Capítulo 3: Una Nueva Canción

4 semanas después del evento Taisui

En aquella ocasión, no había llegado tarde. Para ser exactos, había llegado casi media hora antes de lo acordado. Sin mucho por hacer, decidió que la mejor manera de usar ese tiempo era dar vueltas sobre sí misma en la plataforma blanca, iluminada por la cálida luz de la tarde.

¿Acaso había hecho bien en aceptar aquello? Desde luego, había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había quedado con alguien de forma informal y, aunque no le vendría mal despejar su cabeza del trabajo, se negaba a admitirlo. ¿Su ropa era la adecuada? "Por supuesto que no", pensó, ajustándose por decimoquinta vez su pañuelo del cuello. Tan solo tenía su uniforme y su traje de repuesto, siendo esto último lo que ahora llevaba puesta. ¿Y por qué demonios había insistido en llevar su espada consigo? Ah sí, le había prometido a Pietro que cuidaría a su hija. El pesado objeto, a resguardo en su vaina, colgaba de su espalda con un peso mayor de lo que solía ser. ¿Por qué la sentía más pesada hoy?

-¡Saluditos, Ame!

-¡Ah! -Delante suya estaba Penny, perfectamente puntual. -Buenas tardes, señorita Polendina. Casi me matas del susto ahí.

-¡Oh no! ¿Estás bien? ¿Necesitas que un médico te revise? Me sentiría super mal si mi entrada dinámica te... ya sabes. -Giró su cuello mientras sacaba la lengua. Aquel día llevaba su mismo atuendo de siempre: una falda verde con tirantes por encima de una camisa de mangas largas blanca, todo ello adornado por un lazo negro y rosa poligonal y mecánica encima de su melena pelirroja.

-No no, es solo una expresión, tranquila. Tan sólo me has pillado desprevenida. No muchos pueden hacer algo así.

Los ojos de Penny pasaron de preocupación a inmensa alegría en meros microsegundos.

-¡Eso quiere decir que nos estamos haciendo aún más amigas pues! No puedo esperar más, siento que hoy va a ser un día muy especial. ¡Que comience la Super Cita Para Hacernos las Mejores Amigas™!

-Disculpa, ¿el qué de qué?

-Lo tengo todo aquí apuntadito. -Golpeó varias veces su cabeza con su dedo índice, haciendo resonar un eco metálico. -¡Inicializando el SCPHMA™!

Agarrando los brazos de Ame y activando sus botas propulsoras, la sonrisa de aquella chiquilla se perdió en las densas nubes que cubrían el cielo de Mantle, mientras que de fondo se podían escuchar los gritos de terror de Ame siendo sujetada por Penny en pleno vuelo. No duró mucho, pues en breves momentos ya habían aterrizado, la melena azul de Ame totalmente revuelta por el viento en su descenso a Mantle.

-...Polendina, ¿puedo pedirte algo?

-¡Es la primera vez que no me dices señorita! Una clara señal de lo cercanas que nos estamos volviendo ya. Esta es una ocasión importantísima. -Inmediatamente sacó su scroll, tomando varios selfies con una Ame aún confundida. -Vaya, ninguna ha salido bien.

-Por favor, no vuelvas a hacer eso sin previo aviso. No es que no esté acostumbrada a volar (aunque creo que esto se define mejor como caer), pero necesito... mentalizarme antes para ello. -Se alisó el resto de su cabello, por fin volviendo a un estado menos desordenado.

-¡Ajustaré mis parámetros para la próxima vez pues! -Ame no quería decirle que deseaba que no hubiera una próxima vez. -Muy bien, hemos llegado con exactamente dos horas de antelación. Es la cantidad de tiempo suficiente para encontrar la plaza donde se celebra el evento y así evitar perdernos.

