Capítulo 10
Mi corazón latía desbocado en mi pecho, mientras sentía la mano de Chris junto a la mía.
No sé de donde habia salido ese pequeño momento de valentía cuando me invitó a sujetarla, pero pensé que si quería intentarlo, debía dejar de ser tan timido.
Miré de reojo al rubio a mi lado, y sonreí sin poder evitarlo. Sus mejillas tenían un leve color rosado que se podía ver gracias a las farolas, y sus comisuras estaban elevadas en una pequeña sonrisa.
Respiré hondo y apreté su mano un poco más, esto podía salir bien.
—¿D-Dónde dijiste que iremos? —pregunté después de unos minutos caminando. Había insistido en que tomáramos el metro, pero el rubio había asegurado que no quedaba muy lejos y que tenía ganas de caminar, como no me desagradaba la idea, pues accedí.
Ciertamente caminar juntos y de la mano, era una buena experiencia, además estaba haciendo algo de viento y su cercanía era bastante cálida.
—A una pista de patinaje —contestó al rato.
—N-No sé patinar —comenté observándolo de reojo.
—No te preocupes por eso, si nos caemos, lo haremos juntos y podremos reírnos de lo torpes que somos —se encogió de hombros mientras hablaba.
Giramos en una esquina y vimos el centro, ya faltaba poco, se podía escuchar la música, y habían varios autos y motos estacionados, seguramente estaba repleto.
Empecé a colocarme nervioso y mi mano comenzó a sudar un poco, de inmediato quise apartarla de Chris para que no se diera cuenta.
—¿Qué sucede? —preguntó de pronto, seguramente notando mi nerviosismo.
—N-Nada, es... estaré bien
—No te preocupes, lo pasaremos genial
Asentí y entramos al lugar.
Había unos cuantos niños corriendo de aquí para allá, un par de parejas patinando de la mano y una pequeña fila para comprar los boletos, comida y también para los patines. Dos pistas se extendían a lo largo, una más pequeña para los niños y la otra para los adultos. En esta última habían menos personas, puesto que los padres preferían acompañar a sus hijos en la pequeña, eso dejaba a los grupos de amigos y parejas que eran pocos.
Chris nos guió hasta la fila y compró dos boletos, de inmediato protesté al ver que había pagado ambos, pero el chico me compensó diciendo que yo compraría algo de comer, asentí conforme y fuimos por los patines.
Miré de reojo a una señora que tenía el ceño fruncido y miraba algo entre nosotros, seguí su mirada y apenado descubrí que observaba nuestras manos, que aún estaban unidas.
La mujer aparto la mirada mostrándome una mueca de disgusto, tomó a la niña que estaba junto a ella y se alejaron hacia el otro lado de la pista.
Suspiré y traté de calmarme. Estas cosas podían pasar, aún hay gente de mente cerrada, no debía prestarle atención, o de lo contrario soltaría la mano de Chris y correría hasta casa para ocultarme con las sábanas y reprocharme por ser tan idiota al retroceder.
Llegó nuestro turno y Chris preguntó mi talla, avergonzado le dije que pidiera 42. Me miró algo sorprendido y de inmediato bajó la mirada a mis pies, lo cual hizo que mis mejillas se sonrojaran.
—M-Mis pies son algo grandes —dije para que dejara de observarlos.
—No parece, se ven pequeños —respondió sonriendo.
Pidió mi talla y un par 38 para él.
Nos entregaron los patines y nos dirigimos a uno de los banquitos para colocárnoslos.
Al levantarme con ellos puestos, me tambalee y casi me caigo, Chris me sujetó con fuerza de la cintura y me ayudó a estabilizarme.
—Tienes mejor equilibrio que yo
—Suerte de novato —dijo encogiéndose de hombros.
Volvió a tomarme de la mano y caminamos lentamente a la pista.
Apenas Chris colocó un pie en el hielo, este resbaló y me arrastró consigo al suelo, detuve mi caída con mis manos, pero el rubio no tuvo tanta suerte y su trasero golpeó con fuerza el hielo.
Miré su mueca de dolor mientras masajeaba esa zona, y no pude contenerme.
Empecé a reir con fuerza dejándome caer por completo en el suelo, las carcajadas salían sin que yo pudiera detenerlas, hasta que mi estomago dolió y traté de detenerme, pero era ver a Chris sobando su trasero, mirándome extrañado y a la vez sorprendido, y reír más fuerte.
Entonces noté que estábamos en la entrada de la pista y obstaculizábamos el paso para las demás personas, aparte de que me estaba riendo alto y ya varios me estaban mirando raro.
Con dificultad me levanté dejando escapar pequeñas risitas y jadeos, tomé a Chris por las axilas ayudándolo a levantarse.
