Capítulo 5: Distancia
Narra Jungkook
Habían pasado tres semanas, en las cuales Taehyung y yo aplicamos la ley del hielo, él no me miraba y tampoco hacía un esfuerzo por hablarme, yo tampoco. La verdad es que más que enojo siento decepción, el hecho de que no me escuchara me hace pensar en que quizás estuve equivocado al creer que él siempre me escucharía y me apoyaría a pesar de todo.
_ Tienes que estar bromeando Jungkook.- dice mi amigo en la pantalla.- ¿Cómo es que luego de tanto amor pasaron a esto?- pregunta.
_ No lo sé.- suspiro.- Te necesito Jimin, siento que moriré de tristeza, o por el contrario, de enojo.- murmuro.
_ Lo siento, nuestro viaje se alargó más de lo previsto.- una sonrisa se escapa de sus labios.
_ No sabes cuánto me alegra que estén juntos.- sonrío, aunque parece una mueca.- Quisiera estar más feliz por ti, lo siento...- susurro.
_ No te preocupes, sé que estas en una posición complicada justo ahora y que no puedes alegrarte tanto como quisieras.- asiento con la cabeza.- Te conozco Jungkook... Y sé que estar peleado con Taehyung te duele tanto como si un cuchillo se clavara en tu corazón...- dice negando con la cabeza.
Yo me limpio las lágrimas que han comenzado a salir, él tiene razón. Me duele ignorarle y si bien no quiero estar peleado con él, sé que mi orgullo no dejará que dé el primer paso para la reconciliación.
_ Jungkook...- yo le miro a los ojos.- ¿Ese niño lo vale?- pregunta.- Porque ese niño del que me cuentas te está costando tu relación con Tate, y eso ya es bastante complicado, como para que añadamos el hecho de que ese niño te pidió un favor tremendo, y del cual es posible que no saques nada.- concluye.
_ Si tan sólo le conocieras...- suspiro.- Entenderías porque lo hago.- añado.
_ Vale, entiendo...- murmura.- ¡Yoongi, nos vamos!- exclama fuerte.
_ ¿Pero qué diablos?- él se acerca hasta la pantalla.- ¿Qué demonios sucede? Ah, hola Kook.- me saluda.
Yo le saludo con la mano.
_ Jungkook y Tae nos necesitan.- contesta el pelirosa.
_ Jimin, no es necesario...- murmuro.
_ Por supuesto que lo es.- suspira.- Eres como mi hermano pequeño Jungkook, y me necesitas, no puedo dejarlo pasar.- miro hacia su novio.- Y apuesto a que Tae necesita de su amigo también.- concluye.
_ Taehyung se puede ir al demonio si quiere, ya se lo dije.- se levanta de hombros.
_ Jesucristo, que mal amigo eres...- el pelirosa se soba la sien.- Como sea, estaremos de regreso en dos días.- ahora me mira a los ojos.- Espera por mí, ¿vale? Te ayudaré a resolver esto.- me guiña el ojo.
Yo río y asiento con la cabeza, él es un buen amigo.
_ Gracias Jimin, de verdad...- susurro.
_ No es nada, haría lo que fuera por tu felicidad.- sonríe.- Ahora, debo irme, sólo espera por mí.- se despide con la mano y cuelga la vídeo llamada.
No puedo evitar sentirme mal por arruinar su viaje juntos, pero debo admitir que me alegro de tener de vuelta a mi mejor amigo.
_ Bien, ahora debo ir al orfanato.- murmuro para luego buscar las galletas que había hecho junto con la nueva cesta que le daría de regalo a Hyun.
De repente la puerta se abre y veo que Taehyung llega hasta la sala, donde se sienta mientras se desata la corbata. Parece estar en su propio mundo, él no ha notado que estoy aquí. Lo cual tiene sentido ya que últimamente no he estado en casa.
Él se recuesta del espaldar del sofá y parece cansado, o frustrado, quizás ambas cosas a la vez. Y lo triste que seguramente yo soy una de las razones que le tienen así. Jin me comentó que había hablado con Namjoon y este le dijo que Tae tenía el triple de trabajo que antes, y si bien el peliclaro le ayuda con la empresa eso no es del todo suficiente.
