o30. unexpected player

o30. ❝ face-to-face and heart-to-heart
we're so close, yet so far apart ❞

JUGADOR INESPERADO

















































penúltimo capítulo y de larga duración. aprovechen de votar y comentar todo lo que deseen. estamos casi al final de este trayecto ¡no dejemos que decaiga! estaré leyendo con gusto sus últimas impresiones :')










































































🧭━━━━━━ PARA LA BUENA SUERTE DE LOS FUTBOLISTAS, había justo un vuelo hacia Londres que salía tan sólo una hora después de que habían llegado al aeropuerto. Aquello les dio tiempo para preparar un bolso con sus cosas y así estar listos para embarcarse y llegar rápidamente a la coudad inglesa que les esperaba con muchas dudas y sorpresas inesperadas.

Un vehículo de transporte los llevó hasta la casa de los Davies en donde Joshua los estaba esperando. Para su desgracia, esperaban ver a Sofía allí pero se enteraron de que ella había salido. De hecho...Se encontraba en el teatro donde tocaría en unas horas en compañía de Olivia Rodrigo.

Show que Josh había mencionado como el lugar donde Jude y Cadaval se volverían a ver.

Habían llegado justo a tiempo.

El inglés los llevó hasta el recinto y —como él ya tenía pases VIP asignados previamente por la cantante— no tuvieron problema de ingresar y asegurarse buenos lugares en el teatro. Lugares que también los alejaban del resto de los fans y así no se armaría un escándalo adicional.

La cuenta regresiva comenzaba.

—¿No podemos ir a verla al backstage?

La voz del palaciego se alzó entre el ruido del pre-show.

Joshua negó—No. Llegamos a hora muy justa. Ella ya debe de estar por subir al escenario.

El menor gruñó en su lugar y su movió nervioso—Maldita sea, tendremos que esperar a que todo termine.

—¿Sabe ella que hemos venido? —inquirió Pedri.

El inglés hizo una mueca—Pues...No, no lo sabe.

—O sea que si nos ve desde el escenario va a colpasar y probablemente le de un ataque de pánico —Gavi aplaudió—. Excelente plan, Josh. Matarla es tu primera opción.

—No te portes tan imbecil conmigo —le dio un leve empujón—. Quiero recordarte que, si están aquí, no es porque a mí me agraden en lo absoluto. Sólo les pedí que vinieran por aquel detalle en específico.

—Oh —ambos miraron al canario cuando habló y su dedo apuntó hacia adelante—. Creo que el detalle está por allá.

Ambos hombres siguieron la dirección del dedo del mayor hasta que recayó en una figura que estaba un poco más adelante de ellos en otra zona privada. Su medio perfil se alzaba ante ellos. Reconocible en cualquier lugar.

Era él.

Gavi soltó una risa nasal—Jude.

—Te dije —le murmuró el inglés—. Ha venido a verla.

—Venga pero, quizás ha venido en plan de amistad y realmente no pasa nada entre ellos dos —González trató de alivianar la situación con sus palabras.

—Yo no nací ayer —dijo Davies—. Esos ojos con los que la mira, su amabilidad, su preocupación, la atención a los detalles...Todo eso.

El andaluz tragó saliva.

—Eso y que... —hizo una mueca—. Antes de venir aquí le mandó flores deseándole buena suerte y de que no podía esperar a verla.

—Es un chiste ¿No? —por un instante Pablo quiso pensar que todo era producto de su imaginación.

Negó—No lo es...Pero ojalá lo fuera. Yo vi con mis propios ojos como le entregaban las flores y como leía la nota de ellas.

—No puede ser —se tomó la cabeza.

—Tienes que hacer algo —Davies lo tomó por los hombros y lo sacudió—. No podemos dejar que ese tipo cumpla su cometido. Muy de mi selección será pero...Hay límites.

—Josh...

—Eres uno de los seres más despreciables e inútiles que he conocido en mi vida —el menor rió— y, siendo muy honesto, lo único que quiero es que te alejes de ella...

Josh finalmente lo soltó cuando sus pensamientos llegaron mucho más allá de los previsto.

—Pero sé muy bien que eso jamás en la vida pasaría.

Poco a poco la expresión del futbolista se relajó y analizó al ojiverde con detenimiento. Por un instante le pareció que era otra persona.

