𝟭𝟲 - La manzana.
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Volvimos a casa todos juntos, incluso Cam. Me mantuve aislada del resto con la excusa de que me dolía demasiado el estómago y decidí volver a casa en el coche de Steven, junto a él y Conrad.
Me vi obligada a escucharlos hablar sobre Belly y Conrad durante todo el viaje. Pero incluso eso era mejor que estar cerca de Jeremiah ahora. Tenía que hablar con el rubio, lo sabía, pero era una charla que tanto él como yo parecíamos evitar, porque nunca tuvo intención de siquiera dirigirme la mirada.
Pedí a Steven que pusiera música apenas ellos terminaron de hablar y así lo hizo. Por lo qué el resto del viaje me distraje de mis pensamientos.
Baje del auto sintiéndome mareada nuevamente, me apoye sobre el costado del mismo e intente respirar hondo. El grupo ya se dirigía a la entrada de la casa, así que nadie me noto, excepto Cameron, sorpresivamente.
— No pensé que fuera tan literal lo del vomito — comento acercándose —. ¿Todavía te sientes mal?
— Muy mal — admití. Hablando por lo del mareo, lo de Jeremiah y Belly, lo de mi familia. Por todo. Y sentía que todo eso se estaba manifestando en malestar físico. Lleve una mano a mi cabeza al sentir una aguda puntada de dolor.
— Ven, te acompaño adentro — llevo una mano alrededor de mi cintura para sostenerme y evitar que me encogiera por el dolor de estómago, acepte la ayuda y pase un brazo por sus hombros. De esa forma entramos a la casa.
Y desee jamás haber entrado.
Vencida por el dolor, cuando llegamos a la sala, caí de rodillas al suelo.
Se habían llevado todo. Vaciaron la casa, ya no quedaba nada. Todo lo que Susannah alguna vez puso en su lugar, decorando la casa a su gusto, toda su esencia estaba en cada adorno. Porque así era ella, dejaba su huella en todo lo que hacía, era imposible no verla reflejada en todo lo que tenía que ver con esa casa.
Las lágrimas ya bajaban por las mejillas de todos sin reparo. Era un sentimiento horrible ver como nos arrebataron lo que alguna vez fue de Susannah. Y también me sentía traicionada por Julia, ella nos aseguró que nada pasaría mientras nos íbamos, y nos engañó.
Me levante como pude y corrí escaleras arriba, en dirección a mi cuarto, avance con paso torpe, pasando de largo a Jeremiah. Las habitaciones estaban igual de vacías que los demás espacios de la casa. No solo desaparecieron los rastros de Susannah, sino los nuestros. Ninguna de mis cosas se encontraban donde deberían estar, los regalos que mi familia me hacía verano tras verano, flores entre páginas de libros que los chicos solían darnos a Belly y a mi como un simple juego de niños, cosas insignificantes para otros pero con mucho sentimiento para mi. No quedaba nada.
Volví a la sala tambaleándome un poco mientras secaba bruscamente las lágrimas en mis mejillas.
Y ahí estaba Julia.
— ¿Que carajo, Julia? — espero Conrad, acercándosele.
— Lo siento, esto debe ser impactante. Hablé con tu padre en la tarde y el y yo decidimos que lo mejor era no retrasar esto más de lo necesario.
— Me importa un carajo lo que hayan decidido. ¡No tenías derecho a tocar nada en esta casa, esas eran sus cosas!
— Tranquilo — Steven sujeto un brazo de Conrad, este se liberó de una sacudida.
— ¿Donde están las cosas? — cuestione, temblando.
— Todo está guardado, me asegure de que todos fueran muy cuidadosos con todas las cosas. Solo hago lo que tengo que hacer para vender esta casa — la mayor respondió sin darle mucha importancia.
Cerré los ojos un segundo, intentando calmarme.
— Mentira, pudiste habernos dicho. No nos advertiste — Conrad se le acercó nuevamente —. Solo quieres humillar a mi mamá constantemente.
— Ya basta. No eres el único que está sufriendo, y no deberías molestarte conmigo. Tu madre pudo haberles dicho que esto iba a pasar. Solo quería que yo fuera la villana, como siempre... — continuó guardando basura en una bolsa.
— Cuanto lamento que haya estado demasiado moribunda para no facilitarte las cosas — soltó con la ira dominándolo —. Es triste que el abuelo la quisiera más a ella, pero sabes, no me sorprende — luego de eso, desapareció por la puerta principal.
No me inmuté ante lo dicho por el chico, en vez de eso, voltee a ver a Julia con el rostro en blanco.
