❝甘い香り❞:OO1

Chaeyoung apagó su alarma cuando esta comenzó a sonar justamente a las 6 de la mañana. Se levantó con mucha lentitud y se miró fijamente al espejo que tenía en su cama, se miró de pies a cabeza.

Pero mira que pena das.

Eres fea.

No le importas a nadie.

Nunca conseguirás un alfa, ni siquiera un beta te va a querer.

Vaya olor tan desagradable que te cargas.

Vas a morir sola.

Las lágrimas empezaron a llenar los ojos de Chaeyoung, entre más se decía mentalmente, más dolor sentía en su pecho.

El sonido de la puerta siendo abierta hizo que la rubia saliera de su mundo y se limpiara las lágrimas con rapidez.

―Oh que bien, ya estas levantada bebé, alístate ¿sí?― Dijo Taeyeon, una de sus dos madres.

―Sí mamá.― Respondió con un tono apenas audible, no quería que se le entrecortara la voz y que su mamá notara que estaba llorando.

La alfa de edad media le regaló una sonrisa antes de dejar la habitación.

Chaeyoung sonrió con tristeza, pues su madre era la única alfa que podía aguantar su aroma, no sabía si le gusta pues nunca se lo había preguntado, pero al menos lo soportaba. De hecho Chaeyoung nunca le decía nada a sus madres, Taeyeon era algo despistada y Tiffany, su madre omega, no estaba mucho tiempo en casa, ella era fundadora de la academia de defensa personal especializada en omegas, así que siempre necesitaba estar supervisando todo. Su madre alfa trabajaba desde casa, así que convivían mucho, pero aún así Chaeyoung no podía decirle lo que sentía, no quería preocuparla, ni a ella ni a Tiffany.

Se levantó de su cama y se dirigió a su cajón de ropa, tomó unos jeans y una sudadera gris, lo ideal para pasar desapercibida. Al terminar de cambiarse tomo el spray inhibidor y se roció todo el cuerpo, pudo sentir como su aroma disminuía drásticamente.

Se miró por última vez al espejo, tomó su mochila y bajó a la cocina donde Taeyeon estaba tomando un café.

―¿Tienes hambre Chae?― La menor negó con su cabeza y le regaló una sonrisa.

La alfa se levantó de la mesa y besó a su hija en la frente.

―¿Te pusiste tu inhibidor cierto?― Preguntó la pelinegra. Chaeyoung volvió a asentir.―De acuerdo, pero no te pongas demasiado ¿ok? El doctor dijo que era peligroso, con que te pongas un poco en el cuello es más que suficiente. Así no puedo ni percibir tu bonito aroma bebé.

―E-esta bien mamá, ya no me pondré tanto.― Dijo la rubia claramente mintiendo, pues no le importaba si tanto inhibidor le llegara a hacer daño, y si gracias a eso su aroma no volvía, para ella estaría más que perfecto.

Su madre sonrió y la dejo irse a la escuela, cuando la omega abandonó la casa soltó un suspiro cansado. Ella sabía que Chaeyoung ocultaba muchas cosas, tenía conocimiento de que a ella no le gustaba su aroma y en verdad quería ayudarla, pero Chaeyoung no se abría. A veces Taeyeon se sentía mal al pensar que su hija no platicaba con ella sobre como se sentía gracias a que era alfa, como le gustaría que su esposa estuviera más tiempo en casa para poder ayudar a su pequeño retoño. No quería que nada malo le pasara.

Cuando Chaeyoung llegó a la escuela fue hacia su casillero para sacar los libros necesarios para las primeras tres horas de clase, ahí se encontraba Nayeon sacando también sus cosas.

―Hola Chae.― Dijo la castaña sonriéndole y mostrándole sus bonitos hoyuelos.

―Hola Nay.― Chaeyoung le devolvió la sonrisa.

―¿Hiciste la tarea de ciencias?― La rubia asintió.―Muy bien... mmm... sé que no te gusta que hable de tu aroma Chae, pero, estás usando mucho inhibidor, ¿no crees? No puedo percibir ni un poco de tu esencia.― Preguntó algo preocupada, ella notaba como Chaeyoung se incomodaba siempre que ella y Nayeon tocaban temas como sus aromas, las parejas y demás.

―Últimamente sí... es que mi aroma ha incrementado en estos días, y sé como molesta a muchas personas.― Contestó Chaeyoung con voz decaída.

―Rosie, tu aroma es más fuerte que el de una omega promedio, sí, pero tampoco debes taparlo todo, los inhibidores causan mucho daño si se usan en exceso. En serio, créeme que tu aroma no es desagradable y cuando tu pareja predestinada llegue, él o ella amará todo de ti y eso incluye tu olor dulce. No hagas que tu esencia cambie.― Dijo Nayeon agarrándola de sus hombros, pudo ver como una lágrima se derramaba de los ojos de su amiga.

Chaeyoung abrazó a su amiga y susurró un gracias a Nayeon. Ella y Jennie siempre intentaban subirle el ánimo y le recordaban lo importante y valiosa que era. Tal vez sin ellas Chaeyoung estaría mucho peor de lo que ya está.

La campana sonó y las dos amigas se fueron abrazadas hacia su salón de clases. Cuando abandonaron el corredor, Kim Jisoo cerró la puerta de su casillero, el cual estaba cerca de el de la omega de aroma dulce. Soltó un suspiró y se recargo en los lockers, ella en verdad tenía un leve enamoramiento por la omega rubia, todo de ella le gustaba, no podía encontrarle un sólo defecto. Sabía de la fama que tenía, que poseía un aroma muy empalagoso y abrumador, pero eso no le importaba a la alfa, de hecho su aroma fue lo primero que le atrajo de Chaeyoung; en el momento en el que olió el chocolate mezclado con caramelo y jazmín que emitía la menor, Jisoo no se lo pudo sacar se la cabeza y cuando menos se dió cuenta se encontraba siguiéndola a todos lados y preocupándose cada que veía a la menor triste o decaída.

Justamente este día Jisoo había notado que no podía percibir la dulce esencia de la rubia, eso la puso muy inquieta pues ese aroma siempre la tranquilizaba. Había escuchado su conversación entre ella y la otra omega de pelo castaño, tenía miedo de que Chae se hiciera daño. Necesitaba hacer algo.

―Unnie, ¿en qué piensas? Ya es tarde y tenemos clases.― La voz de su amiga Dahyun la sacó de sus pensamientos.

―Lo siento Dubu, estaba pensando.

―¿En esa omega cierto? No entiendo por que no le hablas.― Dijo Dahyun con fastidio.

―No es tan sencillo...

―De hecho sí lo es, solo vas con ella y te presentas, no es mucha ciencia. Nunca entenderé a los alfas y omegas son tan raros.― La menor se rasco la cabeza.―Agradezco demasiado ser una beta.

Jisoo solo soltó una pequeña risa ante el comentario de su amiga y la tomó de los hombros.

―Andando, Dahyun.― Dijo Jisoo aún con Chaeyoung en su mente, su amiga tenía razón, debería hablarle y conquistarla, le llevaría tiempo, pero lo lograría.

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