Capitulo 12 - Maratón 1/5
Esperé a que Evil empezara a sonar en los parlantes y entonces salí a la pasarela, en donde rápidamente miles de flashes me cegaron apenas aparecí, ¿de dónde habían salido tantos paparazzis? No lo sabía.
La sala estaba completamente llena, lo cual hizo que me sintiera muy feliz por mí mejor amiga, no iba a arruinar este momento tan importante para ella.
—Y recibimos a Mal, se ve fantástica con el cabello lacio y ese flequillo, luce muy bien esa camiseta violeta con ese chaleco con los dragones en su espalda, sus pantalones tan a la moda de un verde militar y esas botas la hacen lucir como una villana pero todos aquí sabemos que ella es mucho más que eso, ¿verdad?—Habló la chica de vestido azul mientras llegaba al borde de la pasarela y posaba, en la primera fila estaban mi cuñado, mi madrastra y mi sobrina, mirándome con odio y con los brazos cruzados, les sonreí falsamente, todos los demás estaban de pie aplaudiendo y gritando.
— ¡Esa es mi hija! ¡Está triunfando y no puedo estar más orgulloso!—Escuché la voz de Stefan entre los gritos.
— ¡Así se arrasa con la pasarela, Mal! ¡Esa es mi hermana! ¡Es la mejor y no necesita de su aprobación!—Gritó la rubia y les arrojé un beso a cada uno, antes de girarme para volver al backstage, ignorando los flashes de las cámaras que estaban a mi alrededor, me estaba acostumbrando a ser el centro de atención de los medios aunque a veces -bueno, la mayoría del tiempo- me desesperaba.
— ¡Eso fue emocionante! Por favor, tenías que ver los rostros de Lea, Audrey y Felipe cuando me vieron, casi se mueren de envidia, además papá y mi hermana estaban muy felices por mí...—Mencioné sonriendo.
—Sabía que estarían orgullosos de ti M, en cuanto al trío de hipócritas, ignóralos. Ahora ve a vestirte o Evie te mata. —Habló el más pequeño de mis amigos y reí levemente.
—El pueblo te ama, linda, los escuché volverse locos por ti desde aquí. —Mi novio me abrazó por detrás y besó mi mejilla. —Ve a cambiarte, no tienes mucho tiempo, Carlos saldrá en 2 minutos.
Asentí y me fui al camarín para buscar el siguiente atuendo, que era ropa de los habitantes de Auradon, me cambié rápidamente y fue Jane quien se encargó de arreglar mi maquillaje mientras que Lonnie se encargaba de mi peinado.
—Ya es suficiente chicas, ya soy completamente una chica de Auradon, hasta tengo tacones y odio usarlos. —Dije rápidamente y ellas sonrieron.
—Solo los usarás por unos minutos, no te quejes. —Exclamó la hija del hada madrina mientras se dirigía hacia la pasarela ya que era su turno.
Tardamos tan solo unos diez minutos más hasta que volví al backstage, el público cada vez se estaba enloqueciendo más a medida que salíamos y esta última pasada iba a ser en parejas así que corrí a colocarme el vestido violeta que Evie había diseñado para mí, me arreglé el cabello mientras pensaba en lo mucho que habían cambiado nuestras vidas en tan poco tiempo.
—Wow, luces como toda una princesa. —Dijo el rey sonriendo y me volteé para mirarlo a los ojos.
—Gracias cariño, ya han salido Jane con Carlos, Lonnie con Jay, es nuestro turno. —Susurró ofreciéndome su mano, la tomé.
—Genial, vamos a hacer que todos se queden sin voz cuando nos vean. —Le guiñé el ojo antes de empezar a caminar.
Sonaba You and me en los parlantes cuando hicimos nuestra última entrada, todos estaban aún locos al vernos juntos.
Caminamos por la pasarela tomados de las manos, lo que obviamente a mi sobrina le molestó pues se veía más furiosa que cuando me vio por primera vez, la verdad es que lo estaba disfrutando bastante. Nos volteamos para dirigirnos hacia donde estaban nuestros compañeros de modelaje y vimos como la hija de la reina malvada daba como finalizado el desfile pero mientras ella hablaba notamos que Doug subía hacia donde estábamos y le entregaba un ramo de rosas rojas, la chica de cabello azul lo abrazó para luego unir sus labios con los del hijo de Tontín de manera apasionada.
Volví a dirigir la mirada al público y le guiñé el ojo a la castaña de la primera fila que no dejaba de mirarnos, era el momento perfecto así que rápidamente coloqué mis brazos alrededor del cuello de mi chico antes de besarlo de manera salvaje, todos los presentes gritaron aún más mientras que Ben me acercaba aún más a su cuerpo. Cuando nos separamos, nos percatamos de que Jay besaba a Lonnie y el dueño de Dude era besado por su novia. Miré a Audrey solo para darme cuenta de que me miraba con odio y se quejaba, pero no pude escuchar sus estupideces debido a que la música estaba alta, unos minutos después bajamos de la pasarela y fuimos a saludar a algunos de los presentes.