—Pero eso no significa que dejaré que te aproveches —lo apuntó. Ah, ahí estaba su verdadera versión—. Solamente es porque...Sé que a ti te hará caso, o al menos algo causará tu presencia en este momento.

Suspiró y agachó su cabeza—Espero tengas razón.

—De acuerdo, no seas tan modesto —puso los ojos en blanco—. No quiero que ese otro futbolista se la lleve sólo porque le pareció interesante —gruñó y se giró al frente y dijo para sí—: ¿Por qué rayos siempre son futbolistas?

Posteriormente, el show comenzó unos minutos después cuando la gente empezó a aplaudir cuando Olivia Rodrigo salió al escenario. La cantante comenzó con su show y todos sus fans cantaban a coro.

No obstante, para los 4 varones vinculados con Sofía, todo ese set fue realmente nulo.

Ellos sólo esperaban que Cadaval saliera al escenario y casi no prestaron atención a Rodrigo. Estaban demasiado concentrados en sus pensamientos propios y en la tensa situación actual en la que estaban metidos. Incluso a Jude se le veía perdido; casi absorto, de hecho. Se notaba que también estaba ahí con el único objetivo de ver a la sevillana y a nadie más.

Eso Gavi lo notó y comenzó a ponerse nervioso.

Pasaron los minutos y en medio del show Olivia finalmente invitó a Sofía al escenario. Todo el teatro coreó su nombre y la aplaudió. Recién allí, los 3 hombres reaccionaron y se unieron a los vítores.

Verla ahí, sonriente y orgullosa de sí misma fue lo que le plantó a Gavi una inmensa sonrisa en el rostro. No importaba el tiempo que pasara o el tiempo en que se alejaran, ella seguía viéndose hermosa y en ese momento él chico estaba siendo incapaz de despegar sus ojos de ella. Su atención estaba en ella y en nadie más.

El corazón se le sacudía con sólo verla y escucharla.

Gracias al cielo ella no logró verlos —la miopía, probablemente—. No obstante, sí localizó a Jude que estaba más cerca que ellos y verla saludarlo con una sonrisa y que el inglés hiciera lo mismo comenzó a desesperarlos, sobre todo al palaciego.

A pesar de todo eso, su concentración se fue perdiendo de esa imagen poco a poco cuando comenzó a prestar oído a lo que Sofía cantaba. Su básico inglés trató de unir todo en su cabeza y habían ciertas palabras que conectaban con otras que empezaban a generar sentido poco a poco.

Abrió los ojos como platos.

Era sobre él.

Las canciones de Sofía hablaban de él.

Y él, como un grandísimo idiota, se dio cuenta muy tarde.

Sin embargo, sonrió.

Cuando el show acabó los tres mosqueteros en apuros corrieron lo más rápido que pudieron hasta el backstage para poder hablar con Cadaval antes de que Bellingham lo hiciera. Atravesaron guardias de seguridad, fans y cuantas otras cosas en lo que fue la carrera de sus vidas.

No obstante, cuando llegaron se dieron cuenta de que no lo hicieron a tiempo.

Jude ya estaba ahí.

Los tres quedaron paralizados en la entrada del área mientras veían como el mediocampista abrazaba efusivamente a la cantante mientras ésta sonreía. Los dos se separaron y la chica oyó atentamente las felicitaciones que el hombre le decía. Todo sin separarse de ella.

La escena le revolvió el estómago a todos.

—Voy a vomitar —susurró Joshua mientras los futbolistas permanecían petrificados.

Todo hasta que la vista de Sofía se fue hacia un lado.

Su sonrisa desapareció.

Sus ojos se abrieron como platos.

Se puso pálida.

Tembló.

Porque los vio.

—Gavi.

De sus labios salió un leve y tembloroso susurro con el nombre de la persona autora de todos sus sueños, deseos y la inspiración de cada una de sus canciones. Al darse cuenta de lo que había salido de su boca, Jude se giró para ver de qué se trataba y se sorprendió grandemente al ver a dos caras reconocidas del fútbol en el mismo lugar que él.

—¿Gavi? ¿Pedri? —frunció el ceño con sorpresa, pero no de una mala manera—. Vaya, qué lugar para encontrarnos.

