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Me encamine al lugar en donde, según un mensaje de Belly, los chicos habian estacionado el coche con el que llegaron aquí. Jayden me seguia de cerca, caminando con las manos en los bolsillos de su pantalon.

Apenas encontre el vehículo me acerque a la ventanilla del asiento de Belly.

— Hola — salude. Tomando desprevenidos a los tres chicos dentro.

— ¿Dónde estabas? — pregunto Jeremiah apenas verme.

— Eh, encontre a un amigo y me distraje — murmure señalando a mi acompañante.

El chico dio unos pasos, acercandose mas al coche para que lo escuchen sin problemas.

— Soy Jayden — se presento amablemente. Obtuvo un silencio incomodo como respuesta.

— Allison, sube al auto, debemos irnos — me pidio Conrad.

Jayden a mi lado se removía incomodo por la mirada de los chicos.

— Yo puedo llevarte si quieres — se ofrecio. Asenti lentamente intentando acabar con el momento incomodo, pero mi gesto solamente parecio aumentar la tensión.

— ¿Ustedes se ponen de acuerdo para hacer estas cosas? — cuestiono Conrad con molestia, dirigiendose a Belly y a mi.

Me quede parada en mi lugar, sin saber muy bien que hacer.

— Sube al auto, Allison — pidio Jeremiah esta vez, con menos tacto que su hermano. Lo mire confundida al escuchar mi nombre completo, no solia usarlo.

— Bien — acepte simplemente —. Te veo pronto — me dirigi a Jayden.

— Espera — me detuvo al intentar subir al coche, y me paso su celular —. ¿Me das tu numero?

Sonrei como estupida y anote mi numero en su telefono, agendándome a sus contactos.

— Te veo luego, Ally — se despidio, luego de que le entregara el movil.

Me adentre a la parte trasera del auto bajo la seria mirada de los chicos y una divertida por parte de Belly.

— ¿Qué?

— Nada — contesto Jeremiah entre dientes.

— ¿Qué te pasa? — volvi a hablar, colocándome el cinturón de seguridad.

— Nada — repitio.

Mordí mi labio inferior con duda, podia notar su mal humor desde lejos pero no sabia porque. Jeremiah solo arranco el coche sin mirarme ni una sola vez antes de eso.

Frenamos de golpe y agradeci llevar puesto el cinturón.

— Mierda, Steven — recordó que se estaba olvidando del moreno —. Vigilen a Conrad, ya regreso.

— Oh no, no me dejes con ellos — rogué observándolo salir el auto — ¡Jeremiah! — grite intentando no ser ignorada, algo en lo que falle, ya que el chico habia comenzado a alejarse.

Mire de reojo como Conrad comenzaba a acariciar el cabello de Belly.

— Maldicion — susurre tan bajo que fue inentendible para ellos dos.

Subí las piernas al sofa y las pegue a mi pecho. Dos oficiales nos habian sorprendido en el coche, trayéndonos a la casa nuevamente. Solo podia esconder mi rostro entre mis manos mientras Laurel hablaba con ellos.

Escuche como ella cerraba la puerta y de un momento a otro mi madre, envuelta en una bata de dormir, hizo presencia junto a su amiga.

— ¿Cómo pudieron ser tan irresponsables? — reprocho Laurel.

Me escondí entre mi rodillas al percibir el enojo en los ojos de mi madre. No iba a dejarme salir a ningun lado hasta que cumpliera los ochenta.

— Mama, no es para tanto, de verdad los policías querian acabar con la fogata — respondio Steven, al darse cuenta que nadie mas iba a hablar.

— ¿No es para tanto? Diria que si te detienen por beber siendo menor de edad si es para tanto, Steven.

Un silencio se formo en la sala, en el cual nos observamos entre todos sin saber que hacer.

— Mama... — susurre intentando alivianar la tensión en el ambiente.

— Ahora no, Allison — solto sin titubeos, totalmente seria.

Estaba realmente enojada.

Steven olfateo la nada misma, y miro a nuestras madres con una sonrisa.

— Espera, ¿ustedes estaban fumando? — pregunto al tener la mirada de las mayores sobre el.

— ¿Que? — Sarah sono confundida, pero la conocia demasiado como para saber que estaba fingiendo.

— Baja la voz, Susannah esta durmiendo en el sofa — le exigió Laurel. A lo que todos nos vimos confundidos.

— ¿Qué? No estaba gritando, ustedes...

Jeremiah intervino deteniendo a Steven, el cual se estaba exasperando.

— Para que sepas Laurel, yo no tome, era el conductor designado...