— Hay otras formas de hacer las cosas — susurre, abriéndome paso para salir de la casa.
Todos fueron detrás mío, encontrándonos con Conrad afuera, intentando llamar a su padre. No contesto nunca y Conrad estaba envuelto en nervios.
— Y este idiota no contesta las llamadas — se quejó. Y en ese preciso instante, Skye salió de la casa, mala idea. Ahora Conrad iba a desatar su ira con elle —. ¿Tu sabias sobre esto? — Jeremiah trato de detenerlo cuando se le acercó a paso veloz, pero el mayor lo esquivó —. Te lo pregunto enserio, ¿sabias sobre esto?
— No sabía nada, ¿de acuerdo? Lo juro, les habría dicho.
— ¿Lo dices enserio? Porque no nos hemos visto en diez años, ¿un día de paseo basta para que traiciones a tu mamá?
— Escucha, se que no nos conocemos bien pero, no les habría hecho algo como esto.
Me acerqué al chico y con las manos sobre sus hombros lo hice retroceder dos pasos.
— Connie, basta — Steven se acercó también —. ¿Que vamos a hacer?
— ¡No lo se! — grito, alejándose.
— No podemos irnos, la casa no se ha vendido. Aun podemos hacer algo, hay posibilidad — Jeremiah hablo por primera vez desde qué pasó todo.
— Muy poca. Es que, en resumen la agente de mamá espera ofertas en efectivo, grandes ofertas, sin contingencias.
— Gracias, Skye. Por el panorama tan alentador — Steven le hablo sarcásticamente —. Chicos, ¿donde vamos a pasar la noche?
— Hay unas bolsas de dormir en el garaje — ofreció Belly.
— No dormiré en esta casa — negó Conrad automáticamente. Asentí vagamente, yo tampoco podría.
— No tienes que hacerlo — Jeremiah le llevo una mano al hombro.
— Si, pero los hoteles suelen estar llenos en esta época — Belly volvió a insistir con su idea.
— Entonces dormiremos aquí afuera, porque no pienso entrar ahí de nuevo — dije, alzando una mano para masajear mi sien.
— Creo que debería irme — Cam quiso escapar de la situación, al no ser de la familia, lo más seguro era que se sintiera muy incómodo —. Los invitaría a quedarse conmigo pero, es un lugar pequeño.
— Si, tal vez deberíamos irnos también.
Asentí hacia Taylor.
— No se vayan. Se donde podemos pasar la noche — Jeremiah nos detuvo a todos. Lo miramos inquisitivos, esperando que nos explicara.
Espere cualquier cosa, menos llegar al Club de campo de playa Cousins. El destino parecía odiarme, porque estar ahí me recordaba al baile de debutantes, trayendo de vuelta recuerdos que ardían.
Jeremiah todavía conservaba su tarjeta de empleado, y creyó que funcionaría cuando intentó abrir la puerta. Pero no lo hizo.
— "No fue un gran plan" — murmuró Skye.
— ¿De los vengadores? — gire a verle, sorprendida.
— ¿Iron man?
— "Entendí la referencia" — Cam se acercó por atrás, murmurando aquello como todo un fan de las películas.
Skye y el rieron y yo contuve una sonrisa. La situación no me dejaba relajarme por el momento.
— ¿Pueden no hacer eso por dos segundos? — se exasperó Jeremiah.
— Claro — Cam bajo la vista al suelo.
El rubio siguió intentando que la puerta abriera.
— Debe haber otra entrada, ¿o no? — opinó Belly.
— Hay una en la piscina.
— O podemos usar la clave de mi mamá — Cam se interpuso. Ofreciendo la opción más sensata hasta el momento.
— ¿Estas seguro? ¿Eso no la metería en problemas o algo así? — indague, cruzándome de brazos.
— Está bien, es la gerente del restaurante de aquí. Ella tiene horarios muy extraños, así que esto no levantará sospechas — colocó el código en la puerta —. Sino causamos problemas, ni uno — miro específicamente a Steven y Jeremiah. Ambos hicieron muecas inocentes —, estaremos bien — abrió la puerta —. Es por aquí.
— Gracias por no estar en el bote ballenero, Cam Cameron — Jeremiah paso por su lado, hablando rápidamente antes de entrar.
Todos entraron después de el.
— Gracias por esto, no tienes porque hacerlo pero estás aquí, así que... — murmure, con una pequeña sonrisa.
— No hay problema — se encogió de hombros. Ambos caminamos dentro y dio un toque en mi hombro para llamar mi atención —. ¿Tienes hambre? Porque yo si, y mucha.
