OO4 | Sweet meeting

Nayeon se las había ingeniado para convencerlo y ahora Jimin estaba parado en medio de una fila de muchachas que no dejaban de hablar en secreto a su alrededor. Suponía que le conocían, porque si le había llegado aquél video de Yoongi a sus redes sociales privadas estaba más que claro que no era precisamente un espectador anónimo.

Conforme los minutos pasaban, los fanáticos gritaban fuertemente el nombre de la persona que daría el show ese día. Persona que él solía conocer muy bien, tanto que podría refutarle a cada una de las presentes aquellas ideas erróneas que tenían sobre él.

— No tenía idea de que Agust había aprendido a tocar la guitarra de adolescente... Creí que no tocaba ningún instrumento — comenta una fanática a un muchacho a su lado.

— ¡ Pues te equivocaste!

Error. Yoongi no sabía tocar la guitarra en ese momento, pero si tocaba el piano — y muy bien. De todas formas no podía culpar a sus fanáticos, la empresa que manejaba su carrera estaba haciendo desastres con su personalidad y no hacía falta mucha atención para notarlo. Sabían lo que la empresa quería que sepan de Yoongi, exceptuando esa única vez que se atrevió a revelar su pasado con él. Francamente le daba pena darse cuenta de que lo que conocían del rapero podía ser nada más que una fachada.

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Taehyung se pasó los últimos quince minutos previos al show gritándole a todo el staff. Cada uno de los empleados entendía el estrés bajo el que estaba el joven muchacho: la viralización de ese bendito video, las juntas para discutir cómo desviar la atención de los medios y la rebeldía de Yoongi. Porque claramente Min no estaba dispuesto a arreglar algo que no consideraba un problema.

Debió imaginarlo, si.

Lo único que no entendía era porqué debía dejar ir algo que ha aumentado varias veces sus ganancias como idol: su polémico perfume siendo agotado tres o cuatro veces, su equipo teniendo que agregar varias funciones por la alta demanda. ¿En qué universo lo que sea que causó esto es malo?

— ¡Agust D, tienes un minuto para llevar tu trasero a ese escenario! — le grita desde el exterior de su camerino.

Obedeciendo — harto de escuchar su fuerte voz —, Yoongi arregla su flequillo en el espejo y sale del lugar. Directamente se dirige al iluminado espacio que él reinaría por casi dos horas, sin cruzar una sola palabra con nadie.

Sus fans estaban algo distantes con él. Ya no le enviaban tweets hasta el cansancio, ya no veía su nombre en tendencias y aunque seguían agotando sus productos y votando por él en premiaciones se sentía extraño. ¿Acaso se habían enojado con él por lo que les contó en ese fan-meeting? Había escuchado casos de celos enfermizos entre fanáticos y idols, sinceramente no deseaba experimentar uno. 

Pero sus fans no son así, ¿no? Podría sólo ser una mala racha.

Sus preocupaciones se esfuman al momento en que su hermoso rostro es visible ante el público, quienes lo recibieron con ensordecedores vitores de alegría y entusiasmo. Él no lo sabía aún, pero en esas primeras filas que aún no llegaba a ver por las brillantes luces y su ubicación, estaba sentado un nervioso Park Jimin.

Vestido con aquello que Nayeon había planeado — casi estratégicamente — para él, el abogado observaba a Yoongi comenzar su show. Claro, ignorando por completo su presencia.

Las primeras cuatro canciones dan inicio al tan esperado concierto de Agust D, quien recorrió el escenario principal en su totalidad. Aún le quedaba por recorrer en la segunda mitad ese escenario que ama llamar "la pasarela", dada su similitud a una real.

Jimin pudo constatar en vivo y de cerca que él seguía siendo el mismo muchacho que aspiraba a ser un gran rapero. Los mismos movimientos, gestos y pasos que solía admirar sólo él eran ahora llevados a cabo por una versión un tanto mayor de Min Yoongi. Más allá de esa extraña imagen que lo disfraza en la actualidad, seguía escondiendo en lo más profundo al hombre que alguna vez amó.

Bueno, que ama. Que nunca dejó de amar.

— ¡Hola a todos! ¿Cómo han estado? ¿Han podido comer bien hoy? — todos responden un coordinado "si", en lo que el artista se dedica a tomar bastante agua y a recuperar su aliento — Me alegra mucho que todos ustedes estén aquí... No suelo abrirme demasiado con estas cosas, pero realmente pensé que un estadio de esta magnitud sería imposible de llenar... ¡Muchísimas gracias! Y si me permiten, quiero avanzar a mi parte preferida del día de hoy — sonríe.

Adelantándose a la segunda mitad del concierto, Yoongi toma la iniciativa de recorrer la pasarela aunque no haya sido esquemado en los ensayos aún. Siempre amó acercarse un poco a sus fanáticos y estrechar sus manos, quizá tomarse una selfie con sus teléfonos y esas cosas que los artistas suelen hacer. Pero el público comenzó a gritar más fuerte de lo común, mucho más fuerte que todas las anteriores ocasiones en la que se acercó a ellos.

Y fue ahí que lo notó.

En una camisa blanca y holgada con tenues destellos, el dueño de sus recuerdos más hermosos estaba sentado en uno de los asientos de las primeras filas. Llevaba su cabello negro — su color natural — y prolijamente cortado, porque siempre odió cualquier tinte de cabello. Es gracioso, pero Yoongi solía pensar en cuanto le hubiese reprochado Jimin si ambos hubiesen estado juntos cuando decoloró su cabello hasta llegar al rubio.

Pudo haberse detenido a observar mejor a Jimin, de no haber notado como sus ojos buscaron los suyos. Y los encontraron.

A pesar de los años que pasaron no tenía dudas de quién lo miraba era el amor de su vida. Ambos crecieron un par de centímetros, ganaron o perdieron algunos kilos, ganaron masa muscular o cambiaron algo en su apariencia, pero aún así podrían reconocerse hasta en las más extrañas condiciones.

Una enorme sonrisa aparece en su rostro, quizá recordando algún momento especial del pasado.

— Sepan disculpar, he de tomarme unos minutos de receso... Pero no se pongan tristes, ¡como recompensa quizá les enseñe un adelanto de mi nuevo title track!

Sin escuchar la respuesta, Yoongi deja de mirar a Jimin y corre al detrás de escena, sin quitar la sonrisa de su rostro.

— ¿Qué te sucede, Yoongi? — pregunta Taehyung — ¿Te sientes bien?

— ¿Yeonjun está aquí, cierto? Necesito pedirle un gran favor...

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