Inmediatamente todos los paparazzis fueron a intentar conseguir una entrevista de Ben o de la anfitriona de aquel evento, Jane había llevado a Carlos ante sus padres mientras que Jay estaba siendo acosado por algunas chicas y Lonnie las estaba alejando de su hombre.
— ¿Qué se siente saber que todos me aman?—Le dije a mi sobrina cuando me acerqué a ella.
— ¿Qué se siente saber que esto no durará para siempre? Cuando mamá y el abuelo se enteren te desheredarán. —Replicó la castaña y negué con la cabeza, sabiendo que no serían capaces de hacer eso.
— ¿Sigues resentida porque Evie no te dejó participar y Mal te acaba de opacar totalmente?—Dudó el chico de cabello largo, que acababa de escaparse de todas las mujeres que lo perseguían y su novia se encontraba hablando con sus padres.
— ¡Yo merecía estar ahí arriba para que las cámaras me amen!—Se quejó ella y se cruzó de brazos, parecía una niña pequeña caprichosa a la que nunca habían disciplinado.
—No necesitas a unos fotógrafos para ser feliz cuando me tienes a mí, hermosa. —Musitó Chad, apareciendo por detrás de la chica de atuendo rosado para ahora besarla apasionadamente, ella inmediatamente se separó y le dio una cachetada.
— ¿¡Qué haces, imbécil!? ¿No ves que no me sirves porque todavía no asumiste al trono y no puedo ser reina antes que ésta inútil?—Exclamó, fulminándolo con la mirada.
— ¿¡Qué haces acosando a mi nena!?—Gruñó Felipe, alejándolo de su hija rápidamente, quien arrojó una silla al suelo antes de marcharse, completamente furiosa, mientras que el rubio la seguía como un perrito faldero.
Mi mejor amigo y yo intercambiamos miradas antes de soltar una carcajada.
— ¿Y ustedes dos de qué se ríen?—Cuestionó mi cuñado.
—De que su relación es un fracaso. —Admití entre risas justo cuando mi padre y mi hermana aparecieron, el novio de Lonnie murmuró en mi oído que iría a cambiarse y que me esperarían para ir a festejar, asentí y él me dejó sola con mi familia.
— ¡Estamos tan orgullosos de ti!—Empezó mi hermana, abrazándome rápidamente, correspondí a aquel gesto rápidamente. —Causaste una revolución cuando saliste, acabas de demostrarles a todos eres mucho más que una chica de la isla.
—Te traje unas flores para que sepas lo mucho que te apoyamos. —Habló papá antes de entregarme un ramo de rosas rojas.
—Ojala te claves las espinas. —Lea me sonrió falsamente y Stefan la miró serio.
—Siempre tan dulce. —Murmuré con sarcasmo. —Ha sido lindo verlos, ahora si me disculpan, debo ir a vestirme. —Me excusé antes de caminar hacia el camarín, al llegar al mismo coloqué las flores que me había dado papá en un florero y me quité los tacones para ahora colocarme algo mucho más sencillo, cuando estuve lista tomé mis cosas y estaba dispuesta a buscar a mis amigos cuando la rubia apareció allí.
—Pensé que ya se habían ido...—Murmuré algo nerviosa, no quería que se enterara de lo que le había hecho a Audrey cuando me expuso.
—Estábamos a punto de hacerlo pero se me ocurrió que tal vez querrías venir a cenar al castillo para festejar el éxito del desfile, hace mucho no te vemos. —Dijo mi hermana y me tensé.
—Debo irme, Evie, Jay y Carlos me están esperando. —Bajé la mirada y ella suspiró, al salir me encontré con mi mejor amiga.
—M, te estaba buscando para decirte que Aurora quiere hablar contigo...—Dijo entonces y acomodé mi cabello.
—Estoy intentando evitarla, E. No quiero que haya más problemas. —Admití, ella colocó una mano en mi hombro.
—No puedes esconderte por siempre, M, es tu hermana. —Comentó.
—Evie, ella y papá son los únicos familiares que tengo que no me odian. Es mejor que no lo sepan, además no me arrepiento de haberlo hecho. —Afirmé mirándola.
— ¿De qué no te arrepientes, Mal?—Escuché la voz de la rubia detrás de mí.
Me quedé paralizada y fue mi mejor amiga la que me dio un codazo para que reaccionara, me volteé a verla, estando muy nerviosa ya que no sabía si había escuchado la conversación completa o solo una parte.
—De haberte salvado después de traicionado a todo el reino al marcharme a la isla con la varita...—Mentí sin siquiera mirarla.
—Eso ya lo sé, estaban hablando de algo que no sabemos, no me mientas. —Se cruzó de brazos.
—Bueno, es momento de que tengan una charla de hermanas, yo iré a decirles a los chicos que si me arruinan los diseños los mato. —Murmuró Evie pero la tomé del brazo.
—No me dejes, E. No puedo hacer esto... —La miré, ella suspiró.
—Sí puedes. Sé sincera, porque si se entera por ellos será peor, M. —Exclamó la hija de la reina malvada antes de soltarse y salir de ahí.
