Capítulo 26

P.O.V Chris

—Despacio —susurré para besarle profundo introduciendo mi lengua con suavidad en su boca. Sus brazos me rodearon el cuello sacándome una sonrisa en el proceso.

Había ansiado tanto poder tocarle un poco más, besarle más profundo y poder sentir su piel desnuda contra la mía.

—Chris... —lo escuché jadear al separarnos un poco.

—¿Sí?

—Tu camisa... ¿Puedes... —lo miré expectante, pero Edgar apartó la mirada sonrojado y murmuró mientras observaba mi pecho —¿Quitártela?

Asentí de inmediato, feliz porque haya tomado la iniciativa.

Edgar retiró sus brazos para que así pudiera quitarme la camisa rápidamente.

Disfruté enormemente el recorrido que le hizo el castaño a mi torso desnudo con la mirada, y después con sus manos, que se acercaron para acariciar con suavidad, provocándome escalofríos.

—Yo también —dijo después de unos segundos.

Seguidamente, Edgar tomó los bordes de su camisa y se la sacó con lentitud.

Una vez que su torso estuvo al descubierto, el sonrojo en su cara había aumentado considerablemente y sus mejillas habían pasado a ser dos manzanas que me provocaba morder.

Siguiendo su ejemplo, mi mirada recorrió su pecho con lentitud, tratando de grabarme en la mente, cada rincón, cada lunar impregnado en su piel tostada.

—Yo... no estoy tan firme... —empezó Edgar, aparentemente inquieto por mi escaneo —. No hago ejercicio regularmente así que... Puede que tenga algo de...-

—Shhh'... —lo callé —. Eres precioso Edgar... quiero besarte... mucho —me aventuré y deposité un pequeño beso en su ombligo —, mucho —otro más arriba.

La respiración del castaño se volvió más agitada a medida que seguía depositando besos en su pecho, subiendo despacio hasta llegar a su cuello, donde me tomé mi tiempo, para besar y morder con cuidado cada parte de aquella zona tan sensible.

—Chris... eso... —la piel se me erizó al escuchar el tono de voz de Edgar y los suaves gemidos que dejaba escapar.

Mi erección dolió dentro de la ropa interior.

Entonces sus manos me sujetaron por las mejillas, para elevarme a la altura de su boca, y posar sus labios contra los míos, en un beso que me supo a desesperación, anhelo y un profundo deseo.

Mis manos bajaron hasta sus caderas para apretar con fuerza las mismas, pegándolo a mi cuerpo nuevamente, e iniciar una serie de suaves embestidas.

Sus piernas se aferraron a mi cintura y sus manos a mi espalda, donde sus uñas se encajaron, mientras el vaivén de nuestros cuerpos chocando se volvía más intenso.

—Edgar... —murmuré al cabo de un rato entre jadeos —. Deseo sentir tu piel... por completo

Sus ojos castaños me miraron nublados por el deseo, su boca entreabierta dejando escapar pequeños suspiros de placer.

Entonces sus labios se acercaron a mi oreja donde susurró: —Yo también deseo sentirte Chris

Sus palabras me hicieron tragar duro y terminaron con el poco autocontrol que me quedaba.

Mis manos fueron a los botones de su pantalón, los desabroche rápidamente, mientras lo besaba una y otra vez. Jalé la tela hasta que estuvo fuera por completo, y arrojé el pantalón a un lado de la habitación.

Antes de que pudiera proceder a deshacerme del mío, Edgar se incorporó un poco y con las mejillas coloradas, y las manos ligeramente temblorosas, liberó los botones y bajó el cierre.

Al verlo tan nervioso, tomé sus manos entre las mías y besé su mejilla con dulzura.

—Tranquilo Ed.... si quieres que nos detengamos, solo dilo

—No —susurró en respuesta, su mirada se encontró con la mía, para después sonreír ligeramente —. Quiero seguir —saqué mis pantalones y los arrojé al suelo junto a los de Edgar.

Asentí, y despacio, volvimos a la posición de antes, esta vez enredando nuestras piernas desnudas.