Suspiro con pesadez y salgo de mi escondite, él se gira para verme pero inmediatamente quita la mirada. Duele que las cosas sean así entre nosotros, que luego de tanto amor pasemos a esta distancia.
_ He dejado comida por si quieres comer.- susurro.
_ Gracias.- contesta con los ojos cerrados.- ¿Saldrás?- pregunta.
_ Sí, yo iré a...- me callo, no creo que le guste saber a dónde voy.- Volveré antes de la cena.- aseguro y comienzo a caminar hacia la puerta.
_ Ya no quieres decirme que haces o a dónde vas.- murmura.
Yo me detengo y me muerdo el labio. Justo cuando voy a abrir la boca para responder siento que pasa a mi lado hasta abrir la puerta.
_ Últimamente me he estado preguntando...- el pasa la puerta y me mira por el rabillo del ojo.- ¿Fue buena idea casarnos?- sus palabras son dagas para mi corazón.- Es evidente que yo no te hago feliz Jungkook, perdóname por no cumplir con mi palabra.- concluye para luego salir del departamento.
Caigo al suelo debido a que mis piernas han dejado de funcionar, cubro mi rostro con ambas manos y sollozo sin poder evitarlo, sus palabras y su actitud me han afectado más de lo que quisiera admitir.
_ P-Perdóname tu a mi...- susurro entre lágrimas.
Lo siento Taehyung, dije que te amaría por siempre pero ahora amo más la idea de formar una familia que a ti como tal. No sé cuándo me volví tan egoísta, o de cuando perdí el norte en este matrimonio, no sé cómo sucedió pero aquí estamos, distanciados por un desacuerdo en el que ninguno da el brazo a torcer.
Narra Taehyung
Entro en el elevador y golpeo las paredes un par de veces, me siento frustrado por estar en esta situación. No quiero herir a Jungkook, y es por ello que he mantenido mis distancias, no quería provocarle el dolor que justo ahora sé que le estoy causando.
_ Soy un imbécil...- susurro.
Si, lo soy. Le prometí estar con él siempre, en las buenas y en las malas, en escucharle y en apoyarle en todo, pero justo ahora no lo estoy haciendo en lo absoluto. Lo que el pide es tan complejo y doloroso para mí, que es imposible ceder.
La verdad es que tengo miedo, mi mayor temor es que sin querer cometa los mismos errores de mi padre, y que además decepcione a Jungkook en el proceso, aunque sinceramente creo que eso ya lo estoy logrando.
Cuando me casé con él no creí que me pediría estoy, siempre imaginé que seríamos el y yo contra el mundo, fue una sorpresa descubrir que en realidad su único deseo es formar una familia a la cual pueda llamar suya.
_ Esto es el karma, joder.- gruño.
Si, le alejé de su familia y a su vez hice que su hermana mayor le odiara a muerte, ciertamente estoy pagando el precio de mis actos, eso es algo seguro. Supongo que me lo merezco, al final yo mismo me lo he buscado.
_ Necesito beber.- digo mientras camino hacia el estacionamiento para así subir a mi auto.
Comienzo a conducir pensando en las opciones que tengo, necesito distraer la mente sin perder el juicio o la cordura, no sería buena idea que tome hasta quedar inconsciente. Si tan sólo Yoongi estuviera aquí le arrastraría conmigo para que fuera mi compañero pero dado que no está debo valerme por mí mismo.
De repente mi estómago gruñe, y recuerdo que no he tomado un bocado desde el desayuno, lo cual fue hace horas atrás. Voy entonces en busca de algo para comer, luego iré por unas copas.
_ ¿A dónde debería ir?- pienso mientras el semáforo esta en rojo.
Luego decido a donde ir por un bocado rápido, y una vez estacionado mi auto me encamino hacia el lugar. De repente a lo lejos veo que un niño está siendo acosado por otros más grandes.