Nos sostuvimos de las barandillas a los lados de la pista y por fin nos miramos.
—Lo siento... por reírme
Él negó de inmediato.
—No, no te había visto reír así, me agrada —sonreí apenado y empecé a desplazarme por la pista despacio para aprovechar nuestro tiempo adentro.
A pesar de nuestros esfuerzos nos caímos un par de veces inevitablemente, en cada caída nos reíamos y volvíamos a levantarnos, nos sostuvimos mutuamente.
Llegó la "hora de fiesta" y una bola de disco apareció en la pista, las lucecitas de colores alumbraron la estancia que ahora estaba un poco más oscura mientras la música electrónica sonaba fuerte.
Distinguí la sonrisa de Chris en la oscuridad mientras me acercaba mas a él, y comenzaba a movernos en círculos por la pista, reí sin parar y me maree un poco, la pista se llenó un poco más, y en un momento parecía que estuviéramos en un club sobre hielo.
Los minutos pasaron y solo hasta que sentí mis pies doloridos le pedí a Chris que fuéramos por algo de comer.
Asintió de acuerdo y salimos de la pista.
Entregamos los patines después de colocarnos nuestros zapatos de nuevo y suspiré de alivio al sentir mis pies caminar en plano, también se sentía extraño después del tiempo con los patines.
Nos acercamos al lugar de comida y pedimos un par de clubhouse con papas, refrescos y nos sentamos en una de las mesas disponibles. Esta vez pagué yo, y Chris parecía divertido al verme luchar por ello.
—Lo estoy pasando muy bien, a pesar de que probablemente tenga un par de hematomas para mañana, gracias por aceptar Ed
—Yo también lo estoy disfrutando, lamento haberte rechazado antes, mi cabeza estaba hecha un lío y la presencia de mi padre no ayuda —le dije recordando mi pequeña crisis al descubrir que me gustaba.
—No tienes porqué disculparte, lo entiendo, pero me hace feliz que aceptaras al final, y... tengo planeado que esta no sea la última vez —comentó mirándome a los ojos.
Sentí un escalofrío recorrerme, me mordí el labio nervioso y observé sus oscuros ojos por unos segundos. Recordé las palabras de Dylan y sonreí ampliamente.
—Claro, me gustaría mucho repetir esta salida
Chris correspondió mi sonrisa y le dio un mordisco a su sándwich. Tomé el mío, luego de agregarle un poco de picante que había allí, y también empecé a comer.
Platicamos un poco entre mordiscos, también rememorando cada una de las caídas y riendo por ello.
Hacía tanto que no salía y me divertía de esta manera, incluso había olvidado el hecho de que estábamos en un lugar concurrido, bastaba con fijar mi atención en Chris y lo demás no me afectaba.
Eso no había sucedido antes, no pude evitar comparar las salidas con Chris, con las citas que tenía con Lucy, con ella siempre cuidaba de no cometer errores, que no se decepcionara y pensara que yo "no era suficiente". No terminaba disfrutando por estar pendiente de cada una de mis acciones, y al final, siempre había una queja.
Chris era tan distinto, era tan bueno, que no parecía real. Lo miraba y pensaba cómo era posible, que un chico como el haya llegado a mi vida, se haya hecho un hueco en ella sin yo percatarme para después hacerse uno en mi corazón y mi mente, daba miedo.
Pero Dylan había dicho que debía intentarlo, que podía ser diferente.
Y esperaba de todo corazón que así fuera.
P.O.V Chris
Una vez terminamos de comer, nos levantamos al ver que ya era tarde, volví a tomar su mano con cuidado, lo sentí estremecerse cuando el frío de la noche nos pegó de lleno.
Lo acerqué un poco mas a mi, y empezamos a caminar en dirección al metro.
—Podrías quedarte en mi departamento —sugirió una vez estuvimos en el vagón —. Queda mas cerca, no me gustaría que te fueras solo hasta tu residencia
—No es necesario, he llegado más tarde y no me ha pasado nada —me encogí de hombros y sonreí para afirmar lo que decía.
—Insisto —respondió mirándome con seriedad —, últimamente hay más robos por esa zona, la última vez dijiste que el sofa era cómodo —formó un pequeño puchero al final y no pude resistirme, me adelante un paso y besé su mejilla rápidamente.
Edgar abrió sus ojos al máximo y por un momento creí que había dejado de respirar, entonces su cara se tornó roja y bajó la mirada al suelo.
Cielos, debía dejar de ser tan impulsivo.
—Lo siento, fue un impulso —expliqué de inmediato.
Edgar negó aún sin mirarme y me di cuenta que sonreía levemente.