— ¿Ellos? ¿Quiénes? ¿Por qué papá y yo te odiaríamos? ¿De qué no te arrepientes? Habla de una vez, Mal. —Pidió Aurora, confundida.
—Es que esto es algo difícil de explicar porque sé que no reaccionarás bien y te perderé para siempre al igual que a papá...—Empecé, estaba muy nerviosa. — ¿Recuerdas que hace como un mes papá quería hablar conmigo y cuando fui al castillo me enteré de que era una reunión familiar? En ese almuerzo, Audrey estaba usando su celular pero ninguno de ustedes se dio cuenta, luego de hablar con Lea fui a despedirme y les dije lo que mi sobrina había estado haciendo cuando comíamos pero lo hice porque quiero su bienestar, pero de todas maneras fue ella quien grabó todo lo que pasó con su celular y lo envió a todos los medios. También tengo que mencionar que estaba teniendo unas conductas muy raras en la pijamada y a pesar de que me acusó de robo yo siempre quise cuidarla, esa noche en la que me expuso tuve un extraño presentimiento por lo que fui a buscar a Audrey en la madrugada, la descubrí hablando con un collar. Pobrecita, ya estaba delirando. Entonces intenté ayudarla, quise arrebatarle ese amuleto tan raro que no tengo idea de dónde lo sacó, ahí fue cuando Felipe y los guardias entraron a la habitación, inmediatamente pensaron lo peor: que yo estaba tratando de asesinarla, pero yo sería incapaz de hacer algo así, pero como sabía que no iban a escucharme, me marché. Es por eso que no los he visto desde que eso sucedió, como verás, es una historia muy divertida...
— ¿Historia muy divertida? ¿Acaso te estás burlando de mí?—Mencionó seria, cruzándose de brazos.
— ¿Qué? No, yo sería incapaz de hacerte tal cosa. —Negué con la cabeza rápidamente.
—No eres capaz de lastimarme a mí pero a Audrey sí, lo cual me afecta. —Dijo entonces.
—No quise hacerte daño, no a ti...—Murmuré acercándome.
—Ése es el problema, Mal, quieres dañar a la gente que me importa, a mi hija, a mi madre y estoy cansada de este círculo vicioso de mierda que parece no tener fin. —Comentó, alejándose. — ¿En serio estás diciendo que tratar de matar a tu sobrina es algo divertido?
—Estaba tratando de decírtelo de una manera suave, creo que no sirvo para eso. —Hice una mueca. —De todas maneras, ella se lo merecía.
— ¡Mal! ¿¡Cómo puedes hablar de esa manera de Audrey!?—Masculló horrorizada.
— ¿Te olvidas de que estás hablando con la misma chica que asesinó a su propia madre para salvar a esta familia de desagradecidos? Tu hija y mi madrastra pueden terminar igual que ella...—Mencioné mientras avanzaba, la rubia retrocedía cada vez más. Debería cerrar mi boca, pues solo estaba empeorando la situación.
—No puedo creer que pienses eso de nosotros. —Murmuró.
—No pienso así de ti ni de papá así que no sé por qué reaccionas de esta manera. —Acomodé mi cabello. —Ya ha pasado un mes, ya me he calmado, ¿por qué me estás mirando como si me temieras?
—Porque eso es lo que hago, Mal, estoy muy decepcionada de ti, no entiendo cómo eres capaz de hacer algo así...—Susurró entonces, sus palabras me dolieron.
— ¡Hace quince minutos estabas orgullosa de mi! ¡He sido criada por una villana! ¿¡Qué crees que me ha enseñado durante tantos años!? ¡No sabes de lo que soy capaz!—Exclamé dolida.
—Y es por eso que mi familia es mi prioridad, siempre ha sido así. —Dijo la rubia.
— ¡Pero yo soy parte de tu familia! ¡Yo soy tu hermanita! Por favor no me abandones como todos lo han hecho, te necesito. —Llegué hasta donde estaba y tomé sus manos.
—Sí pero tú eres la razón de que todos los que me rodean estén en peligro constantemente, pensé que habías cambiado pero me equivoqué. —Bajó la mirada y me soltó. —Y ni siquiera te molestes en venir al castillo, ya no eres bienvenida ahí.
—Aurora, no... no me hagas esto. ¿Qué le dirás a papá?—Susurré preocupada.
—Le diré la verdad, él merece saberla. —Sentenció y mis ojos se llenaron de lágrimas al pensar en lo mucho que me odiaría.
— ¡No! Por favor no, si alguien tiene que decírselo, seré yo, me haré cargo de mis actos...—Susurré.
— ¿Qué parte de no quiero verte en mi casa no entiendes?—Musitó, ya harta. —Adiós, Mal. —Se despidió antes de alejarse rápidamente, cuando me quedé sola empecé a llorar, unos segundos después sentí unos brazos rodeándome y aquel perfume tan familiar.
—M, ¿qué te ha dicho?—Susurró la chica.
—E, ya no tengo familia.
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