Sacó de sus bolsillos el mismo cartel arrugado y descolorido que unos días antes le había mostrado. "¡El Concurso Anual de Talentos de Mantle! Organizado por Team FNKI" se podía leer en letra estilizada en la parte superior. Ame no le habría dado importancia a tal evento en cualquier otra situación, pero Tsubasa sentía que debía atender. Una chispa de curiosidad y temor que debía apagar cuanto antes.

-Un momento...

-¿Qué sucede, mi queridita amiga Ame?

-Ya estamos aquí. Mira, ahí está el personal trabajando en el escenario.

-¿Eh? -Era cierto. Echando un vistazo alrededor suyo, Penny vió como, en efecto, habían aterrizado de lleno en la entrada de la plaza. -¡Maldición! Todo mi plan perfectamente preparado para las próximas dos horas ha sido arruinado. Estaba tan emocionada por venir aquí que debí marcarlo como destino de aterrizaje sin darme cuenta...

Su voz era una mezcla de tristeza y pánico. Ame no lo había pensado hasta ese momento, pero para Penny esto no era una simple quedada. En lo que la conocía, lo único que sabía con certeza sobre ella era que trabajaba diligentemente en proteger Mantle, pero nunca la había visto relajarse fuera del trabajo con nadie que no fuera Pietro.

Quería ayudarla, pero nunca había sido buena dando ánimos. Necesitaba algo para desatascarla de aquel bucle mental (¿computacional?) en el que estaba. Cualquier cosa serviría.

-Oye. -Le puso una mano en el hombro. -¿Qué te parece si vamos a mirar las tiendas? Siento sonar pija, pero las dos necesitamos más conjuntos de ropa. No es posible que solo vayas de verde por la vida.

-¡Y tú de azul! -Señaló la chaqueta azul que llevaba Ame. -Además, no veo cuál es el problema con mi atuendo. Lo diseñó mi padre, para que lo sepas.

Parecía estar relajándose ahora que habían cambiado de tema, por lo que Ame siguió presionando.

-Y no pongo en duda sus habilidades, que conste. Pero para ser alguien tan listo, se le ha olvidado eso de que las personas necesitamos más de un solo conjunto para poder salir por ahí. La variedad es la chispa de la vida, como dicen.

-Ya pero yo no soy... -Ame se dió una bofetada mental por lo que acababa de decir.

-Disculpa, no me refería a eso. -Intentó corregir el rumbo de sus palabras. -Lo que quería decir es que no puedes vivir solamente vistiendo lo mismo de siempre. Guardemos la falda verde para "la Protectora de Mantle" y busquemos algo casual para Penny Polendina, ¿te parece bien?

Penny frunció su ceño, parecía estar pensándolo con mucha intensidad, hasta tal punto que Ame temió que le empezara a salir vapor por las orejas, pero por suerte su expresión cambió rápidamente a una amplia sonrisa.

-Sería un honor ir contigo de compras, Ame.

Viéndola más segura y confiada, Ame hizo un gesto con su mano en dirección a las calles y las dos partieron, sin destino particular, por las sucias calles de Mantle.

-Muy bien, ¡ítem número uno de mi lista de temas de conversación! Comencemos con una simple recolecta de información: yo te pregunto algo sobre tí y luego tú haces lo mismo.

Ame se resistió a remarcar que aquello no era un "tema de conversación", pero se limitó a seguirle el juego.

-Adelante pues, dispara.

-Según mi padre, el diseño que le entregaste para diseñar tu arma es muy similar a algunos diseños que estudió de joven en una de sus visitas a Haven. ¿Acaso tu familia vive allí?

Haven, capital del reino del arte y exponentes de la cultura en todo Remnant, Mistral. Por lo poco que había podido Ame estudiar de aquel reino, era una especie de reino con diversas influencias similares a ciertos países asiáticos.

-Creo... que vivía en las afueras. -Respondió tras medir cuidadosamente sus palabras.

-¡Ay! Disculpa, me había olvidado de tu amnesia.

-No es ninguna molestia. Quién sabe, quizás centrándome en responder a tus preguntas pueda recordar algo nuevo.

