Capítulo 13
Un escalofrío me recorrió al sentir la mano de Chris en mi espalda baja, asentí en su dirección y miré entonces al hombre frente a mí, quien había seguido al rubio con el ceño fruncido hasta que se alejó.
—Hola papá. ¿Qué te parece el lugar? —pregunté entonces con una pequeña sonrisa, aunque por dentro me estaba muriendo de nervios.
—Esta bien organizado e iluminado, además parece que ya tienes tu clientela —mi sonrisa se amplió al escucharlo, sobre todo por el tono de aprobación con el que hablaba.
—Si, nos costó un poco, pero nos hicimos conocidos. Y a todos les gustan nuestros postres, nos ha ido muy bien. Remodelamos el lugar hace poco y desde entonces ha venido más gente
Mi padre asintió y miró el lugar nuevamente.
—Puedo verlo… me gusta el ambiente. ¿Tienen alarmas de seguridad?
—Si, claro —respondí de inmediato, fue lo primero que colocamos.
—Estas deben ser buenas. Cuando hay negocios exitosos, estos atraen la atención de personas indeseadas, deben tener cuidado con eso —habló de forma suave mirándome seriamente.
—Si, lo tendré en cuenta —respondí agradeciendo su consejo.
—También… ¿dejas que cualquiera entre a tu cocina?
—¿Eh? —lo miré confundido.
—El chico que salió hace rato, no es del personal, pero salió de tu cocina como perro por su casa — me sorprendió su comentario, desvié la mirada un momento pensando que responder, y volví a fijarla en él.
—El es Chris, es un amigo y cliente frecuente, nos ha ayudado mucho con la tienda, y… a veces entra a saludarnos y eso —expliqué.
—No deberías darle tantas confianzas, a menos que sean realmente cercanos, lo cual no veo apropiado si es tu cliente ¿cierto? —fruncí el ceño, ¿Qué estaba insinuando?
—Es amigo de todos, confiamos en él —respondí con firmeza.
—Entiendo —tragué saliva con fuerza cuando su mirada se endureció, asintió levemente, dio media vuelta dando por finalizada la conversación y se dirigió a una de las mesas.
Solté el aire que estaba conteniendo.
—Moi —llamé al chico, este se acercó casi de inmediato y me miró interrogante —, por favor llévale un trozo de pastel de piña al hombre de allá —dije señalando a mi padre.
—De acuerdo, ¿lo conoces? Da un poco de miedo
—Es mi papá
—Oh… enseguida se lo llevo
—Gracias, y por favor dile a Ramsés que le lleve algo a Chris también
El chico asintió con una sonrisa y se alejó.
Mi padre se había sentado en la mesa continua a la de Chris, miré nervioso a ambos, pero al ver que se ignoraban olímpicamente, respiré un poco mas tranquilo. Después de echar un ultimo vistazo al rubio, entré en la cocina.
Una media hora después, mi padre pregunto por mí, cuando salí me agradeció por el postre y saco su billetera para pagarlo, me negué de inmediato y le dije que venía por mi parte.
—De acuerdo, estaba bastante bueno. El lugar también lo es, espero que siga así. Nos vemos pronto, cuídate —dicho esto salió de la tienda.
Sonreí porque no había salido mal, y mi padre me había elogiado, a su manera claro.
El resto de la tarde transcurrió algo agitada, preparando postres, amasando, lo usual. Cuando cerramos, me sorprendí gratamente de ver a Chris en una de las mesas.
Me acerque a él, los chicos se despidieron de ambos y nos dejaron solos en el local.
—Me di cuenta que no trajiste la moto, así que pensé en irnos juntos —habló levantándose.
—Ah sí, Grecia me la pidió prestada, su auto esta en al taller, por un problema en el motor creo. Gracias por esperarme —respondí con una leve sonrisa.
Chris se acercó de pronto a mi rostro y dejó un rápido beso en mi boca.
—¿Vamos? —asentí con mis mejillas calientes.
