiado, Jasey?

Jesse fingió inocencia y bajó la mirada hacia su vestimenta, llevando una de sus manos a su corbata.

—Pensé que te gustaría la elección de colores.

— ¿Te vistes con una prenda de color claro y ya sientes que conoces el resto de la gama de colores? —Cuestionó Elaine— Me decepcionas, St James.

Ambos estaban ignorando cómo el resto de sus compañeros, menos Kurt y Quinn que sabían todo sobre sus tres encuentros —no como Mercedes, Tina y Artie que solo sabían que Elaine se lo había topado o los demás que no sabían nada en absoluto— los estaban viendo. Incluso Rachel parecía bastante perdida ante el intercambio de palabras entre los dos jóvenes.

Sonaba tan familiar, como si ya fuera costumbre en ellos estar peleando.

Rachel se removió en su asiento dispuesta a interrumpir a su compañera y a su novio y dijo: —No entiendo por qué lo haces.

La atención y mirada de Jesse fueron acaparados totalmente por la chica y Elaine suspiró. Era bastante obvio que no habían terminado, lo supo por el caso del novio hipotético de Rachel, estaba segura de que todas las chicas del club glee lo supieron por eso.

—Porque cuando amas algo, vas tras ello.

Le dieron náuseas. Si se ponían a pensar en Romeo y Julieta de nuevo, ir detrás de lo que amabas no terminaba nada bien.

—Tú nunca estarías conmigo si yo fuera del equipo rival —siguió explicando Jesse—. Y tú me importas más que ganar otro título nacional. Así que dejé Adrenalina Vocal por ti.

Sonaba sincero, bastante para su opinión, y Elaine quería creer en las palabras que le estaba diciendo a Rachel porque, por el bien de todos, más valía que fueran verdad. Pero Jesse no le había dado el aire de ser el tipo de persona que abandonaba algo por alguien.

Si ese fuera el caso, entonces ese chico debía estar verdaderamente flechado por Rachel Berry.

La castaña solo atinó a mirar embelesada a su novio y Elaine notó por el rabillo del ojo cómo Finn la estaba pasando realmente mal. Voltear a ver a Jordan en la parte de atrás sería algo muy obvio y de mal gusto pero supuse que estaría en las mismas que el mariscal de campo.

—Bien, tenemos mucho que hacer —dijo Will—. Jesse, es un placer tenerte aquí.

El profesor le dio la mano al nuevo y brillante miembro de Nuevas Direcciones y él la aceptó con una sonrisa en su rostro.

—Bienvenido a bordo —el profesor miró al resto de sus alumnos y aplaudió dando inicio a la clase.

Elaine se hundió en su asiento siguiendo con la mirada a Jesse quien tomó asiento en la fila de arriba. Estaba aliviada de que el disgusto de tenerlo ahí no fuera solo de ella y que todos sus compañeros, menos Rachel, no se vieran tan entusiasmados de tenerlo ahí.

Se cruzó de brazos e inhaló profundamente.

—Si te hace sentir mejor —le dijo Quinn, inclinándose hacia ella—, puedo romperle la nariz con mi zapato.

Aquello logró que Elaine sonriera: —Y puede que yo lo sostenga para que no se te escape.

Su rubia amiga le regaló una sonrisa antes de alzar la mano para que Elaine la chocara para cerrar el trato y cuando lo hizo, Quinn se aseguró de entrelazar sus manos y no soltarla durante el resto de la clase.

Había algo en su toque que llamó la atención de la morena. Como si esa fuera la manera de Quinn de hacerle saber que más o menos tenía una idea de lo que sucedió con Ivory y que, pasara lo que pasara, podía contar con ella.


•        •.°✦ •.°


Elaine la había pasado mal el resto del día de clases. Era como si algo en ella hubiera despertado en la clase del club glee y empezó a sentirse algo nerviosa.

Ivory siendo su principal y única preocupación. ¿Y si no volvía a hablarle? ¿Y si la estaba evitando no por el beso sino porque ya no quería nada con ella? Sabía que ninguna de sus preocupaciones eran reales y que Ivy la evitaba porque seguramente estaba lidiando con muchas cosas relacionadas a su orientación sexual pero aún así, eso no ayudó a que Elaine llenara su cabeza de preguntas.

Y si, y si, y si.

