❁ೋㅤ, 𝟏𝟏. ━━ primer adiós.

𖡋 ̽ ᮫ ꪶ capítulo once. ܓ ❃ ᜴

𓂃 hay tanto espacio entre nosotros,
 tal vez ya hemos sido derrotados,
sí todo ha cambiado. 𓂅

El dolor insoportable en el pecho de Regulus coincidía completamente con la repugnante forma en que ardía su cerebro. Todo a su alrededor parecía moverse dos veces más rápido de lo normal, mientras él parecía estar congelado observando a todos planear el resto de su vida. La dificultad para respirar era constante, no podía sentir sus piernas pero podía sentir muy bien los latidos tres veces más rápidos de su corazón. Era normal sentirse incómodo en esa casa, pero normalmente cuando se dirigía al jardín para estar solo terminaba sintiéndose mejor.

Pero nada podría ayudarlo a mejorar, nada podría quitarle el dolor que Regulus sentía cada vez que imaginaba el delicado rostro de Faith cubierto de lágrimas. Imaginó que había llorado, o tal vez ahora estaba reprimiendo todo mientras pretendía intentar ver el lado positivo de todas las cosas. ¿Qué podría tener de positivo ver a tu mejor amiga con tu, bueno, ni si quiera sabían qué eran realmente?

Tal ahora lo odiaba, tal vez ahora estaba maldiciendo su nombre o tal vez simplemente estaba herida. Tal vez estaba sintiendo todos los malos sentimientos a la vez, nunca lo sabría. Hace más de un mes que no sabía nada de ella.

Intercambió cartas con Nate pero el chico lo único que dijo fue que cuando ella se enteró, ella le hizo prometer que nunca más hablaría con ella y como el amigo fiel que descubrió que era, Nathaniel estaba cumpliendo su promesa e Ebony.

Para Wendy las cosas no fueron diferentes, todas las cartas enviadas a la Hufflepuff regresaron sin respuesta, pero Lucky no pudo resistirse y terminó respondiendo a una de las cartas, gracias a esto Regulus y Wendy sabían que Faith estaba teniendo problemas en casa mientras que ellos no podían hacer nada para ayudarla.

No hubo una sola noche en la que Regulus no soñara con la dulce Daisy, todos los sueños eran buenos y lo hacían aguantar. El chico se levantaba todos los días maldiciendo al sol y rogando que volviera la noche, sólo para poder verla sonreír nuevamente. Black sintió que estaba sucumbiendo, cuando dejó atrás a su amor, parecía haber dejado atrás todos los colores también. Todo lo que veía ahora gris oscuro, no había luz ni sol en su vida, no sin Daisy.

―Me asustas cuando estás tan callado.―la voz de Narcissa lo asustó, peor no se movió. Regulus no tenía ganas de hacer nada, ni siquiera moverse.―Regulus, tienes que entrar y hablar con tus padres.

―¿Por qué? Me veré obligado a casarme con ella de todos modos.―finalmente se giró, mirando enojado a su prima que estaba esperando, abrazada a su cuerpo por el frío.―No necesito su bendición.

―Regulus, no te desquites conmigo.―pidió Narcissa con calma, lo que casi hizo que Regulus se sintiera culpable por tratarlos a todos tan mal, pero la siguiente frase de su prima hizo que cambiara de opinión.―Solo debías culparte a ti mismo, sabías que bajo ninguna circunstancia podría tener una relación con otra persona y mucho menos con una sangre...

―¡Cállate!―la voz fue lo suficientemente fuerte como para hacer que Narcissa se estremeciera y diera un paso atrás, llamando la atención de su novio que rápidamente se acercó, colocándose junto a ella como si fuera a protegerla a cualquier precio.―Míralo, Lucius Malfoy, ¡un hombre valiente!

Regulus pasó junto a ellos enojado y abruptamente abrió la puerta. Al entrar a la casa, todo lo que el chico quería hacer era salir corriendo. Pero cuando vio a su madre, sus pensamientos de libertad volaron por los grandes ventanales que siempre estaban cerrados, pero ese día había una excepción. Aunque la lucecita iluminaba la casa, lo único que el chico vio fue oscuridad.

