04.
Después de haber ingresado al aula obtuve varias miradas tanto de fastidio como miradas de ¿y ese tipo?,
Sin prestar mucha atención tomó asiento en mi puesto, muchos chicos me miraban enamorados como acostumbran hacerlo.
Después de una larga jornada de clase, esta llega a su fin, sin prestar mucha atención a lo que hacen los demás guardo todas mis cosas como de costumbre.
Una vez fuera fui al estacionamiento en busca de mi deportivo Buggati veyron en color negro. Aquí siempre me ponía a esperar a mi amiga para ir a algún bar a ver que se podía encontrar, a ambas siempre nos a gustado el sexo casual, nos gustaba divertirnos.
Después de haber esperado por varios minutos ella viene corriendo hacia mí ocasionando así ensuciar mis tacos gamuza color coral, me mentalice en no insultarla y mandarla quien sabe a donde.
–eres tan Hyerin, como siempre–
La mire seria, no era la primera vez que ella me hacía algo así, es más, debería estar acostumbrada.
–lo siento, lo siento, lo siento–lo repetía cada vez.
– ya no importa–acomodé mejor mi falda.
–prometo pagártelos–
Caminamos hacia mi auto y cada quien se subió en su puesto.
–si yo hago una lista de lo que me has dañado o ensuciado, créeme que ni vendiendo tu alma al diablo me lo terminas de pagar.
Puse el auto en marcha saliendo del lugar, ambas íbamos riendo y conversando sobre mi viaje.
–a la final– ¿cuéntame más sobre tu viaje? –ella siguió la conversación pendiente que teníamos.
–pues que te puedo decir–lo pensé unos momentos– fue maravilloso, y aún más porque fui sola, cada parte de París era muy bonito, sus comidas y sus costumbres y ni que se diga de sus hombres.
–vaya coqueta, ¿cuántos fueron?–
Con una mano en la ventana y con la otra en el volante, pensé detenida mente. Antes de salir de aquí estuve con uno de los hijos del presidente de Corea, luego de una semana cuando viaje, no hice nada más que conocer, en la siguiente semana en la fiesta del martes estuve con un pelicastaño alto, luego con mi compañero de cuarto, el jueves con la chica de enfrente de mi habitación y terminando la semana y con el que me quede metida, el chico del museo de artes, que para ser coreano realmente me hizo sentir las estrellas.
–cuatro chicos y una chica, yo fui la pasiva por si lo preguntas.– respondí sin vergüenza.
Ella solo se río y negó.
–vaya romea, me arrodilló ante usted–
–no seas estúpida.–gire a la derecha con dirección a nuestro bar favorito.
–oye es la verdad, jamás pensé que algún día mi alumna me superaría.–hizo con su dedo la forma de un ok.
Cinco minutos más y habíamos llegado a nuestro destino, bajamos y tomamos nuestro bolsito de teníamos las tarjetas y demás cosas.
Entramos al lugar y estaba más o menos lleno, para ser lunes me sorprendía.
Me senté en la barra junto con mi amiga y pedimos tequila doble, ella me habló un poco de lo que fue su experiencia en la nieve y bueno, ya sabemos como acabo.
Veía a los chicos pasar, uno más tonificado que otros, realmente habían coreanos que sí valían la pena, otros simplemente daban pena.
–oye por cierto–ella giro a verme–conocí al becado.
Gire mi puesto quedando frente a ella.
–¿cómo así?–bebí de mi vaso.
–¿cómo qué cómo así? En una de las clases de hoy, me tocó junto a él, y amiga que te puedo decir, ya le puse el ojo.
–que pena–puse mi izquierda en mi pecho fingiendo tristeza.
–¿por qué?–
–espera ahí–bebí por última vez de mi vaso y lo deje en la barra para volver a hablar–primero, yo lo vi primero, segundo, consíguete el tuyo.
–¿cómo estoy segura de eso?–preguntó alzando una ceja.
–fácil pues–le hice señas al barman para que me sirviera otro vaso–la primera hora la obtuvo conmigo.
El chico me trajo un martini y me sirvió, me sentía mareada pero aún seguía con mis sentidos bien puestos.