Laurel lo ignoro y se dirigio a Conrad. Observe a Jeremiah en silencio, note en su expresion que aquella accion lo habia descolocado.

— Eres el mayor, ¿que carajo te paso? — pregunto a Conrad, para luego mirar a Belly —. ¿Y cuando saliste de casa sin decirle a nadie? ¿Qué diablos estas usando?

La morena se cubrió el cuerpo con el abrigo que llevaba puesto.

— Es de Taylor, ¿Y porque soy la única que no puede salir?

— No es que no puedas, debiste decirnos a donde ibas, al igual que Allison. ¿Cómo llegaron hasta allá? — pretendió explicar Laurel.

— Caminando — musite.

— Cielos, saben muy bien que no deben caminar hasta la playa a esta hora.

— Puedes dejar de tratarnos como niñas — pidio Belly, sintiéndose algo humillada.

— Si quieres que te traten como a un adulto, tienes que actuar como tal — respondio con dureza, Belly y yo observamos el suelo, avergonzadas.

Ahora yo era la que sentia una mirada sobre mi, pero la ignore sin mas.

— Y ustedes tambien deberían — opino Conrad, hablando por primera vez desde que llegamos.

— ¿Qué significa? — nadie respondio —. Espero que se hayan dado cuenta que esta noche pudo haber terminado muy diferente si su familia no fuera su familia.

— Lo sentimos, Laurel — hablo Jeremiah por todos.

— Vayan a la cama, chicos — demando Sarah, comenzando a hartarse de la conversacion.

Comenzaron a alejarse mientras yo me levantaba del sofa con pereza.

— Lo siento — hablo suavemente. Mi madre asiente y me indica con la cabeza que siga a mis amigos.

No rechisto y casi corro hacia el segundo piso necesitando la compañía de mi cama.

Al entrar a mi habitacion me coloco rapidamente una remera ancha y un short de algodón, luego de sacarme el conjunto que use para salir, y me meto entre las sabanas de la cama sin esperar demasiado.

Luego de acomodarme tomo mi telefono, encontrando un mensaje de Jayden entre mis chats, le respondo algo simple con una sonrisa en mi rostro.

Escucho unos golpecitos en la pared detrás de mi y mi sonrisa va en aumento. Golpeo la pared dos veces, respondiendo a Jeremiah.

Creí que el chico se habia enojado conmigo por alguna razon, pero al parecer no fue asi y lo agradecía realmente.

Finalmente apago el telefono y la luz de la mesita de noche. Cayendo en un profundo sueño apenas tocar la almohada.

Recibí una sacudida en mis hombros acompañado de un llamado. Rodé en la cama, cubriéndome el rostro con una almohada.

— Allison, despierta — continuo sacudiéndome.

Abri los ojos finalmente, observándola algo molesta.

— ¿Qué sucede? — pregunte, haciendo mi mayor esfuerzo para no dormirme de nuevo.

Belly se sento a los pies de la cama y me enseño la carta de debutantes. Automaticamente escondí mi cara entre mis manos.

— ¿Vas a aceptar?

Ella dudo, meneando la cabeza. Se levanto unos segundos para tomar mi carta de la mesita de noche.

— Si aceptas, lo hare yo tambien — propuso.

Sabia que ella estaba igual de dubitativa que yo, intentando buscar un impulso para aceptar, y lo habia encontrado en mi.

— Belly... — suspire indecisa.

La idea de aceptar no me agradaba del todo, pero no queria dejar a mi amiga sola en esto, y pensando en positivo quizas podria ser divertido si lo hacíamos las dos juntas.

— ¿Tienes un mejor plan para el verano?

Me sente junto a ella llevándome una mano al pecho, fingiendo indignación.

— Claro que si, dormir.

— Ally, hablo en serio — imploro, riendo.

Asenti con desgana quitándole la lapicera que habia traído.

— Hagamos que valga la pena — pedi luego de marcar un tilde en el papel, aceptando.

La morena me imito, escribiendo en la carta con su nombre y me abrazo por los hombros.

— Gracias — hablo apoyando la cabeza en mi hombro por unos segundos. Luego se levanto, afirmando que nos veriamos en un rato, y salio de la habitacion.

Me sumergí en un tranquilo silencio al momento de quedarme sola.

El ruido de la licuadora me obligo a levantarme de la cama y dirigirme a la cocina, simplemente para curiosear que estaban haciendo alli.

— Se lamentara cuando este consiente — decia Jeremiah en cuanto llegue junto a ellos.

— ¿Lamentarse por que? — indague, terminando de atar mi cabello en dos trenzas.