-¡Pues entonces haré todas las preguntas que quieras! Así que de las afueras, ¿eh? Normalmente la mayoría de la gente se concentra en las capitales para evitar ataques de los Grimm. Tu familia debe ser muy valiente y fuerte si puede vivir allí.

-Mi familia... Sí, dejémoslo en eso. -Penny creyó haber visto un atisbo de duda en Ame, pero fue tan momentáneo que debió habérselo imaginado. -Ahora me toca a mí.

-¡Adelante! No hay pregunta que no pueda responder, siempre y cuando la respuesta se halle en mi memoria interna, por supuestito.

-Deja que piense...

Perfecta. Era la única manera de describir aquella oportunidad que tenía para recolectar información de alguien que trabajaba codo con codo con Ironwood.

-¿Qué opinas de Robyn Hill? Vi un cartel suyo fuera de la clínica de tu padre el otro día. Parece estar ganando mucha atención últimamente. -Por eso tuvo que morder con fuerza su lengua para evitar hacerlo. No iba a darle un disgusto a Penny. No se merecía un interrogatorio así.

-¿Robyn? Bueno, por un lado mi deber es cumplir con las tareas que me son encomendadas por el General. Y por otro lado, a veces Robyn se interpone en dicho deber.

-Vaya. ¿Y por qué crees que lo hace?

-Dice tener un motivo. El mismo que el mío, en verdad. Busca proteger a la gente de Mantle de cualquier manera posible. Pero ella siempre hace hincapié en las personas. Cuando el General habla de proteger el reino, solo menciona eso. El reino. Creo que poder mantener una perspectiva tan abierta es algo muy admirable, pero...-Midió sus palabras con cuidado. -Ame, ¿es normal entender por qué alguien hace algo, pero no estar de acuerdo con sus métodos?

Penny la miró esperando su respuesta, pero la mirada de esta estaba perdida en el asfalto. Durante unos instantes, su expresión pasó a ser más seria y severa que cualquier otra que Penny hubiera visto con anterioridad en la peliazulada.

-¿Ame? -La mencionada salió de golpe de sus pensamientos cuando sintió a Penny apoyar su mano en su hombro.

-Lo siento, me he dejado llevar por mis pensamientos. Sobre lo último que has dicho... sí, creo que no hay nada más normal que eso. -Esto devolvió la sonrisa al rostro de Penny, pero Ame siguió con su expresión tensa, dándole vueltas a algo que la pelirroja no podía adivinar o imaginar siquiera.

-¡Ahora me toca a mí! ¿Dónde has aprendido a hacerte coletas así?

-¿Cómo?

-Ya sabes, ¡tu coleta... extensión... esto de aquí! -Dijo señalando el tramo largo de pelo que sobresalía de un clip en el pelo de Ame y caía por su hombro izquierdo, dando la impresión de una forma de ala.

-Eso, querida Polendina, es un secreto patentado Mizuki, tan oculto que debería acabar con tu vida si lo llegases a conocer... Pero quizás algún día pueda enseñarte a hacer una.

-¡Espléndida idea! La anotaré en mi memoria interna para no olvidarme de ello.

Mientras continuaban andando y charlando, el ambiente de las calles fue cambiando. El aterciopelado calor del sol del ocaso fue sustituido por las heladas temperaturas negativas características de la noche en Atlas, siendo éstas sólo soportables gracias al sistema de calefactores públicos instalados por toda la ciudad.

Aún así, siguieron su camino, entrando en diversas tiendas y, como era de esperar, saliendo de ellas con las manos vacías al no tener apenas dinero encima para comprar ninguno de sus productos. Pero eso sólo era una mera distracción, un decorado de fondo y una excusa para seguir andando. Se habían metido de lleno las dos en el "juego" propuesto, disfrutando del pasar de las horas donde las dos descubrían algo nuevo sobre la otra.

-Venga Ame, ¡te toca a ti!

