04

Pasaron algunos días desde que Tzuyu se acercó a Sana y la ayudó en cálculo.

La alfa aceptó gustosa la invitación de la menor, lo cual fue muy gratificante para esta, pues no había sido rechazada.

—¿Por qué estás tan nerviosa Tzuyu?— la alfa rubia preguntó viendo como Tzuyu no dejaba de mover sus piernas en el piso y picoteaba su comida, eso era una clara seña de nerviosismo, Mina la conocía muy bien.

—Es que hoy irá a comer con su amorcito y sus suegros— dijo Dahyun burlandose de su amiga.

—Suegras —corrigió Tzuyu —Son suegras, una alfa y una omega.

—Ah...entonces ya admites que serán tus suegras Tzuyu— la mayor la codeo y la miró con picardía.

Tzuyu se sonrojo y simplemente negó con la cabeza.

—Es lo que más quisiera Minari, Sana y yo hemos estado hablando durante estos días y la verdad es que es una chica maravillosa. Sería la más feliz si fuera mi omega.

—Sí, mi dignidad y mi gran avance con ella, mínimo quiero quedar como una amiga ante sus ojos— la menor del grupo rodó los ojos fastidiada.

—La que no arriesga no gana Tzuyu unnie, si en verdad te gusta mucho esa chica, toma ese riesgo— habló Dahyun.

Tzuyu bajó su mirada.

—Quiero ir lento, si me armo de valor, le confesaré mis sentimientos.

Dahyun no podía entender el actuar de Tzuyu ni de Mina, ambas chicas se veían perdidas por esas dos omegas.
Ella solamente esperaba que su pareja predestinada se tardara en llegar un par de años o más. No quería estar enamorado ni atontarse como sus unnies.

—Ah unnie, hoy te llevaré tu videojuego, ya lo terminé.

—Pero Dubu, hoy iré a comer a la casa de Sana— la menor frunció el ceño —¡Ah! Pero ahí estará mi prima, acaba de llegar de Japón y se quiso quedar unas semanas conmigo. Ve y ella te recibirá el videojuego.

—Perfecto unnie, quiero regresartelo cuanto antes, no quiero romperlo o perderlo y tener que pagartelo— dijo Dahyun haciendo un puchero chistoso.

La mayor rió ante el comentario de su menor y acarició su cabello con ternura.

Cuando las clases terminaron Tzuyu fue en busca de Sana a su salón de clases en compañía de Mina, pues esta quería ver a Chaeyoung.

Las tres omegas fueron las últimas en salir, iban teniendo una charla muy divertida hasta que notaron la presencia de las dos alfas.

—Oh vaya, supongo que yo sobro aquí, así que me voy con mi Somi unnie — dijo Jihyo al ver a las dos enamoradas de sus amigas —Nos vemos chicas.

Chaeyoung y Sana se despidieron de su amiga y se quedaron a solas con sus mayores.

—Hola Chae, quise venir a verte y a acompañarte a tu casa— dijo la mayor de todas con una sonrisa dirigida hacia la omega de piel morena.

—Muchas gracias Mina unnie, entonces vamonos—la rubio sonrió ante su respuesta y se la llevó de ahí, dejando completamente solas a Tzuyu y Sana.

—H-hola Tzuyu— contestó la omega igual de nerviosa.

Ambas chicas habían estado platicando mucho por mensaje en estos últimos días, incluso se saludaban cuando se llegaban a encontrar, pero aún así se ponían nerviosas al entablar una conversación más larga en persona.

—¿Nos vamos a tu casa?

—Ah...si claro, andando— Sana le regaló una sonrisa tímida antes de comenzar a caminar a su lado.

En el camino el ambiente se hizo más cómodo y relajado, comenzaron a platicar de muchas cosas, la mayoría graciosas y sin sentido. Cuando estaban a dos calles de la casa de la omega, ambas se estaban riendo de la otra y se compartían aún más bromas.

Era impresionante la rapidez con la que su conversación fluía, no era incomoda ni forzada.

Cuando llegaron a la casa de la más alta, Sana abrió la puerta y se encontró con su mamá alfa esperando detrás de la puerta y con un brillo de emoción en sus ojos.

