𝟬𝟰. LA FAMILIA GRAVES.
CAPÍTULO CUATRO
'puedo cambiar todo sobre mi
solo para encajar'
El sábado por la mañana comenzó de una manera poco convencional para Black y sus parientes los gemelos Rosier. Al amanecer, los tres recibieron cartas casi exactamente iguales a las de sus familiares, dándoles una orden implícita que ninguno de los tres pudo desmentir.
"Thalia,
Hemos estado hablando con tus tíos, los Graves, y nos dicen que Betsy se ha estado quejando mucho en sus cartas sobre la soledad en Hogwarts.
Les dijimos que esto es algo común entre los jóvenes y que tal vez se deba a que ella está en la casa más débil, pero no nos hicieron caso, así que lo mejor es que tu y tus primos hagan algo para que estas cartas dejen de llegar.
Pd: No he recibido ninguna carta tuya desde que llegaste, que bueno que no escondes nada, Thalia.
Con consideración,
Druella Black."
Thalia estaba sentada en un sillón verde cerca de la chimenea en la sala común de Slytherin. Apenas había logrado guardar su carta en su bolsillo cuando la habitación fue dramáticamente invadida por Evan y Pandora ―la que siempre descubría la contraseña de la sala común de Slytherin―, junto con Barty y Regulus.
―Quieren...―Evan comenzó a tirarse en el sofá mientras parecía agonizar.―Quieren que me lance de la torre.
―¡Evan! ¡No digas esas cosas!―reprendió Pandora, dándole una palmada en la frente a su hermano gemelo.
―Si vas a saltar, avísame para mantenerme alejado de allí.―Regulus rio cuando Pandora golpeó a Evan.―No quiero ensuciarme con pedazos de Evan en mi ropa.
―¡Ustedes son asquerosos!―exclamó Pandora.
Estalló una guerra donde Evan se quejó, Pandora lo regañó y Regulus se burló de la situación mientras se reía de las peleas de los gemelos Rosier.
Barty se acercó lentamente, como felino asustadizo dispuesto a robar un trozo de carne. Se sentó en el respaldo del sillón y Thalia se levantó, tardó unos segundos en entender y luego se sentó en el sillón y Thalia se sentó en sus piernas, sintiendo cómo le acariciaba la espalda.
Thalia resopló y se rindió, levantándose y dejando atrás a los cuatro, todos muy confundidos. Después de unos segundos regresó, con una pluma, un tintero y un pergamino en la mano, se sentó en el suelo directamente frente a los Rosier y lejos de Crouch Jr.
―Nos dividiremos en turnos.―dijo, mirando entre Evan y Pandora.―De esa forma ninguno de nosotros tendrá que pasar mucho tiempo con ella.
―¡Oh, eres un genio!―dijo Pandora emocionada aplaudiendo mientras se sentaba en el suelo junto a Thalia.
―Vale, entonces somos cuatro...
―No, no, no.―se burló Regulus, sacudiendo la cabeza.―No tengo nada que ver con los Graves, no tengo que hacer esto en absoluto.
Los gemelos y Thalia, lo miraron con falsa furia, pero el chico simplemente se encogió de hombros y volvió a leer el periódico.
―Estoy seguro de que si miras directamente a ese logo árbol genealógico tuyo, terminarás descubriendo que la aburrida Betsy es tu abuela.―Evan se rio mientras esquivaba una almohada que Regulus le arrojó.
El silencio se apoderó del lugar cuando un estudiante de primer año ingresó al salón de la sala común con una enorme paleta y una sonrisa muy satisfecha. Obviamente Thalia nunca se abría dado cuenta de esto si no fuera por la caja de chocolates que le regaló el chico, la tercera en esa semana.
―Me dijeron que lo entregara.―dijo simplemente y se encogió de hombros, saliendo corriendo de la habitación antes de que alguien pudiera preguntar algo.
Thalia ignoró el regalo y continuó escribiendo, pero los otros tres miraban entre ella y Barty con una curiosidad difícil de ocultar. Evan tomó los chocolates, analizándolos antes de llevarse tres a la boca, Black intentó ocultar su malestar pero terminó quitándole la caja y sosteniéndola en su regazo.
―Está bien. Pandora se quedará con ella por la mañana.―Thalia pegó el papel en la frente de la chica―Y Evan la cuidará después de las cuatro.
En realidad, Thalia estaba siendo egoísta al distribuir su agenda, pero era por una buena causa, estaría ocupada en la mañana y en la noche, por lo que los Rosier tendrían que buscar la manera de cuidar solos a la chica.
Pandora tenía un turno más largo y, aunque era más amable que ellos, no parecía muy contenta de tener que pasar toda la mañana con Betsy. Ella y su hermano gemelo discutieron sobre cuál de los dos estaba en más problemas mientras todos salían de la sala común y caminaban hacia el desayuno.
