D i e c i s e i s: Respuesta

— ¿Cómo te atreves a sacrificarme? —Chillo Hyun— ¡Eres una maldita!

Kris bufo, sonriendo con diversión y regalándole una mirada condescendiente a Hyun quien se limitó a sacarle la lengua, con rabia. Hace horas que había terminado su tercera sesión, podía sentir como toda su piel estaba sensible y seguramente roja, refugiada en el departamento de Kris no se preocupó por tener la peluca o maquillaje, ni siquiera ropa.

Andaba en bragas y una camisa gigantesca negra que había comprado dos días antes. El cabello lo tenía recogido en un moño desarreglado con un gancho, dejando que cayera por el lado derecho de su rostro, acariciándole el hombro.

Movió la chupeta en su boca, rodeándola con la lengua para sentir el sabor y luego empujándola contra la mejilla interna, sus dedos por otro lado estaban tocando las teclas del computador, instalados en la zona de guerra de Kris se encontraban en medio de una partida sangrienta de Leguen of legues.

— ¿Podrías ir a tu línea? —soltó con brusquedad al pelirrojo que jugaba con ello a través del micrófono.

—Calma fiera, solo estaba bromeando—se burló, provocándole irritación.

—Sí, bueno—soltó con voz suave—. La próxima vez que bromees de esa forma te pateare el culo hasta que no puedas sentarte el resto de tu vida ¿comprendes?

Un sonido le confirmo que él había entendido, le irritaba que siguiera metiéndose en su línea en vez de mantenerse en la que había escogido, Kris era la superior, el chico la inferior, por supuesto que le quedo la del medio porque Hyun decidió ir a jungla.

Sintió la mirada de sus amigos pero no les prestó atención, en su lugar se limitó a dejar la línea libre y consiguiendo más muertes a su colección. Kris tuvo que moverse a ayudar al chico que se había metido con nosotros en la partida, solía suceder cuando no alcanzábamos los cinco integrantes pero no importaba, era bueno aunque no lo suficiente.

El teléfono vibro provocando que le mirara rápidamente con curiosidad, las letras estaban allí, aclamando su atención apenas reparo lo suficiente en ellas "Chico del té" Nunca le gusto poner nombres en los contactos, por lo que siempre escogía apodos y ese era el de Jungkook. Vacilo un instante y regreso a la zona segura procurando que Kris cubriera su línea y que Hyun cubriera la de Kris.

Boy Tea:

¿Estas ocupada? Me gustaría hablar contigo un momento.

Estoy en medio de una partida ¿Esperas unos minutos? Estamos a punto de acabar.

¿Qué juegas? No me molestaría unirme y hablar luego contigo.

Legend of legues.

—Hey Kris—le soltó provocando que este bebiera lentamente de su café— ¿Te apetece meter a alguien en la partida que sigue?

— ¿Quién? —cuestiono, alzando una ceja en su dirección, al instante la comprensión llego— Ah, no. Que le entre sí puede.

Sonrió notando como Hyun le miraba mal, él tenía la curiosidad picándole en la nuca, lo sabía porque Kris siempre sabia las cosas sin decírselo y cuando solían tener esa conexión en su presencia él se estresaba, quejándose de estar en desventaja. Movió los labios hablándole sin hacer sonido cuando sus miradas conectaron, y al instante en que comprendió se encogió de hombros.

Boy Tea:

Le entro chica, aquí mi usuario EpicBoyofyou.

¿Qué usurario es ese? Haha, ya te mando la solicitud apenas acabe.

Escucho como Kris se burlaba casi en silencio y dejo el celular de lado, retomando la partida con más ganas, entrando a la guarida del enemigo y escuchando la voz del juego "Pentakill" Hyun silbo con apreciación ante su entrada y Kris se limitó a derrotar las torres, entonces, en cuestiones de segundos tenían el "Victoria" Danzando en la pantalla.

—Chicos esperen un momento que uniré a alguien a la partida—soltó escuchando como Hyun resoplaba con molestia falsa y Kris suelta un desanimado grito de alegría y Hash bufa con burla.