Salimos del local, coloqué las cerraduras, revisándolas de mas esta vez, al igual que las alarmas. El consejo de mi padre se había quedado grabado en mi mente, no pude evitar ser un poco más precavido.
Chris me extendió su mano, la tomé con cuidado, entrelazo nuestros dedos y comenzamos a caminar.
—Es temprano, ¿te parece si caminamos un rato por el parque?
—Si, me gustaría
Cambiamos de dirección, y en unos minutos llegamos a un pequeño parque que solía estar concurrido en las noches por la enorme fuente con luces que estaba en el centro.
Las farolas alumbraban el lugar dándole un aspecto tranquilo, había algunas parejas en los bancos, algunos charlando, otros solo estaban allí juntos, sintiéndose el uno al otro. Otros aprovechaban de pasear a sus mascotas, y un par de niños estaban riéndose mientras un pastor alemán jugaba con ellos.
Chris y yo nos sentamos en una banca desocupada, con nuestros hombros y manos juntas, nos quedamos allí en silencio, mirando la fuente cambiar del rosa al morado, luego al azul y así sucesivamente.
—Ed —comenzó Chris en voz baja —, no hemos hablado sobre… lo que haremos ahora —volteó a mirarme, sonrió levemente y continuó —. Quiero decir, tal vez sea apresurado, hemos salido pocas veces juntos, aunque siento que ya te conozco lo suficiente como para intentar ser algo más que amigos. Me gustas mucho, y… podemos ir despacio, no tengo ningún problema con ello. Iremos poco a poco, a tu ritmo, si no quieres que haga ciertas cosas porque te incomodan puedes decirme… no quiero que te guardes nada, habla conmigo y así podremos hacer que esto funcione… ¿Qué dices?
Abrí la boca para responder, pero volví a cerrarla, tenía que organizar mis ideas antes de decir cualquier cosa.
Era obvio que mi padre no podía enterarse, al menos no por ahora. No tenía problema con Grecia o con los chicos, porque sé que nos aceptarían. Probablemente siga muriéndome de la vergüenza cuando salgamos por ahí tomados de la mano o cuando nos besemos, eso no iba a cambiar pronto.
No había tenido pareja en mucho tiempo, y era la primera vez que me gustaba un chico. No se exactamente que es lo que debo hacer, como debo actuar. Pero como había dicho Dylan, debía intentarlo porque podría ser diferente y maravilloso, porque Chris me gustaba mucho, era dulce y gentil conmigo, y además estaba de acuerdo en ir poco a poco, a mi ritmo, y eso lo apreciaba mucho.
Porque una de las cosas que mas me acomplejaban era no ser “suficiente” para los demás, que se rindieran y decidieran abandonarme, era lo que más temía. Por supuesto también tenía que dar mi mayor esfuerzo y no dejárselo todo a él, porque una relación se construía juntos.
Respiré profundo y tomé entonces las manos de Chris entre las mías sorprendiéndolo por mi repentino acto.
—Si quiero. Q-Quiero que construyamos algo juntos, una relación. Seguramente tengas mas experiencia que yo, tal vez sea torpe y tímido en algunos aspectos, pero prometo dar mi mejor esfuerzo para que funcione, t-también te pido paciencia, sé que no será fácil, pero… quiero intentarlo, porque también me gustas mucho Chris y quiero que sigas formando parte de mi vida y yo de la tuya, pero de ahora en adelante como algo m-mas que amigos —suspiré una vez termine y bajé la mirada a nuestras manos. Mi corazón latía frenético.
Esperaba no haber dicho nada malo…. Realmente intente expresarme de la mejor manera.
Mordí mi labio inferior y levanté la mirada a su rostro.
Los ojos oscuros de Chris, que a veces brillaban como un par de lucecitas o estrellas, me miraban con ternura, de esa forma inusual que ahora entiendo que es cariño, sus comisuras estaban elevadas en una linda sonrisa.
—Hecho —susurró entonces y acercó su rostro al mío lentamente.
Nuestros labios se unieron despacio, podía sentir los míos temblar y moverse de forma torpe por los nervios, pero Chris tomó mi rostro con delicadeza, acarició mis mejillas relajándome e impartió un ritmo suave que seguí de inmediato.
