El estado de shock en que se encontraba en ese momento además de su rostro, era todo un poema, lo sé, él lo expresaba tan solo con admirar su asustadizo perfil.
Nunca pensó que llegaría este momento. El saber que tendría que ser padre de familia.

No soltando ninguna palabra y sin nada en que pensar solo podía ver un suave sweater rosa pastel se pegaba al níveo pecho, de manera un tanto despreocupada, pero que no había nada que hacer contra el clima.

El día era gris y sin brillo alguno, extremadamente frío pero a él no le interesaba nada además de su salud, con sus protectores brazos cuidándolo y protegiéndolo.

Sus suaves mejillas contra el pecho de LuHan, y anaranjados cabellos revoloteando sobre la nariz del mayor.

Un suave olor a fresas impregnaba sus fosas nasales con cada respiración que daba.

Algunos niños pasaban por el parque sin más, jugando y siendo libres. Sin preocupaciones del futuro o cómo mantener una familia.

Todo tan simple y fácil, tan... cómodo.

Un pequeño balón de un chiquitín llegó hasta sus pies, separándose suavemente del abrazo del chico con suaves mejillas regordetas, admira al pequeño con no más de 5 añitos, con lindas facciones y grandes ojitos rasgados.

¿Así sería el bebito que estaba dentro de Minseok?

¿Así de chiquito? ¿Bonito e indefenso?

Muchas dudas pasaban por su cabeza.

Pero la que más le aterraba era el si podría ser capaz de ser un buen padre para el pequeño bebé que se estaba desarrollando en el aún plano vientre de su novio.

Algo lo aterraba.

No sabía si sería el aún ser menor de edad.

El regaño de sus padres por no ocupar protección.

La no aceptación de su bonito novio.

O el que dirá la gente.

Sin percatarse que la pelota roja todavía sigue entre sus pies, se la entrega al infante en sus manitas.
revuelve suavemente sus azabaches cabellos y regalándole una suave sonrisa, tal como se la daría a su hijo cuándo comenzará a correr, aprender andar en bicicleta o simplemente llego con una mala calificación a casa.

Tal como sus padres lo hicieron siempre con él.

Mirando alrededor del jardín, el día ya no era tan gris y frío como hace unos minutos atrás cuándo el pequeño Kim llegó llorando hasta sus brazos contándole que había una pequeña cosita dentro suyo.

Las estrellas estaban abriendo paso a la iluminada noche, sin más viendo como su amado estaba siendo iluminado por la luz del cálido satélite, solo puede llegar atinar a sonreír con calidez.

Avanzando lentamente hasta quedar frente su novio, toma sus blanquecinas ya sonrosadas mejillas entre sus manos. Pasando uno de sus falanges por estas, se acerca lentamente hasta posar sus labios contra los adversos sin más.

Dándose amor belfo contra belfo sonríe en medio de la acción realizada, ya no sentía miedo, dudas o preguntas sin respuesta.

Había un bebé dentro de su novio.

Todos debían aceptarlo sin más, un ser estaba creciendo fuertemente dentro de su novio.

Posando una mano en el plano vientre solo puede emocionarse de sobre manera.

Un pequeño obsequio era este chiquito.
El amor que se profesó con su novio dio como resultado a la pequeña cosita.

Una cosita hecha con amor, aprecio y sobre todo llena de deseo.

Esto no sería un error, sería un comienzo.

Un lindo comienzo para pasar su vida al lado de a la persona que ama.

Kim MinSeok.

                                 [☁️🐿🍼💛]