—¿Qué rayos estás haciendo aquí?

Su mente perdida la hizo olvidar que estaba hablando inglés y un nervioso susurro en español escapó de su boca. Al oírla y no entender lo que eso significaba, Bellingham se volteó a verla con confusión.

Sin embargo, ella seguía enfocada en una sola persona de aquel grupo.

Gavi.

El palaciego seguía en silencio. Estático mientras veía a la mujer. Parecía que el abismo que se había creado entre los dos seguía ahí y cruzarlo significaba dar el salto de sus vidas. Pero parecía que ninguno de los dos estaba listo para hacerlo.

Al ver la tensión y el silencio que se había formado, Pedri aclaró su garganta para tratar de romper el hielo.

Pues sí. Es bueno conocernos en persona finalmente —se acercó para poder saludar al británico de la mano, el cual le correspondió bastante a gusto.

Sí, estoy de acuerdosonrió, pero parte de sí seguía confundido por la reacción que Pablo estaba teniendo en ese momento y como aquello tenía a Cadaval—. ¿Ustedes...? ¿Ustedes también conocen a Sofía? —la apuntó—. Ya que...Están aquí en su show.

González se giró para ver a su mejor amigo pero este seguía en modo estatua. Puso levemente los ojos en blanco para ser él quien respondiera:

De hecho sí...Somos grandes amigos.  Nos conocemos de hace mucho tiempo.

Oh —realmente aquella respuesta lo tomó por sorpresa y miró a todos lados nervioso—. Bueno, yo la conocí hace unos días —sonrió—. Salimos y ya es el segundo show en que vengo a verla.

Las manos del palaciego se movieron nerviosas a cada lado de sus caderas y su mandíbula se apretó ligeramente.

Y la verdad es que...Me parece una persona maravillosa.

Finalmente Gavi despegó sus pies del suelo.

Bajo la atenta e incluso asustada mirada de todos, el futbolista caminó entre Pedri y Jude sin importarle nadie ni nada para llegar hasta donde Sofía estaba con aún su nerviosa expresión incrustada en la cara. Una vez allí la tomó de la mano y la jaló con suavidad para caminar con ella lejos de allí.

—No, no, no. Pablo, espera.

Ella quiso detenerlo pero fue imposible, sólo tuvo que seguirlo mientras sostenía su mano.

Los tres hombres restantes observaron la escena sumamente confundidos. Solamente el canario sabía lo que estaba ocurriendo allí.

Él suspiró pesadamente y busco seguir la conversación con el inglés para que no pusiera su atención en los otros dos.

Bueno ¿Y qué tal todo en Alemania? Oí que quizás te unes al Real Madrid.

Mientras tanto Gavi y Sofía —bueno, la última siendo tironeada por el primero— ya habían llegado al fondo del pasillo donde no se veía ni un alma. Una vez allí, el futbolista la giró para que su espalda quedara contra la fría pared y él enfrente suyo.

Sus pechos chocaron. Otra vez muy cerca del otro.

—¿Y tú que hostias estás haciendo aquí? —le reclamó ella cuando ya estuvieron quietos.

—Sí, también me da mucho gusto verte luego de que nos declaráramos la ley del hielo por días —dijo con sarcasmo.

—Gavi, esto no es gracioso —se veía nerviosa. No sólo por tenerlo a él ahí, sino que también miraba a todos lados como si estuviera asustada de que algo apareciera.

—Yo no he dicho que lo sea —negó—. Pero necesitaba verte.

La confesión removió a la chica en su lugar y el latido de su corazón estaba yendo tan fuerte que el andaluz podía oírlo.

—Tengo que hablar contigo —siguió.

Ella tartamudeó—Oye, no te voy a negar que verte aquí ha puesto mi mundo de cabeza —el contrario sonrió levemente—, pero este es un mal momento.

Frunció el ceño—¿Qué?

—Mejor vete y hablamos después.

—Oye no, no puedo irme ahora —comenzó a desesperarse.

—Gavi, vine con...

—Espera, déjame...

—Escucha, es que estoy con...

—¿Qué? ¿Con Jude? —la pesadez de su voz la sorprendió. Luego él soltó una risa nasal—. Vaya jugada ¿Eh? Esa no me la esperaba para nada

—¿Quién mierda te contó y te hizo venir?

