— Entonces....— comienzo — eres de la reserva.— quiero golpearme apenas digo eso pero el ríe y parece aliviado de que yo haya comenzado la conversación.

— Si ¿y tú?— dice intrigado.

— Nací en Texas, en el Sur. Bonito lugar si no cuentas las guerras territoriales vampíricas.— digo restándole importancia.

— Eso no suena muy seguro — dice dudando cuando me detengo de golpe al ver una caracola medio enterrada en la arena. Me agacho y tiro de ella, sale con facilidad y es muy colorida, — Me encanta. — suspiro.

Se arrodilla a mi lado y me la quita suavemente, — ¿Quieres que haga un collar con ella?— pregunta tiernamente.

— ¿En serio puedes hacer eso?— exclamo incrédulamente y luego añado entusiasmada — ¡Sería genial!.

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Acostada en la cama de la habitación de Rosalie estoy rememorando su sonrisa de ternura al oír mi exclamación.