Q u i n c e: Scar.
Una estúpida semana, gruño, una larga y aburrida semana en la cual evito a Jimin y cuando no lo evitaba, él la evito, y aquello, aunque lo esperaba un poco fue un jodido golpe directo a su estómago. Había sido una semana rabiosa tras haberse emborrachado como una cuba, teniendo a Kris de niñera todo el fin de semana, y a un Hyun molesto por su condición.
Parecía un perro rabioso, lo sabía, pero no importaba. Estaba molesta con Jihee, con su maldito padre y toda su mierda pesada que le impedía ir hacia él, al final se había contactado con Jungkook quien solo le dijo que lo hirió, y aquello fue peor, mucho peor.
Jungkook estaba enojado con ella, porque aunque él entendía en cierta parte su inepta decisión Jimin seguía siendo su amigo, y que le hiciera eso estaba mal, por ello no se molestaba cuando el pelinegro se ponía picoso y le sacaba en cara que era una imbécil, como mayormente estaba haciendo Kris cada vez que le miraba con aquel mensaje de "¿Puedes ser mi niñera hoy también?".
Y viniendo de todos sus pensamientos, la ironía le iba bailando al costado por la situación actual en la que se encontraba, lejos del hogar de Kris y sus libros había acudido a una llamada de Jihee, podría estar molesta con ella, aun así ella había quedado nerviosa por lo sucedido. Quisiera o no aquello había recreado muchos recuerdos, cosas en las que había estado presente y no pudo hacer nada para salvarla, por ello no podía recriminarle eso.
No podía ignorarla.
Jihee revisaba su celular con curiosidad, sentada en el sofá continuo y con su cabello en un moño que caía por el costado derecho de su cara. Su rostro sin maquillaje le hacía lucir más joven, más real y bonita, aparte de eso, aquel ambiente que había entre ambas era tan apacible que casi lo anhelaba.
Casi.
Desvió la mirada a la pequeña sala, Jihee solía ser sencilla con sus viviendas, por ello su hogar no era tan grande y muy acogedor, pese a que casi todo el dinero de ambas terminaba en su cuenta. Siempre lo prefirió así, en vez de eso, aquello había sido una forma de revelarse ante su padre, él se había burlado de que iba a terminar rogándole por más dinero.
En lugar de eso se asoció con Kris, y su amigo solía tener buenos trabajos que le generaban bastante dinero, y en compensación por quien sabe que, su paga por el alquiler de él era ridículamente generosa. No podía reclamarle, cuando lo hizo él incremento el dinero.
— ¿Crees que si postulo como modelo, me funcionaria? —Cuestiono, alzando la mirada de su celular, atrayendo su atención— No sé si molestaría a... papá.
—No creo que le importe si eres tú—contesto de manera automática—, te permite muchos caprichos.
Ella asintió, como si sus palabras solo confirmaran algo que pensaba.
—Me gustaría intentarlo, alguna vez—mascullo ella.
—Sería divertido, sí—acepto con simpleza.
Noto como Jihee le miraba fijamente, seguramente curiosa por sus respuestas casi neutras y su falta de atención, aunque siempre había sido cortante y algo rencorosa a la hora de estar juntas debido a sus tonterías, en aquel momento realmente no tenía ánimos para nada de eso.
Aun así, Jihee no se atrevió a preguntar.
Se puso de pie en un perezoso movimiento, caminando lentamente hasta la cocina y abriendo la nevera, en la puerta había una larga fila de té frio que tomaba su hermana sin falta cada mañana, así que tomo uno y cerró la puerta, devolviéndose al sofá y dejándose caer en su suavidad excesiva.
Se regañó al recordar los brazos de cierta persona.
Estaba bebiendo de la botella cuando Jihee se rio como tonta, y aquello le dejo un poco tocada, su hermana no reía así, normalmente era más maliciosa, en cambio aquel gesto fue torpe y bobo. Esta sintió su mirada, y alzo la vista encontrándose con su ceja alzada y curiosidad.
—Le he comentado a Yoongi sobre lo del modelaje—se encogió de hombros, mordiéndose el labio para no sonreír—. Y ha dicho que si lo intentaba se pegaría a mí las veinte y cuatro horas, para que supieran que tenía novio.