Nuestros labios se unieron en un beso largo, profundo, donde nuestras lenguas se entrelazaban una y otra vez. Mis manos se deslizaron por su cuerpo tratando de recorrer cada rincón, para grabarme a fuego los puntos sensibles que lo hacían jadear, acaricié sus muslos con suavidad, maravillandome de lo bien que se sentían en mis manos.

Edgar también se aventuró a recorrer mi espalda, apretando y rasguñando cuando un nuevo suspiro escapaba de su boca.

Sintiendo mi erección doler, y dándome cuenta que Edgar estaba en la misma situación que yo, me separé un poco, mi mano palpó su miembro por sobre el bóxer y su cuerpo tembló entre mis brazos.

Un asentimiento silencioso fue todo lo que necesite para introducir mi mano bajo la tela y tomar su miembro duro y necesitado.

Él soltó un gemido bajito, y su rostro fue a parar a mi cuello, donde sus labios se posaron para después morder suavemente.

Apoyé una mano en el colchón y con la otra empecé un suave vaivén. Observé como su pene se deslizaba húmedo entre mis dedos con cierta fascinación. Era bonito. Como todo de él.

—Chris... mierda...

—Es inusual que digas malas palabras —murmuré soltando una risita al final.

—Lo siento... es que... nadie nunca me ha... tocado así —un súbito pensamiento vino a mi cabeza con sus palabras, haciendo que el movimiento de mi mano se detuviera.

—Ed.... bebé. ¿Tú nunca has...-

Su cabeza negando varias veces contra mi cuello, contestó a mi pregunta antes de que pudiera formularla por completo.

Oh dios.

Mi Ed era virgen.

Me quedé pasmado por unos segundos, sin saber qué hacer con esa información.

—¿Chris? —Ed salió de su escondite para mirarme fijamente —¿Es algo malo?

Su rostro sonrojado sumado a sus ojos brillosos y labios hinchados, me hicieron tragar duro.

Edgar era sexy, era erótico, era adorable, era... precioso, joder.

—¿Qué? —alcancé a decir como un estúpido.

—¿Es malo que no tenga experiencia? Yo... nunca antes había tenido la "necesidad" o el deseo de hacer algo como esto, pero quiero hacerlo... contigo

Sonreí.

—No Ed, es solo que... me sorprendiste. Yo también te deseo, mucho... Te quiero tanto bebé

Dejé un suave beso en sus labios y continué el vaivén de mi mano en su miembro.

Un gemido escapó de su boca mientras sus manos se aferraban a mis hombros.

—¿Puedo tocarte también? —murmuró de pronto.

Dios.

—Claro que si Ed.... soy todo tuyo —terminé en una especie de jadeo al sentir su mano liberar mi pene del bóxer.

Mierda, podría correrme ahora mismo.

Con timidez empezó a acariciar de arriba a abajo con suavidad, mientras sus ojos permanecían en lo que estaba haciendo. Pequeños espasmos sacudieron mi cuerpo, mientras mi mano aumentaba el ritmo en su propio miembro.

La imagen era tan surrealista.

No puedo negar que he deseado a Ed casi desde el primer día que lo vi, pero nunca quise presionarlo, estaba dispuesto a esperar todo el tiempo necesario hasta que Ed estuviera listo para tener intimidad conmigo.

Por más que mi cuerpo se calentara de deseo cada vez que lo besaba.

Hacer esto era tan... liberador, y caliente como el infierno.

—Chris... yo voy a... —una especie de lloriqueo cortó sus palabras.

Tomé su barbilla haciendo que sus ojos quedaran a la altura de los míos, mientras mi lengua invadía su boca con pasión.

Dejé caer mi cuerpo sobre el suyo, sin aplastarlo demasiado, quería sentirlo cerca, lo más cerca posible. Abarqué ambas erecciones juntas y empecé a masturbarlas al mismo tiempo.

Edgar emitió una especie de sollozo en medio del beso, mi mano libre se posó en su cabello sujetándolo con ternura, mientras ambos alcanzábamos el orgasmo, gimiendo contra la boca del otro.

Dios, nunca lo había sentido tan intenso. No puedo ni imaginarme cuando lleguemos al final.