—Ya llegue mamá...— dijo Sana algo desconfiada, sabía que su madre era muy poco disimulada y acutaba por impulso muchas veces —Esta es Tzuyu—la menor señaló a la alfa detrás suyo.

—Mucho gusto Tzuyu, yo soy Moonbyul, Sanita nos contó mucho sobre tí—  La alfa mintió, Sana casi no hablaba de ella más que cuando ella le preguntaba y le rogaba que le contara sobre la alfa.

—¿A-ah si?— contestó Tzuyu emocionada y viendo a Sana, esta bajo su mirada avergonzada —M-mucho gusto señora— Tzuyu le ofreció su mano y la alfa se la recibió.

—Pero que chica tan encantadora Sanita, Yongsun la amará— dijo Moonbyul volteando a ver a la cocina, donde estaba su esposa —pero bueno, pasen chicas, ya casi esta la comida.

Las dos adolescentes pasaron por completo a la casa y se quedaron en la sala de estar.

—Disculpa a mi madre, ella es muy...— Sana trataba de buscar la palabra correcta para describir a su mamá.

—Es muy agradable Shiba— le dijo Tzuyu regalandole una sonrisa con todo y hoyuelos.

Sana se relajó al mirar esos preciosos hoyuelos y también le regaló una de sus tímidas sonrisas.

Cuando ambas adolescentes fueron llamadas a la mesa, Tzuyu conocío a la otra madre de Sana, la cual contrastaba mucho con Moonbyul.

Yongsun era rubia de ojos azules y de baja estatura, maquillaje muy natural y extranjera, no era coreana, pero su madre si. Al verla, Tzuyu no pudo evitar pensar en un pie de limón. Mientras que Moonbyul era pelinegra, alta, más palida que Yongsun, ojos muy oscuros y coreana. Tzuyu solo podía asociarla con uno de esos chocolates amargo rellenos de licor.

Eso era algo muy peculiar en Tzuyu, asociaba a las personas con postres a partir de su apariencia.
Por ejemplo, a Dahyun la asociaba mucho con una galleta de chispas con chocolate y a Mina con un mousse de vainilla con fresa.
Y a Sana, bueno, a ella la asociaba con su postre y desayuno favorito de todos, hot cakes de harina de chocolate con crema batida como decoración y bañados en miel. Algo sencillo pero delicioso y empalagoso...justo como era Sana.

La presentación con la omega fue más tranquila pero igual de agradable que la de Moonbyul.

Las cuatro se sumergieron en una charla bastante relajada mientras comían, la pareja le contó a Tzuyu como es que se conocieron y enamoraron.

Yongsun había venido a Corea junto con sus padres a conocer a toda su familia materna y a vivir una temporada con ellos, ella era de origen inglés como su padre.

Fue inscrita a la misma escuela que Moonbyul, se conocieron gracias a que Moonbyul era del taller de danza contemporanea y Yongsun estaba interesada, Moonbyul fue su "mentora", el tiempo y el destino se encargaron de enamorarlas y de hacerlas ver que eran parejas predestinadas.

Yongsun no quiso abandonar Corea y 3 años después de que ambas se graduaran de la Universidad, una hermosa omega de nombre Sana llegó al mundo para llenar sus vidas de alegría.

Tzuyu se quedó fascinada por la historia de ambas, algo sencilla, pero muy hermosa. Se fascino más aún cuando Moonbyul le confesó que se había fijado en Yongsun en el momento en que la vió en los registros de la escuela y el aroma a limón llegó a sus fosas nasales, ya que fue muy similar a como Tzuyu se había fijado en Sana. Solo que en vez de verla en los registros, la vió en la dirección, lo cual era casi lo mismo.
En toda la comida Tzuyu no dejaba de sonreírle a Sana y esta siempre le correspondía con otra sonrisa más tímida.

La tarde concluyó con una deliciosa rebanada de pie de manzana con helado de vainilla encima y con una Tzuyu no solo más enamorado de Sana, sino también encantada con sus madres y afortunadamente el sentimiento era mutuo. La pareja había aprobado a Tzuyu desde que la vieron y olieron, la muchacho les transmitía confianza.

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