-Si, si, estoy pensando... -Sin embargo, ya había agotado todas las preguntas más superficiales. En su mente solo había una duda que quedaba por responder. -¿Por qué quisiste que viniera contigo? Y no me digas que solamente fue por protección, claramente estás muy entusiasmada por algo hoy.

-Bueno... El General Ironwood siempre dice que no tengo tiempo para hacer amistades nuevas. Intenté hacerlo con los Ace Ops pero ya sabes cómo son.

-¿Unos cabrones que sólo se preocupan por ellos mismos y actúan ciegamente sin cuestionar nada?

-¡Recluta Ame Mizuki! -Oh no, nombre completo. -Voy a tener que limpiarte esa lengua con cera para eliminar por completo esa insubordinación. -Dijo dándole un pequeño golpe en el hombro. Penny solo decía el nombre completo de alguien cuando se ponía seria. Y Ame podía contar con los dedos de una mano las veces que la había visto así.

-Vale, vale, retiro lo dicho sobre esos incompetentes. No se merecen el título de protectores, a diferencia de ti.

-Cumplido aceptado y agradecido, pero eso no te librará de mi lavado especial. -Dijo sonriendo, lo cual no calmó las dudas que tenía Ame sobre si su amenaza era cierta o no.

Sin darse cuenta, las dos ya habían vuelto a la plaza dónde habían aterrizado previamente, llegando justo a tiempo para el comienzo del evento.

-Es solo que... hace mucho que no pasaba tiempo con alguien fuera del trabajo que no fuera mi padre. Lo echaba de menos. -Penny parecía absorta en algo en concreto. -Antes tenía a alguien así, alguien que no le importaba mi naturaleza o mi utilidad, sino quién era yo misma... pero ahora se encuentra muy lejos de mí.

Tomaron sitio, cerca del fondo de la fila de sillas de madera colocadas para el público. Sorprendentemente, el lugar estaba bastante lleno, incluso habiendo varios grupos que observaban desde la lejanía, desesperados por romper la monotonía diaria. Ame pudo identificar a Sara entre dicha multitud junto a aquella abuelita que la estaba cuidando y les saludó desde lejos. Las luces del escenario se encendieron de golpe, diferentes longitudes de onda electromagnéticas iluminando a los espectadores, una cacofonía de aplausos ahogando el ambiente mientras que un chaval de tez oscura y un traje bien arreglado salía con un micrófono al escenario.

-Polendina. -Ignorando al presentador, de alguna manera Ame pudo imponer su voz por encima de aquella mezcla extraña de música y teatralidad. -Estoy segura de que esa persona, esté donde esté, también te lleva en su corazón y recuerdos. Quién sabe, quizás algún día podréis volver a veros. Y si no crees en ello, no dudaré en hacerlo en tu lugar.

-¿De verdad crees así? Considerando todas las posibilidades que hay-

-No creo porque quiera o porque un número me lo diga. Creo porque debo hacerlo. No tengo elección.

-...Tú también estás esperando a alguien, ¿verdad? -Los ojos esmeralda de Penny se fijaron en los zafiros de Ame, la cual bajó la mirada, avergonzada.

-No puedo entrar en detalles sobre eso. Perdóname. -Pero su reticencia fue interrumpida por la gentil mano de Penny apoyándose en su hombro.

-Los detalles no son importantes. Si tú crees por mí, entonces yo creeré por ti. Y puede que no seamos amigas aún, pero nada me haría más feliz que poder acompañarte en tu espera. -Y entonces ocurrió algo que ni todos los cálculos del mundo podrían haber predicho.

Acariciando su pañuelo, Ame estaba sonriendo.

-Penny Polendina, sería un honor para mí poder considerarte mi amiga.

-¡Por supuestísimo! Ven aquí, ¡esto tenemos que conmemorarlo! -Por fin, Penny pudo tomar una foto de las dos sonriendo, eliminando todas las anteriores que había tomado. -En cuanto pueda voy a imprimirla y enseñársela a mi papá.