—Joshua —ella gruñó.

—¿Y desde cuando ustedes son tan buenos amigos? —movió los brazos.

Rió—Jamás lo seríamos. Sólo me dijo que viniera porque veía a Jude demasiado interesado en ti —ella se golpeó la frente—. Eso y que, por lo mismo, estabas...Distinta. Me hizo venir para evitar eso pero en realidad yo estoy aquí porque quiero que me escuches.

—No pasa nada con Jude —intervino y el menor alzó las cejas—. Sí, salimos porque me pareció buen tipo y honestamente necesitaba cambiar de aire ¿Sí? Lo confieso —suspiró—. Pero no pasa nada entre nosotros. No puedo creer que pensaras que yo era ese tipo de chica.

Ella lo miró incrédulo, realmente dolida imaginando que esa era la percepción del andaluz.

—Sabes perfectamente que eso no es lo que pienso —le dijo firme—. Pero soy hombre, Sofía...Sé que está bastante interesado en ti, por no decir, que se pone a babear en medio concierto.

—Pablo.

—¡Perdón! —alzó los brazos a la defensiva—. Pero es verdad.

—¿Y a ti que te importa tanto si un chico se interesa en mí o no? —la pregunta lo sorprendió grandemente—. Da igual, el tema pasado ya lo zanjamos.

—No, Sofía —se le acercó más—. No está zanjado en lo absoluto —el énfasis en esas dos palabras le produjeron un escalofrío a la castaña—. Es por eso que estoy aquí.

Ella tragó saliva y comenzó a asustarse. Sus ojos examinaban todo a su alrededor, preocupados porque cierta figura fuera a aparecer.

—Gavi, aquí no. No podemos...

—Necesito que me escuches...

—No, escúchame tu a mí —ambos comenzaron a protestar.

—Sofía.

—¡Gavi!

—¡Déjame hablar!

—¡Pero es que puede venir...!

—¿Jude? —volvió a insistir—. ¿Y qué? ¿Por qué? ¿Qué vendría siendo él? ¿Mi reemplazo?

Hubo una pausa.

Ella soltó una risa nasal.

—No seas gilipollas Páez Gavira, él jamás va a ser tú.

No pasaron ni cinco segundos y el futbolista ya había estampado sus labios contra los de la chica.

La frase fue el impulso que el palaciego había estado buscando para poder besarla y por fin quitarse la necesidad que tenía de hacerlo desde el primer día en que lo habían hecho. La sensación era algo inimaginable que no había sentido jamás en su vida. Era ella. Todo lo que era ella se convertía en el verdadero motor que impulsaba sus emociones.

La acción tomó a la cantante por sorpresa y tardó unos segundos en reaccionar. Pensó en apartarse, por el previo temor que había querido advertirle, pero estando allí, sintiendo la dulzura y la suavidad de sus labios le fue imposible alejarse, ni siquiera para poder tomar aire. No quería hacerlo, quería quedarse así.

Ambos lo querían.

Las manos de Pablo sujetaban firmemente su cintura y los brazos de ella rodearon firmemente su cuello, como si soltarlo significara perderlo para siempre.

Hasta que oyeron:

—¿¡Sofía!?

Ambos se separaron súbitamente.

Una tercera voz se les unió y los dos la conocían perfectamente.

El pecho de la castaña subía y bajaba—Te dije que estaba con...

Marco.

Ella asintió cuando el chico completó su frase y este sólo pudo cerrar los ojos dándose cuenta que eso era lo que Cadaval quería advertirle. No fue capaz de darse vuelta durante los primeros segundos. Ninguno quiso encararlo.

El hermano mayor de Sofía había viajado el día anterior para poder apoyarla en los shows que le quedaban. Detalle que obviamente a Joshua se le había escapado y ahora estaban pagando las consecuencias.

El abogado observó la escena en una mezcla de enfado y temor. Sus manos temblaron a cada lado de su cuerpo y tuvo que formar puños con ellas para calmarse. Ver a su hermana menor en aquella situación y con aquel chico fue demasiada sorpresa para ese momento.

—¡¿Qué carajos está pasando aquí?! —volvió a reaccionar ahora acercándose más a ellos.