—¿Te quedarás? —preguntó en un susurro.
—Si, si insistes, mañana tengo clases un poco más tarde y si a Grecia no le molesta
—Claro que no —dijo levantando el rostro.
Asentí entonces y esperamos llegar a la estación más cercana a su apartamento.
—Creo que Grecia ya está dormida —escuché susurrar a Edgar mientras abríamos la puerta despacio.
Tuve un deja vú de la primera noche que me había quedado allí, cuando Ed me pidió que lo trajera porque se sentía mal.
Entramos en la estancia, Edgar pasó llave a la puerta y dejó el llavero en una de las mesitas de la sala.
—Puedes dormir en mi cama esta vez —dijo mientras entraba en su habitación, lo seguí y me quedé en el marco de la puerta mientras lo observaba rebuscar en su armario.
—No es necesario, no mentía cuando dije que el sofá es cómodo —observé con detenimiento su habitación, la última vez no había tenido oportunidad.
Me acerqué a su escritorio, habían varios libros, algunas novelas pero la mayoría eran de cocina, sonreí por eso.
Junto a la cama en una mesita estaba una linda lámpara de estrellas, y junto a ésta había un peluche, lo tome con cuidado y me di cuenta que era un personaje de un anime que veía cuando pequeño, fruncí el ceño tratando de recordar el nombre. Oh, es Inuyasha.
—Eso... fue un regalo —Edgar se acercó con un par de sábanas en sus manos, dejé el peluche en su lugar.
—Me gustaba mucho, cuando era más pequeño
—¿Enserio?
—Si, mi hermano lo veía conmigo —añadí con algo de nostalgia.
—¿Seguro que quieres dormir en el sofá?
Asentí.
Edgar regresó a la sala y acomodó todo en el mueble, volvió por una de sus almohadas y me la extendió. La tomé agradecido.
Volvió a entrar y salió con una camiseta y un pantalón holgado.
—Probablemente te queden algo pequeños, porque eres un poco más alto que yo, pero pensé que estarías más cómodo
Agarré las prendas asintiendo y caminé hasta donde recordaba era el baño.
Me cambié rápidamente, el pantalón me quedaba un poco corto, pero la camisa me iba bastante bien, olí un poco la ropa y sonreí cuando un aroma frutal invadió mis fosas nasales.
Salí del baño y me encontré a Ed mirando un punto fijo en la pared, puse mis manos suavemente en sus hombros y dio un saltito saliendo de su trance.
—¿Todo bien?
—Si, es solo que... no tengo mucho sueño
—Yo tampoco
—Podemos poner la tele en bajito volumen hasta que nos dé sueño —sugirió mirando la puerta de Grecia.
Me encogí de hombros y asentí de acuerdo.
Edgar encendió la televisión y cambió canales hasta donde estaban pasando Toy Story 3 con subtitulos. Me miró dudoso, pero yo me acomodé en el sofá cruzando las piernas sobre este.
El pastelero se sentó a mi lado, tomó una sábana y la colocó sobre sus piernas.
Pasó como media hora y sentí mis ojos cerrarse de a poco, miré a mi lado y descubrí que el castaño ya estaba dormido.
Con cuidado alcancé el control, apagué la tele y maniobre tratando de no despertarle. Finalmente me recosté en el sofá y lo jalé de manera que quedara recostado sobre mi pecho y con sus piernas entre las mías, Edgar se removió un poco pero siguió durmiendo, tomé una de las sábanas y nos cubrí a ambos. Por suerte el mueble era lo suficientemente grande para ambos.
Podía haberlo llevado a su habitación, pero Edgar no parecía precisamente ligero, podía haberlo despertado, pero su carita dormida era adorable y me daba mucha pena despertarle, y el motivo de mayor peso es que me encantaba la idea de que durmiera conmigo, recostado en mi pecho.
Probablemente mañana se convirtiera en una manzana cuando se diera cuenta de donde había dormido, pero ahora eso no importaba mucho.
Quería ser un poco caprichoso esta vez.
Buenas madrugadas bebés (?
Espero les haya gustado el capítulo ❤.
Tardé bastante en escribirlo porque mi madre se antojó hoy de sentarse detrás de mí, y bueno, me da pánico que lea lo que escribo y se de cuenta que su hija escribe romance gay (?
Una cosita, una lectora creó una cuenta de instagram para Lucas (RDB) @Lucas_12_rdb pueden seguirla si gustan. Y si alguno quiere crear una cuenta para algún otro personaje, dígame por privado sin pena.
Dedicado a NATALI_MIRANDA ❤❤❤
PD: Recuerden que Chris toca el violín (pronto se viene algo muy cute)
Nos leemos ❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top