La temperatura bullía escandalosamente


(Parte 2)


Mew devoraba la boca de Gulf, como si llevara semanas sin comer, y la boca de él era tan deliciosa, que Gulf no podía dejar de degustarla. Rápidamente sus ansiosas manos comenzaron a acariciarlo, andaban libres por todos lados. Finalmente lo tendió sobre la alfombra, haciéndose espacio entre los cojines y apenas la espalda de Gulf tocó la felpa, le rodeó la cintura con sus largas piernas, uniendo sus tobillos en la parte posterior. Dejando que el placer de su cercanía, inundara por completo su ser. Mew no dejaba de mirarlo, Gulf permanecía con los ojos cerrados y cuando por fin los abrió y lo miró... sonrió.

Con calma, Mew paseó el dorso de sus dedos por la mejilla de él, bajó por su cuello, dibujó el contorno de sus pezones, y se deleitó en sus costados, sus costillas, su angosta y bien formada cintura... llegó a su cadera y no fue sutil, apretó, ejerciendo un poco de fuerza, masajeó sus muslos, palpando hasta el interior, su entrepierna, haciéndolo retorcerse con anticipación. Se separó un poco de él, y poniéndose de rodillas, lo observó con ansias, pero sin apresurarse. La luz de las velas, tornaba romántica la escena, sí, eso era lo que deseaba, hacerlo suyo, no como habían acordado previamente, de manera ruda, impartiendo órdenes, tratándolo como uno más de sus soldados, él quería que Gulf disfrutara cada momento con pasión, deseo, y completa entrega, que conociera ese lado de él que nadie más conocía, porque nunca se había atrevido a mostrarlo.

Sin miramientos, ni preámbulos, colocó la mano en su entrepierna, rodeando su polla, se acomodó sobre él y volvió a besarlo. Lo tocaba con fuerza, pero sin hacerle daño, bombeando su erección, con delicadeza. Gulf al tener la boca ocupada ni siquiera notó cuando los gemidos de sorpresa se convirtieron en gemidos de placer.

Por fin la espera había terminado, estaba sucediendo... Mew lo besaba y acariciaba al mismo ritmo y Gulf empezó a sentir que enloquecía. Empezó a mover sus manos, tratando de abarcar todo su cuerpo. Sintiéndose tímido, aunque estaban completamente desnudos y Mew le estaba tocando íntimamente, deseando tocarlo también; pero sin atreverse... por el momento. ¡Pero que tonto! ¿Quién lo estaba deteniendo?

Ahora, él, dejó que sus piernas cayeran a cada lado de Mew y fue guiando su mano a través de la piel, hasta el lugar entre sus cuerpos, donde yacía su larga, dura y gruesa polla. Mew se detuvo un momento a mirarlo y él se sonrojó.

—¿Qué... sucede? —Preguntó con la respiración agitada— ¿Qué estás haciendo?

—Te miro. Quiero mirarte.

—¿Por qué?

—Porque eres hermoso —dijo él con voz suave y empezó a dejar besos salpicados por todo su rostro y Gulf no pudo evitar reír. Sin pérdida de tiempo, Off tomó una de sus manos y la aprisionó con la suya. Bajó su cabeza y se llenó la boca con uno de sus pezones. Gulf empezó a sentirse blando y caliente. La sensación de la húmeda y áspera lengua sobre su sensible piel producía una sensación que iba regándose por todo su cuerpo... Era realmente maravilloso.

Miró la cabeza de Mew sobre su pecho, moviéndose hacia el otro pezón y se arqueó suavemente hacia él, acercándose más, como si no quisiese que perdiera tiempo. Con su mano libre, acarició sus cabellos, tirando un poco de ellos, al final. "Uhmmm" un suave gemido salió de sus labios, casi imperceptible. Sintió su erección, apretarse contra Mew, pulsando contra la suya, y elevó las caderas para restregarse contra él, para apresurarlo, pero Mew parecía querer tomarse su tiempo.

Lo estaba matando.