El beso bajó de intensidad hasta convertirse en una caricia suave, liberé sus labios dejando una mordida juguetona en el inferior.

Amaba mucho su boca.

Edgar se desplomó en la cama, regulando su respiración, su cuerpo sacudiéndose en leves espasmos, mientras que el mío temblaba ligeramente.

—¿Estás bien Ed? —susurré repartiendo besitos en su cuello.

—S-Si...

—Dame un segundo...

Ante su mirada confusa, entré al baño rápidamente, tomé papel higiénico y me limpié lo restos de semen, acomodándome la ropa interior en el proceso. Tomé otro poco y volví a la habitación, encontrándome a Edgar en la misma posición mirando a la nada.

Le coloqué el seguro a la puerta, por si acaso. Me acerqué despacio a la cama y le sonreí al castaño antes de tomar su miembro y limpiarlo con suavidad. Detuve mis movimientos al escuchar un gemido ahogado, levanté la vista y lo observé mientras se cubría la boca.

—Estás sensible, tranquilo...

Una vez que estuvo limpio, tiré el papel en el bote de basura, y volví a la cama.

Edgar ya se había acomodado su bóxer y estaba acurrucado contra las sábanas.

Me subí a gatas y me acomodé a su lado, pasé un brazo por su cintura acercándolo, Edgar se acurrucó contra mi pecho y empezó a trazar círculos con su dedo en mi piel.

—Eso fue excitante —solté de pronto.

Dejé escapar una risita al escuchar el quejido de Edgar y como trató de fundirse con el colchón. Sus orejas rojas me indicaron que estaba avergonzado.

—¿En serio? —preguntó en un susurro —. Tu... t-tienes más experiencia, así que... yo no sé si... además, no llegamos al... fina-

Mordí su oreja para que dejara de hablar, Ed soltó un gritito adorable.

—Shhh'... dijimos que despacio ¿no? Y si, fue mucho más excitante que mi otras... "experiencias" ¿Y sabes por qué?

—No

—Porque fue contigo —susurré despacio —. Porque te quiero tanto Edgar, porque eres de las más personas más importantes en mi vida, porque todo de ti me encanta y me pareces tan precioso bebé

—¿Soy precioso? —preguntó en un hilo de voz.

—Si... —tomé sus mejillas entre mis manos —. Eres hermoso y preciado para mí, pre-cio-so —finalicé dejando un pequeño beso en su nariz.

Edgar me regalo una linda sonrisa y respondió: —Te quiero Chris, te quiero mucho

Sus ojos brillosos me robaron el aliento e hicieron que mi corazón bombeara con fuerza.

Nos besamos despacio por unos minutos, disfrutando de la intimidad que habíamos creado, la atmósfera tranquila en la que sólo importaban nuestros sentimientos.

Hasta que nos dormimos, aferrados uno al otro.

*

Unos golpecitos me hicieron abrir los ojos y refunfuñar.

Estaba tan cómodo.

—Chris, te lo advierto, voy a tirar la puerta como no abras en los próximos cinco segundos —la voz molesta de mi madre al otro lado de la puerta, me hizo reaccionar.

Me incorporé de inmediato, apartando con toda la delicadeza posible el cuerpo de Edgar que permanecía aferrado a mí.

Murmuré una disculpa y me levanté rápidamente, tomé mis pantalones del suelo y me los puse entre saltos, di vueltas para localizar mi camisa, me la coloqué y corrí hasta la puerta.

—¡Chris!

Abrí la puerta despacio y me encontré con el rostro irritado de mi madre.

—Llevo tocando desde hace media hora Chris

—Si... nos quedamos dormidos, lo siento —ella elevó una ceja, escéptica.

—¿Qué? —sonreí inocente.

Mi madre suspiró y agitó la mano en el aire.

—Edgar dijo que me ayudaría con la cena, Danna y yo la terminamos hace poco. Ella y Víctor dijeron que no los molestáramos porque estaban "cansados" —hizo comillas con sus dedos —, así que por favor despiértalo y bajen a comer, se enfría la comida —dicho esto, entrecerró los ojos y se dio media vuelta desapareciendo por el pasillo.