El más pequeño se abraza a si mismo mientras está en el suelo sentado tratando de protegerse a si mismo mientras que los otros tres chicos le tienen acorralado y dándole patadas. Me acerco con pasos rápido y sigilosos hasta, luego con mi mano les doy un golpecito a cada uno.
_ Déjenlo en paz.- digo serio.- ¿No les da vergüenza atacarle? Tres contra uno no es para nada justo.- añado.
_ Eso no es asunto suyo viejo.- dice uno de ellos.
_ ¿Me llamaste viejo?- pregunto con voz ronca y amenazante.- Espero que no.- añado serio.
Los tres se estremecen y salen corriendo hasta que desaparecen al cruzar la calle.
_ Hey pequeño.- me pongo a su altura.- ¿Estas bien?- pregunto.
Le escucho sollozar y eso me hace sentir terriblemente mal.
_ Ya se fueron tranquilo.- le acaricio la cabeza para que deje de llorar.- ¿Te hirieron en alguna parte?- pregunto y el señala una vieja canasta.
_ E-Ellos l-la rompieron.- contesta al fin.- Y-Y se burlaron de mi.- añade mientras me muestra su cara pero se mantiene distante.
Sus ojos oscuros están rojos debido al llanto al igual que su nariz.
_ Ellos no volverán a molestarte.- digo para luego ofrecerle mi pañuelo, él lo toma.- Todo estará bien.- el asiente con la cabeza mientras que se limpia las lágrimas.- Buen chico, eres un jovencito fuerte.- comento sonriendo para luego acariciarle la coronilla de la cabeza.
_ G-Gracias.- el me entrega y el pañuelo pero yo niego con la cabeza.
_ Tómalo, es un regalo.- digo riendo.- Seguro te es más útil a ti que a mí.- añado.
Me levanto entonces y tomo su canasta, dentro veo que hay algunas monedas.
_ ¿Te han robado dinero?- pregunto y el asiente lentamente mientras se levanta.- Pequeñas ratas, necesitan ser educados.- murmuro.
Le entrego la vieja canasta y él sonríe en forma de agradecimiento.
_ ¿Cuánto dinero te han quitado?- pregunto mientras saco mi cartera, el niega con la cabeza.
_ N-No puedo aceptar su dinero.- dice.- Además, usted me ha salvado... Yo le debo a usted.- murmura.
Suspiro, creo que hoy iré por esas copas.
_ Entonces acompáñame a comer, odio comer solo.- hago una cara triste que le hace sonreír.- Y así estaremos a mano, ¿te parece bien?- pregunto.
El niño parece pensarlo unos segundos pero su estómago rugiendo le delata por completo, ambos reímos hasta mostrar los dientes. Nos encaminamos entonces a donde se supone iría en un principio.
Algunas personas miran al niño de manera extraña, y recuerdo entonces que el niño está usando ropas desgastadas cual si fuera un mendigo, cosa que espero y no sea así. Me debato entre si preguntarlo o no pero opto por no hacerlo, no quisiera incomodarlo aún más.
_ Señor, ¿El niño está con usted?- pregunta el mesero.- Si no es así lo sacaremos inmediatamente.- añade.
Le miro serio.
_ El niño está conmigo, y si les molesta con gusto me iré a otro sitio.- contesto, el mesero asiente con la cabeza avergonzado.- ¿Qué quisieras comer?- pregunto mirando al niño.- Puedes comer todo lo que quieras, no te cohíbas de nada.- sonrío.- El mesero aquí presente nos dará sus mejores servicios.- le miro serio.- ¿Correcto?- el joven asiente.
_ Cualquier cosa estaría bien...- susurra el pequeño.
_ Buena respuesta.- comento sonriéndole.- Quiero todo lo del menú.- digo al mesero.- Y espero que su trato hacia el niño sea cordial.- añado. El joven mesero asiente y se aleja rápidamente. Miro al niño y este sonríe agradecido, yo le devuelvo la sonrisa y curiosamente me siento mejor, no necesitaba copas de licor sino compañía.
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Gracias por leer ♥ Espero que les guste n.n
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