A Thalia, quien recientemente se había cortado el cabello oscuro, todavía le costaba acostumbrarse a no tener que empujar los mechones detrás de los hombros mientras caminaba, ahora había más tiempo para arreglar sus aretes plateados, su corbata verde o su pañuelo a juego.
Mientras los gemelos Rosier conversaban sobre lo irritante que era tener que obedecer las órdenes de su madre y ser amable con una prima lejana, Regulus Black los siguió, profundamente absorto en sus propios pensamientos.
Thalia Black se sorprendió por el comportamiento inusual de su primo de no intentar provocar a ninguno de ellos, ni burlarse de ella por la ronde que tendría que hacer ese sábado por la noche, junto al prefecto de Gryffindor.
―¿Quién te envía estos dulces?―Barty Jr. interrumpió los pensamientos de la chica.―¿Un admirador?
En ese momento, el grupo de Slytherin entró al gran salón. acompañados por la Ravenclaw Pandora, quien suspiró antes de caminar rápidamente hacia la mesa de Gryffindor, solo para invitar a Betsy a unirse a ella en la mesa de Ravenclaw para desayunar.
―Debe ser simplemente un idiota siendo grosero.―Thalia dijo la verdad a medias.
Miró subrepticiamente a la mesa de Gryffindor y cuando notó que Potter estaba mirando la caja de chocolates en sus manos, la chica tiró la caja de chocolates al suelo y la aplastó hasta dejarla tan delgada como papel de pergamino. Recogiéndolo del suelo, dejó la caja en el cubo de basura.
Barty, Evan y Regulus observaron la escena con una expresión de horror en sus pálidos rostros.
―¿Crees que esté en sus días?―Evan le preguntó a Barty en un susurro.
―¡Asqueroso, Evan, eso no es algo que decir en el desayuno!―rebatió Barty con una mueca.
Regulus enterró su rostro entre sus manos, aparentemente cansado del bajo intelecto de sus compañeros.
Los primos Black caminaron hacia la mesa buscando algo de paz. pero Barty y Evan los siguieron y para Regulus eso significó un dolor de cabeza hasta el final del día.
Sin embargo, lo que distrajo a Thalia fue su no novio o su compañero de clase demasiado estúpido para darse cuenta de algo tan simple. Lo que le quitó el apetito fue ser observaba por cuatro Gryffindors durante el desayuno.
La chica respiró hondo y cuando Regulus terminó de desayunar, la chica lo siguió con la esperanza de hablar con él. Y con hablar se refería a irritarlo hasta que soltara algo, al parecer ella fue la única que notó que el chico estaba diferente.
Lamentablemente, junto a ellos, una decena de estudiantes más también decidieron abandonar el gran salón, complicándose la tarea de seguir al menor de los Black, en medio de un pequeño cúmulo de ropa oscura y cabello suelto, el flaco cuerpo de Regulus pasó desapercibido, y Thalia se sorprendió un poco cuando miró a todas partes y no encontró el rostro frío y familiar.
Antes de que pudiera tener algún tipo de reacción, la chica de cabello corto sintió una mano pesada en su hombro, siendo sacada de la multitud del pasillo. Thalia parpadeó con sus ojos muy verdes y estabilizó su cerebro lo suficiente como para notar su cabello peinado hacia arriba incluso antes de ver la cara de Crouch.
―Oh, hola Barty.―Thalia casi parecía decepcionada. Barty frunció el ceño porque había notado estos distintos comportamientos en Black desde hacía algún tiempo.
―¿Esperabas a alguien más?―preguntó el chico, casi herido.
Thalia levantó la cabeza, era pésima ocultando sus sentimientos, excepto cuando no existían.
―De ninguna manera.―la chica sonrió y fue como si recién ahora reconociera su rostro.―Es que, me imaginaba que todavía estaban en el gran salón.
El chico negó con la cabeza, y reflejada en la de ella, su expresión también mejoró mucho.
―Quiero ir a Hogsmeade pronto.―dijo y luego le ofreció su mano izquierda.―¿Vienes conmigo?
Thalia dudó, debería terminar de una vez y decirle que no quería casarse, que nunca se casaría.
Sin embargo, lo que salió de sus labios ni siquiera se acercó a un rechazo.
―¡Por supuesto que si!―la chica respondió con falsa emoción y luego entrelazó sus dedos con los de él.
Barty se llevó la mano a los labios y besó su pálida piel. A Thalia le hubiera gustado sentir algo, algo de emoción o mariposas en el estómago.
Tal vez las mariposas en sus estómagos estaban todas muertas.
