甜蜜的夢 ; Capítulo único
Las hermosas rosas en un precioso campo era lo que sus ojos podían divisar, una linda cabaña estaba entre ellas. SeokJin cortó una de las rosas, pasando sus falanges por ésta, llevándola hasta su nariz para oler su exquisita fragancia.
A decir verdad, amaba este tipo de sueños, donde podía sentirse cómodo, donde no tenía que enfrentarse a una secta que quería matarlo o a una enfermedad que lo atacará.
Le gustaba, sí, pero encontró extraño en su sueño que, al momento de ingresar a la casa de campo, encontró el radio encendido, una taza de café en la mesita cerca de la chimenea y se podía presenciar un olor a quemado.
Podría carcajearse, claro, pero no lo hace ya que sabe que esa casa nadie la habita. ¿Cómo es posible que se haya quemado un platillo si nadie vive ahí? Es gracioso, pero no gracioso de risa, gracioso de raro. Siendo todo un gato curioso, decidió aventurarse dentro de la cocina en busca de esa persona que, además de invadir sus sueños, invadía su "propiedad".
Al entrar, el olor de comida quemada inundó sus fosas nasales y ahí fue cuando lo vió por primera vez a él.
No sabía quién diablos era, pero su físico era muy bueno, sin aceptar que era excelente.
El rostro del desconocido se transformó en uno preocupante y luego, bajó el rostro en señal de estar avergonzado. A SeokJin ese acto le pareció lo más tierno que pudo observar y su corazón se derritió como una mantequilla en un sartén.
— Lo siento, creo que quemé la cocina. — dijo aún con su rostro bajo.
— No te preocupes. — respondió con simpleza. — ¿Quién eres? — se acercó hasta él, tomando de las mejillas al hombre para acunarlas entre sus manos.
— No sé quién soy. — siguió mostrando una cara de asustado.
— ¿No sabes tu nombre? — el pelinegro negó. — ¿Cómo encontraste está cabaña?
— No lo sé, caminé por el bosque y la ví, pensé que había alguien así que entré en ella. — suspiró. — Es tuya, ¿cierto? Lamento lo que hice.
A pesar de la diferencia de altura entre el pelinegro desconocido y él, SeokJin dejó un corto besito en la frente del chico, tuvo que resistirse para no comerle la carita a besos. Simplemente el chico emanaba mucha ternura, sin embargo podía notar como esa ternura tendría una dualidad.
— No te preocupes. — acarició sus mejillas con cariño y sonrió. — Cada vez que te sientas solo o que no encuentres una salida, puedes venir aquí, a esta cabaña. No es mía, realmente, pero es mi lugar seguro.
El moreno sonrió y justo cuando tomó sus manos e iba a decirle algo, SeokJin despertó.
( . . . )
Han transcurrido dos meses desde la primera vez que lo vió y se atrevería a decir que estaba comenzando a gustar de una tonta ilusión que su cerebro había creado.
Amaba tener sueños donde iba a esa cabaña, porque sabía que el moreno de sonrisa bonita lo estaría esperando.
Sí, maldición, estaba gustando de un desconocido y que sabía, tenía muy presente que jamás conocería en la vida real porque no sabía absolutamente nada de él.
Ahora, ambos habían decidido tomar un paseo por la playa, mientras se tomaban de las manos y SeokJin le narraba lo agotador de su día.
— A veces me gustaría ser como tú. — soltó de la nada el más alto, balanceando las manos unidas. — Me gustaría saber quién soy, así poder llegar a conocerte algún día en persona.
— No sabes si soy real, no te deberías preocupar por eso.
— El problema es que me gustas, SeokJin, y me frustra saber que sólo puedo coincidir contigo en mis sueños. — el castaño se quedó perplejo ante tal confesión, deteniendo su andar. — Donde quiera que estés, prometo que te encontraré. — finalizó besando el dorso.
( . . . )
¿Fue acaso un sueño? Creí haberte visto, pero al abrir mis ojos volví a encontrarme en esta solitaria habitación.
Me pregunto si habrá manera de poder verte, pruebo con gentilmente juntar ambas manos por el inevitable mañana, como si hubiese pérdido la cabeza, sigo repitiendo; No importa dónde te encuentres, sé que siempre estarás en aquel lugar que acaba de visitar esa nube. Sí, sé que siempre estarás ahí.
( . . . )
Después de seis meses intentando buscarlo, llegó a la conclusión que nunca encontraría a su SeokJin. Sí, lo había buscado por cielo, mar y tierra, pero nada le aseguraba que él existiera.
