TaeHyung rueda en la cama hasta dar con el cálido y duro cuerpo de YoonGi. Esconde su cara en el pecho del contrario, lo abraza por la cintura y deja escapar un largo bostezo. El sol se cuela por la ventana, los pájaros cantan, el latido del corazón de YoonGi retumba en sus oídos, y esa sin dudas era su melodía favorita. Olfatea aquel característico olor a mentas en el menor, ahora combinado con un perfume bastante varonil. Una mezcla perfecta.

─ GiGi.─ canturrea llevando una de sus manos a los pectorales desnudos de su novio.

El nombrado suelta una pequeña risa. Él realmente seguía llamándolo así.

─ ¿Qué sucede, mi bolita de arroz?一pregunta abriendo de a poco sus ojos, para luego encontrarse con un TaeHyung adormilado y el cabello revuelto.

TaeHyung, con su rostro sonrojado, le sonríe mostrar los dientes. ─ Me prometiste que irías a arreglar tu cuarto.─ responde suspirando. ─ Pero ya ha pasado la madrugada y tú sigues aquí. Tu madre va a enojarse.

YoonGi bufa.

─ Usted me estaba seduciendo.─ se excusa con el ceño fruncido, fingiendo estar enojado.

Al ver la expresión indignada de su bonito novio, lo besa fugazmente en los labios.

─ Yo no te estab-

Otro beso.

─ Yoon-

Uno más.

─ Bast-

Y otro más.

─ Déjame hablrrr...

No pudo completar la frase, YoonGi nuevamente lo besaba, pero esta vez lo besaba de verdad. Tomó el rostro caliente del menor entre sus manos, ladeando la cabeza para profundizar el acto. La tibia lengua de YoonGi pedía permiso para entrar, no se negó y entre abrió su pequeña boca, chocando su húmedo músculo con el contrario, disfrutando de la intrusión.

Y el teléfono de Min sonó.

YoonGi gruñó rompiendo el beso, provocando el sonido de un chasquido y un jadeo de protesta en TaeHyung.

Tomó el celular a regañadientes y abrió la llamada.

─ ¡Min YoonGi trae tu jodido trasero ahora mismo!

Oh, su madre era muy inoportuna.