-En ese caso, hazme una copia para mí también. No es justo que solo tú tengas una.

Las dos se rieron, habiendo olvidado por completo al show y su presentador, que parecía estar terminando su eterno monólogo introductorio, el cuál había dejado dormida a gran parte de la audiencia más mayor.

-Oye. -Penny llamó la atención de Ame. -Creo que estoy experimentando aquello que llamáis "corazonada".

-¿Y eso? Esperemos, por mi bien, que no tengas algo averiado por dentro, Polendina. El señor Pietro nunca me lo perdonaría.

-¡No, no, lo digo en serio! Creo que algo va a suceder, pero no puedo explicarlo del todo con palabras.

-Quién sabe, quizás hoy sea el día que te reencuentres con esa persona especial.

-¿Te lo imaginas? -Parecía estar dándole vueltas a la idea en serio, bastante ilusionada. -No, pero no es solamente eso, hay algo más...

-Bueno, pues como el futuro no llegue en dos horas y cincuenta y siete minutos, creo que tu predicción no será muy válida. -Dejando el tema de lado, las dos volvieron a centrarse en el presentador del show, el cuál parecía estar terminando su monólogo y presentación.

-...y así es como acabé conociendo a mi cuarta y maravillosa compañera de equipo, Neon Katt. ¡Somos Team FNKI, inaugurando el Concurso Anual de Talentos de Mantle! -Y dicho eso, por fin comenzó el show propiamente dicho.

Ame no estaba impresionada. Al contrario de lo que esperaba, el evento era mucho más pequeño y humilde de lo que los pósters parecían indicar. Sabía de sobra que la publicidad siempre tendía a exagerar la realidad un poco, pero aquello era absurdo. El escenario consistía de un simple círculo de madera blanco con escaleras a los lados, del tamaño de una aeronave y adornado con varios pilares y un arco de madera también pintado, el cual daba la impresión de que iba a caerse solo con mirarlo mal.

A lo largo de dicho arco colgaba una pancarta roja, "Concurso de Talentos" se podía leer, escrito en dorado. Finalmente, detrás del escenario había un set de cortinas pálidas para separar a los concursantes del público. Si no fuese por el gran tajo de dinero que el ganador iba a recibir, Ame estaría convencida de que la gran mayoría no se habría presentado a aquel evento.

Tampoco parecía estar disfrutando mucho de las caóticas notas que flotaban por el ambiente, frunciendo el ceño mientras Penny simplemente sonreía impasible, la cual se fijó que Ame parecía estar poco atenta al espectáculo. Lanzaba miradas a todos lados, a veces girándose para comprobar si una sombra que había visto previamente aún seguía ahí.

Las mismas miradas que el General hacía a menudo cuando discutían secretos de Estado a cal y canto en el cuarto de operaciones junto a Winter.

-¿Todo bien Ame?

-¿Eh? Ah sí, no te preocupes. Es solo que no me va mucho el jazz. Disculpa si parezco un poco retraída.

-¿Cómo puedes saber eso? -Habló una Penny incrédula.

-Porque... no sé, simplemente es algo que sé. Quizás es diferente para ti. Ni siquiera sé si tendría sentido hablar de "gustos musicales" en tu caso.

-Mi procesador interno puede interpretar y codificar frecuencias desde los cien hercios hasta los cien mil hercios, pero imagino que no es la respuesta que buscabas. Supongo que si tuviera que explicarlo en vuestros términos sería... ¿paradójico?

-¿En qué sentido?

-No puedo detectar que haya ningún patrón subyacente, pero una vez terminada la canción, siento que hay una coherencia invisible detrás de todo ello.

-Esa es una definición aproximada del jazz, sí. ¿Dirías que te gusta pues?

-Bueno... no diría que lo deteste, particularmente. Pero creo que debería analizar más composiciones antes de poder formular un veredicto.