¿Lo peor? Lo peor es que se enamoró del chico y no entendía la razón de qué su subconsciente borrará la imagen de su rostro. Lo único que podía recordar es que él es más bajito, nada más. Odiaba esa sensación.
Suspirando, decidió darse por vencido, quizás debería dejar ese supuesto enamoramiento y buscar una pareja real, como su amigo le había aconsejado.
Bueno, adiós chico de los sueños.
( . . . )
SeokJin desplegó una manta sobre el pasto de la colina, sentándose sobre ella para observar el cielo decorado con estrellas.
Hoy una aurora boreal se presentaría en el cielo, y muchas personas habían subido ahí para tener una mejor vista. Obviamente no quería estar cerca de ellos, por lo que prefirió irse hacia otro lado.
Lo que no sabía es que alguien en ese gentío tenía el mismo pensamiento que él, sin embargo, no creía que su lugar favorito para observar las estrellas estuviera ocupado por ese chico. No quería armar conflicto con él así que, antes de tomar asiento a su lado, preguntó si podía hacerlo.
— Uh... Hola, ¿puedo sentarme aquí? — señaló, el castaño asintió un poco dubitativo.
Esa voz.
NamJoon no quería que las cosas se tornarán incómodas, pues iniciaba a asfixiarse al sentir el ambiente así, por lo que volvió a hablar, intentando romper el hielo.
— ¿Vienes seguido por acá?
— No.
— Entonces, ¿has venido a ver la aurora?
— Así es, me llamó la atención y según una página que leí, decía que éste era uno de los mejores lugares para observar.
— Esa página no se equivocaba, este lugar es precioso para observar las estrellas. — asintió sonriendo. — ¿Sabías qué las auroras pueden cumplir deseos?
— ¿En serio?
— Sí. — el moreno se recostó sobre el pasto. — Sí la aurora te pudiera cumplir un deseo, ¿qué es lo que pedirías? — preguntó sintiendo el corazón sobre la garganta.
— Conocer al chico de mis sueños. — Seok llevó sus piernas a su pecho, recostando su cabeza entre sus rodillas.
— Y sí ya lo has conocido.
— Dudó mucho de eso.
— ¿En serio lo dudas, SeokJin? — volteó a verle, enarcando una ceja mientras sonreía de lado.
— ¿Cómo sabes mi nombre? No recuerdo haberlo mencionado. — el castañito se sentó en forma india y volvió a verle a detalle.
No, no puede ser.
— ¿Chico de mis sueños? — asombrado, dirigió su mano hacia la mejilla del moreno.
— Creo saber quién soy ahora.
— ¿En serio eres tú? — el pelinegro asintió.
— Kim NamJoon, ahora sí es un gusto, SeokJin.
Su príncipe azul era real, demasiado real, incluso seguía teniendo el mismo carácter que en sus sueños.
— Sí existes... — balbuceó aún incrédulo y con las lágrimas apoderándose de sus tiernos ojos. Sin poder aguantar más, soltó cortas lágrimas que limpió rápidamente.
NamJoon se sentó nuevamente y arrulló en sus brazos el cuerpo de Jin, sintiendo este temblar un poco. Brindó caricias en su espalda, tratando de que se calmará.
No podía ser cierto, ¿verdad? Debía ser otro sueño donde se encontraba con el moreno, pero... Le ha dicho su nombre, ¿en serio esto está pasando?
Sin poder evitarlo, hundió su nariz en el pecho de Nam, olisqueando el varonil perfume que su ropa desprendía y sin importarle el por qué las personas se asombraban, tomó el cuello de la camisa del moreno para estampar sus labios sobre los ajenos mientras un precioso espectáculo de la naturaleza se hacía presente en el cielo nocturno.
El pelinegro correspondió a su beso, pasando sus manos por su cintura. Hace mucho necesitaron un beso de esos. Lo había anhelado.
Ambos habían tenido lo que desde seis meses habían anhelado. SeokJin sabía quién era el chico misterioso de sus sueños y NamJoon conoció el precioso rostro del chico que robaba sus pensamientos, justo en la noche más preciosa del año.
Quizás luego tendrían una cita para ir a beber café o salir al cine, por ahora disfrutarán de esta noche, la primera noche luego de tantos sueños a su lado, felices porque ambos habían encontrado esa persona que había logrado convertir sus sueños normales en lindos sueños.
¿Quién dijo qué la aurora boreal no podía cumplir deseos?
( . . . )
Una fría brisa nos alcanza, extiendo mi mano y siento tu respirar, cerramos los ojos y entendemos que... Ya estamos juntos.
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historia basada en "stay" de bts.
espero que les haya gustado. </3
ᯤ̸ © damadekim.
15 % O7 % 22.
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