Capítulo 15; 너는 너거야

Septiembre, Miércoles 14

¿Alguna vez te has sentido tan frustrado y tan al límite de la cordura que te has puesto a llorar?. Bueno, así es como se encontraba la pelinegra en este momento.

Llorar de frustración era todo lo que Mina hacía en ese momento, su corazón era débil y odiaba forzarse a pensar en algo que no quería. Una decisión que estaba obligada a tomar. Necesitaba una salida.

Algo que la ayudara a salir del laberinto de ideas en ruinas en el que se encontraba.

No veía ninguna salida

Por supuesto que Mina parecía alguien fuerte, alguien que puede soportar mucho peso sobre sus hombros, pero absolutamente nadie sabía cómo era ella en realidad. Nadie era testigo cuando la joven japonesa se encontraba en soledad.

Nadie la veía llorar

Mina se aseguraba de eso.

Era importante que Mark no se diera cuenta de la situación que atravesaba. Y todo porque sus ojos habían decidido posarse en una mujer. Una mujer a la que nunca debió haber amado.

Una mujer que no la merecía. Porque su intención de acercarse a Chaeyoung siempre fue por dinero, y con el tiempo, eso fue lo que menos llegó a importarle.

Mark no se iba a quedar tranquilo si ella se marchaba y se iba de la nada. Tampoco veía factible dejar a Mark después de todo lo que hizo por ella. No podía.

Pero si lo hacía, dejaría a Chaeyoung para siempre y tampoco quería eso. No podía escoger porque no quería dañar a ninguno.

Y ella también sufriría por eso.

Si bien, era cierto que en este preciso momento su corazón estaba más inclinado por Chaeyoung, y su situación con Mark tampoco era la misma. Mina se había distanciado un poco de él. Y se sentía culpable.

¿Por qué su corazón era tan descarado para estar queriendo a dos personas en este momento?

Era tan asquerosa como lo fue su padre y el padre de Mark, y lo odiaba. Se odiaba a sí misma. No podía pedir la opinión de cualquiera. Cualquiera podría criticar su situación, pero sus opiniones no valían porque nunca habían pasado por esta conyotura.

Necesitaba a alguien que... supiera.

Su cabeza dolía de tanto pensar, tampoco se había comunicado con Chaeyoung en estos días. La menor no la había llamado, ni le había dejado ningún mensaje, Mina sabía que era porque Chaeyoung le daría su espacio.

¿Si le dijera la verdad a Chaeyoung, cómo reaccionaría?

¿Y si se alejaba de los dos? ¿Si...se iba de los para siempre?

¿Si dejaba a Mark como reaccionaría? ¿Le pediría explicaciones? ¿Ella le mentiría?

— esto es tan difícil...—susurró y se dirigió a una gaveta en la cocina que contenía pastillas para el dolor de cabeza.

Pronto serían las 9 de la noche y en media hora llegaría Mark de sus clases. Al pensar en él, por su cabeza pasó un recuerdo de su novio cuando habló con su padre hace algunos días atrás.

•••

— P-padre..— hace tantos años Mark no le decía así.

— M-Mark...¡Hijo! ¿Cómo has estado?

Bien — no quería hablar mucho fuera de lo iba a que preguntar, pues nada cambiaba el hecho de lo que su
padre hizo—. Necesito hacerte una pregunta.

Claro. Lo que sea.

— ¿Por qué dejaste a mamá?

Hijo... No voy a hablar de eso cont-

Lo necesito — le interrumpió— Necesito saber porque te fuiste con esa mujer— Mark escuchó a su padre suspirar pesadamente.

Porque la amaba... Amé a tu madre en su tiempo, pero lo nuestro... No duró para siempre. Y "esa mujer" como le llamas, ella me hacía feliz y me ama.

— Mamá también te amaba— le reprochó Mark.

— Lo sé...Pero ya no era lo mismo. Si lo que quieres es que sienta culpa, la tuve, no fue fácil dejarlos. Pero era lo que yo quería. Si solo me llamaste para esto me despido. Hablamos otro día.

Su padre colgó y Mark gritó en rabia. Se fue al baño para limpiarse las lágrimas y ver sus ojos, necesitaba estar "normal" para cuando Mina apareciera, aunque, la nipona ya lo había visto y escuchado todo.

— ¿Mina? — dijo la dulce voz de Mark—.¿Cómo te fue en el trabajo?

— Bien —contestó mirando el suelo—. ¿Y a tí?

— Bien — él sonrió—. Tengo mucho por estudiar y muero de hambre. ¿Preparaste algo?

Mierda lo olvidé.

— No. Pensaba en comprar una pizza— mintió— sólo si tú estás de acuerdo con eso.