Caminaron juntos, Barty hablaba todo el tiempo, Thalia aportaba mucho a la conversación, expresiones largas y falsas cuando decía algo que le parecía excitante, o morboso y desinteresados "hm", "entiendo", "mhm, lo sé", "bien", "eso es terrible"....
Barty ni siquiera notó la falta de interés de su supuesta futura esposa, siempre estaba distraído hablando de sí mismo, de hecho, no le gustaba que lo interrumpieran durante frases fascinantes sobre él mismo.
La indiferente Thalia era la Thalia que él quería.
Caminaron hasta las Tres Escobas y apenas entraron al local, la joven Black se molestó y deseó haber ido a Honeydukes, al que nunca había ido con Barty gracias a que él no podía comer dulces.
―¡Mira, los Malfoy!―exclamó emocionado un Barty que estuvo la última hora haciendo una lista sobre cómo debería ser el Barty Crouch original y su padre es quien debería ser Jr.―¡Vamos!
Mierda.
Thalia respiró hondo, pasó sus manos enguantadas por su ajustada falda, revisó que su suéter verde estuviera bien limpio, peinó el único mechón de su cabello que estaba fuera de lugar detrás de su oreja y entonces, sólo entonces, se atrevió a caminar hacia su hermana mayor.
Narcissa estaba impecable y en cuanto vio acercarse a su hermana se puso de pie en un movimiento tan ligero y preciso que la mujer frente a ella ni siquiera se dio cuenta pero el marido de la rubia lo notó, Lucius notó cada uno de los movimientos de su esposa. Era como un libro que había leído tantas veces que podía recitar párrafos en voz alta.
Thalia los envidiaba y eso la enfermó.
Cuando los Malfoy se acercaron a ella, la chica se sintió como una bola de espejos en el escenario, como si les estuviera reflejando toda la luz posible, todo lo que querían ver.
Cuando los ojos de Narcissa parecieron no mostrar emoción y los labios de Lucius se fruncieron había abajo, Thalia supo que no era suficiente.
Ella no era suficiente.
―¡Thalia!―la voz de Angela Graves la sacó de sus pensamientos melancólicos.―¡Mira qué bonita está, parece una muñeca!
El hombre muy alto a su lado se giró, no era su marido, era su hijo Vlad. Vlad era un joven unos tres años mayor que Thalia, pero tenía barba roja y era muy alto, con los rasgos pensados de alguien que siempre está cansado, aparentaba tener alrededor de treinta años.
―Señorita Thalia.―Vlad sonrió, tenía dientes grandes y una manos áspera que apretó la de ella antes de besarla.
En realidad debía ser "Señorita Black", pero Thalia no tuvo ganas de corregirlo, a diferencia de Lucius, quien puso los ojos en blanco con mucho deseo.
―Es un placer encontrarte aquí, hermana.―Narcissa sonrió y a Thalia le resultó difícil saber si estaba mintiendo o no.―Ven, siéntate aquí.
Tan pronto como su esposa terminó la frase, Lucius sacó una silla y la colocó al lado izquierdo de la rubia, Thalia se sentó tratando de parecer ligera y controlada como su hermana, pero falló estrepitosamente.
Narcissa pasó su mano por el cabello corto de Thalia, quien observó atentamente los puntos que tocaba para saber dónde estaban sus defectos, esperó un comentario terrible sobre su corte de pelo, pero no llegó, en cambio dijo:
―Tu cabello me trae recuerdos.―dijo suavemente, observando la punta de la nariz roja de Thalia.―Buenos recuerdos.
Thalia sabía exactamente de lo que hablaba, la última vez que la pelinegra se cortó el cabello tan corto fue cuando los Black aún eran una familia, o al menos las hermanas todavía eran cuatro.
Cuatro niñas.
Black podría romper a llorar en ese momento. ¿Era esto lo que quería Narcissa? ¿Quería verla humillada en la mesa de un bar como una borracha?
Lucius comentó sobre el trabajo de Vlad con los dragones y Barty se interesó en hablar de algo más que de él mismo, los tres caminaron hacia el mostrador esperando más cerveza mientras las mujeres permanecieron allí.
No beberían, al menos las Black no, las cervezas son cosas muy bárbaras, muy masculinas, Thalia ni siquiera había probado la famosa cerveza de mantequilla, y probablemente nunca lo hará.
―Entonces, Thalia, ¿Cómo estuvieron las primeras dos semanas?―Angela preguntó como si Thalia fuera su sobrina de cinco años.
Thalia analizó la pregunta, era normal: estudió más de la cuenta, pasó mucho tiempo corriendo entre pasadizos secretos que descubrió en sexto año después de un tiempo observando a su primo desheredado, y entonces lo único anormal fue...