Asintió, sintiéndose repentinamente molesta con ella, y al mismo momento algo preocupado. Jihee solía tener novios por aburrimiento, nunca le interesaban realmente, por eso es que se lo permitían.
— ¿Cómo puede escribir algo tan adorable con ese estúpido punto cortante al final? —Mascullo para sí misma— Realmente no lo entiendo, es igual que cuando habla, su voz dice "me mata de aburrimiento" —imito su voz— pero sus elección de palabras son realmente adorables, me encanta.
—Hmhp...
Jihee bufo, dejando el celular en la mesilla a su lado tras bloquearlo y acomodándose en el sofá antes de dirigirle una seria mirada, ignoro esa indirecta silenciosa, bebiendo de la botella como si no hubiese un mañana y preguntándose en el fondo si todo el tiempo no podría ser así con su hermana.
Sin celos psicóticos ni manipulaciones.
—Ya—se quejó—, me matas el ánimo ¿Qué tienes? —cuestiono, frunciendo el ceño con cierta preocupación.
Inspiro hondo, dejando la bebida casi vacía y cerrando la botella. Le observo fijamente unos largos minutos preguntándose si aquello era simplemente una pregunta sincera o aquello era resultado de una laguna en su memoria como en las pocas ocasiones en las que había surgido.
—Sabes porque estoy del asco ¿para qué preguntas? —contesto con molestia.
Ella hizo un puchero y ladeo el rostro, entonces aparecieron líneas en su frente y se mordió el labio, mirando a otro lado.
—Sí, escuche sobre eso—soltó bajito, como si temiera que arremetiese sobre ella— ¿Por qué terminaste con él así?
Función el ceño ante su pregunta, dudando de que si era estúpida o su irritación le hacia las cosas más tensas.
—Mira Jihee, a diferencia de ti yo no puedo respirar libremente ¿está bien? —contesto lentamente, y ella evito mirarle el rostro fingiendo ver algo en su teléfono— aparte de que tengo las amenazas bien puestas en mi nuca, estás tú 24/7 obsesiva conmigo así que no preguntes por eso.
Se removió incomoda, y suspiro bajito.
—Él te vio, y se metió entre nuestras riñas—susurro bajito, como si fuese excusa.
—Sí Jihee, y sabes ¿Qué? Me sentí estúpidamente afortunada porque lo hiciera—soltó cortante.
—No te merece...—volvió a susurra.
—Te equivocas ahí—suspiro, sin querer pelear—, él es maravilloso... en realidad, soy quien no lo merece.
Ella se quedó en silencio, pensando en sus palabras, le observo por un momento. Jihee podía ser manipuladora, algo celopata en lo que consistía a ella y quizás muy caprichosa pero en el fondo era adorable y tímida, demasiado. Siempre le había opacado, aunque fueran insultos y sobrenombres horribles lo que recibiera, por consecuencia Jihee los recibía también, al final tanta hostilidad le había llevado a eso.
A esa manera de defenderse. Jihee suspiro, alzando la mirada y controlando un ligero tic en su ojo derecho, con los labios tensos.
—H-háblame de él—soltó con dificultad, provocándole diversión—, por favor, solo como hermanas... solo como si yo no tuviera problemas mentales.
Aquello le hizo sonreír de manera perezosa, se acomodó en el sofá y pensó en ello por un momento, ladeando el rostro y alejando la mirada de ella. Al pensar en él sonrió por sus cosas, por lo que habían compartido y por las palabras del barman.
Quizás tenía razón, o quizás estaba siendo una mongólica.
— ¿estas segura? —Pregunto, curiosa— vas a terminar gritando y tapándote los oídos.
—Solo suéltalo ante de que me mate por esto—gruño.
Se rio por eso, por su insistencia y lo que estaba haciendo en ese momento, sonrió y asintió agradecida por hablar de él, con Kris no podía, él solía saberlo todo con acercarse, y a Hyun... bueno, él estaba ocupado y cuando lo hacía terminaba siempre en un "ya bésense, coño".