— De hecho, si.
Escuche un carraspeo a mis espaldas y voltee a ver a Jeremiah.
— ¿Quieres acompañarme a buscar donde dormir? — cuestionó. Entendí que quería que habláramos, pero no era lo que necesitaba en ese momento, estaba muy inestable como para hacerlo.
— No, puedes ir tu solo — murmure. Quizás fui más cortante de lo que pretendía, pero no podía pensar con claridad.
Seguí a Cam hasta la cocina, ignorando la mirada que sentí en mi espalda hasta desaparecer de la sala. Conrad y Skye se unieron a nosotros, y mientras hablaban y llenaban bandejas con comida, me dispersé y vagué por la cocina.
Necesitaba algo que me hiciera dejar de pensar tanto. Y aunque un año atrás hubiera descartado el alcohol por completo, ahora estaba desesperada por un respiro de lo que estaba pasando, aun cuando esa no era la mejor opción.
Sabía que los cocineros usaban alcohol para ciertas comidas, pero me sorprendió un poco hallar botellas de vodka en un refrigerador. Los chicos estaban un poco lejos, porque la cocina era verdaderamente grande, así que nadie notó nada cuando vacíe una botella pequeña de agua mineral y la rellené con el alcohol.
Di un trago antes de guardar el vodka y el ardor en mi garganta me confirmó que estaba yendo por el camino equivocado. ¿Pero quien podía culparme?
Volví con los chicos, llevando un par de botellas de agua además de la mia. Agradecieron con una sonrisa y las dejaron junto a las bandejas.
Conrad y Skye se alejaron para llevar un par de bandejas al lugar en el que Jeremiah dijo que estaría, mientras yo husmeé lo que había para comer.
— ¿Crees que es suficiente? — me pregunto.
— Si, es mucha comida.
Hubo un silencio de unos segundos. Cam parecía pensar en que diría a continuación.
— ¿Te sientes bien? Es decir, se que no es un buen momento, pero antes de entrar a la casa te veías muy mal...
— No me siento bien — admití —. Mi cabeza va a estallar en cualquier momento, pero creo que solo debo relajarme... Creo que estoy pensando mucho — intente bromear, pero sin una sonrisa en mi rostro era imposible que le causara gracia a alguien más.
— Nos dirigimos a la sala de cine, ahí dijeron que pasarían la noche, así que quizás eso te ayude a despejarte — agarro las bandejas que llevaría, y me señaló las botellas, las sostuve entre mis brazos —. O si crees necesitar ir a otro lado, puedes decirme. Este lugar es enorme — me regalo una sonrisa a la vez que nos dirigíamos a la sala de cine.
— Gracias — asentí, sonriendo sinceramente. Quiso encogerse de hombros, algo que hacía bastante seguido, pero esa acción casi ocasiona que se le caiga toda la comida de las manos, sacándome una carcajada.
Llegamos a la sala y repartimos la comida. Cuando Jeremiah y Conrad volvieron junto a Steven y Taylor, los cuales se habían "perdido". Le dieron inicio a una película y empezamos a cenar. En menos de media hora mi botella estaba casi vacía, y apenas me sentía mareada. En otras circunstancias me emborracharía con dos tragos de esa bebida, pero ahora, siquiera parecía hacerme efecto. Eso seguro era a causa de que otras cosas pesaban más en mi mente y la idea de estar bebiendo pasaba desapercibida.
Cameron a mi derecha se veía estresado. No dejaba de pasarles servilletas a los demás, con cuidado de que no ensuciaran demasiado la sala.
— Creo que tú necesitas salir un rato — susurre dándole un codazo. Él soltó un suspiro, asintiendo, y alce la voz —. Muy bien, ¿podemos salir de aquí? Necesito aire fresco.
Los chicos no se quejaron, en su lugar agradecieron eso porque el clima adentro se estaba volviendo caluroso. Tomamos las mantas y almohadas que Steven y Taylor encontraron y salimos al campo de golf.
Cam trataba de conducir un carrito de golf con Jeremiah y Steven dando saltos en la parte trasera, volviéndolo imposible porque el vehículo iba muy lento.
Me adelanté a todos otra vez, bebiendo lo que quedaba en mi botella. Cuando no quedo nada más, resistí las ganas de volver a la cocina para buscar algo más fuerte y me dediqué a mirar el cielo, las estrellas se veían bastante dado el espacio despejado.
Pronto llegaría una llamada de mi madre, y me costaría aguantarme las ganas de contarle todo lo que estuvo sucediéndome. Tal vez me llamaría mañana, o pasado.
Un suspiro salió de entre mis labios.
