III
El tiempo paso, dos días específicamente , Melanie saco a Ángela de la jaula ella salio con la cabeza gacha sin decir nada,
— espero y esto no suceda de nuevo — esta tomo a la castaña bruscamente del mentón –
La castaña subió a su habitación, abrió la puerta de mala gana y miro el gabinete donde guardaba su espada, la abrió y un recuerdo rápidamente llego a su mente haciéndola derramar unas cuantas lagrimas ...
— oye papá — llamo la atención de este—
— dime minina — quitó la vista del monitor para verla con una sonrisa— ya sabes que quieres de cumpleaños?
— Si, solo quiero pasar el rato contigo — sonrio— tienes tiempo?
— mm... Dejame revisar mi agenda — reviso una agenda falsa y miro a su hija— tendré tiempo la otra semana — río a lo que la chica se quejo de forma tierna y divertida— si si tengo tiempo, pero creo que tu eres la que no tiene por ahora
— ¿a que te refieres? — alzo una ceja mirándolo confundida — ya termine mis deberes, también hice mis practicas diarias de idiomas, canto y guitarra, ordene mi cuarto aunque, no tenia mucho que hacer — enumero con sus dedos — tambien estuve afuera un largo rato alimentando a los coi... ¿que mas falta pa? — dijo fastidiada a lo cual río el mayor—
— ve a tu cuarto —fue lo único que menciono y miro luego su computadora— luego me cuentas
Extrañada la chica subió a su habitación encontrándose con la espada acomodada en su cama, siempre la había querido, corrió rápidamente a la oficina de su padre y lo abrazo entre lágrimas .
—¡ gracias! — dijo abrazándolo —
— por nada minina — correspondió — dejame guardar este documento y nos vamos de paseo, le diré a Connie que te cocine lo que quieras mientras estamos fuera
Ese fue el ultimo momento feliz con su padre, tomo su guitarra y comenzó a tocar una melodía lenta, la favorita de su madre, estaba inspirada en ello mientras lentamente bajaban las lágrimas por sus mejillas, al terminar de tocar suspiro, se sentía mas tranquila aunque se desanimo continuaba, la musica eran una de las cosas que la mantenían en pie.
— Ángela — dijo una voz dulce del otro lado de la puerta—
Connie tocaba la puerta, esperando que Ángela gustosa abriera, y así fue Ángela con una sonrisa abrió la puerta, solo ella le quedaba, y merecía sus sonrisas aunque la chica estuviera quebrada, siempre le mostraría una cálida sonrisa a la de ojos avellana
— hola Ange que tal? — dijo esta devolviéndole el gesto —
— bien
— me alegro, veo que has mejorado con la guitarra, ¡felicidades! — dijo alegre— tal vez pronto te encuentres en un escenario tocando frente muchas personas — acaricio su mejilla—
— gracias, si tal vez pase — rio levemente—
— que bien que sueñes Ange — dijo Melanie detrás de ellas — pero tienes que saber que no todos los sueños se cumplen
La sonrisa de Ange se desvaneció al instante, bajo la mirada y regreso a su cuarto sin decir palabra alguna, cerro la puerta con llave y tomo de nuevo la guitarra en sus manos
— no fue muy cruel? —le dijo la cocinera a su jefa —
— no, hay que ser realistas
— pero también hay que luchar por sus sueños
— pero yo no he visto cantantes, guitarristas ni a ningún famoso que se crea un animal — dijo indiferente— así que no creo que pueda, seria una raya tanto para su reputación como para la de los Blake.
Ángela escuchó toda la conversación, le dolía que la discriminaran solo por el hecho de que era diferente, " ser diferente no es malo" le decía su padre seguido, cosa que la reconfortaba y mucho pero el ya no estaba así que cada día era peor.
Lloraba en su almohada, no sabía que hacer, estaba sola, Connie se la pasaba ocupada, no tenia amigos con quien contar y sus padres ya no estaban para apoyarla, eran los únicos que apoyaban el hecho de que se creyera gato, de allí su apodo "minina" o "gatita". Estaba sola en su cuarto a oscuras, cuando tocaron la puerta de nuevo, le pasaron una nota por debajo de esta.