Estaba tan ansiosa que había empezado a morder sus uñas y esto no pasó desapercibido por su tío quien seguía de visita y se había ofrecido a llevarla y recogerla de la preparatoria ese día. Akash Dewan vivía en el condado vecino, en Hardin, a 43 kilómetros de Lima, a veces se daba el lujo de ir toda una semana a visitar a su hermana y sobrina y pasar tiempo con ellas.

A Elaine le agradaba pasar tiempo con su tío porque podía contarle sobre cualquier cosa.

Akash detuvo el carro cuando un semáforo se puso en rojo y miró a Elaine todavía mordiéndose las uñas. Aclaró su garganta.

— ¿En qué piensas, Harleen?

La chica pegó un salto como si el sonido de la voz de su tío le hubiera recordado que no estaba sola en el carro. Ella suspiró ante el uso de su segundo nombre, siendo el que su mamá y sólo su mamá eligió para que tuviera un nombre hindú, no recordaba una vez en la que Akash la hubiera llamado por su primer nombre, siendo él y sus abuelos los únicos que la llamaban así.

—Sólo... cosas.

Su tío enarcó una ceja volteando a verla por unos instantes.

— ¿Cosas? —El hombre ladeó su cabeza— Sería divertido creerte pero si finjo hacerlo, llegarás a casa sin cutícula.

Elaine suspiró con pesar y se removió en su asiento. Sopesó la opción de inventarse cualquier cosa a su tío pero mentirle no era algo que hiciera mucho, al menos no últimamente.

—Es... —carraspeó un poco— una chica.

— ¿Una chica? —Preguntó él, sonriendo.

Le había dicho sobre su bisexualidad hacía unos meses atrás y, para su sorpresa, Akash no se lo había tomado tan mal como esperaba.

— ¿Qué sucede con la chica?

—Es mi amiga y... nos besamos la semana pasada.

—Corrígeme si me equivoco pero un beso no es malo, ¿o sí?

—No lo sería si ella no me estuviera evitando desde entonces.

Su tío emitió un oh ante lo dicho y puso en marcha el auto cuando el semáforo cambió a verde. Estaban a pocos minutos de casa, lo que quería decir que tenían el tiempo contado para hablar de eso.

—Yo también he estado evitándola. Quiero darle su espacio —ella se encogió de hombros—. No quiero, ya sabes, presionarla.

—Pero te ves muy intranquila por eso, Harleen —dijo él—. Hay algo que no estás diciéndome.

—No estoy muy segura de que mi amiga haya hablado sobre su orientación sexual con alguien más y creo que por eso me está evitando.

Elaine tocó el puente de su nariz con frustración.

—Quiero decirle que está bien, ¿sabes?

— ¿Y por qué no lo haces?

Ella le lanzó una mirada fastidiada y se cruzó de brazos: —Porque me está evitando, ¿no me estás prestando atención?

—En mi opinión, la del problema es ella, no tú —dijo él, encogiéndose de hombros también—. Si crees que no ha hablado de esto con nadie, ¿quién mejor que tú para ayudarla a hacerlo?

La chica miró a sus dedos, dándose cuenta de que sus uñas estaban un poco maltratadas por tanto mordisquearlas. No solía morderse las uñas, mordía plumas y lápices pero sus uñas nunca a menos de que estuviera realmente ansiosa.

— ¿Y yo cómo la voy a ayudar? —Preguntó ella— Su familia es muy religiosa, Mama, es la misma familia que echó a mi mejor amiga de la casa por estar embarazada.

— ¡Oh! ¿Te gusta la hermana de tu mejor amiga?

—Ese no es el punto —le respondió ella—. No puedo hablar con ella si no quiere.

Akash guardó silencio por unos minutos, Elaine llegó a pensar que su tío se había dado por vencido y no volvería a retomar el tema pero entonces cuando llegaron a la cuadra de su casa, el hombre aclaró su garganta una vez más.

Bhaanjee, si quieres hablar con tu amiga, hazlo —le aconsejó—. Si esperas a que ella lo haga, de seguro ya te habrás graduado para ese entonces. No te digo que la ayudes a aceptar cualquier orientación que tenga, pero creo que unas palabras de aliento para ella podrían servirle.

— ¿De aliento?

—No te hagas la desentendida. No creas que tu mamá no me contó cómo ayudaste a Kurt a animarse a decirle a su papá que es gay.

No había hecho mucho, la verdad. Fue en ese periodo de tiempo en el que Kurt quiso pertenecer al equipo de fútbol para impresionar a Burt y ella le dijo que sería más fácil si le decía que era gay, que Burt era génial y que era muy obvio que lo iba a aceptar.

