📚La firma de libros📚

Otro día más en el que Octavinelle estaba en lo suyo, Ashengrotto estaba siguiendo su rutina diaria que ha sido sencillamente ver sus contratos y ordenarlos, hacer más, encargarse del Mostro Louge, etc. Si no fuese por que uno de los gemelos Leech había ido a pedirle un favor; uno que cambiará su estilo de vida.

— Una firma de libros ¿Por que debería ir contigo?

- Expreso aquél joven de lentes mirando al amante de los hongos, Jade Leech, claro era que tenían un día libre y permiso por parte de Crowley para ir a un lugar ya que él era muy "amable" así que Jade quería ir a una biblioteca en la isla donde estaba una ilustradora que le gustaba por sus exactas y precisas ilustraciones en los libros sobre hongos que él tenía por lo que quería ir a las firmas ya que ella había sacado su propio libro sobre dicho reino fungi.-

— Floyd no quiere ir por que está ocupado, al menos podrías solo esperarme y ya, no tardaremos

- El de lentes terminó accediendo, al momento en el que iban a partir, pensaba que no era algo realmente impactante a su poco interés hacia los hongos ya que Jade tenía un interés... Curioso.-

— ¡Es ella! ¡Kasumi Haruno!

- Azul miró a la dama que Jade había mencionado, en ese momento fue en el que sintió que su corazón dió un saltó, cabellos azules oscuros y ojos de dichos colores, sonrisa gentil y cálida, sus manos eran finas y sus dedos tenían esa característica igual, finos y delicados, como si fuera una muñeca; esa joven, era un ángel para Azul, ¿Amor a primera vista? No lo sabía, tal vez solo era por la atracción física ante la belleza y pureza que sobresalia de la chica, además quizás no se atreviera a acercarse, a su vista, era la mujer más hermosa que había visto.-

— Ire a que me firme mi libro, espérame aquí Azul

- El mencionado sólo negó rápido para seguir al de cabellos turquesas.-

— Ire contigo Jade

- Tenerla cerca, eso era lo que quería Ashengrotto, ella tenía algo que le llamaba la atención y quizás sea la última y única vez en la que podría verla.-

— Entonces a nombre de Jade Leech, entendido

- Hasta su voz, era tan dulce, calmada y relajante; tan amigable, ver como inclusive los mechones de sus cabellos solían cubrirle un poco el rostro debido a lo mismo, hasta el cómo pasaba los mismos tras su oreja, a Azul le gustaba.-

— Azul, vámonos

- No, no quería irse tan pronto, ¿Ella podría ser la indicada? La mujer que no esperaba que llegase a su vida.-

— Espérame, eh yo... Soy Azul Ashengrotto, un gusto señorita

- La fémina le miró para sonreír dulcemente, el de cabellos platinados nuevamente el corazón le brincaba de emoción.-

— Kasumi Haruno, el gusto es mío

- Este era el inició de la historia más dulce que podría imaginarse el chico, Jade Leech era testigo del cómo su lider de dormitorio estaba completamente perdido por esa dama peliazul.-

𝓜𝓲 𝓭𝓾𝓵𝓬𝓮 𝔂 𝓯𝓻𝓪𝓰𝓪𝓷𝓽𝓮 𝓭𝓪𝓶𝓪, 𝓺𝓾𝓲𝓮𝓻𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓼𝓮𝓪 𝓾𝓼𝓽𝓮𝓭 𝓵𝓪 𝓺𝓾𝓮 𝓶𝓲 𝓬𝓸𝓻𝓪𝔃𝓸𝓷 𝓽𝓮𝓷𝓰𝓪 𝔂 𝓼𝓮𝓪 𝓼𝓾 𝓭𝓾𝓮𝓷̃𝓪

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