El cuarteto se despidió del escenario, introduciendo al primer concursante y el show pudo comenzar finalmente. Tras cada exhibición, las dos nuevas amigas comentaban sus opiniones al respecto, pero donde entraban en mucho detalle era en las actuaciones musicales.

En particular, sus "conversaciones" se reducían a Ame intentando explicar conceptos musicales abstractos a una Penny patidifusa que nunca había escuchado a Ame hablar tanto tan de seguido en el mes que la conocía. Partituras. Acordes musicales. Hasta la coreografía de los participantes. Parecía rebosar de curiosidad y admiración por cómo Ame podía saber tanto del tema y ser capaz de explicar conceptos complejos de maneras muy simples pero efectivas.

Tras dos horas de diversos números musicales, trucos de magia y lecturas de poesía que podrían aburrir a cualquier ser milenario con paciencia infinita, Ame estaba más que lista de que terminara de una vez y pudieran marcharse a seguir hablando a un lugar más tranquilo.

-Muy bien mi querido público, hemos llegado ya a nuestra última concursante de la noche. Necesita cinco minutos más para prepararse, por lo que les recuerdo mientras tanto que, si están interesados en un nuevo equipo de calefacción, la Schnee Dust Company... -Flynt comenzó a reciclar los diversos patrocinios que probablemente habían sido los que habían permitido que todo este evento sucediera en un primer lugar.

-Muy bien, ahora que está terminando el concurso, debo informarte cuál será nuestro próximo destino: ¡la novena entrega de la saga del Viento Plateado, ya en cines!

Viendo que Ame iba a protestar de vuelta, Penny le puso un dedo enfrente suya.

-Y no quiero oír ninguna protesta por tu parte, ya he comprado las entradas y tengo el permiso de mi padre.

-De acuerdo, de acuerdo. -Dijo cruzándose de brazos. -Pero eso no te librará de que te devolveré ese dinero algún día.

-Reto aceptado, amiguita. -Le dió un codazo casual pero que Ame tuvo que resistir para evitar caerse de la silla de la potencia de tenía aquella chiquilla.

En ese preciso instante, Flynt se giró, habiendo escuchado algo que el público no había captado provenir de detrás de las cortinas del escenario. Agarrando de nuevo el micrófono, carraspeó su voz y volvió a dirigirse a sus espectadores con ímpetu.

-¡Mi querida audiencia! ¡Por favor, demos un fuerte aplauso para nuestra última concursante: Carol Malus Dienheim!

Un aplauso ensordecedor siguió a las palabras de Flynt, el cuál desapareció entre las cortinas traseras del escenario. Penny siempre se maravillaba como tan poca gente podía crear un ambiente tan activo y lleno de vida. Pero su maravilla pasó a la curiosidad y, de ahí, a la alerta en cuanto la participante subió al escenario.

Pequeña en estatura. Pelo corto y rubio grisáceo. Una coleta que le rozaba los hombros. Su base de datos casi estalla al reconocer todos estos patrones.

Un individuo no identificado se estaba paseando por Mantle sin ninguna preocupación desde hacía un mes ya. Después de su primera detección por un dron de seguridad, había sido avistado en diversos vertederos de la ciudad, pero siempre parecía escaparse de Penny en el último momento, la cual estaba al cargo de atrapar al responsable al ser un asunto de Mantle. Desapareciendo siempre. Ni un solo rastro o pista dejados atrás, excepto por el testimonio de un borracho común.

La persona del escenario parecía una réplica exacta de dicho individuo, salvo por un pequeño detalle. Conocida como "La Bruja", había sido otorgada dicho título por sus llamativos ropajes y, en particular, su sombrero puntiagudo. Pero la persona del escenario usaba una bata vieja, casi desgarbada, además de llevar una vieja bolsa de cuero marrón y roída por el paso del tiempo en uno de sus hombros.

-Ame, estáte atenta, debemos actuar con mucho cuidado. - Ame, siendo una recluta, aún no estaba autorizada a lidiar o siquiera acceder al récord criminal de Atlas, por motivos de seguridad. Pero esta vez, Penny necesitaba toda la ayuda posible si quería evitar que se le escapara otra vez.