Entonces allí estábamos los dos, besándonos despacio, en un parque, con las luces de colores iluminándonos, mientras oficialmente, dábamos comienzo a algo que prometía ser maravilloso.
Después de unos minutos nos separamos con sonrisas en nuestros rostros y de la mano emprendimos el camino al metro, en un silencio acogedor.
Nos separamos en mi estación, dejé un corto beso en su boca y salí apresuradamente del vagón con la promesa de escribirle cuando llegara.
Caminé rápidamente por las calles hasta mi edificio y respiré tranquilo cuando estuve en el ascensor.
Entré y sonreí al ver Grecia en el sofá con un tazón de cereales.
—Hola cariño, ya estaba preocupada. Sírvete uno —dijo señalando su cena —, y ven aquí, me debes una conversación
Sonreí apenado, fui a mi habitación a cambiarme, le avisé a Chris que había llegado sano y salvo, me serví la cena y me senté en el sofá con celular en mano.
—Tampoco he hablado con Dylan, ¿esta bien si lo llamo y se los cuento a la vez?
—Claro —recogió las piernas en el sofá y le bajó el volumen al televisor.
Marqué el numero de mi hermano y esperé.
—¿Hola? Ed… esperaba tu llamada —la voz de Dylan me saludó y pude distinguir un deje de diversión en su voz —, dame unos segundos que Kev esta dormido
Grecia sonrió y esperamos.
—Listo
—Lo siento, no había tenido oportunidad de llamarte, déjame ponerte en altavoz —pulse la tecla y le hice una seña a Grecia para que hablara.
—Hola Dyl cariño —habló ella con voz dulce.
—¡Grecia! Me alegra mucho escucharte, ¿Cómo está mi abogada favorita? ¿poniendo a los malos tras las rejas? ¿estas cuidando bien de mi hermano?
—Sabes que si cariño. Todo bien por aquí, también me alegra escucharte. Ahora deja que nuestro Edgar nos cuente lo que ambos queremos escuchar
—Bien, empieza Ed
Miré a Grecia tímidamente y empecé a hablar.
Les conté como transcurrió todo, omitiendo algunos detalles, finalmente les dije lo que había pasado hace tan solo unos minutos, sintiendo mi rostro caliente, y con la mirada gacha.
Grecia soltó un gritito y me jaló hacia sus brazos, envolviéndome con fuerza.
—Oh Ed, estás creciendo bebé —escuché a Dylan, Grecia rio un poco —, me alegra que resultara bien, y que siguieras mi consejo, ahora solo falta que ninguno de los dos la cague
—No digas eso Dyl, vas a asustarlo
La risa de mi hermano se filtró por el pequeño parlante.
—Es broma, me alegro mucho por los dos, ya después llamare a Chris y tendré una linda charla con él sobre sus responsabilidades contigo
—No hagas eso por favor —respondí avergonzado, a saber qué cosas podía decirle.
—Sabes que igual lo haré, pero no te preocupes, Chris es mi amigo después de todo, confío en él, pero debo afirmar mi lugar como hermano y amenazarlo un poco
—Eres el menor —añadió Grecia divertida.
—No importa, siempre he cuidado de Ed, porque es adorable e inocente y yo soy el hermano pervertido, debo protegerlo
Negué entonces con una sonrisa, hablar con ambos era divertido.
Finalmente colgamos después de un rato, prometiendo hablar por mensajes después. Leí la respuesta de Chris, que afirmaba haber llegado bien a su residencia y también me deseaba buenas noches.
Grecia y yo vimos una película, y después nos fuimos a dormir.
………
Me agaché y tomé extrañado el trozo de metal delgado que parecía tener pequeñas cuchillas a los lados, nunca había visto algo así, y encontrarlo frente a la puerta de la pastelería era extraño.
Lo guarde en uno de los bolsillos para preguntarle a alguien después que podía ser.