—Hermoso —susurró—. Delicioso —besó sus hombros, se apretó más contra él, lo rozaba y estaba delirando por eso... Gulf cerró sus ojos, sintiéndose enternecido porque sintió las palabras llenas de sentimiento. Parecía que Mew las decía sinceramente, y eso lo hacía sentirse hermoso, para él...

Por fin Mew tomó su polla, en su propia mano, y buscó la entrada de Gulf. Se empujó suavemente, pero Gulf dio un respingo. Él Casi sintió ganas de llorar, pero no lo hizo. Mew no entró en él, sólo se sobó contra su entrada, pincelando de arriba abajo, una y otra vez, suavemente. Gulf se retorcía, tratando de empujarse a sí mismo y hacer que la punta por fin se introdujera en su entrada... Gemía sin poder detenerse, quería que Mew lo tomara salvajemente. Mordía sus labios, ansioso... porque tenía miedo, en el fondo, de que semejante pedazo de carne pudiera destrozarlo al entrar.

—Sujeta tus rodillas —de pronto ordenó Mew, mientras se humedecía la boca, repasando sus labios con su lengua.

Gulf no tardó en obedecer, abrió las piernas y las sujetó suspendidas en el aire, tratando de levantar lo más que podía el trasero de la alfombra.

Mew, colocó un cojín debajo de Gulf, tratando de dejar expuesto su rosado ano, y entonces, sin que Gulf se lo esperara. Sonrió para él, agarrando sus nalgas y separándolas un poco más, mientras escupía directamente en su agujero. Gulf soltó un sonoro gemido de sorpresa. Y para cuando reaccionó, ya tenía a Mew pasando la lengua sobre su abertura, humedeciéndola, preparándola para la intromisión. Se convirtió rápidamente en un manojo de jadeos y gemidos temblorosos, debido a su tacto, a su lengua que entraba y salía de él ayudándose de un dedo que también lo penetraba. Un segundo dedo ingresó, pero la lengua de Mew en ningún momento abandonó su labor, continuaba humedeciendo la zona, ayudando a los dedos a expandir el ano de Gulf.

—Ahhh...

Gulf dejó de sostener sus rodillas, bajó las piernas, abiertas, y casi chilló cuando un dedo más ingresó en su ano caliente y necesitado. Pronto Mew, estuvo presionando su duro y mojado miembro contra la entrada de Gulf, tomándose su tiempo para ver cada una de las expresiones del más joven. Estaba sonrojado, con la boca entreabierta, con el cuerpo perlado debido al sudor, vibrando y con los labios hinchados, debido a las mordidas, que trataban de acallar los gemidos, estaba a punto de llorar por el placer de recibir su polla. Los gemidos parecían una melodiosa canción en medio del silencio de la madrugada, la lluvia había cesado y el olor a tierra húmeda se sentía en el ambiente.

Mew agarró sus caderas, inclinándose para un mejor acceso, poco a poco fue moviéndose, cuando estuvo dentro, profanando el culo de Gulf, uniéndose por completo, alternando latidos y movimientos, gemidos y suspiros, sin dejar de compartir también feroces besos. Mew gruñía por lo apretado y caliente que se sentía el ano de Gulf, empujándose cada vez más fuerte y más rápido, quería sentirlo completamente. Comenzó a embestir directo contra su próstata y no pasó mucho para que la habitación pasara a llenarse de gemidos incontrolables. El ambiente se sentía caliente, no solo por el fuego en la chimenea sino porque la temperatura de sus cuerpos bullía escandalosamente.

—¡Tócame! —Gritó Gulf, quedándose luego sin voz.

Mew agarró su duro pene para masturbarlo, pero no fueron necesarios más de tres bombeos, cuando Gulf se corrió en gemidos entrecortados entre los cuerpos de ambos.

Mew no salió de su interior, todavía excitado, empujó su enorme pene, esta vez hasta el fondo. Había sido capaz de hacerlo correrse, aun sin estar, del todo, dentro de él.

Ahora quería destrozar ese culito.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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