Los menores se alejaron del cuerpo del otro y la cantante fue la que se atrevió a enfrentar al ojiazul.

—Marco, te lo puedo explicar...

—No creo que haya necesidad...Está todo muy claro —interrumpió.

—No, no, no, pero hablo en serio —trató de evitar que él se acercara hacia Gavi—. Marco, por favor, mírame.

—Jude está allá afuera esperándote y tú estás aquí besando a éste —lo apuntó—. ¿Y tú en qué momento apareciste? ¿Cómo llegaste aquí?

—Es una larga historia —susurró.

—Oye, ya te dije que entre Jude y yo no pasa nada, así que no estoy engañando a nadie —le reclamó.

—¿Y con él sí? —volvió a apuntar a Pablo.

La pregunta sacudió a ambos de pies a cabeza. Incluso, la chica llegó a marearse.

—Me voy a desmayar.

Asustado por aquella eventualidad, Marco la tomó de la mano—Tenemos que irnos.

—¿Por qué?

—El Meet & Greet —el recordatorio la hizo cerrar los ojos—. Mariela me ha avisado que tenemos que irnos ahora mismo. Vamos tarde. Por eso he venido a buscarte.

—Dame unos minutos, por favor. Tengo algo que hablar con él —le jaló la mano.

—No podemos —negó con seriedad.

—¿5 minutos?

—No.

—¿4 minutos?

—Que no.

—¿3?

—Sofía.

—¿2?

—Sofía Valeria Cadaval Turner.

—¡Marco! —gruñó—. No me hagas esto, no ahora.

—Sea lo que sea que tengas que resolver tienes que hacerlo después o te quedarás sin trabajo y con docenas de fans decepcionadas.

Ella iba a seguir protestando pero el mayor comenzó a caminar con ella a través del pasillo. Empujándola poco a poco a salir de allí a regañadientes y en contra de su voluntad.

Ella no quería irse.

Tenía que oír lo que Gavi iba a decirle.

Finalmente rendida —y dándose cuenta de que no podía pelear físicamente contra su hermano—, ella comenzó a alejarse porque sino lo que Marco dijo realmente se cumpliría.

No obstante, se volteó a ver al palaciego una última vez con un nudo en la garganta y un dolor en su pecho que no se iría por el resto del día.

¿Por qué nada les podía salir bien?

Quizás...Simplemente no estaban destinados a ser.

Antes de seguir a su hermana, Marco se volteó a ver al futbolista con una seria expresión. El contrario trató de no flaquear ante él.

—Por todo el cariño que te tengo —comenzó el mayor— y por todas las cosas buenas que hemos pasado...Te pido por las buenas...Que no lo hagas.

—Marco.

—Ya ha sufrido demasiado ¿No lo crees? —se encogió de hombros—. No la sigas ilusionando.

—No lo estoy haciendo —su respuesta casi inmediata sorprendió al ojiazul—. Te juro...Que esta vez no es así.

Aquellas palabras confundieron a Marco y lo dejaron meditando más de la cuenta. Sin embargo, no tenía el tiempo ni las opciones para darse el lujo de quedarse ahí otro rato así que sólo pegó media vuelta en busca de su hermana para ir al evento acordado.

Una vez sólo, Gavi se tomó la cabeza en las manos sintiéndose el idiota más grande del planeta. Estuvo a tan sólo unos segundos de decírselo pero no contaba con la presencia de Marco en aquel lugar. Eso arruinó todo.

A pesar de todo eso, la había vuelto a besar, y la sensación de calidez que ella emanaba volvió a estar pegada sobre sus labios.

Lo disfrutó.

Luego de unos segundos más el andaluz regresó al lugar donde todo había empezado en el backstage y se sorprendió al ver que sólo quedaban Pedri y Joshua. Jude no estaba.

—Oye —el canario fue hacia él de inmediato cuando lo vio—. ¿Dónde estaban? ¿Qué rayos pasó?

—Yo....

Seguía sin palabras. Absorto en todo lo que estaba pasando.

—Gavi —lo sacudió.

—Marco apareció —confesó.

La declaración dejó al mayor sin palabras y parpadeó un par de veces.

—¿Marco?

—Sí, está aquí y nos vio.

