II
Eran altas horas de la noche, en la carretera iba una mujer no muy anciana ni muy joven, de aproximadamente 38 años de ojos azules y cabello negro lasio. Estaba muy concentrada en el camino, su mirada era sombría y vacía, púes recientemente llegaba del entierro de su esposo, en la parte de atrás del auto se encontraba una chica, adolescente de 16 años, con orbes marrón claro con tonalidades verdes que se encontraban opacos, su tez algo pálida debido a que no se exponía al sol ya que su piel era sensible a los rayos ultravioleta de este, su cabello era de color castaño algo rojizo que le llegaba mas abajo de la cintura. Esta se encontraba mirando por la ventana centrada en sus pensamientos, se le notaba apagada y en sus mejillas aún tenía las manchas de sus lágrimas .
— Ángela? — menciono la mujer sin obtener respuesta— Ángela Blake!!! — pronuncio nuevamente algo molesta—
— diga — respondió sin ánimos la de 16—
— espero que la muerte de tu padre no afecte en tu rendimiento con las cosas del hogar
Si Ángela era la que hacia todo en la mansión,¿por qué? Bueno su padre a pesar de ser muy adinerado no quería tener sirvientes ya que no quería molestar a una persona aunque le pagaría, pero el no sabía que en la casa su esposa explotaba a Ángela con los que deberes, tratándola peor que una esclava...
— esta bien — menciono a medias —
Su padre tenia bastante dinero, suficiente como para darle a Ángela y su nueva esposa Melanie una vida llena lujos, lo cual a la adolescente no le importaba, daría todo ese dinero por que su padre regresará. Ángela había heredado la mayor parte de la fortuna, pero su madrastra se lo arrebataria pronto como era de esperarse, la mujer contaba con gran astucia y estaria dispuesta a todo por hacerle daño a la chica.
— Connie!!! — grito desde la puerta a la cocinera— ya llegamos esperamos la cena
— si señora
Connie era muy sumisa ante su jefa y muy cariñosa con Ángela, ella era una señora de ojos avellana y tez morena, sus cabellos eran de color negro azabache llegando a la altura de sus hombros con una mirada dulce. Ella apreciaba mucho a la chica, desde que se conocieron se llevaron muy bien, ella era le que ayudaba con los deberes para así pudiera disfrutar de otras cosas
— Ángela ve a cambiarte
— esta bien
La chica solo hizo caso, no tenia ganas de formar una pelea así que subió sumisa y se encerró en su habitación hasta que la hora de cenar llegara.
La habitación de Ángela era grande, tenia un gran guardarropas, un montón de zapatos, libros, peluches, un escritorio, su cama y en la pared tenia un estante escondido donde guardaba una espada que su padre le había reglado una semana antes, antes de perderlo todo.
La chica se cambio, con su corazón destrozado y sin ganas de vivir se tiro en su cama boca abajo. Las ganas de llorar llegaron, sin nadie que pudiera ayudarla lleno su almohada de lágrimas de dolor. Era un daño irreparable el cual sabia que llegaría en un momento,lo que no se esperaba era lo repentino que puede llegar a ser la muerte.
La joven bajo las escaleras corriendo entre lágrimas , rápidamente detuvo a su padre en la puerta.
— ¡no vayas por favor!.... P... Puede pasarte algo ....
— tranquila cariño... Estaré bien, vendré en una semana — el mayor revolvió el cabello de su hija y esta lo abrazo—
— y si eso no pasa... Tengo miedo papá.... — sollozo un poco la chica —
— debes recordar que eres una chica fuerte y valiente... Tu madre y yo siempre estaremos en tu corazón... Nunca dejes apagar ese brillo interior, siempre se tu misma pequeña minina — acaricio su cabello y esta sonrió —
— esta bien... — tenia una leve sonrisa pintada en sus rostro— nos vemos en una semana... — beso la mejilla de su padre y lo dejo subir al taxi—
La joven, tras tener ese recuerdo, abrazo con fuerza uno de sus peluches Se trataba de un pequeño león de peluche, al cual llamaba "Toby" lo tenia desde pequeña y era su peluche favorito, seguía muy apegada al muñeco de peluche a pesar de tener 16, gran parte de su infancia la habia compartido con el pequeño León.