Solté un suspiro y cerré la puerta recostándome en ella.

Entonces me di cuenta que la cama estaba vacía.

—¿Ed? —pregunté buscándolo con la mirada.

—En el baño —contestó a los segundos.

Me acerqué a la puerta cerrada del mismo y toqué despacio.

—¿Escuchaste?

—Si, e-enseguida salgo

—Está bien

Decidí esperarlo mientras ordenaba las sábanas y arreglaba la cama.

El recuerdo de lo que habíamos hecho hasta hace unas horas me provocó un escalofrío.

La puerta del baño se abrió y por ella salió Edgar vestido ya, lo que me extraño es que tenía la mirada en el suelo, y no parecía querer levantarla de allí.

—¿Todo bien? —pregunté acercándome con cautela.

Asintió rápidamente y me esquivó caminando hacia la puerta.

Fruncí el ceño.

Por favor que no lo haya espantado.

—Edgar espera

Se detuvo.

—¿P-Pasa algo? —preguntó bajito.

Lentamente, me acerqué lo suficiente y lo abracé por la espalda, dio un pequeño saltito entre mis brazos y pude sentir su corazón latir frenéticamente contra mi mano.

—¿Hay algo que te haya molestado? Puedes decirme Ed

De inmediato negó con la cabeza.

—No, no. T-Todo estuvo bien... muy bien. No hiciste nada malo

Suspiré, sintiendo alivio al escucharlo.

—¿Entonces? —pregunté de nuevo, lo solté y me paré frente a él —¿Por qué no me miras?

—Yo solo...

Tomé su barbilla delicadamente y eleve su rostro despacio. Sonreí al ver la razón reflejada en su cara.

Estaba rojito como un tomate, sus ojos castaños me miraban con pánico y sus labios entreabiertos estaban temblando ligeramente.

—Ed... ¿Qué pasa bebé?

Una especie de gemido salió de su boca al escucharme.

—Estoy avergonzado —dijo rápidamente.

—¿Por qué?

Pareció respirar profundo y soltó todo de golpe.

—Es que te miro, recuerdo lo que hicimos y me avergüenzo porque nunca había hecho algo así y-...

Tomé sus mejillas y lo besé dulcemente interrumpiéndolo.

—Está bien, es normal, pero no quiero que me evites Ed. Quiero que te sientas cómodo conmigo, en confianza, somos una pareja —suspiré y acaricié sus mejillas sonriendo ligeramente —. Quiero ver y conocer cada aspecto de ti y quiero que tu hagas lo mismo conmigo ¿está bien? Además, me pareces tan adorable todo sonrojado —finalicé dejando un rápido beso en sus labios.

—S-Si, lo siento...

—No te disculpes

—Aun así, siento que pienses que has hecho algo malo cuando es todo lo contrario, yo solo... me avergüenzo con facilidad Chris, y a veces no sé como lidiar con el sentimiento

—Y yo soy demasiado descarado —comenté medio en broma.

—Me gusta como eres —tomó mis manos, que aún permanecían en sus mejillas y las apretó —. Tu personalidad descarada y juguetona me gusta mucho, agradezco el que seas tan paciente conmigo

—Está bien cariño, si algo nos molesta hablamos ¿sí? —el chico asintió con una sonrisa —. Te quiero mucho, no lo olvides

—Yo también te quiero —besó mis labios una última vez y ambos bajamos al comedor con las manos entrelazadas.

Al llegar a la mesa, quise reír al ver las miradas de sospecha de mis padres.

Oh, vamos. Ambos somos adultos, era obvio lo que estábamos haciendo.

Aún así, no comentaron nada y disfrutamos de la última cena en aquella casa.

*

—¿Tienen todo en sus maletas? No sabemos cuando regresen a visitarnos —dijo mi madre mientras yo ayudaba a Edgar en las escaleras con su maleta.