—Él es dulce, cuidadoso y divertido—soltó lentamente—. Esa vez que fui a Busan con Kris, tuve un sueño Jihee, vi a un chico ahogarse en la playa pero no vi su rostro, solo supe que estaba borracho—comento suavemente, sabido que había captado la atención de su hermana—. Quise cambiarlo, funciono con Hyun así que quizás... quizás podría volver a hacerlo, y entonces termine deambulando en la noche, por la playa.
Se detuvo un momento, aquello no lo había contado nunca en voz alta, y mucho menos se lo había permitido pensar mucho, había sido inconsciente, y al final todo había terminado relacionado. Jihee le hizo movimientos para que continuara, inflando una mejilla por sus dudas.
—En algún punto de la noche me divertí caminando por las aguas heladas en esa noche, escuche la música potente de una fiesta y recordé haberla escuchado así que continúe, dando vueltas hasta que me aleje de la zona un poco y termine topándome con él, era Jimin—suspiro, sonriendo—. Estaba borracho, y pensó que caería al agua, sé que trato de ayudarme pero solo termino empapado conmigo. Me puse tan nerviosa que empecé a gritar "oh, dios mío" y él se carcajeo—bufo ante el recuerdo—. Esa es la risa más bonita que había escuchado.
—Evitaste que muriera—susurro ella.
—Sí, y también se desmayó—le sonrió a Jihee— ¿Puedes creer que me dijo que tenía buen trasero, pero tampoco como para que le manoseara? Yo solo buscaba el celular para contactar con alguien y que lo llevaran a un hospital o que se yo.
Se quedó en silencio, recordando aquello y provocando que Jihee rodara los ojos.
—Habla mija—se exaspero.
—Tiempo después lo vi en una cafetería, y él se sentó conmigo. Al principio no lo recordé, su cabello había dejado de ser negro y estaba molesta contigo—le miro mal, provocando que ella le sacara la lengua—, cuando me dijo quién era bote el café por la nariz.
Jihee se carcajeo ante eso, burlándose de ella.
— ¿Cómo demonios siguió buscándote? —cuestiono curiosa y divertida.
—Ni idea—se rio—, la cosa es que después de eso él apareció en nuestra riña, donde por cierto manipulaste a Yoongi—Jihee se sonrojo, sonriendo apenada—, no deberías hacer eso con él.
—Sé que se me fue la mano—alzo una ceja y ella rodo los ojos—, ya se, lo siento, fue más que írseme la mano pero es que estaba realmente molesta y... trato de no hacerlo más, no con él.
—Parece que se preocupa realmente por ti—comento con cautela, ella sonrió.
—Sí, el prefiere tomarme de la mano que...—dudo y se encogió de hombros— que tener un momento apasionado, y las veces que ha dormido aquí me abraza y me ordena acurrucarme a él.
Sonrió ante sus palabras y la forma en que lo decía, sabiendo que por primera vez en bastante tiempo a su hermanita le había llegado un chico que le hacía bien, y no le hacía sentirse como un objeto sexual.
—Si bien dulce, lo sé—soltó como si nada, recomponiéndose—. Cuéntame más, hoy tengo humor para esto.
Rodo los ojos ante sus palabras y suspiro, tomando un cojín de pikachu y abrazándolo con fuerza, encogiéndose de hombros.
—Jimin es mi vecino de apartamento, y estuvo ladillándome demasiado por azúcar, sal y pimienta—Jihee alzo una ceja, apretando un poco la mandíbula—. Una vez me dio un ataque y él salto el balcón, entro y me cuido—comento, bajando un poco la voz, provocando que asintiera—. Yo no llevaba la peluca o las lentillas Jihee, él se quedó allí, se metió a la ducha conmigo para bajarme la temperatura y me cuido, también me trato con extremo cuidado y...
Se quedó callada, recordando lo que seguía. Evito sonrojarse, por el bien mental de su hermana.
— ¿Y...?—alzo las cejas con obviedad.
—Bueno, quizás, solo un poquito—mascullo—, perocreoquemebeso—soltó rápidamente.
Jihee bufo.
— ¡Dilo bien! —Regaño— Eres realmente desesperante cuando haces eso.
— ¿Hago que cosa? —cuestiono, cambiando el tema.