Los ignoro agregando rápidamente a Jungkook, este acepto rápidamente y en un instante ya todos estaban escogiendo su personaje, normalmente escogía a Diana o Evelyn, algunas veces a Ashe o Ahri, pero esa vez solamente pudo escoger a la enana demoniaca, Annie.

—Discúlpame pero te estabas burlando de mi usuario cuando tu apareces con "Chica entre sueños" —escucho la voz del pelinegro con un tono de burla y molestia— me siento realmente ofendido por eso, Isis.

—Quédate ofendido, niño de oro—soltó al leer su nombre en el juego.

—Ya, cálmate fiera—soltó bruscamente Kris, dándole un zape en la mano a Hyun, quien iba a tomar de su café—. Bienvenido chico, y procura disfrutar del juego; no importa si lo hacemos fatal o genial, aquí venimos a gozar.

— ¡Dame café! —sollozo Hyun.

—Púdrete—bufo el rubio.

—Se callan que estamos iniciando, o les pateo el culo a vosotros también—soltó al ver que aparecía el mapa, inmediatamente ingreso a la tienda y compro lo necesario para después correr a su línea.

—Isis esta falta de amor ¿no creen? —se burló Hash, provocando que su cuerpo entero se tensara.

—Cállate Hash—soltó Hyun, repentinamente serio.

—Pero es lo cierto ¿no? Al parecer la domesticaron un poco, pero ahuyento a su dueño—se rio a través del micrófono.

—Sí, bien—la voz de Jungkook se alzó tras un silencio largo en la línea de llamada—. No creo que ese sea tu maldito problema, así que cállate de una puta vez ¿quieres? Ni siquiera te conozco bien, pero ya me pareces insoportable.

Hyun se burló, riéndose por las palabras de Jungkook, logro relajarse con eso, concentrándose en defender su línea. Kris no había dicho nada, y sabia porque, él no se encontraba conforme con su decisión.

—Vaya, el recién llegado cree tener aires de grandeza como para hablar de manera deliberada—soltó Hash, con una pizca de rabia.

—Hash, cállate imbécil—gruño Kris—. Te juro que si no lo haces, te hare desear no haber nacido ¿Entendido?

Solo cuando el silencio fue total es que pudo reírse, la risa llego como una sorpresa y duró por un rato, y Hash solo se quedó en silencio, como un perro regañado en su esquina. Por el rabillo del ojo logro ver como un mensaje en amarillo aparecía en su chat, Jungkook le preguntaba que si estaba bien. Inspiro hondo sabiendo a lo que se refería, suspiro.

—No estoy bien con esta partida—soltó en voz alta, esperando que lo captara—, pero tengo que soportarlo y avanzar hasta la victoria, aunque me cueste demasiado por mi terrible equipo.

— ¡Hey! —se quejó Hyun en un grito.

Kris le observo por un instante antes de comenzar a matar y lanzarse a lo kamikaze, noto otro mensaje, la misma respuesta que Kris le había dado, aun no era tarde, que podría simplemente ir hacia él.

Maldición.

Ignoro el mensaje para concentrarse en el juego, y Jungkook entendió la indirecta. Finalmente Hyun y Kris comenzaron a soltar algunos comentarios, Hash hablo mínimamente y Jungkook se reía cada vez que mataba a un enemigo. Terminaron con una torre destruida pero con la batalla ganada, el otro equipo evito todo lo que pudo salir de su zona segura.

Al final eliminaron la zona segura y consiguieron la victoria.

Trazaron más partidas donde ganaron, y casi pierden, una que otra a la deriva donde perdieron, pero se logró un ambiente cómodo y divertido, gozo con los gritos de Hyun y los comentarios sarcásticos de Kris, también como Jungkook se burlaba del resto. La tarde se pasó en eso, juegos y bromas, terminaron cambiado de juego para otro de mesa donde fue la burla mucho peor.

Al final Jungkook tuvo que irse a hacer alguna cosa, Hyun le llamaron urgentemente de la agencia y Hash se excusó, diciendo no sé qué, realmente no le prestó atención. Para ese instante se encontraba a solas con Kris, bebiendo chocolate en la cocina y observando el último pedazo de tarta que quedaba en el plato.

— ¿Estas segura de ir a esa fiesta? —cuestiono de pronto, sin dejar de mirar la torta.