El carrito de golf se detuvo. Lo averiaron.
— Escuchen, esta cosa ya murió, ¿y si pasamos la noche allá? — Jeremiah se dirigió a nosotras, asentimos sin tener más remedio.
— Pues, seria el momento perfecto porque descubrí el secreto de la pipa de manzana — Skye alzó la manzana agujereada frente a todos.
Cuando Taylor y Steven fueron a buscar las mantas para dormir, la chica se encontró una bolsita con hierba en una chaqueta de las cosas perdidas. Y había visto un tutorial de como hacer una pipa de manzana en tiktok, pero de eso terminó encargándose Skye.
Alce una ceja cuando una idea cruzó mi mente.
Tiramos las mantas y demás sobre el césped. Taylor empezó a preparar lo que fumaría mientras hablaba con Belly sobre el campamento de Voleibol. Pronto reprochó a la morena por no haber hablado con la entrenadora hasta ese momento.
La manzana pasó de las manos de Taylor a las de Skye, quien dio un par de caladas y finalmente la manzana llegó a mi. Dude un poco pero terminé encendiendo la hierba en la parte de arriba de la manzana y le di una calada. Al no haber fumado nunca en mi vida, tosí agresivamente al sentir una molestia en la garganta.
Aguarde unos segundos para que el efecto de la hierba se hiciera ver en mi. Di otra calada cuando sentí que mi cuerpo dejaba de estar en tensión. La tercera vez, ya me sentía mucho más relajada.
Steven llegó y tuvo la gran idea de jugar verdad o reto.
— De acuerdo. ¿Juegas? — Belly cuestionó a su hermano y este asintió —. Te reto a comerte la pipa de manzana.
— He hecho cosas peores — murmuró y se acerco a mi para tomar la manzana de mis manos. La aleje de un movimiento —. ¿Ally?
— No harás eso — impedí e invente una excusa —. Que asco Steven. Come esto — le lancé un paquete de gomitas que hallé entre las butacas de la sala de cine, suponía que estaban vencidas.
Las comió sin siquiera dudarlo y un segundo después las escupió, demasiado cerca de nosotras. Hice una mueca de asco. El moreno se fue corriendo, listo para vomitar.
— ¿Sabe que tiene que limpiar, no? — Cam apareció con una bandeja de comida, viendo el desastre que Steven armo.
— Haremos que lo limpie no te preocupes — Conrad lo tranquilizo, también cargando con bandejas.
Les ofrecí la manzana, nadie la quiso así que di otra calada distraídamente. Una mueca en el rostro de Belly me preocupo, me estaba viendo a mi, la tranquilice regalándole una sonrisa.
— ¿Donde te ves en los próximos diez años? — Cam le preguntó a Conrad, como parte del juego verdad o reto.
Jeremiah se sentó frente a mi en la ronda, logrando que nuestras miradas se unieran inesperadamente. Mire a otra parte para ignorarlo.
Di otra calada.
— Aquí, sinceramente. Volviendo a Cousins. Las parrilladas del cuatro de julio, buscando almejas, surfeando con Jere — respondió a la pregunta.
— Haciendo margaritas de granada — añadió Belly.
— Exacto — coincidió el chico —. No importa cuantas porquerías estén pasando, puedes volver aquí y olvidar todo.
No lo creo.
— Vamos, viejo, no juegas como se debe. O lo hacen bien o se largan — Steven alentó a que subieran el nivel.
— Es cierto, hay que hacerlo estilo Euphoria — Taylor le dio la razón. Me pidió la manzana y después de darle una calada regreso a mi.
Mire la fruta en mi mano, dudando si seguir fumando.
— Está bien, lo intentaré — acepto Skye. Cerró los ojos y movió la mano al azar hasta que señaló a Belly —. Belly, te reto a... — pensó un poco —, besar a Jeremiah.
Se me detuvo el corazón, casi pude sentirlo, y después latió desenfrenado. Recordé la fiesta en donde Belly admitió haber besado a Jeremiah, y aguante las ganas de gritar.
Estaba harta de todo esto.
Fruncí el ceño ante las miradas que Belly y Jeremiah compartieron. Y mande todo al carajo al darle otra calada a la manzana. Si ellos estaban dispuestos a hacer eso, frente a mi y Conrad, como si no importáramos, entonces ellos me importarían poco a mi también.
— ¿No estamos muy viejos para eso? — Jeremiah se rio, dando a entender que no quería hacerlo. Pero me sonó tan poco real que no apaciguó mi mal humor ni un poco.