—Dah, balbucear—soltó, frunciendo el ceño— ¡Y no cambies el tema!
La mirada acusatoria y que le señalara con el dedo le hizo reír por los nervios, suspiro sabiendo que iba a caer pensado así que lo soltó.
—Jimin me beso, y después en otra ocasión, en el tren también y en el parque de divers...
— ¿QUÉ EL QUÉ? —Grito, poniéndose de pie y alejándose de allí con rapidez, hasta la cocina, escucho como gritaba— ¡Puto aprovechador de inocencia!
Se rio por sus maldiciones y gruñidos, solo fueron unos minutos antes de que volviera con una bebida y se sentara en su lugar, su rostro se había puesto rojo y el tic en su ojo se notaba aún más, sonrió de manera forzada y le miro, a la espera.
—Cuéntame más—gruño con voz tensa.
—Tienes cara de querer morir—se burló, divertida y queriendo olvidarse de todo para disfrutar ese momento con ella.
—Quiero morirme, ahora sigue hablando—ordeno, abriendo la botella con brusquedad y empinándosela, sonrió por el gesto.
Definitivamente, pese a todo Jihee podía ser un poquito soportable cuando estaba en ese ánimo.
...
Suspiro, dejando que su trasero se acomodara en el fino cojín de una tienda de ropa. Observo el gran ventanal que se encontraba a unos metros de donde estaba, allí había maniquís con atuendos elaborados y accesorios acorde a ellos, exhibiéndose de manera bonita, realmente no estaba observando la ropa, mucho menos quienes se detenían a verla a través del vidrio, no, en su lugar su mirada iba mucho más allá.
Saliendo del local, al cruzar la calle se encontraba una tienda que le había llamado la atención desde el instante en que Jihee le había arrastrado hasta allí, y aunque sabía que sus pensamientos podían marcar una decisión cual sería un problema futuro la idea seguía allí, conducida por la ira que acarreaba su decisión.
—Mira esto ¿Cómo se me ve? —la voz de Jihee le hizo girar el rostro, observándola con curiosidad. Llevaba un vestido de un rosa pálido que acentuaba su cuerpo delgado, tapándole apenas las rodillas. No supo cuánto tiempo llevaban allí, aunque calculaba que como unas cuatro horas debido a la gran cantidad de atuendos que se había probado en ese tiempo, y que para su sorpresa eran demasiado, de manera exagerada, no atendía como era que ella todavía tenía energía, pero, de alguna forma seguía igual de emocionada— Es suave y cómodo.
—Te ves tierna, me gusta—contesto al cabo de unos minutos, Jihee sonrió con fuerza, encantada con la respuesta— ¿Por qué era que vinimos?
Ella se detuvo, estaba a nada de internarse en el vestidor de nuevo pero la pregunta le hizo girarse y fruncir el ceño.
—Para despejar tu mente—se encogió de hombros— también porque dentro de unos días hay una fiesta e iremos juntas.
En ese instante estaba pensando que se había sentido liberador hablar con ella, Jihee podía ser irritante y tener un problema en su cabeza pero la amaba, mucho, era su hermanita pequeña a quien tenía que proteger. Sabía que ella se había retenido de insultar a Jimin miles de veces, aunque seguramente lo hacía en su cabeza, pero, aun así ella había escuchado y a final termino sonriendo.
Aun así no le había contado todo, sea quien fuera habían detalles, gestos, momentos en su memoria con él que eran únicamente de ambos.
Nunca lo compartiría con nadie.
— ¿Qué acabas de decir? —cuestiono, aturdida. Jihee se encogió de hombros divertida.
—Eso es porque necesito ir y no quiero ir sola—hizo un mohín— ¿Entiendes?
Inspiro hondo cubriéndose la cara con ambas manos ante las palabras de su hermana menor, ahogando un gritico de irritación. Con ello se había esfumado su tranquilidad, dejando a su paso una incomodidad acidiosa en su sistema, el problema no era acompañarla, lo que realmente le causaba malestar es que si iba con ella tendría que vestirse acorde a Jihee.
—Iré como hombre—mascullo.
