07.
Tomé suavemente de su brazo sin llegar a lastimarlo, con lo poco que escuché sabía que no era mala persona.
Pregunté por mi doctor de cabecera cuando llegamos a recepción, una enfermera muy amable me atendió y me dirigió con el Doctor Yang.
–no tienes porque hacer esto, estaré bien. –agarré de su muñeca cuando él hizo el intento de levantarse.
Con la mirada hice que el se vuelva a sentar.
–no tengo cómo pagar todo esto, lía–reprochó.
–quédate quieto por el amor a Dios.
Su Respiración fue profunda y solo alcance a ver cómo asintió con la cabeza.
El doctor había salió a recibirme y con una reverencia hizo que ingresemos a su consultorio.
–tanto tiempo señorita Kang.– sonreí amablemente.– ¿Qué la trae por aquí?. –empezó a escribir en su computador.
–mi compañero tuvo un accidente y necesito que lo revise, por favor.
Mi acompañante se lo veía cohibido, tomé su mano y se sobresalto ante mi toque, su mano se sentía sudada y un poco helada, cosita.
–pasé por aquí.–jungkook asintió y siguió sus pasos hacia otro consultorio, pero no sin antes regalarme una mirada de ¿dolor? No sabría cómo decirlo.
Cuando desapareció de mi campo de visión di un suspiro y a la vez una mueca de dolor, el tacón me había lastimado.
Necesitaba saber un poco más sobre mi chiquito, ¿a que se dedicaba realmente? , ¿por qué estaba así?, ¿tendría familia?, tantas preguntas que necesitaba si o si encontrar
respuestas.
Media hora después el doctor había aparecido de nuevo sentándose en su lugar.
–¿y bien?–me acomodé mejor.
–el joven tiene su costilla izquierda lesionada, algunos moratones en su abdomen, y su labio partido. al parecer le han pegado muy fuerte, pero aún así no llego a afectar sus órganos en general, le hice unos analices de sangre, en unos momentos se los haré llegar.
Mordí mi labio inferior como signo de nerviosismo y preocupación.
–por el momento está en observación y con suero, podrá pasar a verlo en unos momentos, pase por recepción para que le hagan su factura.
Dicho esto el se vuelve a retirar del consultorio para atender a más pacientes, yo por mi lado empecé a caminar con pasos lentos buscando mi tarjeta para pagar sus medicinas y demás.
Mi celular empieza a sonar repetidas veces viendo desde la barra de estado como me mencionaban en una foto, no le presté atención y seguí con mi trámite.
Aún con el dolor de mis piernas fui a la habitación 26 donde se encontraba jungkook, se lo veía un poco pálido y con unos que otros sueros, el enfermero me dijo que le faltaba vitaminas y que tenía un poco de anemia por no alimentarse bien.
Llegué a su lado, me senté y empecé a dar suaves toques en su mano.
–¿Cómo te sientes?–abrió un poco sus ojitos acostumbrándose a la luz de la habitación y a mi toqué. –el doctor dijo que en la noche te dará el alta.
–gracias. –susurro. –pero no debiste molestarte, ¿Cómo te pagaré todo esto?
–no pasa nada, pero primero que nada, cuéntame, ¿Quién te hizo todo esto?.
Su mirada divago un poco antes de volver a topar con la mía, dio un suspiro y habló.
–su nombre es Ho Seok, hijo del señor jung MinHo– se quejó un poco antes de acomodarse mejor en la cama. – su padre y él nos quitaron lo poco que teníamos, mi padre era un apostador compulsivo, no apostó la casa ya quien sabe porque.– río de lado y negó.
No emití palabra alguna, pero con lo poco que me dijo puedo buscar información y dar con él. Sabía quién era, sabía también a qué se dedicaba su padre.
–hoy...–mordió un poco su labio inferior. –Hoy si no le pagó lo que le debo, me volve... –corté su hablar poniendo mi dedo índice sobre sus suaves labios.
–es suficiente, descansa, ¿si?– movió su cabeza hacia atrás para separarse de mi toqué, relamió sus labios y asintió desviando su mirada.
Sonreí por lo tierno que se vio, Salí de la habitación, llamé a uno de mis chóferes para que se encargará de encontrar información sobre los Jung, saben cambiar siempre de lugar para que otros matones no den con sus paraderos.
Pero algo llamó mi atención, era una foto donde salía con mi becado, no bastó ni una hora para que aquella foto se hiciera viral estipulando cosas que no son, por ejemplo:
"seguro y ella anda con él."
