01. cuna color rosa

El nacimiento de un segundo hijo, era algo que la pareja no había planeado, pero sin duda fue una sorpresa que recibieron alegremente.

HyeJin veía como su pequeño dormía pacíficamente en su cuna, la cuál era de un bonito tono rosa pastel, no había sido intencional, pues antes estaban seguros de que sería una niña, pero pocos meses después de haber comprado ya todo de dicho color, resultó que sería un niño nuevamente, no queriendo desperdiciar la ropa decidieron utilizarla, escuchando quejas de otros diciendo que eso sería mala influencia para el pequeño, algo absurdo a oídos de los padres.

El pequeñito hacía leves pucheros y muecas causadas por un mal sueño, lo que provocaría que se despertara en llantos, así hubiese sido si no fuera porque la cuna comenzó a moverse, calmando al infante al instante, cambiando sus expresiones a unas más tranquilas continuando en sus abundantes sueños de algodón.

Desde el marco de la habitación, había un pequeño con su entrecejo fruncido observando como su madre le prestaba más atención a la bolita de tela viviente que a él mismo, no entendía como lo habían reemplazado tan rápido, tampoco por qué habían traído a casa a ese pequeño ser que sólo hacía berrinches, dormía, comía y hacía popó, su madre ya no tenía una pelota en el estómago y decía que era ese ser llorón.

Cada pensamiento negativo y triste se esfumó en el momento que fue cargado en brazos, siendo llevado hasta la cuna para que pudiese observar al ladrón de padres, no quería estar allí, pero estaba demasiado alto en los brazos de su padre como para intentar saltar, además le daba cierto miedo.

ㅡCariño ¿Mi pequeño ha molestado el día de hoy?ㅡ preguntó el azabache, dándole un cariñoso beso en la frente a su esposa, quién sonrió ante el contacto.

ㅡSe la pasó durmiendo la mayoría del tiempo, hace un momento parecía que tenía un mal sueño, pude calmarlo antes de que se soltara a llorar. Muy bien, aprovechando que están aquí, iré a hacer la cena.

El hombre observó a su esposa retirarse antes de regresar a su hijo mayor ㅡCreo que querías ver a tu hermanoㅡ observó al menor, quién seguía con su ceño fruncido, inflando sus mejillas algo molesto, causándole ternura, su hijo mayor era algo posesivo.

Él sabía a la perfección que Jungkook no quería al pequeño que dormía tranquilamente, se lo había dicho de regreso a casa después de un día en el parque y estaba en su labor de padre lograr que el morenito conociera a su hermano.

ㅡTe dejaré con él, mamá y yo haremos la cena. ¿Podrías cuidarlo un momento? Te llamaré cuando todo esté listo, será tu misiónㅡ lo último dicho en un susurro para convencerlo, cosa que funcionó ya que el morenito se enderezó, bajando al menor de sus brazos, lo dejó a un lado de la cuna, peinando sus cabellos negros antes de salir para ayudar a su esposa.

Jungkook no quería, se negaba a ver a la bolita de tela que le robaba a sus padres. Mantenía sus pequeños brazos cruzados observando un biberón casi vacío y los juguetes en otros estantes, hasta que un estornudo llamó su atención, inevitablemente llevó su vista al bebé, el cuál lo observaba con curiosidad. Ya había despertado.

De puntillas se apoyó en el soporte de la cuna, los pequeños ojos café del menor se fijaron en él, causándole un poquito de ternura y un escalofrío en su espalda, un nuevo estornudo hizo que su nariz dejara salir mocos y baba de su boquita, notó que al lado había un pequeño trapo, recordando como su madre a veces limpiaba su naricita cuando también estornudaba intentó hacer lo mismo con el pequeño, ganándose una pequeña risa, un tanto rara para un bebé, la cuál también le hizo reír.

Quizás la bolita de tela no era tan mala después de todo, pues después de un tiempo escuchaba muy bien cuando le contaba sobre sus aventuras e historias que pasaban en su cabecita a cada momento que dejaba a su imaginación extenderse.

ㅡ... Y luego, un dinosaorio se robó todos mis carritos, papá me compró nuevos cuando fuimos al super mercado, tengo una idea, cuando seas grande vamos a jugar y vamos a atrapar al dinosaurio malo ¡Seremos cazadores!ㅡ los ojitos del mayor se escondieron al sonreír, mostrando sus dientecitos. El pequeño bebé de cinco meses, observaba atento a la nueva persona parlanchina frente a él, mientras estaba sentado, no entendía nada, pero le hacía reír y le gustaba reír.

Ah, da daㅡ soltaba pequeños balbuceos para comunicarse, estiraba sus manitos tratando de alcanzar al moreno y el mayor entendió perfectamente, estirando su carita, recibiendo los suaves tactos de su hermanito y uno que otro jalón.

ㅡ¡Ya, Jimin! Me estás haciendo gande la caraㅡ se quejó, quitando las manos de su carita ㅡUhh, ¡Ya se! ¡Ya se!ㅡ con cuidado, entró a la cuna tirando sus pantuflas una vez dentro para no ensuciar, soltando un bostezo mientras que con sus manitos rascaba sus ojos, el sueño comenzaba a ganarle, pero él quería seguir hablando con su hermanito, era la primera vez que hablaban o bien, la primera vez que él se daba la oportunidad de acercarse ㅡJimin ¿vamos a domir?.

El pequeño, tenía sus ojitos entre cerrados, y como si le entendiera se acostó, dejando suficiente espacio para que el pequeño se acostara a su lado, abrazando a la bolita de tela, quien era suave y olía a fresas con flores, una crema que su madre solía ponerle después de un baño. 

ㅡPometo cudarte y quedete mucho, mucho, mucho, Jimin.ㅡ mencionó entre sueños, cayendo finalmente dormido con el bebé apretando su camisa.

HeeChul había ido a la habitación del bebé para avisarle a Jungkook que la cena finalmente estaba lista, pero antes de entrar, logró escuchar a su pequeño decirle aquello al bebé y no pudo evitar sonreír, después de mucho su hijo había quedado encantado con su hermanito, y esperaba que lo cuidase y quisiera como lo prometía. Realmente sería bueno verlos crecer.

ㅡHyeJin. Mira, son tan hermosos.

ㅡDebo capturar este momento, iré por mi cámara.

HeeChul simplemente veía como la morena buscaba su cámara para tomar la primera foto de sus dos hijos durmiendo abrazados para guardarlo en el álbum familiar que compró la semana pasada.

Pues presentía que ambos niños iban a amarse inmensamente.

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