–puedes creerlo que cuando intente hablarle hoy, me ignoró–hablé dolida y enojada.
–no creo que a la mismísima Kang lía la hayan ignorado–
Ella tan amable hablaba alto para que todo el mundo la oyera pero para nuestra bonita suerte nadie la escuchaba.
–si, gracias, nadie se quiere enterar–ambas reímos.
–al fin y al cabo yo lo vi primero, por ende ese niño es mio, así que quita esos ojitos de mi chiquito no tan chiquito.
Podríamos ser las mejores amigas del mundo, pero cuando una le pone el ojo a alguien la otra respeta, así a sido siempre.
–bien–suspiro rendida–solo diré que el chico es tímido y difícil, le propuse el sexo ocasional y ni siquiera me respondió.
–tranquila, tu sabes que ante mi nadie se a negado, conmigo voy a utilizar la de siempre "lento, pero seguro."
–suerte con eso–cogio la botella y se la empino.
Mi vista divago por nos minutos en la pista de baile hasta que había encontrado a mi presa, me acercaría a él y por casualidad chocariamos y así podía utilizar mi carita tierna e inocente y ya, tengo al tipo comiendo de mi mano.
–vaya, a veces me sorprendo de lo hija de puta que suelo ser. –Hyerim giro a verme.
–es que la verdad no creo que jeong se me niegue, ¿o si?
Ella puso su mano en mi hombro regalandome pequeñas palmadas.
–lía–me regalo una sonrisa–tu lo tienes todo, además si lo veo difícil, o sea, el chico a duras penas y habla.
Calle por uno segundos al recordar lo de esta tarde, el realmente luce tímido, pero a la vez intimidante con esos ojitos de ciervito.
–me gusta lo difícil, es excitante.
Ella solo esbozo una sonrisa sin mostrar los dientes volviendo a su postura normal, luego de un par de vasos más ella se aleja de mí, también había casado a su presa.
Busque a mi chico y lo encontré sentado en uno de los sofás del lugar, él me miraba con una sonrisa de lado, así que le di un último sorbo a mi botella y me acerqué a él.
(...)
–uhmm... Si~–gemi haciendo mi cabeza hacia atrás, coloque mi mano sobre su cabello lacio empujandolo más adentro de mi intimidad.
Su lengua era majestuosa, estaba apuntó de correrme, así que se alejo de mi y metió dos de sus dedos penetrandome con ellos mientras jugaba con mi feminidad.
–¡oh por dios!– gemi alto cuando me corrí, sacó sus dedos de mi intimidad y se los llevó a su boca, esa escena que presenciaba era tan morbosa que realmente me gustaba.
Con la respiración aún agitada bajo del lavamanos y busco mi bragita para ponermela, obviamente yo también le di placer a aquel chico.
Una vez lista le doy un beso con un chasquido al final.
–gracias... –
–cheng– respondió él.
–si eso– señalé con mi dedo índice, gire sobre mi puesto, tomé mi bolsito y saqué mi maquillaje para retocarlo, no iba a salir como una loca.
El chico me regalo una nalgada antes de salir del baño de mujeres, porque si, esto aparte de baño también era un lugar para follar gratis.
Mientras caminaba por la multitud y buscaba la salida le escribí a Hyerim que me avisara cuando llegara a casa.
Ya en mi auto conduciendo con dirección a mi casa se me vino el recuerdo del becado y por alguna extraña razón imaginé que era él el que me ofrecía aquel placer dentro de ese baño.
(...)
–llegué–hice saber por toda la casa con esperanzas de que alguien me respondiera–me lo imaginaba.
Pase largo a mi habitación para bañarme y sacar de mi cuerpo este olor a borracha, prendí la calefacción de la ducha, hoy quería relajarme y olvidarme del estrés que me otorga la universidad y la vida. Aunque ni debería de quejarme.
Llame a una de las chicas que trabajan en mi casa para que hicieran el favor de subir mi cena.
Mi mente divaga nuevamente en el chico nuevo, él tiene que ser mío, necesito probarlo, necesito sentirlo, y eso será lo último que yo haga.
Mi chiquito no tan chiquito va a ser mio.
Y con este último pensamiento me tiro en mi cama a esperar mi comida.
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