— ¿Y qué puedo decirle?

— ¿Y yo que sé? Sólo soy un simple mortal, Harleen, no te puedo dar las respuestas de todo.

La chica soltó una carcajada. Los neumáticos del coche hicieron ruido cuando pasaron por unas cuantas piedrecillas en la calle de su vecindario, Akash estacionó el carro frente a su casa.

—Pero si pudiera darte las respuestas de todo —siguió hablando—, te diría que le dijeras que entiendes por lo que está pasando y que no juzgas su decisión de haberse apartado un poco luego de lo que pasó.

Elaine estuvo a punto de agradecerle por el consejo, pero su tío volvió a hablar: —Y luego le diría que te debe un arreglo de uñas.

La chica Gilmore quiso resistirlo pero le fue inevitable no empezar a reír de nuevo y terminó contagiando a su tío.

—Gracias, Mama —le dijo ella—. Por cierto, te agradecería más que no se lo comentes a Maan porque no se lo he contado.

—Tranquila, Harleen, será nuestro secreto.

Dicho esto su tío apagó el auto y ambos bajaron del auto, Elaine pasó una cinta de su mochila sobre el hombro para cargarla y Akash rodeó el frente del carro para unirse a ella en su camino a la casa. La alarma del automóvil resonó en los oídos de Elaine mientras ella buscaba las llaves de su casa para abrir la puerta.

El aroma a curry les dio la bienvenida en cuanto entraron y la chica aspiró profundamente con alegría. Era una de sus comidas hindúes favoritas, y las de su mamá y tío también.

— ¡Ya llegamos, Maan!

Aadhira tenía días en el trabajo en los que salía antes de las tres de la tarde, trabajaba como vendedora en una tienda de ropa y Elaine podía notar que su madre no era la más feliz en eso, sin embargo la mujer no se quejaba porque había sido el primer —y único— lugar en el que la aceptaron a pesar de que llevaba varios años sin trabajar.

A su mamá le faltaba lo que el señor Schue tanto les repetía que era importante tener: pasión por lo que hacía. Su madre sería feliz haciendo cualquier otra cosa pero no se animaba a dar el paso para buscar otro empleo.

—Espero que no tengan mucha hambre porque van a tener que esperar —dijo ella saliendo de la cocina— Oh, Elaine, ¿ahora qué pasó?

— ¿De qué?

—Es tu aura —habló Akash, acercándose a su hermana para darle un beso en la sien e ir directo a la cocina—. Se ve alterada.

Debió haberlo visto venir.

—Más vale que no vayas a meter tus manos en la comida, Akash.

—En definitiva no iba a hacer eso, ¿por quién me tomas?

Aadhira se abstuvo a responder y Elaine retuvo una sonrisa.

— ¿Te sientes bien, Elaine? ¿Estás durmiendo bien?

—Lo mejor que puedo, sí.

— ¿Entonces qué es?

—Ay, Maan, tuve un día muy largo en la escuela. 

¡Hola, cinnamon apples! ¿Cómo andan? Espero que bien. Siento mucho haber tardado tanto en actualizar pero entre que no tenía ánimos y me la pasé leyendo una saga en la noche (pq usualmente esa es mi hora de escribir) se me fue el tiempo pero ¡estamos de regreso!

¿Ustedes sabían que los hindúes tienen distinta manera de llamar a los tíos? Si tu tío es hermano de tu papá se le dice Chaacha y si es hermano de tu mamá, como en el caso de Elaine, se le dice Mama, yo quedé impresionada con esta nueva info alv, aprendiendo sobre la cultura hindú con Elaine Gilmore (y Regina).

Ok, ok, ¿qué opinan del capítulo? Ivy está evitando a Ellie, Elaine se siente nerviosa y medio culpable por haberla puesto en esa situación y Jesse es oficialmente miembro de New Directions. My, my. Díganme qué opinan, quiero saberlo todo. 

ALSO, el episodio terminó dividido en tres otra vez porque al parecer me aloco mucho a la hora de escribir y cuando menos lo supe ya tenía +5k palabras escritas para este cap y tuve que cortarlo pq ya era mucho !! Siempre me pasa lo mismo, Dios, pero el lado bueno es que la otra parte ya está casi lista y no van a tener que esperar tanto tiempo wooo.

Y bueno, dejen sus votos y comentarios, cinnamonssss, nos leemos pronto<3. 

gina

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