"lo más probable es que ella lo haya ayudado con su atraco."
"que asco que una chica de prestigio y tan bella cómo lo es lía ande con un becado de su instituto."
"ya lo follo, conociéndola."
Rodé los ojos con tremendas estupideces que leí en las notificaciones.
(...)
–está todo listo, puede llevárselo, y por favor, no se olvide de sus suplementos, vitaminas y que coma bien.
Él doctor amablemente me dio la receta y reverencie dándole las gracias, fui a la habitación de mi chiquito, ya estaba preparado y listo para ir nos.
Una vez afuera el frío golpeó mi pequeño cuerpo, olvidaba que estábamos en temperaturas bajas, enrede mis brazos en el brazo de jungkook hasta que llegamos a mi auto.
Sutilmente se soltó de mi agarré poniéndose serio.
Abrí la puerta del copiloto esperando que él ingresará.
–no es necesario que me lleves, puedo ir me en un taxi.
–no te estoy preguntando, sube al auto. – ordené.
–no lo haré. –se paró firme y cruzó sus brazos.
–no lo voy a volver a repetir, ¡sube al jodido auto, jeon!– mi voz salió autoritaria llamando la atención de las personas que pasaban a nuestro alrededor.–por favor, hazlo.–sobe mi sien.
Sin más reproche tomé de su antebrazo y lo lleve hasta el asiento del copiloto poniendo su cinturón de seguridad, no pude aguantarme el ver sus ojos tan de cerca, sus labios finos y tan bonitos, me alejé de él enseguida y subí a mi lugar.
–no entiendo porque haces todo esto.–su tono de voz fue baja.–¿cómo pretendes que te pague esto?
–luego arreglamos este asunto y me pagarás.–gire en curva.– ahora dime, ¿en callé vives?
Sacó su celular—nada actualizado—y me mostró el lugar en donde más o menos vivía, el lugar era realmente lejos, Seocho-gu quedaba casi a una hora de gangnam.
El silencio que hubo en todo el viaje no fue tan incómodo, puse música, algo estilo clásico, intente hacer conversa para romper el hielo, pero se limitaba a responder.
Mi gps marcó el punto donde probablemente era su casa— y vaya casa— la verdad el barrio daba miedo, cuando estacione el auto, él bajo primero, sin mi ayuda y con miedo de que se llegase a lástimar.
Baje de igual manera, algunas miradas de señores que vivían por aquí estaban plenamente Posadas en mi y en mi auto, aún así con mi dolor de piernas seguí sus pasos hasta su puerta.
–ya te puedes ir, no es necesario que me sigas.
No dije nada y antes de tocar una señora se adelantó a abrir.
–oh cariño–la señora se alegró de ver a su hijo.–me tenías preocupada, mira la hora que es.
Su mirada viaja enseguida a mi cuando me ve a su lado parada.
–¿y usted es?–la señora frunció su ceño.
–perdón por ser mal educada–le hice una reverencia.–un gusto, soy Kang Lía.–extendí mi mano y la señora gustosa la tomó.
Me hizo pasar a su humilde hogar a lo que llaman casa, se ve que esto no está a nada de caerse, me brindó asiento en una pequeña silla que tenía por ahí, a pesar de ser adinerada, las personas que me cuidaban y trabajaban para mi me enseñaron a ser educada, humilde, pero mi humildad solo llega hasta cierto punto.
–disculpame, se ve que usted es una niña adinerada, no está acostumbrada a este tipo de cosas.
Jungkook se sentía incómodo aún por mi presencia, ¿se avergonzaba de haberme traído?
–tranquila, no pasa nada.– ella me brindó un vaso de agua la cual acepte con un poco de recelo y molestia.
Hubo un silencio sepulcral en el lugar, mi celular sonó haciéndome saber que mi chófer trajo lo que le había pedido en la tarde.
–me retiró, señora fue un gusto.–reverencie con mi cabeza.– aquí le dejo los medicamentos de jungkook, el día de mañana alguien vendrá a dejarles unas cosas y no aceptó un no por respuesta.
La señora me miró confundida cuando le dije sobre los medicamentos, ella mira a su hijo en busca de una explicación.
–te lo explicaré luego–jungkook le dijo a su mamá.
Me volví a despedir, ella me abrazó y se fue a la cocina, me acerqué a jungkook quien se tensó por mi cercanía.
–cosita.–se negaba a mirarme, tomé su barbilla haciendo que me mire fijamente.–cuídate, te necesito vivo para unas cosas, luego arreglamos cuentas.– besé la comisura de su labio y salí de la casa.
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