Él lo pensó un momento vacilante y le dijo que sí para luego ir a abrazarla. Mina también lo abrazó mientras su corazón dolía.

— Sé que nosotros últimamente hemos estado un poco distanciados, pero no quiero perderte Mina — él se separó de ella y tomó sus mejillas—. No sé si es por ir a ver a la idio- a Son...— se corrigió— Pero recuerda lo que tú me dijiste, ella no es nadie. No te sientas culpable. Tal vez hacer esta parte del trabajo no es fácil para tí, porque tienes que estar con una mujer y ahora te das cuenta que cuesta, es difícil.

Chaeyoung no es nadie....no. Chaeyoung es alguien, mucho mejor que yo.

— Yo nunca dije que fuera fácil...—reclamó bajo. Mark rodó los ojos e ignoró eso.

— Te falta poco, Mina. Casi lo logramos.. Sólo te falta el número de la clave de su tarjeta y acabarás con esto. Para siempre.

Ya la tengo...Yo terminé..

— La próxima vez que vea a Chaeyoung, te daré la contraseña.

— ¿Cuándo irás a verla? —preguntó interesado y sonriente, sólo era una risa al pensar en el dinero.

Y todo esto fue mi idea... Soy un asco.

— Por ahora no, porque está ocupada— mintió la pelinegra

— Bueno pasemos tiempo juntos. No me gusta que estés tan distante.

Noviembre, sábado 5

Cuando el otoño tenía su apogeo y los árboles se tornaban de varios colores cálidos. La gente optaba por viajar y salir a disfrutar de la belleza que la naturaleza brindaba. Una coreana en especial...ella se quedaba en la ventana de su sala, viendo hacia afuera.

Chaeyoung miraba la ventana mientras tomaba café. No le gustaba mucho, pero lo tomaba porque a Mina le gustaba, la nipona le había dicho que le quedaba bien y lo más importante, lo tomaba porque le recordaba a ella.

Tenía más de dos meses de no tener noticias sobre Mina. Pero tenía la esperanza de que ella volvería.

Porque muy en el fondo Chaeyoung sabía que Mina la amaba.

Así que esperaba que por una maldita vez en su vida, el amor que había desarrollado y ofrecido diera su fruto y la guiara a su lado.

— Chaeyoung — Le llamó Yugyeom dirigiéndose hacia ella con pasos lentos—. Deja de ver esa puta ventana por hoy. Todos los días llegas del trabajo y te quedas ahí hasta tarde. No me gusta verte así.

— quiero ver cuando vuelva.

— ¿Cómo estás tan segura?

— Lo estoy...—Chaeyoung hizo una mueca, y sintió la mano de Yugyeom en su brazo para alejarla de la ventana. Ella se dejó guiar hasta el sofá donde siguió tomando el café — Lo presiento.

Sin Mina, su vida había vuelto a ser la misma aburrida y monótona de siempre, estaba triste, pero no había llorado porque tenía esperanza.

Moría de ganas por buscar a la pelinegra y tenerla entre sus brazos, pero debía ser Mina la que tenía que buscarla

— ¿Cómo te sientes? — Le preguntó Yugyeom—. Realmente.

— yo...— parpadeó un par de veces. Su estado de ánimo había decaído—. No lo sé... estoy un poco triste, pero...No he llorado. Desde que se fue... siento que una parte de mí está lejos, perdida y busca la manera de volver.

El timbre de su apartamento sonó y Yugyeom se levantó a abrir, la persona detrás de la puerta había llegado en el momento menos deseado.

Quedó pasmado al abrirla.

— Mina — pronunció con los ojos abiertos, en cuestión de segundos su cara de sorpresa se volvió furiosa y sin pensarlo dio un empujón a la nipona haciendo que chocara con una pared

Mina sintió el impacto, él no le había pegado, pero sin duda estaba muy molesto

Lo merezco...

— te lo advertí — él se apartó para que Mina pudiera ingresar—. Chaeyoung te espera en la sala.— Yugyeom sabía que no podía entrometerse mucho, no eran sus asuntos— . Más vale que te disculpes con ella.. Dile que yo iré a la casa de Somi.

Él se fue y Mina ingresó.

Chaeyoung miró a Mina y se levantó del sofá viéndola de frente, había esperado mucho por esto y ahora...Su cuerpo no se movió.

— ha sido tiempo — dijo Mina.

— sientate — le invitó Chae y Mina se acercó, su sorpresa fue demasiado grande cuando fue empujada contra la pared y su cuerpo dolió nuevamente.

Chaeyoung la tenía acorralada.