—Acepte hacerlo, debería cumplir mi palabra—pronuncio, tratando de conversarse a si misma de hacer lo que decía.

—No creo que se muera porque faltes a eso—replico suavemente.

—No puedo quedarme y seguir en el mismo ciclo.

El asintió, tirando de pronto la cara hacia el frente y aplastando el pedazo de tarta con su rostro dejando un seco sonido en el aire. No supo si reírse o matarlo por la tarta.

— ¡Era el último trozo, estúpida! —grito, tratando de no reírse cuando alzo el rostro lleno de tarta.

Él hizo un puchero, sin siquiera querer limpiarse el rostro, lo observo fijamente hasta que no pudo más y comenzó a reírse por el desastre que había creado, su nariz estaba roja debido al golpe y la tarta le llenaba la frente, mejillas y nariz. Noto como sonreía, dejando que su rostro se viese complacido.

—Vale la pena si te ríes así—soltó suavemente provocando que su corazón se derritiera—, ahora ven y abrázame.

— ¡Ni loca! —grito cuando él quiso acercarse con los brazos estirados, riéndose.

...

Se recostó a la barandilla para observar el patio trasero, consistía en una piscina gigantesca, un jardín demasiado hermoso y una zona cómoda para disfrutar el exterior, que conectaba ambas. Allí estaba Jihee, sentada al lado de Suga, dejando sus piernas sobre las de él de manera cómoda, y aunque el muchacho tuviese cara de pirómano maniático cuando ella le hablaba el relajaba el rostro, sonriendo por alguna coa que su hermana dijo, junto a algunas de sus amigas y sus parejas ignorando el caos de su alrededor.

Desde su posición podía ver todo el patio, desde aquellas parejas a las que le urgían una habitación o un baño para soltar todo el alcohol que habían ingerido en tan pocas horas, algunos borrachos tropezaban y reían, otros caminaban alrededor de la piscina y algunos jugaban juegos de beber.

Hace unas horas que había llegado, agradeciendo en su interior que Kris se hubiese ofrecido, teniendo la certeza de que en cualquier situación él estaría allí para sacarle de ese lugar de ser necesario. Suspiro, observando el vaso morado que llevaba en su mano; se encontraba vacío, había estado bebiendo, después de todo lo que le podría pasar seria emborracharse y llorar como boba.

Se giró, alejándose del barandal para internarse en el calor sofocante de la casa, allí en ese balcón había encontrado aire fresco y un viento helado que le había dejado la piel de gallina, evito inspirar demasiado el aroma a alcohol, sudor y cigarrillos mientras evadía el mayor contacto con todos. La música resonaba con fuerza, con demasiada para su gusto, casi le aturdía, podía ver que las personas se gritaban para hacerse escuchar.

Evito que un borracho le agarrase el trasero, y esquivo a otro cuando tropezó, terminando con el rostro aplastado contra el suelo de madera, ignoro las miradas lascivas ante sus piernas expuestas y la ropa que acentuaba su cuerpo. Se abrió paso hasta las escaleras, bajando con cuidado de pisar alguna mano o pie, y al llegar a la plata baja se encontró con la multitud sudorosa que bailaba sin cesar.

Ella no servía para eso, bailar era demasiado para su cerebro.

Se deslizo entre las personas, sin molestarse en disculparse o pedir permiso; de igual manera no le harían caso, terminado su encrucijada al llegar a la cocina, una vez dentro se encontró con la barra donde muchos volvían por una bebida y pocos se quedaban. Con más espacio para moverse gozo de la falta de sudor desconocido pegándose a su piel y se acercó a la primera botella que vio.

No hizo necesario una segunda mirada para prepararse una buena bebida, una que al menos le achispara, y si tenía suerte, que le dejara borracha. Un poco de cerveza con unas pizcas de ron y sazón con whisky debería dejarle alocada, más de lo normal. Sonrió, deseando tener el sabor en la boca, aunque solo le quemaría la garganta. Justo cuando iba a beber lo sintió; la electrificaste sensación de caer y quedar en suspensión.

Y otra vez lo vio, a él, su dulce chico.