James Potter cruzó la puerta, riéndose a carcajadas junto a Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew. De alguna manera, el aire pesado pareció suavizarse, el timbre de la risa ronca y relajada aportó una luz diferente al ambiente.
―Fueron muy agradables.―respondió Thalia mientras desviaba la mirada del grupo en la puerta.―He tenido un poco más de trabajo debido a que es mi último año, pero todo va muy bien.
Su sonrisa no flaqueó, no parpadeó ni tamborileó con los dedos sobre la mesa. Esta vez no miente, porque Thalia era muy buena en sus estudios, es buena con los libros y todo lo que implica aprender.
―Me alegra saberlo.―fue Narcissa la que habló, aunque la pregunta no provino de ella.
Angela se movió en su silla, se miró las manos y luego a Thalia nuevamente, y ahí es cuando sucede.
Los tres hombres regresaron a la mesa, el olor de la cerveza en realidad es muy bueno cuando Barty se la llevó a los labios.
Thalia pensó en hacerlo beber mucho para que el sabor se quede en su boca y pueda sentirlo cuando lo bese, pero la idea muere cuando se da cuenta de que en realidad no le entusiasma tanto la idea de tener que besarlo, de tocar a Barty.
Su cerebro pareció haber dejado de funcionar, esa era una de las razones por las que a Thalia le gustaba su novio, era bueno besando y tocando... pero ahora la idea no parecía tan atractiva.
Ella sacudió la cabeza y volvió a la conversación.
―A mi Besty le pasa algo.―Angela dijo; ella tampoco bebió, probablemente demasiado Rosier para olvidar las reglas de etiqueta.
―Seguro que sí.―Barty murmuró y ella le pellizcó ligeramente el brazo.
Él se quejó.
―En los últimos dos años me envió cartas insistentes pidiéndome que le buscara un lugar en alguna escuela de magia en Escocia, diciendo que ya no podía asistir a Hogwarts.―continuó Angela.
Barty y ella intercambiaron una mirada casi cómplice, porque sabían las razones de esto, y las razones son claramente conocidas por él, ya que Barty, Evan y Regulus son las razones.
―Pero este año finalmente conseguí el trabajo que había estado pidiendo durante años, ¡y luego simplemente se dio por vencida!―Angela concluyó las quejas sobre su hija.―¡Pero todavía hay un problema aquí, no lo entiendo!
Thalia tampoco entiende las razones de Besty, por lo que ella sabía, Betsy no tenía muchos amigos, era ignorada y ridiculizada por su proprio primo ―Evan― y siempre la estaban evitando.
Pero entonces el recuerdo de los únicos amigos de Betsy llegó a Thalia y volvió a mirar hacia la puerta, y está el cabello muy rojo de Betsy al lado del cabello largo de Sirius y el cabello castaño de Remus, estos son sus mejores amigos, los merodeadores que persiguen a Evan cada vez que la trata mal.
Aún así, no parece una gran razón, solo una buena.
La mala idea de Thalia fue quedarse mirando fijamente al grupo en la puerta sin comprender, Betsy sintió su mirada en su espalda y se dio la vuelta viendo a su madre y a su hermano, abriendo automáticamente una de esas enormes sonrisas que obtienes cuando ves a tu familia.
O Thalia eso pensó, ella no podía decirlo.
La pelirroja caminó entre las mesas y llegó hasta su madre, saludó a Narcissa y Lucius e ignoró a Barty y Thalia, tal como lo querían. Vlad se levantó y abrazó a su hermana, levantándola del suelo, hay tanto cariño y emoción que Narcissa se giró hacia su marido y entrelazó sus dedos con los de él, aparentemente pudiendo mostrar emociones única y exclusivamente con ese hombre tan pálido.
Siguiendo a Betsy, los merodeadores se acercaron, todos con un vaso vacío de cerveza de mantequilla en la mano, todos parecen conocer a Vlad y Angela mientras se apresuran a dejar sus objetos y saludar.
Es entonces cuando Thalia nota algo muy extraño, cuando James Potter intercambia uno de esos apretones de manos que sólo los hombres pueden hacer sin verse extraño, cuando habla con Potter, Vlad levantó la vista.
Thalia frunció el ceño, levantó la vista y miró a James. Los ojos de Black se abren cuando nota que James es más alto que Vlad, a quien consideraba un hombre extrañamente alto para su edad.
Pero James es más joven y aún más alto, y este es el momento en que Thalia se da cuenta de que todos estos años ha seguido viendo a James como el niño de doce años, bajito pero ya fuerte, y molesto que él sigue siendo.
Pero ahora es alto y más fuerte, y su mano sostiene el vaso como si fuera un vaso de chupito y...
¿Por qué diablos estaba mirando sus manos?
+5 COMENTARIOS PARA PRÓXIMO CAPÍTULO :)
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