Mientras pensaba en cómo iba a actuar, en algún momento, alguien había subido un arpa morada descomunal, junto a un asiento para aquella joven y un pequeño dispositivo metálico en forma de caja, el cual parecía venir instalado con varios cristales de dust. -¿Ame? -Se giró hacia su amiga, pero lo que vió la dejó helada.

Decir que Ame estaba en blanco habría sido quedarse muy corto, y eso que Penny nunca entendía del todo los significados de expresiones como aquella. Su mirada, que siempre solía transmitir seguridad y capacidad, se había roto por completo. En su lugar, unos ojos temblorosos y abiertos de par en par eran la guinda del pastel que era ahora el rostro de Ame. Penny no sabría decir si su nueva amiga había visto un fantasma, un demonio o ambos. Parecía estar en otro plano, completamente estática ante la voz de Penny.

Lo único que rompió aquel silencio, aquella eterna mirada, fueron las suaves notas producidas por dicha arpa, bailando por el aire a su alrededor. La joven carraspeó. Tras activar el mecanismo y afinar su arpa, se sentó en aquella butaca aterciopelada.

Cogiendo aire y manteniendo firmes sus temblorosas manos... la Bruja cantó.

Lala... lurila... I know I'll never tire of the sight

Of your face looking down at me, smile illuminated by lamplight

Lala... lulila... I'll resist the yawn that's rising inside

And beneath the sheets, try to repeat, the Arcana 'til, falling into a deep sleep

Un ambiente empalagoso, triste y dulce a partes iguales cubrió toda la plaza. Donde antes tenías un público que solo venía a pasar el rato, a ahogar la monotonía diaria con un simple concurso, ahora había una masa de gente en perfecto silencio.

Ahí, al lado suyo, la pequeña maquinaria cobró vida. Pequeñas llamas, originadas por cristales de dust, soplaban a intervalos periódicos, mostrando sombras alargadas sobre el fondo de las cortinas. Diversas figuras narraban una historia, acompañando a cada estrofa a la perfección.

All these memories, soon will burn to ash, in the morning light, so I'll let them in for tonight

I will hold them tight

"Please don't go away... please don't go away..." all the empty cries which had echoed through the sky

Start to disperse, fade from the light... far away, they're devoured by darkness, endless night

Ni siquiera Penny pudo escapar del efecto casi mágico de aquella exhibición. Todo su mundo se ralentizó, su foco de atención pasando de la detención de aquella joven a ser cautivado por aquella canción. Las melodiosas cuerdas del arpa, vibrando bajo el experto movimiento de las pequeñas manos de la joven, resonaban sin cesar en su cabeza.

"What if that one day when my whole world burned in the flames never came...?"

Is there some kind of magic to cast, a secret spell that would flip the hourglass?

Las llamas se intensificaron, a la vez que los movimientos de la participante. Las sombras mostraban a un hombre atado a un pilar. Una pequeña figura extendía su brazo. Buscaba alcanzarlo. Las llamas se intensificaron una vez más... y el hombre desapareció.

Lululila... lululilulia... surely there's power in my song

Could I form melodies from the wish in my heart?

Would that bring back my dear papa to me?

Could I believe?

-No puede ser... -Ame fue la única que se libró de aquel hechizo. Al fin y al cabo, era inmune a este mismo, pues ya había escuchado aquella canción miles de veces. Y por esto mismo, fue la primera de todos los presentes en darse cuenta.

La primera en fijarse en que las farolas ya no brillaban su tenue luz amarilla, sino un intenso rojizo quemado, como la sangre misma. La primera en escuchar el inicio de la incesante y estridente alarma, resonando por todo Mantle.

El ruido que todo lo llenaba, a punto de romper aquel momento etéreo y efímero, le recordó el por qué había llevado consigo su arma.

-Grimm.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top