Se encontraba dormido, manteniendo entre sus brazos al gigantesco panda, con la mejilla aplastada contra la del peluche, sin camisa y únicamente con unos holgados pantalones grises en sus caderas. Inspiro hondo al verlo removerse, y se tranquilizó con cada instante, alargando lo más que podía la visión.

Últimamente soñaba con él, sus intervenciones eran con él, y cada vez que lo veía solo alargaba el momento cuanto podía. Jimin se removió en la cama, abriendo un ojo y observando directamente al baño.

— ¿Ya vas a salir? —Cuestiono, haciendo un puchero a la nada—Me aburro acá, todo solito.

Evito cualquier sentimiento mientras se mantenía expectante, Jimin arrugo las cejas ante la falta de respuesta, irguiéndose en la cama y terminando sentado, cruzando las piernas antes de acomodar el peluche, como si estuviese sentado a su lado. Entonces se vio la figura femenina emerger del baño tan solo con una camiseta gigantesca y el cabello blanco cayéndole por el alrededor, se movió en paso rápidos hasta terminar en la cama, sacándole la lengua al muchacho.

—Ya estoy—se burló— ¿Feliz?

Jimin estiro el brazo, enrollándolo en la cintura y jalándole hasta la cama, una vez ambos acostados sonrió encantado y se inclinó, dejando un beso en la mejilla femenina. Casi pudo sentir el beso en su propia mejilla, tan dulce y familiar.

—No, aún falta algo—respondió con calma, provocando que frunciese el ceño, ¿Qué podría faltar? Y antes de poder siquiera imaginarlo él metió una mano debajo de la camiseta, alzándola de manera perezosa y dejando a la vista tinta oscura a la vista, sin decir nada se inclinó sobre esta y beso lentamente cada centímetro de la piel teñida.

Inspiro bruscamente, sintiendo la tersa sensación de sus labios sobre la piel. Le ardió aquella zona, con tanta fuerza que solo pudo dirigir su mano hasta allí y tocar la venda sobre la ropa, parpadeando al salir de aquello.

El corazón le bombeaba el pecho con fuerza, apretaba su bebida y esta se había derramado por consecuencia del baso arrugado ante la fuerza, aflojo el puño mientras de manera inconsciente acaricio ligeramente la herida, siseando ante el ardor y alejando la mano. Parecía estúpida pero solo podía pensar en la intervención.

—No puedo creerlo—bufo para sí misma, irritada por ese futuro que acababa de presencia, y en el fondo divertida—. Va a tirar mis esfuerzos al demonio, desgraciado ¿Cómo se atreve?

— ¿De quién estás hablando?

—De Jimin, por supuesto—soltó una risilla—. El muy terco sigue apareciendo en mis...—se calló abruptamente al notar que algo no cuadraba, parpadeo y giro el rostro hacia la persona que había hablado; Jungkook. El pelinegro tenía una ceja alzada y una sonrisa divertida, no entendió al primer instante hasta que su vista paso de él y se fijó en el peli-rosa.

Apretó los labios sin emitir sonido alguno se giró, dándoles la espalda. Aun así sentía la intensa mirada obscura del chico sobre su nuca, las mejillas se le incendiaron y solo pudo hacer lo primero que se le ocurrió. Tomo el vaso y se lo zampo de golpe, bebiéndose el líquido que le quemo la garganta sin cesar, apenas llego a su estómago sintió el golpe del alcohol.

— ¿Kou, que estas...?—la voz de Jungkook se interrumpió cuando tiro el vaso al fregadero y agarro la botella de Ron, girándose con rapidez y usando sus reflejos para escurriese lo más lejos posible de ellos.

—Adiós—Apretó los dientes cuando Jimin fue lo suficientemente rápido como para meterse en su camino y cubrir la puerta de la cocina. Inclino la cabeza con diversión, sonriéndole con burla—, inteligente movimiento—soltó suavemente, retrocediendo hasta la cocina— pero se te olvida que estoy muy loca.

Sonrió mientras hablaba notando como fruncía el ceño, desconcertado, sin entender lo que decía, solo duro unos minutos mientras Jungkook seguía confundido cuando sus ojos se abrieron con sorpresa, al darse cuenta de lo que hacía. Pudo notar la expresión en blanco del pelinegro mientras saltaba por la ventana hasta el jardín, si bien las plataformas no ayudaban mucho, y el movimiento ajustaba la tela a su cuerpo más de lo que desearía pero aun así, sostenido la botella con un brazo al apegarla a su pecho salto hacia afuera.