— ¡Ni te atrevas! —chillo en protesta, acercándose a grandes pasos hasta tomarle del brazo, jalando con fuerza y poniéndole de pie— Es más, vamos a escoger algo para ti de una vez.
Evito rodar los ojos y dejo que ella le llevara hasta los vestidores, arrojándole dentro de uno mientras iba a cambiarse al otro vestidor. Razonando podía darle eso, no solía salir con Jihee y si había hecho lo que hizo, entonces debía hacer las cosas bien. Recostó la cabeza a la pared y suspiro, realmente era patética.
Observo el espejo en la pared del fondo del cubículo, mostraba su cuerpo entero, y como siempre llevaba unos pantalones anchos y una camisa holgada que se veían ridículamente cómodos en su cuerpo. No lo pensó dos veces y jalo la camisa, dejando a la vista su estómago blanco y la tela que solía aplastar sus pechos para no verse con tantas curvas.
La cortina del vestidor fue jalado con fuerza, mostrando a una Jihee que ya vestía su falda y camisa junto a los tacones. Noto como se le quedaba viendo unos segundos y asentía. Entro al cubículo dejando en una pequeña repisa un short negro de costura alta junto a una camisa de un beis que dejaba sus hombros desnudos dejando un volado alrededor de sus brazos y por su pecho, como bono había agregado un brasear que se pegaba a su pecho sin tirantes y unas pantis en conjunto.
—Esto es lo más apropiado que encontré para ti—se explicó con tranquilidad por la manera en que le miraba.
Frunció el ceño observando en short y la camisa, en otras ocasiones ella le había vestido distinto, mostrando menos carne, en realidad le había hecho ver bien de manera recatada, no le molestaba mucho, lo que le irritaba es que solo podía vestir de esa manera por sus caprichos.
— ¿A qué mierda estás jugando Jihee? —cuestiono bruscamente provocando que le mirara asustada.
— ¡Nada! De verdad no es nada—dudo, mordiéndose el labio—, simplemente quiero que ambas nos veamos fabulosas, sin que las reglas de papá interfieran entre ambas Nao-...—se cortó, relamiéndose los labios— Kou, sé que el entenderá por la ocasión y eso, así que solo acepta ¿sí?
Le estudio lentamente, respirando con cuidado y analizando un poco la situación, apretó la mandíbula ante sus palabras y al mismo tiempo le entendió, suspiro, llevando una mano hasta la peluca y revolviendo sus cabellos, noto como ella le veía el gesto con atención, volviendo sus ojos hasta su rostro en espera de una respuesta.
—Bien—gruño—, a cambio no me jodes en una semana ¿entendido?
Jihee sonrió, encantada y se lanzó sobre su cuerpo, abrazándole con fuerza y dándole un beso en la mejilla antes de correr para salir del vestidor, dejando la cortina en su lugar.
—Vístete mientras busco zapatos para la ocasión—grito, feliz.
Ahogo un gemido al terminar de desvestirse, quitándose la venda que le aplastaba los pechos y prosiguiendo con el pantalón y zapatos, se probó primero el brasear sintiéndose cómoda con él, no era incómodo y de alguna manera le recogía bien los pechos. Arrugo la nariz mientras subía el short por sus piernas, prosiguiendo con la camisa, Jihee sabía escoger sus tallas de manera adecuada y por ello no se sorprendió cuando este quedo justo, aunque le incomodaba que sus piernas se vieran tanto.
Justamente cuando terminaba de doblar su propia ropa Jihee apareció por la corina sosteniendo dos cajas de zapatos, apretó los labios, sabiendo que tendría probárselos. Se detuvo, observándole de nuevo y sonriendo encantada con que fuera su muñeca, tratando de no pensar de aquella manera para disfrutar con ella tomo sus ropas y la venda para caminar fuera del vestidor, siguiendo las señas del menos.
—Sabía que esas piernas lampiñas quedarían bien con ese short—festejo para sí misma, sonriendo.
—Espero que no sean punta aguja—soltó observando con sospecha las cajas, ella negó—. Bien, si fuesen de esos te habría clavado uno en el ojo.
