Chapter 1 甘さ Princess Chaeng!

Una Chaeyoung de seis años de edad se encontraba en su habitación viendo unas caricaturas, y jugando un poco con algunos coloridos peluches en el suelo.

Tenía una pequeña corona en su cabeza que su mamá le había regalado. Ésta siempre solía llamarla "Princess Chaeng", y esto la hacía sentir muy feliz.

Desde allí podía escuchar una discusión proveniente desde la otra habitación, pero sólo la ignoró mientras seguía jugando sin parar.

Sus padres solían discutir mucho, sobretodo su padre... Éste siempre parecía tener problemas con su forma de ser, aunque ella no lo podía entender.

Se levantó y subió hasta la cama. Comenzó a saltar en ésta con gran fuerza mientras sostenía la corona que tenía en su cabeza, para que no cayera.

-¡Ella no es normal! -escuchó un grito de su padre.

-¡No hables así de ella! -discutió su madre-. ¡Si seguirás diciendo eso lo mejor es que te vayas!

Chaeyoung escuchó esto y dejó de saltar en la cama. De inmediato ladeó la cabeza totalmente confusa.

-Papá -susurró.

Se quedó de pie allí en la cama en la misma posición, podía sentir miedo... ¿Su papá se iría?

-¡No puedo lidiar con alguien como ella! ¡Me avergüenza!

-¿Qué es vergüenza? -preguntó para sí misma cruzando los brazos.

Su padre siempre solía regañarla más de la cuenta, algunas veces también le pegaba, cuando sentía que era necesario corregirla por "ser tan ruidosa e inquieta".

Otras veces llegaba tomado y le gritaba que era una niña tonta por no poder entender las cosas que los niños de su edad ya entendían en el kinder.

Chaeyoung le tenía un poco de miedo, pero aún así lo quería mucho. Cuando estaba cerca de él intentaba hacerlo feliz, pero para él nada de esto funcionaba... Siempre veía sus defectos, y no las virtudes que esta dulce niña poseía.

-¡Es tu hija! ¿Cómo puedes sentir vergüenza por ella? ¡Es una niña!

-¡Soy una niña! -volvió a saltar en la cama con emoción.

Pasados unos minutos, después que la discusión cesó, aparentemente, la puerta de su habitación fue empujada. Chaeyoung siguió saltando en la cama mientras sostenía la corona con fuerza. Su padre entró y se detuvo frente a ella.

-¡Deja de saltar en la cama!

-¿Por qué? ¡Me gusta saltar, papá! -comenzó a reír.

-¡Haz caso! -la detuvo con brusquedad-. ¡Sé buena niña! -le quitó la corona.

-¡Mi corona! -extendió sus pequeñas manos-. Soy una princesa.

-¡Lo serás cuando aprendas a comportarte! -tiró la corona al suelo y la pisó.

Chaeyoung miró esto y comenzó a llorar... Se había quedado sin su corona, ¿ahora cómo sería una princesa?

-¡Mamá! -llamó llorando.

Su madre entró y al ver esto, se acercó corriendo y la cargó en brazos.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué la tratas así?

-¡Te dije que no puedo seguir lidiando con ella! -gritó.

Chaeyoung intentaba cubrir sus oídos.

-Entonces vete, no vas a maltratar a mi hija -abrazó más fuerte a la niña que seguía llorando.

-Mi hija no puede ser una trastornada -señaló.

-Mamá -sollozó-. Strawberry Tiger -pidió.

-Si la ves así, no la mereces -lo miró dolida-. Ya vete, no la harás llorar más.

El hombre salió lentamente de la colorida habitación, y miró por última vez hacia las dos.

-Toda tuya -dijo antes de volver a la otra habitación y recoger sus cosas.

-Mamá -sollozó-. Strawberry Tiger.

-Shh, ya lo buscaremos, cielo -susurró caminando con ella por la habitación.

Se sentó en la cama con ella en brazos y tomó el peluche que estaba pidiendo.

-Aquí está -susurró acercándolo.

Chaeyoung se separó lentamente. Su rostro estaba enrojecido, y sus mejillas completamente húmedas.

-¿Strawberry Tiger me quiere?

-Sí te quiere mucho -comenzó a limpiar sus lágrimas.

-¿Papá no me quiere?

-Sí te quiere, cielo, él sólo necesita tiempo -le volvió a acercar el peluche.

Chaeyoung lo tomó y lo abrazó con fuerza.

-También quiero a papá, y a Strawberry Tiger -sonrió-. ¡Y a ti, mamá! -la abrazó fuerte mientras reía.

-Todos te queremos mucho -besó su cabeza.

-¿Todos? -se separó y la miró curiosa.

-Claro, eres una princesa -sonrió.

-Pero papá rompió mi corona -hizo un puchero.

-No necesitas una corona para ser una princesa, tú ya lo eres.

-¿Sin corona también puedo ser princesa? -preguntó asombrada, resultaba inconcebible para ella.

-Claro que sí, eres una hermosa princesa que todos queremos mucho, mucho, mucho -comenzó a hacerle cosquillas.

Chaeyoung comenzó a reír mientras intentaba detenerla.

- ¡Princess Chaeng! -exclamó riendo-. ¡Quiero que juguemos, mamá! -se levantó y comenzó a correr por todos lados.

-Está bien, cielo -sonrió.

Su madre miró a la puerta y vió como el hombre salía con las maletas sin mirar atrás. Chaeyoung lo vió y comenzó a perseguirlo, de inmediato su madre de levantó para seguirla.

-¡Papá, no te vayas! -exclamó-. ¡Tenemos que jugar con Strawberry Tiger y mamá! -comenzó a saltar.

El hombre siguió caminando sin prestarle atención. Chaeyoung corrió y se detuvo frente a él.

-¡Papá! -alzó los brazos.

El hombre la esquivó y salió como si nunca la hubiera visto. Chaeyoung se quedó de pie allí sin comprender. Su madre se acercó lentamente.

-Mamá, ¿a dónde va papá? -ladeó la cabeza e hizo un puchero.

-¿No quieres que juguemos con Strawberry Tiger? -se lo mostró.

-¿Papá no jugará con nosotras?

-Jugaremos nosotras, ven -le extendió la mano.

-¿Tú nunca te irás, mamá? -la miró asustada.

-Claro que no, seguiré aquí para jugar con mi princesa -la cargó.

-Princess Chaeng! -comenzó a reír.

Por ese instante se le olvidó el hecho de que su padre la había abandonado, aunque eso era algo que la perseguiría por un largo tiempo.

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