El aterrizaje estuvo bien, se lastimo un poco el pie al caer sobre una piedrita y que se le doblara ante ello, dejándole un dolor en el tobillo que casi le hace caer. Una gruesa y fuerte risa le hizo girarse, allí Jimin reía sin poder contenerse, recostando su cuerpo al marco de la puerta y con el rostro volviéndosele rojo debido a la diversión, en cambio Jungkook estaba en shock, observando la ventana y luego al peli-rosa.

Suspiro, evitando la irritación y tranquilidad de que pareciese encantado con su acción, decidiendo que tenía que mantenerse lejos de él abrazo aún más la botella y se apresuró a salir rápido de allí, sintiendo su risa en cada poro de su piel. Necesitaba ocultarse en algún lugar, y seguramente esperaría que se quedara en el jardín, así que solo había una solución para ello.

Tendría que ocultarse en algún lugar de la casa.

Para evitar encontrarse con él decidió que sería más prudente rodear la casa, evitando en su mayoría los jardines y acercándose a la piscina sin tener que acercarse demasiado a Jihee, se escurrió entre las paredes de arbustos que se asemejaban a un pequeño laberinto, sin ser realmente uno, dando una ilusión precisa y bonita.

La botella se le resbalo cuando en un instante termino atrapada entre un arbusto alto y Jimin, los vellos de la nuca se le habían erizado y su puño se había detenido en pleno acto, dejando una escasa distancia del rostro de él. Estaba sorprendida ¿Cómo podría haberle alcanzado tan rápido? Salir de la cocina con ese gentío sería casi imposible, a menos que hubiese saltado por la ventana al igual que... sus pensamientos se dispersaron y un mini-infarto se presentó en su pecho cuando Jimin inclino el rostro y beso su puño, provocándole un escalofrió aterrador, bajando los brazos incomoda al haber reaccionado así.

— ¿Estas demente? —Gruño, evitando que le temblara la voz— Estuve a punto de romperte la nariz.

—Sí, es contagioso—soltó suavemente—. Tengo mis razones, como perseguir a una chica obstinada que solo quiere huir de mí.

—No seas ridículo—soltó, estirando el cuello en busca de una salida—. Suéltame, debo volver.

—No quiero—soltó, frunciendo los labios de manera adorable y haciendo un puchero que le provoco debilidad.

Maldito.

—Me importa un pepino si no quieres—gruño, evitando la ternura que le causaba su gesto—. Su-el-ta-me.

Desde allí, sintiéndose más pequeña que él y en lugar de estar incomoda se encontraba realmente gustosa con el hecho de que sus muslos rozaran los suyos y sus brazos le encerraran contra el arbusto. La cercanía era tentadora y aquella mirada chocolate solo provocaba comodidad, ardiendo ante los sentimientos que chocaban dentro de ellos. Se le erizo la piel cuando medio inclino el rostro y sonrió, encantado con sus palabras.

Aquello no podía ser bueno para su resistencia.

—Esta vez Kou hablare yo—sentencio con un ligero gesto de severidad, dejando que la seriedad acariciara apenas su rostro—, ya que la última vez no me lo permitiste, me ha tocado crear este momento.

Evito escandalizarse.

—No me interesa lo que tienes que decir—se obligó a señalar, sintiendo la lengua pesada y como se le revolvía el estómago por las mentiras que soltaba.

Agrando su sonrisa y en un suave movimiento apego todo el cuerpo masculino al suyo, dejando su rostro a escasos centímetros de distancia. Con cada respiración su pecho rozaba el contrario, si se movía solo podría sentir su cuerpo, y el embriagante aroma que tenía él amenazaba con dejarle sumamente débil.

Jimin inclino el rostro hasta rozar su oreja con los labios.

—Veras bonita—susurro lentamente—, no tengo intención de dejarte ir ¿Comprendes? Esta increíble, hermosa y divertida chica que he conocido solo ha logrado darme un pequeño vistazo de su mundo, y solo con esa migaja me he vuelto adicto a ella.

