VII
Llego el día siguiente, Natalie les llevo desayuno,el estado de animo de Ángela no habia cambiado en nada, seguia sumida en sus pensamientos. Ramón estaba allí ayudándola en lo que podía, ya que en la mayoría de cosas esta se negaba. No quería ver a nadie, una mezcla de emociones negativas la invadía. En ella había odio, rencor, tristeza, depresión... Todos menos el sentimiento de felicidad ¿que había pasado? Pues ese sentimiento se desvaneció luego de la muerte de su madre biológica, desde ese momento la desgracia llego a su vida...
A la tarde llego el causante de todo el desastre en el que estaban, la miraba con una mirada maliciosa, como si otro experimento tramaba con ambos, este al igual que Natalie traía una bandeja con un trozo mas grande de carne, ambos chicos no le quitaron la vista de encima mientras pasaba.
— que tal están mis nuevas creaciones? — pregunto el —
Ambos chicos saltaron igual que unas fieras hacia la puerta, tratando de destruir esta con sus filosas garras, pero esto era en vano esta era practicamente indestructible.
— no pasara nada, es indestructible — les dijo este—
Ramón paro de tratar de dañar la puerta convencido de que era inútil ya que esta era de titanio, pero Ángela no. Ella seguía, hasta que se canso, pero dejo un zarpazo bastante profundo en esta. jadeando con una mirada de odio se alejo de la puerta.
— te lo dije... —hizo una pausa— aunque... si lograste dañarla un poco — miro hacia dentro de la habitacion por la marca que habia en esta— te felicito tu perdida de energía no fue en vano
— que quieres? — dijo la castaña en tono de molestia aun jadeando un poco —
— les traía comida, — le paso otro plato— toma, esto es para que su energía vuelva
Hubo otra pelea entre los dos adolescentes dentro del cuarto. A diferencia de la primera, en esta Ramón fue el ganador, golpeo a Ángela contra la pared y esta solo cedió a su derrota algo a dolorida. Con dificultad logro sentarse en el suelo tratando de reincorporarse.
— adoro ver este tipo de peleas — dejo salir una pequeña risilla — el caos se ve tan bien
— ah? — contesto confundido el azabache — ¡¡Ángela!! — salio a ayudar a su amiga— lo siento no era mi intención...
— no pasa nada... — interrumpió a su amigo en un tono de seriedad y se levanto con la ayuda de su compañero—
— ten — le dio el plato— come tu, no tengo hambre
— gracias...
Comenzó a comer, no quería morir de hambre, pero había algo diferente, la carne sabia diferente, decidió preguntar de donde la sacó a lo que el científico contestó...
— es carne humana, espero que les guste — dijo esto para luego irse —
Ángela se quedo en shok a punto de vomitar, se levanto del suelo y corrio a tomar agua. Regreso a la cama, a ver el mismo punto de antes, deseándose lo peor sin ganas de vivir.
—Ángela, no es tan malo, me comí tus sobros y no sabe mal
— no es eso...
— que es? — acercándose con cautela—
— quiero estar sola ok?
Ramón la observaba y una que otra vez tenían discusiones debido a que el trataba de ayudarla pero esta se negaba, lo de siempre
— Ángela? — se acerco a ella—
— estoy bien si? Deja me sola no quiero ver a nadie ni hablar con nadie
— pero...
— que me dejes sola, ¿¡¿que parte no entiendes?!?
— oye solo quiero ayudarte
— y yo no quiero recibir la ayuda — se sentó en su cama —
— Ángela deja me ayudarte
— que no, ya no quiero ¿¡¿ok?!?
— ok esta bien....
— gracias... — se acosto en su cama cubriéndose completamente con la sábana —
El sueño la venció, logro hacer lo que no había hecho desde hace unos días, varios recuerdos pasaron por su mente a modo de un sueño.
Miraba el atardecer con sus padres, era como si ellos siempre hubieran estado ahí con ella, la brisa chocaba con su pálida piel, estaba feliz tomaba la mano de ambos e intercambiaba miradas con ellos de vez en cuando
— ¡vamos! Quiero ver si encontramos luciérnagas y vemos las estrellas — menciono animada —
Los mayores se levantaron y tomaron su mano sin decir nada, esta vez la mano de ambos estaba fría, la chica los miro extrañada, pero no dijo nada siguió caminando junto a ellos. Al ver un prado esta corrió soltándose de la mano de ambos, al ver que no la seguían se giro a mirarlos
—¿que pasa? — se cuestiono mirándolos — ¿esta todo bien? N....no me siguieron...
— pequeña...—hablo su padre—
— no es que no queramos... — dijo su madre—
— debes dejarnos ir... Debes seguir adelante minina...
—¿a...a que s...se refieren? — con algunas lágrimas —
—adiós mi pequeña minina.... Te amamos siempre fuiste nuestra bendición — se despidió la mujer con la mano mientras tomaba la de su esposo con la otra—
— se fuerte, mi minina guerrera — el hombre hizo lo mismo y comenzaron a desvanecerse —
La chica miro como el viento se los llevaba en fragmentos de escarcha plateada, sollozo y corrió de vuelta a ellos pero sus piernas no le respondían como debía ser, hacia mucho esfuerzo y parecía estar alejándose cada vez mas de ambos.
— ma! Pa! N....no me dejen! — grito entre sollozos mirando el ultimo fragmento de ambos, sus bellas sonrisas que se fueron lentamente con el viento— ¡¡n....no!! — se tiro al suelo llorando como niña—
— Ángela despierta — repetía alarmado — por el amor de Dios despierta!!!
— ah! — despertó de golpe con lágrimas— p...papá... Snif... Mamá.... — miro al chico y fue abrazarlo este correspondió pero luego se separo mirándola—
— rápido, debemos salir de este lugar ya — seco sus lágrimas y la volvió abrazar—
— ah?.... — lo miro aturdida seguía con los recuerdos de su pesadilla—
— hay un incendió...
—¿¡¿q...que?!?
Ángela abrió los ojos como platos despertándose por completo, se acerco a la puerta de la habitación y se veía el humo afuera el cual comenzaba a entrar asfixiándolos a los dos, el olor a humo, las voces de los demás chicos suplicando ayuda era insoportable y poco a poco comenzaba a llenarse de humo, y cada vez hacía mas calor dentro del lugar, ambos comenzaron a alarmarse.
...
— ¿entonces ese es el fin?
—¡¡¡ que no me interrumpas Axel!!! — su ojos pasaron de ser verde esmeralda a ser rojo sangre exaltandose —
— lo siento... —este bajo la cabeza—
— bueno al parecer quieres quedarte más tiempo en el bosque
—¡¡no!! Prosiga
— gracias, ¿en donde quede? Ah si el incendio...
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