La pastelería funcionó normal ese día, Chris no pudo ir porque tenía que estudiar y había quedado con Naomi para hacer un plano de algo.
Este echo me decepcionó un poco, pero el chico me envió un mensaje asegurando que podríamos salir mañana seguido de un enorme corazón rojo, me sonrojé un poco, y la ilusión por el día siguiente me mantuvo contento el resto del día.
Abraham después de ver el objeto que había encontrado esta mañana me dijo que era la hojilla de una caladora manual, que eran resistentes y cortaban casi cualquier cosa. Carla me tranquilizó diciendo que probablemente se le había caído a alguien.
Tuvimos que cerrar un poco más tarde, Ramsés se quedó conmigo y acordamos irnos juntos hasta la estación ya que Grecia había vuelto a pedirme la moto.
—Listo —hablé una vez todo estuvo cerrado.
Caminamos hasta el metro y entonces Ramsés soltó un gemido de frustración mientras revisaba su bolso.
—¡Diablos! Dejé mi libro y lo necesito para mañana, probablemente se me cayó en la sala, ¿me prestas la llave de la tienda para buscarlo?
—Vamos juntos, te acompaño —el chico asintió agradecido y emprendimos el camino de regreso.
Me quedé en la cocina mientras Ramsés buscaba su libro en la sala de descanso.
Sonó el tono de mensaje de mi teléfono y sonreí al ver que era Chris.
“En estos momentos me arrepiento de estudiar esto” “Ayuda”
Reí un poco y contesté rápidamente.
“Resiste, valdrá la pena”
“Ok, mi consuelo es que después de esto, seré libre y podremos salir juntos”
Me sonrojé de inmediato y le envié una carita sonriente.
“Yo también lo estoy esperando” teclee rápidamente antes de pudiera arrepentirme.
Entonces el sonido de cristal partiéndose me hizo dar un brinco, volteé asustado hacia la puerta.
Las alarmas empezaron a sonar de pronto, de forma escandalosa y entonces me di cuenta que alguien había entrado a la pastelería.
P.O.V Chris
—Al fin —solté el lápiz y me estiré en el suelo.
Naomi se dejó caer a mi lado con una mueca cansada.
Volteé mi mirada a la cama y pensé en Edgar, en lo que había sucedido la noche anterior, lo feliz que me habían hecho sus palabras, lo suave de sus labios, lo adorable de sus rulos…
Saqué mi teléfono y volví a leer su última respuesta, aún estaba en línea.
“Al fin terminamos” escribí entonces.
Las dos palomitas azules aparecieron, fruncí el ceño y esperé, a los segundos volví a escribir.
“¿Qué haces?”
Otra vez las palomitas. Que extraño.
Probablemente se quedó dormido con mi chat abierto, sonreí ante la imagen mental.
—Las personas enamoradas dan miedo —miré a Naomi ceñudo y le saqué la lengua.
—Déjame, algún día te veré así y voy a reírme también
—Suerte con eso —respondió soltando un suspiro al final.
Nao volvió a su habitación a los minutos y yo me acurruque en la cama.
………
El tono de mi teléfono sonando insistentemente me despertó, palpe el suelo buscándolo, cuando lo tomé, pulse el que creía era el botón para contestar y me lo llevé a la oreja.
—¿Hola?
—¿Chris? Soy Grecia
Me espabile entonces y miré el remitente, era el número de Edgar.
—Hola, buenos… —miré la hora, me sorprendí al ver que eran las cinco y media —, días. ¿Qué sucede?
—No vayas a alarmarte —me incorporé de inmediato al escuchar el tono serio en su voz.
—¿Qué paso? ¿Edgar esta bien? ¿Dónde están? Voy para allá
—Estamos en el hospital central, cálmate, no vayas a…—
Colgué sin esperar respuesta, me coloqué los zapatos, seguramente al revés. Agradecí haber dormido con un mono y una camisa, tomé las llaves y salí como alma que lleva el diablo de la habitación.
Buenas bebés. Casi no lo subo xD
Dedicado a abru30 💜💜💜
Nos leemos pronto ❤❤❤❤.
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