—Si mamá, y no te preocupes, volveremos pronto

—Edgar —la mujer se acercó al mencionado y apoyó ambas manos en sus hombros y lo miró fijamente mientras hablaba —. Eres bienvenido siempre que quieras visitarnos, incluso podemos pagar tu boleto, y no importa si tu y Chris ya no son novios, aunque dudo que eso suceda, nos agradaste mucho y espero pronto también conocer tu pastelería

—Muchas gracias Erika, fueron muy amables conmigo, son bienvenidos a "Sweetness" cuando quieran, prometo tenerles sus postres favoritos a ambos

—¿Y a nosotros? —preguntó Víctor con un puchero.

Edgar rio bajito y asintió: —Ustedes también por supuesto

Cada miembro de mi familia nos abrazó y nos deseó un buen viaje, excepto mi padre, quien nos llevaría hasta el aeropuerto.

Cuando estábamos por montar en la camioneta, Danna salió corriendo de la casa con el teléfono en la mano.

—¡Esperen! —gritó.

—¿Qué pasa? —pregunté confundido, pero Danna no me estaba mirando, sus ojos estaban fijos en Edgar.

—Lucy acaba de llamarme, ella me dice que su hermana Rachel quiere verte antes de que te vayas, que por favor la esperes —habló rápidamente, casi sin respirar.

—¿Rachel esta aquí? —preguntó Edgar con un deje de ilusión.

Danna asintió.

Bueno, Rachel me caía mejor que su hermana.

—¿Cuánto tiempo tenemos antes de que salga nuestro vuelo? —miré el teléfono al escuchar a Edgar.

—Tres horas —contesté.

—Ellas ya vienen en camino —agregó mi cuñada.

—¿Podemos esperar? —preguntó Edgar de nuevo.

—¿Eso quieres? 

El castaño asintió: —Me gustaría ver a Rachel antes de irnos. No la veo desde... —coloqué un dedo en sus labios al ver su expresión entristecerse un poco.

—Está bien, esperaremos, pero recuerda que tenemos que estar con una hora de adelanto en el aeropuerto

Edgar asintió con una pequeña sonrisa.

—Gracias

No tuvimos que esperar demasiado. A los quince minutos una camioneta se estacionó frente a la casa.

Del asiento conductor salió Lucy, y del copiloto salió una chica de largo cabello negro, a la cual recordaba vagamente.

Ésta se acercó a paso lento, nos sonrió levemente a todos, y camino hasta Edgar, una vez frente a él, extendió sus brazos en una muda invitación.

Por unos segundos ninguno se movió.

Entonces el castaño sonrió y exclamó "¡Rachel!" Para después estrecharla entre sus brazos con fuerza.

Vi la enorme sonrisa en el rostro de la chica por sobre el hombro de Ed, y como de sus ojos caían dos pequeñas lágrimas.

Mientras se abrazaban pude escuchar palabras como "Te extrañé tanto" "Perdóname" "No sabía" "Está bien Rachi" "Me alegra tanto verte"

Ambos empezaron a balancearse de un lado a otro como niños pequeños, finalmente se soltaron despacio, con enormes sonrisas y ojos húmedos.

Observé el reencuentro con una sonrisa, nuestro vuelo podía esperar, valía la pena si podía seguir viendo la sonrisa llena de felicidad en el rostro de Edgar.

He vueltoooo

Y antes de que me reclamen porque no hicieron ñiqui ñiqui, Ed es virgen, dejen que tenga unos cuantos acercamientos sexuales primero... que después mi niño explota(?. Y si no les gusta sejo (? Okno. Saben que los amo

Disculpas infinitas por la tardanza, pero es que de verdad he estado de esclava trabajando, porque me mudo (si, de nuevo) aunque espero que esta vez sea definitivo y pueda comenzar la universidad ya.

Así que probablemente el otro capítulo también tarde, pero que sepan que igual hago todo lo posible por actualizar pronto.

Gracias por leer. Espero lo hayan disfrutado.

Leo todo sus comentarios, que aunque no pueda responder, los disfruto mucho y me hacen feliz. Los amo mucho mucho bebus.

Dedicado a ChiekoPelusa RebecaMontes17 KevinLop9 @PauEmiliacstemo JJK0242002 SnowDreamer22 💜 y a Natali por su cumpleaños re atrasado (sorry nat, no me aparece tu usser xd)

Disculpen los errores xd

Nos leemos pronto ❤




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