Jihee rio, divertida. Abrió las cajas dejándole ver unos de tacón grueso y unas plataformas. Se sentó justo donde antes y se quitó los zapatos, probándose ambos zapatos bajo la mirada de Jihee, uno de ellos eran negros, el otro e un color piel precioso aun así no les presto mucha atención, simplemente espero que ella estuviese contenta. A continuación simplemente soporto vestirse con los distintos conjuntos que Jihee le hizo probarse por "curiosidad" pese a que le irritaba sabía que si estuviese con Kris seguramente estarían riéndose y él le diría que se veía bien.
Después de que pasaran unas horas en ese plan Jihee decidió que era suficiente, entonces celebro en silencio mientras le pedía ayuda a la menor para acomodarse bien la venda sobre los pechos tardando un poco debido a su falta de habilidad con las manos. Finalmente tras varios intentos logro tener bien sujeto la venda y entonces pudo ayudarla a llevar la ropa, por alguna razón Jihee insistió en comprarle ropa, más del conjunto que le había escogido, simplemente para que la tuviera.
O como dijo; que las tirara más tarde en secreto.
No lo haría, por más tentada que se encontrase, al igual que los zapatos, le hizo probarse unos cuantos pares y termino comprando tres como regalo, realmente no le gustaba esa extraña dinámica de su hermana con eso de comprarle muchas cosas. Con distintas bolsas de ropa y zapatos le obligo a ir hasta un cafetín a unas tres cuadras de distancia, supuestamente para acabar el día de hermanas con paz.
Así que accedió, le siguió con tranquilidad mientras ella hablaba y hablaba, y aunque le respondía con claridad vagamente sabia de lo que hablaba su hermana, a través de los años había aprendido a no prestarle tanta atención aunque ella pensaba que solo estaba pendiente de lo que decía. Sonreía cuando debía, respondía cuando la ocasión lo ameritaba y aunque una pequeña parte de sí misma si le prestaba atención la otra parte, mucho mayor solo podía pensar en la tienda que tanto le había llamado la atención.
En la loca idea que se le había incrustado en la cabeza.
— ¿En qué piensas? —cuestiono curiosa, provocando que ladeara el rostro— y no me mientas, puedo sentirte.
Aun con su amenaza, en ese instante podía controlarse y así confundirla para que no notara ninguna mentira, apretó los labios un momento y tomo un sorbo del chocolate caliente que había pedido, mientras que Jihee se limitó a una bebida lite, como que si bebiera algo que no fuera lite le haría engordar.
—En Jimin—soltó, observando su expresión. Ella frunció el ceño e hizo como si no escuchaba nada, bebiendo de su cosa a dieta.
— ¿En dónde me había quedado? Ah sí—retomo su conversación casi unilateral— Hace unos días una chica del edificio azul se me acerco y...
Dejo de oírla de nuevo, perdiéndose un poco entre sus pensamientos, agradeció que unos minutos después Jihee recibiera una llamada y quedara con Yoongi, se despidió de ella y se llevó sus cosas, dejándole allí en el cafetín de un momento a otro. No le molesto, en ningún momento lo vio como un problema, algo distinto en otras ocasiones donde se había indignado debido a que le arrastraba de un lado a otro y al final le dejaba tirada.
No, esa vez tenía otras cosas en mente como para molestarse. Relamió sus labios y pago los pedidos, dejando el cafetín pocos minutos después de que Jihee se fuera, con las bolsas de las compras que le había dejado Jihee entre sus dedos y su bolso colgando de su espalda, sabiendo que aquello era una rebeldía total y sin importarle un comino.
Se detuvo al llegar a la tienda, ingresando con rapidez antes de que su conciencia le detuviera siendo recibida por una chica menuda y agradable que le sonrió amablemente, preguntándole que necesitaba para después pasarla directamente con quien haría realidad su pensamientos.
— ¿Tienes alguna idea en mente? —cuestiono después de unos minutos.
—Una Cicatriz—respondió con tranquilidad, sonriendo. Antes de poder detenerse agarro la peluca y jalo con fuerza, dejando al descubierto su cabello sujeto por la media—, al fin y al cabo es la marca que ha dejado en mi alma ¿no crea un problema que quiera esta apariencia en el transcurso?
El hombre sonrió con diversión, negando con diversión, estando encantado con su cliente.
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