— Susannah quiere pintarlos — me explico Laurel, sin mover la viste de su computadora.

— ¿Qué? ¿Por qué?

Jeremiah entro a la cocina luego de entregarle un batido a Conrad, ya que notablemente parecia afectado por la resaca, y se acerco a mi.

— Quiere capturar nuestra esencia, mientras seamos jovenes y estemos llenos de esperanza — recito, sin aclarar mis dudas.

— Esta bien, supongo — murmure, mas para mi que para ellos.

Jere sonrio, volviendo su atencion a lo que cocinaba.

— Vamos amigo, muévete, no puedo llegar tarde en mi primer día de trabajo — exigio Steven, al ver que Jeremiah no tenia apuro alguno por irse.

— Tranquilo, hay tiempo.

— Deprisa. Esos viejos del club me darán tan buenas propinas que no saben ni lo que les espera — comento, haciendo unas señas obscenas al final.

Laurel lo reprendio mientras me paraba junto a Jeremiah, sintiendo mi estomago doler por no haber comido casi nada la noche pasada.

— Vamos Laurel, mi amigo se ganara su propio dinero — lo defendió el rubio, recibiendo un agradecimiento del contrario.

— ¿Me haces un poco de eso? — rogué recostando mi cabeza en su hombro. El chico sonrio y asintio. Sonrei aplaudiendo levemente.

Belly aparecio en la cocina, revelando un moreton en su pómulo izquierdo. La observe boquiabierta, no habia notado eso en su cara hace rato.

— Buenos dias — saludamos Jeremiah y yo en unísono.

— Belly, ¿Dónde estabas? ¿Es un hematoma? — la ataco de preguntas su madre, al observarla llegar con ese golpe.

Gire a verlas, interesada en la respuesta, ya que no tenia idea de cuando habia conseguido ese moreton.

— Me tropecé con alguien — contesto, observando a Conrad.

— No se ve tan mal — agrego el.

Pude notar facilmente que esa no era la verdad, pero decidi callarme.

Jeremiah ofrecio algo de comer a Belly, cortando aquella charla. De repente aparecio Susannah derrochando alegria.

— Oh por dios, Belly será una debutante — anuncio, acercandose a abrazarla.

Mi madre se sumo al momento y me abrazo por los hombros. Frunci el ceño notando que todo el enojo de la noche anterior se habia esfumado.

— Ally tambien acepto, por lo que las dos serán debutantes — informo, con mi carta en una mano. Susannah se acerco a mi para abrazarme y mi madre hizo lo mismo con mi amiga.

— Disculpa, ¿qué? ¿Hablas de mi hermana y de Ally? ¿Esas cosas que estan ahí? — bromeo Steven, ganandose simplemente una mala mirada por mi parte, era demasiado temprano para discutir con el.

— Cállate, cretino — insulto la morena sin dudarlo.

Susannah y mi madre comenzaron a enumerar cosas que deberíamos hacer como debutantes. Mire el plato que Jeremiah me ofrecía con una sonrisa, me habia hecho huevo revuelto y habia dejado una mandarina al costado del plato, sabiendo que aquel solia ser mi desayuno desde siempre.

— Gracias — susurre, encaminándome a la mesa, en donde tome asiento frente a Belly.

Una simple pregunta por parte de mi madre me desconcentro de mi comida.

— Bien, ¿Quién de ustedes acompañara a Allison y a Belly al baile? — intento saber. La mire confusa automáticamente.

— Yo no, fui el año pasado — argumento Conrad.

— Si, y no me gustan las chicas — respondio Jeremiah. Alce una ceja al oírlo y Steven no logro aguantarse la risa —. Del baile — explico.

Puse los ojos en blanco intentando pensar a quien podria invitar, no tenia pensado ir con Jeremiah, mucho menos con Conrad o Steven, pero pensar en encontrar e ir con alguien fuera de nuestro circulo era realmente peor.

— Wow chicos, dejen de pelear por mi — bromeo la chica frente a mi —. No, no ire con ninguno de ustedes, yo voy a buscar a mi pareja.

Asenti estando de acuerdo, mientras comenzaba a sacarle la cascara a la fruta de mi plato.

Nuestras madres comenzaron a hablar sobre los requisitos de los bailes de debutantes y aunque intente concentrarme en ellas no lo conseguí, menos aun cuando Jeremiah se acerco, entregándole un plato a Belly. No aleje mi mirada de el hasta que se adentro de nuevo en la cocina, dandome cuenta de lo que hacia.