— ¿Por qué tardaste tanto? — reclamó con su voz temblando—. No sabía que te alejarías tanto...No lo soporto.

— y-yo...— realmente no podía responder aquello. Pero no lo necesitó porque Chaeyoung besó sus labios con una desesperación nunca antes vista.

Noches enteras Mina había soñado con besarla otra vez. Este tiempo sin Chaeyoung se había dado cuenta de cuánto la necesitaba, parecía una moribunda depresiva llorando en cada rincón por su ausencia. Sin embargo, Chaeyoung estaba peor que ella, no sólo había soñado con besarla, sino con poseerla de todas las maneras posibles, desear que estuviera siempre y que nunca se fuera, deseaba su cuerpo y su compañía, la necesitaba y no pensaba en otra cosa que no fuera tenerla.

Tenían que hablar, pero el impulso de sus cuerpos...Parecían imanes tratando de pegarse el uno al otro.

Sus cuerpos danzaron hasta la habitación de la menor. No paraban de besarse, la necesidad y la falta de la otra las hacían tener ese impulso. Chaeyoung besaba a Mina como si esta fuera la fuente de su oxígeno.

Un beso hambriento y desesperado.

— no lo vuelvas a hacer, no vuelvas a alejarte — ordenó la menor.

Cómo era costumbre sus ropas dejaron sus cuerpos y comenzaron a acariciarse con deseo. Rodaron en la cama y Chaeyoung sostuvo a Mina de la espalda para obligarla a estar encima de ella.

— te extrañé mucho, Chaeng...— dijo Mina algo tímida pero con la voz agitada.

— yo igual... Ni te imaginas cuánto — Chaeyoung suspiró y besó el cuello de Mina.— Pero volviste...— Chaeyoung gruñó. Estaba demasiado deseosa por poseer a Mina—. Yo sabía que volverías.

Mina se detuvo y observó a Chaeyoung. Estaba a horcajadas sobre ella, así que solo le dió una breve sonrisa y dejó un corto beso en sus labios antes de que Chaeyoung la levantara y acostara para volver a quedar encima de ella

Chaeyoung comenzó a besar a Mina nuevamente mientras la mayor abrió sus piernas dándole paso a su cuerpo.

Quería explorar completamente aquel hermoso cuerpo que Mina poseía. Simplemente le encantaba. Comenzó dando algunos besos por la mayoría de su cuello, sacándole leves suspiros a la japonesa, quien mantenía sus manos sobre sus hombros.

— C-Chaeng te necesito — habló la japonesa casi en susurro

Chaeyoung sonrió victoriosa y besó a la japonesa para luego, al separarse, darle una sonrisa. La coreana, sin quererla hacer esperar más, tomó su miembro y lo introdujo lentamente en Mina, la mayor cerró los ojos y dió un agudo gemido, haciendo una leve mueca de dolor y finalmente dió un suspiro.

— aah...— gimió Chaeyoung—. Estás muy apretada.

Chaeyoung besó y chupó nuevamente el cuello de la mayor degustando su piel. ¿Ya había mencionado que le encantaba? Porque esa palabra se quedaba corta al lado de lo que Chaeyoung sentía cada vez que tenía el cuerpo de Mina cerca.

Ella solo daba varios suspiros y algunas quejas por lo bajo.

— Mierda...— susurro Mina—. M-Muévete Chaeng

Chaeyoung se mordió el labio y Mina pensó que la coreana era muy sexy. Aunque se podía decir que estaba un poco acostumbrada con la perspectiva, su rostro se sonrojó, ahora que la contemplaba mejor,  simplemente se pudo dar cuenta de que Son Chaeyoung era hermosa.

Chaeyoung comenzó una ronda de embestidas, la primera estocada la sintió bastante fuerte y cerró los ojos con fuerza, suspirando.

— a-ah C-Chae  — gimió Mina.

La nipona tenía sus ojos cerrados mientras su respiración se volvía pesada. Las manos de la coreana estaban puestas en el colchón a ambos lados de su cabeza. Se vieron a los ojos y como si fuera telepatía, Chaeyoung supo que ya  podía comenzar a embestir.

Sus caderas se movían sin detenerse, buscando su ritmo mientras las blanquecinas piernas de la japonesa estaban abiertas para que Chaeyoung entrara más fácil.

— ¿Te gusta? — preguntó Son entre jadeos.

— aah...Si... Sigue — Mina envolvió sus brazos al rededor del cuello de Chaeyoung para tenerla más cerca y
luego la besó.

Sus cuerpos sudorosos siempre buscaban la manera de acoplarse, mientras sus mentes quedaban en blanco sin pensar en otra cosa que no fuera "estoy con ella".