Entrecerró los ojos—¿A qué te refieres cuando dices nos vio en ese tono?

Suspiró agotado y se tomó el rostro—Nos besamos ¿Vale? No he podido decirle nada. Sólo nos besamos y Marco nos vio. Luego se la llevó porque iba tarde a otro evento.

Pedri gruñó y apretó sus puños en frente de él. Ya estaba cabreado con tantos malentendidos.

—¡Pero eso no fue lo que conversamos en el avión! —reclamó—. Se suponía que hablarías con ella y, si las cosas salían bien, la podías besar. Pero era en ese orden ¡No al revés!

—Perdón, perdón —cerró los ojos—. Es que se veía tan bonita. No lo he podido evitar.

—¿A ustedes dos que les pasa? —repentinamente Joshua se acercó hacia ellos—. ¿No ven que Jude se fue con ella?

Inmediatamente los futbolistas se giraron hacia la salida viendo como un auto negro se iba del teatro y a eso le sumaron el recordatorio de que Bellingham no estaba donde lo habían dejado.

—¿Y por qué hostias él ha ido? —Gavi se molestó.

—Porque era lo que habían acordado —explicó el inglés—. Después de la firma de autógrafos saldrían juntos.

—Tú me estás jodiendo ¿Verdad? —murmuró Pablo con los ojos cerrados.

—No —le dio un leve empujón—. Se suponía que eso no iba a pasar porque tú estarías aquí...¡Pero no pasó nada! Inútil.

—Oye, tú no me dijiste que Marco estaba aquí también —lo encaró—. Nos vio y se la llevó porque iban tarde. A penas pude hablar con ella.

—Dios, tú realmente no sirves para nada...Justo cuando, por una vez en mi vida, elegí confiar en ti, realmente no haces nada para ayudarla.

—Joshua, me estás cansando. Te lo advierto.

—¡Me da igual! Eso no es lo que importa ahora —apuntó a la salida—. Jude Bellingham es el que va con ella, no nosotros.

Gavi suspiró agotado y se pasó las manos por la cara con fuerza, como si tratara de despertar de esa pesadilla.

—El día aún no acaba.

Rió—¿Eres superhéroe o algo? Tenías una oportunidad y la echaste a la basura.

Soltó una risa nasal recordando lo que había pasado segundos antes—No fue así.

—Tú no tienes idea de lo que está pasando aquí realmente.

—Sí la tengo —se le acercó más.

—No la tienes.

—Te he dicho que sí.

—No tienes idea qué es lo que le pasa a ella.

—¡Joshua! ¡Ya te lo he dicho!

—¡Escúchame! —le dijo con seriedad y tomándolo firmemente por la nuca—. Sofía te ama.

Silencio.

Pablo soltó un largo suspiro. Su respiración y su pulso comenzaba a regularse.

—Está enamorada de ti...Y siempre lo ha estado.

Se notaba que al inglés le costaba y le dolía decir eso. Sus palabras salieron con decepción y amargura. Siempre supo que él era el perdedor de ese juego pero jamás lo quiso aceptar. Lamentablemente, el premio mayor no era suyo...Sino de Gavi.

—Lo sé —suspiró el andaluz cabizbajo.

Sorprendido por la declaración, Josh se separó de él para mirarlo con confusión.

—¿C-Cómo que ya lo sabes? —lo miró de pies a cabeza.

Se puso un tanto nervioso—Ella me contó toda la verdad en Catar.

La nueva noticia lo hizo separarse aún más de él y lo analizó sin entender nada. Estaba más confundido que nunca.

—Pero, entonces...Si tú ya sabías... —las ideas se empezaron a unir en su cabeza—. ¿Por qué no dijiste nada? ¿Por qué actúas así? ¿Por qué...?

Entonces él lo entendió todo.

Y la mirada de Pablo fue lo que lo hizo entender todo al final.

—No —lo apuntó—. Yo no te traje para esto.

Bufó—Tú no me trajiste a ninguna parte, sólo nos avisaste. Que yo viniera aquí fue porque necesitaba hacerlo.

Joshua dio un paso atrás.

—Necesitaba hablar con ella y voy a hacerlo.

—No —volvió a oponerse—, esto es lo que he estado tratando de evitar desde el día uno.