— ange? — menciono Connie del otro lado de la puerta golpeándola suavemente —
— si? — dijo con la cara en la almohada aún —
— la comida esta lista, por favor baja a comer te esperamos
La chica solo suspiro levantándose, se lavo la cara y bajo al comedor, allí ya la esperaban Connie y Melanie su madrastra... ¿Madre? No ella nunca fue una madre para ella, era mala, usaba las debilidades de la chica en su contra, era un enemigo mas a su lista.
— ange no vas a comer? — pregunto Connie algo preocupada ya que no había probado bocado—
— no tengo hambre — dijo esta seria mirando su plato mientras jugaba con el tenedor—
— Ángela Blake no dejaras comida, tienes que comerte todo — Melanie hablo esta vez, la voz de la mujer irritaba a la joven —
Ángela la miro y un gruñido salio de su boca mostrando sus colmillos al igual que un animal, desde pequeña se comportaba igual que un animal esporádicamente, jugueteaba como gato llegando a imitar una especie de ronroneo, de igual forma, gruñía , ciceaba o arañaba cuando se sentía irritada o amenazada. Sufría de licantropía, ese era el punto de las múltiples burlas y también lo que molestaba a Melanie.
— usted a mi no me gruñe jovencita — le regaño — tu no eres un animal
La castaña ciceo esta vez mirándola retadora, Melanie se acerco a esta con intenciones de tomarla de la gargantilla que llevaba puesta pero la joven le araño la mano en el intento. Melanie se quejo mirándola con odio, se giro y se fue de la cocina un momento.
Ángela miro a Connie, luego comenzó a comer directo del plato como un gato, así le gustaba comer cuando estaba en su casa sola, se sentía libre y esa era una muestra de ello, un golpe la hizo dejar de hacerlo y soltó un chillido de dolor al sentir el palo de la escoba golpear el centro de su espalda.
— ah no te gusta? Dejaras de comportarte como algo que no eres? — la miro la mujer amenazándola con darle otro golpe
— grrrr— volvió a gruñir la chica, esta vez mostrándose mas agresiva que antes —
— ah entonces quieres la jaula?
Esta siseo de nuevo, a lo que la "madre" de un rápido movimiento pudo tomarla de la gargantilla de la chica llevándola así a una jaula, era en donde la dejaba cuando se creía gato y así la dejaba el tiempo que quisiera. Ángela comenzó a maullar suplicante dentro de la jaula para que la sacarán, tomo los barrotes de esta sacando una de sus manos para tratar de alcanzar a Melanie en vano, odiaba estar allí, le resultaba desesperante y los tics comenzaron a invadir su cuerpo, comenzó a caminar apoyada sobre sus manos y pies al igual que un cuadrúpedo.
— te quedaras aquí hasta que te comportes — dijo esta antes de irse—
¿Y Connie? ¿Por qué no hace nada? Bueno ella no puede hacer nada al respecto, era su jefa y le bajaría su salario o peor la despediría sin tener éxito. Si le importaba mas su dinero que la chica solamente porque Ángela no es quien le da de comer. Ángela dándose por vencida se fue a un rincón de la jaula haciéndose bolita en el suelo mientras sollozaba y se abrazaba a si misma con fuerza.
Luego de que Melanie se fue a dormir, Connie fue a el sótano que era donde se encontraba la jaula, le llevaba un plato con ella, la comida de Ángela, le llevaba comida cada que podía, cuando su jefa no la veía ya que no estaba de acuerdo con alimentarla cuando esta era encerrada.
— Ángela? — le llamó —
— prr? — se levanto y camino hacia ella—
— ten — le paso el plato de comida que ella no se había comido — come algo
Ángela comenzó a comer, tenia una mirada triste, Connie paso su mano entre los barrotes y acaricio la cabeza de la joven, sabia que no era fácil para ella, la chica levanto su rostro con una mancha en su nariz gracias a la comida, la señora se la limpio con ternura soltando una risilla, por otro lado Ángela solo apoyo su cabeza en los barrotes para que le acariciaran
—ay ange, si pudiera ayudarte — comenzó acariciarle— se que es muy duro para ti...
—... N... No quiero continuar... — dijo en un hilo de voz para si misma luego comenzó a ronronear-
La chica se recostó en el suelo frío mirando un punto muerto mientras Connie le acariciaba, fue cerrando los ojos poco a poco, era consciente de que seria el comienzo de su pesadilla.
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