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Pov Nagisa.


Un abrazo podía brindarte todo lo que alguna vez te falto. Ya sea compañía, amor, amistad, apoyo entre muchas cosas mas que te falte. En cualquier persona. En cualquier momento.

Mire tristemente los ojos de Karma.

Perdió su brillo.

O al menos el poco que aun existía en el.

Me acerque suavemente temiendo que se asustaría, como un pequeño animalito. Y lo abrace, intentando en esta manera, darle el apoyo que necesitaba y la tristeza que los dos teníamos por la pérdida.

Karma, mientras daba pequeños hipos por el llanto, correspondió mi abrazo débilmente.

Para un Alfa, era ridículo mostrarse débil ante un omega, ante alguien. Se suponen que son fuertes, que nadie se merece verlo en esa situación.

Pero aun así.

Karma me mostró su debilidad, y aunque yo este de la misma o peor, lo protegería y nadie lo vería así.

Empece a darle pequeños besos en su cabello, mientras el escondía su cabeza en mi cuello para buscar mi olor para tranquilizarse.

La mezcla de olores me hizo sentir feliz, era como tener un pequeño nidito en su habitación. Nunca pensé que tendríamos "esto" en una situación como esta, pero aun así, me sentía lamentablemente bien.

-Karma...-Susurre lo mas cariñosamente a su oído, aunque ninguno lo admita, nos necesitábamos.

-Quédate conmigo hoy...-Me susurro de la misma manera haciéndome estremecer, lo abrace mas fuerte- H-Hoy no te alejes de mi...

-...-Solté una pequeña risita entre mis lagrimas- Nunca lo haré...

Lentamente, nos dirigimos a su cama para tumbarnos sin deshacer el abrazo. Sentí... Me sentí querido a su lado. Me acosté en su pecho, temiendo, que esto sea solo un sueño. Que esto nunca existía.

Pero esos sentimientos fueron sacados en mi mente, porque en un sueño no sentiría la calidez que el me emenaba, sus lágrimas chocar con mi rostro y sus manos apretarme hacia el.

-Perdón...-Dijo el cerrando sus ojos.

-Porque? -Pregunte sin entender.

-Por... Todo lo que te cause...-

Le habría peguntado mas, a que se refería o si simplemente lo decía por decir, pero cayo dormido. Él necesitaba descansar, sus ojeras marcaban que hace tiempo no dormía bien por la pérdida de Koro-sensei. Lo entendía, al menos en gran parte, pero no por completo. Yo también caí dormido, pero esta vez no solo en mi habitación, si no...

Caí dormido en sus brazos.

Si pudiera decidir que mejor lugar había ademas de estar en la cima de aquel árbol, diría, que seria en sus brazos.

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