Nos habiamos pasado gran parte de la mañana de tienda en tienda, probándonos vestidos, accesorios, tacones y demas durante todo ese tiempo. Habian muchas cosas a las que deberiamos asistir bien vestidas y ya me habia comenzado a resultar agotador.

Realmente todo fue frustrante, pero la peor parte, y en la cual demoramos mas tiempo, fueron los vestidos para el baile. Habia visto tantas prendas blancas que estaba segura de que soñaría con ese color.

Me probé varios vestidos de estilos variados, decidiéndome por uno simple que quedaba al cuerpo, de una tela opaca que tapaba hasta mis pies con un leve corte princesa.

Nuestras madres al vernos a Belly y a mi con los vestidos elegidos no pudieron estar mas emocionadas, por lo que en ese momento sonrei lo mas que pude, a pesar de sentir una leve molestia por lo ajustada que estaba la prenda.

Ahora mismo sentada en el auto de Laurel tenia puesto un vestido verde con flores blancas que me llegaba un poco mas debajo de las rodillas y un ridículo gorrito en la cabeza, del cual no recordaba su verdadero nombre, de color blanco.

Laurel freno el auto, permitiendo que Belly, mi madre y yo bajáramos. Nos alejamos un poco de la conversacion de ellas dos y Sarah me miro emocionada.

—Ally, se que hacer esto no te convence del todo...

— Mama, esta bien — la interrumpi, intentando evitar aquella charla.

— Déjame terminar — pidio, a lo que asenti —. Te prometo que te divertirás, todo esto no se basa en incomodos vestidos, tiene un significado emocional que es mas importante.

— Yo acepte hacerlo, estoy bien, no te preocupes.

Asintio y beso mi frente, dejandome ir tras Belly.

Trote lo mas que pude con los tacones que llevaba puestos y aminore la marcha al notar que alguien acompañaba a mi amiga.

— ¡Hola! — exclame acercandome a la espalda del chico y seguidamente colocando mis manos en los hombros de este.

Los dos se detuvieron sobresaltados, dándose la vuelta para verme.

— Ally, ¿que haces...? — intento saber en cuanto le tape los ojos con una mano.

— No quiero que me veas, estoy ridícula — reí, el quito mi mano y me observo detenidamente.

— Te ves... — susurro, sin terminar la frase.

— Dime la verdad, me veo como un campo de flores con un nido de pájaros en la cabeza — señale cada prenda que traía puesta.

Jeremiah solto una carcajada, mientras Belly se alejaba de nosotros poco a poco.

— Te ves muy bien — opino luego de unos segundos, mirandome directamente a los ojos.

Rompí el contacto visual intentando acercarme a Belly, la cual no se habia ido tan lejos. Jeremiah me siguio, entrelazando su brazo con el mío.

Entramos al lugar en cuestión con el chico hablando a nuestro lado.

— Nunca imagine que te vería usando un tocado — resalto mirando a Belly. La chica rio.

Nos paramos justo en la entrada a la sala en donde las chicas tomaban el te, detallando el lugar. Varias chicas nos miraron burlonamente, casi juzgándonos.

Una señora se nos acerco murmurando el nombre de Jere.

— Paige — saludo.

— ¿Dónde esta tu camisa?

— Siempre es un placer — beso la mano de la mujer.

— Ella es Belly. Digo, Isabel Conklin, la chica de la que mi madre te hablo — comunico señalándola —. Y ella es Allison Bristol, mi futura esposa — comento. Le propine un golpe en el estomago al instante, avergonzada.

— Llegaron tarde — aviso, bastante seria.

— Lo sentimos — se disculpo la morena a mi lado. La señora lo paso por alto y nos indico que estabamos en la mesa dos.

— ¿Esos son sándwiches de queso brie, higo y jamón? — volvio a hablar Jeremiah, cambiando de tema.

— No te atrevas — advirtio, pero el la ignoro deliberadamente, corriendo a agarrar uno — ¡Son para las chicas, Jeremiah!

— Solo uno — pidio enseñándoselo —. Impáctenlos — se dirigio a nosotras, antes de salir de la habitacion.

— ¡Jeremiah, sácame de aquí! — grite acercandome a las escaleras. El me sonrio, indicándome que todo saldría bien, y se alejo.

Volvi a la sala, arrepintiéndome de haber venido a causa de la incomodidad que me causaban las miradas de las chicas ahí dentro. Belly se dio cuenta de lo que pensaba y me tomo de la mano, llevándome tras ella hacia las mesas.

Deseaba que mama tuviera razon y que a la larga esto se vuelva algo divertido.

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