Comenzó a alejarse de su oreja, arrastrando los sedosos labios por su mejilla hasta terminar en la comisura de sus labios, dejando un pequeño beso. Cuando quiso evitarlo, este solo apretó más contra su cuerpo, dejándole inmóvil, sin habla y como una gelatina.

Suspiro provocando que sonriera contra su piel, la estampida se libró en su estómago y sintió como su tacto le quemaba, dejando pequeñas descargas eléctricas que solo aumentaron sus nervios.

—Esta es mi respuesta cherié, me niego a rendirme—murmuro, relamiéndose los labios— y solo puedo aferrarme aún más a mi decisión al sentir como tu corazón late con tanta fuerza—alzo una ceja con cierto toque arrogante, acentuando aquella aura depredadora que le rodeaba, y antes de poder tratar de pelear contra el sentimiento que retumbaba en su pecho él dejo otro beso en su piel, esta vez en su frente—. Estas hermosa, normalmente no puedo quitarte los ojos de encima pero esta vez hipnotizas todo mi corazón—le susurro como si fuese un secreto, acercando una mano hasta su cuello, subiéndola lentamente por su piel y acariciando la conexión de la peluca con su cuero cabelludo—, aunque falta unos ingredientes para que seas totalmente tú.

Lo observo fijamente, aguantando la respiración para no flaquear, no podía, realmente no podía dejarse caer por el más de lo que ya estaba. Se encontró con su mirada oscura, ardiente y totalmente seria, él iba enserio, quizás demasiado enserio pero ella también, tenia sus razones, quizás su decisión no fuera la correcta o justa pero no podía arrepentirse.

—Suéltame, Jimin.

Decir aquellas palabras fue terriblemente difícil, poder reunir toda su fuerza para soltar aquello simplemente le sorprendió, su corazón rugía que se callara la boca y simplemente lo besara pero no pudo, no se atrevió a ser tan egoísta como para hacer eso. Apretó los dientes con fuerza cuando el le miro fijamente y se inclino en su dirección, rozando con sus labios la línea de su quijada.

—No quiero.

— ¡No me interesa si quieres o no! —soltó irritada, desesperada por escapar de sus brazos pero el solo le apretó con más fuerza, reteniéndole allí— Si ya terminaste de hablar solo suéltame.

Jimin sonrió contra su piel, divertido.

—Puedes golpearme, si bien recuerdo puedes dar una gran patada—soltó con calma, tensándole de pies a cabeza al recordar cuando el le había sostenido esa vez, defendiéndole de Yoongi. Odio que le retara de esa manera, porque era lo que le hacia, le retaba a golpearlo, apretando sus dedos hasta formar un puño pero sin lograr nada— ¿No? Bien, entonces no te importara si hago esto.

No tuvo tiempo de reaccionar, de manera inconsciente había bajado la guardia ante él y en unos instantes sus labios succionaban la piel expuesta de su clavícula, dejándole paralizada ante el atrevido movimiento. No logro moverse, de pronto su cerebro no reaccionaba, con los nervios a flor de piel y sintiendo como su corazón retomaba por todo su pecho, totalmente inmóvil.

—De esta manera... todo aquel que te vea sabrá que no tiene oportunidad—soltó él en un susurro bajo antes de soltarle, alejándose. Sintió como el calor invadía sus mejillas al ver como sonreía. Idiotamente llevo la mano hasta la zona que había succionado, sintiendo como esta ardía y su vergüenza aumentaba, con su tono de piel... eso sería muy llamativo.

— ¡Serás... Imbécil! —soltó bruscamente, molesta y se quitó una plataforma, lanzándosela, Jimin solo pudo reír y esquivar el objeto cual choco contra un arbusto, ahogo un gruñido molesta, quitándose el otro tacón.

—Si lo lanzas terminare haciéndote algo peor que un chupón, Kou—se detuvo de golpe, apretando los labios y ahogando la molestia ante su sonrisa ladina, para acentuar sus palabras se mordió el labio y recorrió su cuerpo con la mirada. Recordó aquella vez que le había besado en el parque de atracciones, enfrente de todos los hombres y sus palabras.

Maldito fuera.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top