— Si. Cam, ¿sabes las reglas? — Taylor quiso cambiar el foco de atención. El chico eligió verdad —. ¿De que te arrepientes?
— De no pasar suficiente tiempo con mi hermana antes de que muriera — respondió, sorprendiéndonos.
— Perdón, no sabía — se arrepintió Taylor.
— No tienes que hablar de eso si no quieres — Belly le hizo saber.
— No, está bien. Fue hace diez años, ella tenía dieciséis. Yo era un niño y la admiraba mucho, aún la sigo admirando.
— ¿Se hace más sencillo? — Jeremiah se refirió al duelo de perder a alguien.
— Si. Siempre está presente, ¿sabe? Pero el dolor empieza... es más una cicatriz que una herida. A veces algo al azar te lo recuerda siempre como, una canción que le gustaba, o un aromatizante con forma de árbol que tenía en el auto — sonrió nostálgico —. El dolor se siente igual que al principio, pero todo vuelve a la normalidad al final. Si eso tiene sentido.
— Lo siento, Cam — habló Conrad.
— No — negó con la cabeza levemente —. Lamentó lo de tu mamá. Era fabulosa —. Taylor interrumpió con un fuerte bostezo. Todos soltamos carcajadas.
— Disculpa, Taylor, ¿en donde te quedaste? — se burló Steven.
— Lo siento, presté mucha atención. Es solo que... me encanta hablar sobre salud mental, debes ver mi tiktok, sigo a un montón de terapeutas. Es solo que estoy demasiado cansada.
— Si, se está haciendo tarde — Jeremiah le dio la razón.
Tome la bolsa con hierba, tratando de pasar desapercibida y me levante, caminado hacia algún lugar donde pudiera esconderme por un rato. Todos estaban por irse a dormir, así que no se darían cuenta de que faltaba.
Me senté al lado de un árbol, lo suficientemente lejos para estar en silencio un rato, mientras la hierba continuaba relajando mis sentidos.
Iba a dar otra calada pero terminé escondiendo la manzana cuando escuché que alguien se acercaba. Jeremiah se sentó a mi lado sin preguntar nada.
— No quiero hablar contigo — avise antes de que lo intentara.
— Debemos hacerlo, porque no soporto que me mires de esa manera.
— ¿Que manera?
— Como si estuvieras odiándome — suspiro. Me puse de pie, dispuesta a dejarlo solo, pero fue un error. Porque apenas me levante logro ver la manzana tirada en el césped, junto a la bolsa de hierba y el pequeño mechero —. ¿Qué haces, Allison? ¿Que te sucede? — me reprochó mientras se paraba frente a mi.
— Nada — musité cobardemente.
— No puedes decirme eso. No creas que no vi la botella de la que bebiste toda la noche, sentí el olor a alcohol incluso sentado a dos metros de ti.
— ¿Cual es el problema?
— ¿Hablas enserio? Hace un año no querías tomar ni siquiera un vaso de alcohol, ¿y ahora te estas drogando? — alzó ambas cejas incrédulo.
— ¡Es difícil afrontar estas cosas! — espete, acercándome un paso, tambaleante —. No se como hacerlo.
— Está no es la manera.
— ¿Y que otra cosa esperas que haga?
— Que hables con nosotros. Que hables conmigo — quiso acercarse y retrocedí inmediatamente.
— ¿Hablar contigo? — cuestione sarcásticamente —. Tu nunca estás para mi. Solo me haces sentir peor — respire profundo y me volví a sentar, me costaba mantenerme de pie por tanto tiempo, me sentía débil.
Jeremiah se arrodilló frente a mi, preocupado.
— Ally, si te refieres a... — aunque no pudo decirlo, sabía que se refería a Belly —, lo qué pasó hoy... No lo entiendo. No fue mi intención que te sientas así.
— Nunca es tu intención — rodee los ojos. Mire el cielo con ganas de que desaparezca, no quería verlo ahora, siquiera escucharlo poner excusas —. Déjame en paz.
— Escúchame...
— ¡No quiero escucharte! — grite desesperada —. Tengo cosas importantes en las que pensar en este momento, y no eres una de ellas.
Finalmente se puso de pie, dudoso dio un paso hacia atrás. Mis palabras le dolieron, tal como a mí decirlas. Pero no podía retractarme.
Lo seguí con la mirada hasta que se desdibujó entre los árboles. Recién ahí deje ir mis lagrimas. Solloce con fuerza y el dolor de cabeza regresó, pero estaba desahogándome por todo, lo necesitaba.
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NOTA:
¿Qué opinan de Cam Cameron?
Allison no se merece nada de estoooo :((
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