" en la tarde te llevare al zoológico a ver la nueva pantera que presentarán hoy, ese es mi regalo por que mejoras te con la guitarra, y no te sientas mal por lo que dijo la señora Melanie, se muy bien que si podrás llegar a eso
Att: Connie "
Su sonrisa regreso, amaba los animales y Connie lo sabía, la poca ayuda que Connie le daba la apreciaba mucho, era una mujer maravillosa a pesar de que no era nada de ella la traba como si fuera una hija y por eso Ángela la amaba como una madre.
Llego la hora de ir al zoológico, Ángela se coloco una sudadera negra con las mangas grises, tomo sus auriculares junto con su teléfono y un bozal negro con una franja, siempre se lo colocaba la fama que tenia su madre la obligaba a ocultar parte de su rostro, fue a la puerta y salio de la casa con Connie, coloco una canción en su teléfono y se colocó la capucha para proteger se del sol.
— y que tal te sientes?
— bien — contesto en tono alegre — sabes que me gustan mucho los animales
— si, oye quería preguntar algo
— si?
— por qué te gustan tanto los animales?
— la respuesta es simple, los animales son mejor que las personas, claro hay excepciones, por ejemplo tu no eres mala pero muchas otras personas no les importa lo que sientes y tampoco les importa el daño que causan, los animales no son así — contesto Ángela de una manera simple—
— ah ok... Y cuando los animales te atacan? Te lastiman así que no son muy diferentes — volvió a preguntar —
— los animales atacan sin intención alguna, ellos lo hacen cuando se sienten amenazados o por instinto
— algo así como cuando tu atacas? — pregunto Connie sin pensar que le dolería a Ángela
Ángela se quedo callada por un momento... Pensando en que contestar, esas palabras había sentido como espadas su corazón, las palabras pueden ser crueles si no sabes como usarlas, solo tienes que acomodarlas de una forma estratégica para matar el alma y los sentimientos de una persona...
—... si — suspiro— así es...
— ay perdon Ángela no me imagine...
— tranquila, se que no lo has hecho a propósito — la interrumpió — además esta es mi realidad
Hubo un silencio incomodo durante todo el camino, solo se oían sus pasos y las voces de las demás personas a su alrededor.
Llegaron al zoológico, Ángela estaba muy emocionada, parecía niña en Navidad, todo le parecia muy interesante, pero esto se acabo cuando llego la hora de irse, o al menos Connie se tenía que ir, Ángela no quería marcharse aún, quería quedarse un rato más y pasar por la tienda de animales a ver a los gatitos, Connie le dejo algo de dinero para el bus y si veía algo lindo para ella y luego se fue
Ángela hizo eso, se quedo un rato mas mirando a la pantera bastante entretenida, pero antes de salir del zoológico se choco con alguien
— argh ¿puedes ver por donde vas? — dijo en un tono de molestia —
— lo siento, estaba en el teléfono y no me fije — dijo un chico de ojos azules y cabello negro— estas bien? — la ayudo a levantarse—
— si claro estoy perfectamente bien... — dijo con ironía —
— perdón — el chico bajo la mirada— es que tiendo a ser algo torpe
— esta bien, no pasa nada, ¿cualquiera se equivoca no? — se calmo un poco y miro al chico —
— Si — le tiende la mano— soy Ramón
— soy Ángela — ambos estrecharon las manos— encantada, aunque me haya lastimado por ti— coloco una mueca sarcástica bajo su bozal y se lo quito —
El chico al mirarla la reconoció al instante, Ángela no era una chica de pasar desapercibida, a pesar de esto, Ramón se mantuvo tranquilo.
— enserio te lastimaste? — preguntó preocupado— De verdad lo siento mucho señorita Ángela.
— tranquilo pero estoy bien, ya se me pasará, solo dime Ángela — sonrio—
— eso esperó, y a donde vas?
— iba para la tienda de animales, a ver a los gatitos y a los demás animales
— te gustan los animales? A mi también
— que bien — sonrió Ángela —
— puedo acompañarte?, me seria un honor acompañarte
— bueno esta bien — comenzó a caminar seguida por Ramón — solo... Tratame como una persona normal — coloco nuevamente su bozal —
Ambos chicos salieron del Zoológico con rumbo a la tienda de animales, ambos iban hablando y riendo, Ángela seguía desconfiando un poco del chico pero eso no seria por mucho...
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