Mina pensó que al inicio sólo era sexo, pero conforme se conocieron eso pasó a ser algo más y había dejado de ser sólo sexo... Era algo más especial.

Se sentía más especial.

Se dió cuenta de cuánto la quería y también se dió cuenta qué no tenía ni la más mínima idea de cuánto es que la quería y amaba Chaeyoung.

Cuando terminaron, Mina abrazó a Chaeyoung por la espalda poniendo su rostro en medio del cuello y su cabeza, el momento junto a la menor era agradable.

Estuvieron así un rato hasta que Chaeyoung se separó y se acostó boca arriba, posando su cabeza en una almohada. Mina la observó callada, hasta que minutos después se atrevió a preguntar.

— Chaeng, ¿Cuántas veces has sido de pasiva? — la menor volvió su cabeza para ver bien a Mina.

— Nunca — respondió riendo por la ocurrencia de su acompañante

— Deberíamos intentarlo algún día...— susurró.

A pesar de ser una leve y casi inaudible oración, Chaeyoung llegó a escucharlo y nuevamente dió una sonrisa perdida, y luego abrazó a Mina de manera algo protectora. Myoui cerró los ojos y se acurrucó en Chaeyoung

— Aunque no estoy acostumbrada, tal vez podríamos intentarlo. A pesar de que tú siempre fuiste la que... Ya sabes.

Chaeyoung odiaba cuando se ponía cohibida y se sonrojaba. Se sentía como una tonta.

— Si yo quisiera, ¿me dejarías?

— ¿Por qué tanto afán por querer verme pasiva? — Bromeó

Mina le dió una sonrisa y se juntó a ella, de tal forma que sus miradas no se encontraran por ningún motivo

Dió un profundo suspiro, pensando y analizando.

— ¿Y con Yugyeom? ¿Nunca has sido pasiva con él?— preguntó Mina

— Mina, no me gustan los hombres. Además, Yugyeom es como mi mejor amigo, ya te lo expliqué...

La nipona se sintió como una estupida por decir eso, así que se quedó en silencio

— ¿Aún estás molesta por lo de mi "matrimonio"? — preguntó Chaeyoung con voz calmada y tranquila

— No...solo estoy pensando, nada más — respondió ella

— Esto no cambiará mucho nuestro futuro, ¿verdad?

Nuestro futuro...

Mina se acurrucó en Chaeyoung y esta la abrazó con fuerza. Ambas estaban con el corazón latiendo rápidamente, con la diferencia, que el corazón de Mina dolía porque quería estar con Chaeyoung.

— no te vayas todavía — Le pidió Chaeyoung.

— Chaeng, mereces a alguien mejor que yo — admitió

— Mina... Cállate.

Ya había anochecido y Mina estaba sentada en la mesa con Chaeyoung, ambas tomando un poco de té, después de ducharse juntas.

— Si te confieso algo... ¿Pensarías que es tonto...? — dijo Chaeyoung después de tomar su té.

Mina negó con la cabeza y sonrió coqueta

— dime

— De verdad agradezco que te robaran — hizo una pausa para explicarse mejor y se lamió los labios— , me refiero a que, gracias a eso viniste a mi auto y te conocí — la miró a los ojos y sonrió muy levemente y tan solo un instante. Mina tragó saliva —. Creo que fue el destino y un regalo...

Hubo un corto silencio y Mina no sabía que decir, ni siquiera podía verla a la cara por mucho tiempo. Se mantuvo viendo la madera de la mesa.

En realidad estaba esperando que Chaeyoung le siguiera reclamando porque había durado tanto sin comunicarse con ella. Pero no lo hizo.

— Ese mismo día...— continuó Chaeyoung—, antes de huir de mi trabajo yo pedí un deseo, pedí algo que le diera un poco de felicidad a mi vida y...Llegaste tú.

Sin poderlo evitar esa confesión provocó que el corazón de Mina se contrajera, sus ojos se humedecieron y....lloró.

No pudo evitarlo, no aguantó.

Lloró porque no sabía que hacer. Lloró porque Chaeyoung era una buena persona y merecía algo mejor que ella. Lloró porque estaba confundida. Lloró porque sentía que ahora amaba a Chaeyoung.

La coreana secó una de sus lágrimas y aunque fue un hermoso gesto, el rostro de Mina nuevamente se llenó de ellas. Chaeyoung tomó su mano y preguntó una vez más:

— Mina. ¿Quieres ser mi novia? ¿Quieres una relación conmigo? Una seria y duradera. Sólo puedo ofrecerte mis más sinceros sentimientos, si quieres también cumpliré tus caprichos. No me importa. Sólo mantente a mi lado. ¿Qué dices?

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