—Josh ¿Por qué no podemos simplemente terminar con tantas peleas? —rogó—. Sólo...Acéptalo.

—¿Aceptar qué? —prefirió hacerse el desentendido—. No hay nada que aceptar.

—Sí lo hay.

—Que no.

—¿Entonces cómo me explicas el hecho de que en este momento mi corazón está latiendo extremadamente rápido, no por esta discusión, sino por Sofía?

Davies pareció marearse y sus ojos se abrieron como platos. El día al que más le había temido ya había llegado.

La declaración fue motivo de orgullo incluso para el mismo Gavi. Ya no estaba dudoso, ya no le había temblado la voz y mucho menos se había arrepentido de sus palabras. Estaba seguro de lo que decía. Así lo creía. Incluso su mejor amigo a sus espaldas sonrió orgulloso.

Todos estaban felices menos el inglés.

—Tú tienes que estar tomándome el pelo —rió nervioso—. No es tiempo de bromas.

—No es una broma —negó—. Es la verdad...Y voy a decírsela.

—No —lo apuntó—. Salgo de un problema con un futbolista y empieza otro ¿¡Qué mierda con este círculo!?

—Pedri ¿Por favor podrías buscar la dirección del lugar donde Sofía hará la firma de autógrafos? —se giró a hablarle.

Sonrió y sacó su celular—Claro.

—Tengo que estar ahí ahora.

—Ni se te ocurra —lo apuntó.

—Tú quieres que Sofía esté bien y sea feliz ¿Cierto? No entiendo porqué te empeñas tanto en impedir que esto suceda siendo que ella lo esperó por tanto tiempo, pero que por mi...Idiotez —reconoció— no había podido suceder.

—Porque no es justo.

—¿Justo paga quién?

Se quejó—No irás a ninguna parte.

—Sí iré.

—No lo harás.

—Que sí.

Le dio un leve empujón—Vete al infierno.

El futbolista suspiró.

—Bueno —asintió formando una línea con sus labios y divisó algo a lo lejos—. Yo quise ser buena onda pero no me dejas opción.

Lo tomó del brazo y en contra de su voluntad —omitiendo sus constantes quejas— lo jaló hasta lo que habia enfocado segundos atrás: Una puerta.

Se notaba que la fuerza del andaluz era mayor a la de Davies —evidente, uno era deportista profesional y el otro...Pues nada—, ya que no fue capaz de soltarse mientras veía que el menor abría la puerta de una sala completamente desconocida.

—Espera...¿¡Qué estas haciendo?!

Y haciendo caso omiso a sus reclamos, el palaciego lo metió allá adentro.

—¿¡Gavi!?

Cerró la puerta.

—¡Sácame de aquí pueblerino!

Y le puso seguro.

Gavi había encerrado a Joshua en una sala.

—¿¡Qué acabas de hacer!? ¿¡Estás m
loco!?

Recién cuando escuchó la exclamación de Pedri en su contra, el mediocampista se dio cuenta de lo que había hecho.

—Joder —se llevó una mano a la boca y se giró a la puerta. Detrás de ella, los gritos de Davies se oían—. Te juro que me he dejado llevar.

—¿¡Y ahora qué!? —alzó los brazos.

Él llenó sus pulmones de aire.

—Primero que nada ¿Tienes la dirección?

Él asintió y extendió su teléfono con la evidencia que él buscaba.

—Bien —juntó las palmas de sus manos—. Entonces hay que correr.

Inmediatamente, y en vista de la barbaridad que acababan de hacer, ambos jugadores salieron disparados del recinto por dos motivos: Para ir a buscar a Sofía y para huir de las consecuencias que tendrían sus propias acciones más tarde.

—¡Sáquenme de aquí, futbolistas inútiles!

Era una locura.

Todo era una maldita locura que había llegado al máximo punto del caos.

Gavi estaba desesperado.

Pero tenía una última oportunidad.

Y la iba a aprovechar.

Por fin.


















































ÚLTIMO CAPÍTULO, Y LO MÁS ESPERADO 16 DE NOVIEMBRE 2023. 14:30 HRS (HORARIO CHILE)

120 VOTOS PARA ACTUALIZACIÓN

nos vemos, les quiero mucho <3

nat

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