La dulce y tranquila voz apareció de repente en su mente, como una canción que siempre habrás memorizado, la escuchó fuerte y clara mientras visualizaba su gentil y delicada sonrisa.―Está bien si solo hay oscuridad a tu alrededor, cuando quieras, puedo compartir mi luz contigo.

Dios, necesitaba esa luz ahora, pero estaba fuera de su alcance, su sol, su estrella más brillante y más lejos de tocar.

Regulus recordaba extremadamente el día que la chica dijo esa frase. Se había escapado de un partido de Quidditch sólo para estar con ella, habían ido a la parte más escondida del jardín vacío y habían pasado la tarde allí, simplemente hablando de todo. Faith nunca habló cuando él le contaba todas las cosas que hacia su familia, solo tomaba su mano, le daba un apretón y dejaba un beso en su mejilla.

Deseó uno de los preciosos besos de Faith para animarlo en ese momento en que entró a la sala y encontró a familia Galloway. Puso su sonrosa más grande y falsa y luego los saludó cortésmente antes de sentarse junto a Wendy y hablar con su madre sobre cosas que a él no le importaban en absoluto.

Pasaron toda la tarde allí, eligiendo el lugar, eligiendo invitados, vestido, traje, padrinos de boda, color de las invitaciones, mesa de invitados, tipo de comida y luego cuando Regulus estaba pensando si sería demasiado teatral suicidarse mientras planeaba su boda, un discurso proveniente de la mujer alta y rubia, ―madre de la novia, llamó la atención del niño.

―¡Programaré todo para el próximo fin de semana!―informó emocionada y sonriendo al ver a Walburga golpeando sus uñas mientras imaginaba todo. Wendy también estaba sonriendo, fingiendo estar tan emocionada como su madre, pero Regulus vio cuando miró el vestido de novia, el brillo no se debía a la felicidad, era una tristeza trágica y constante en sus vidas.

―¿No creen que es muy pronto?―preguntó Regulus en un tono tranquilo, a pesar de que le ardía el orgullo por dentro. No podía mostrar su disgusto por ese matrimonio, los Galloway eran personas importantes y el matrimonio traería muchos beneficios a la familia Black.―Quiero decir, no tuvimos mucho tiempo para... bueno, nada.

―Tonterías. Tendrás mucho tiempo cuando te cases, cariño.―Walburga respondió sin dudarlo y todos, a excepción de Wendy, se rieron del que aparentemente era el mejor chiste que habían escuchado.

De verdad, que gran broma.

Regulus tendría que soportar una semana entera y luego una larga vida, una larga vida sin ella. Desde que la conoció, incluso cuando la evitaba, nunca imaginó que tendría que vivir una vida sin su dulce y adorable Daisy.

𓂃 ❀ 𓂃

Regulus estaba listo, no tenía nada más que ver con su cabello pero aún así, siempre había alguien señalando algo que podía mejorar al chico. Su gran día había llegado y tenía que estar perfectamente perfecto. Maldijo a casa mago que cruzó esa puerta, cada hombre, mujer o niño hizo que la vida del más joven Black se sintiera como un cementerio.―Es una boda. no un velorio.―repitió para sí las palabras de su inútil padre.

―Amo, ¿quiere más tragos?―Kreacher sostenía con calma la bandeja que contenía una botella de whisky parecía no tener fin. Regulus sacudió la cabeza, asumiendo que emborracharse podría empeorar la situación.―Señor, tiene que comer algo, está más pálido que de costumbre.

―Estoy bien, Kreacher―Regulus le dio una débil sonrisa, viendo al elfo murmurar algo, pareciendo no creer las palabras de su amo.―Está bien, tráeme un trozo de tarta y luego déjame en paz.

―Como desee.―hizo una pequeña reverencia antes de desaparecer en un chasquido de dedos. no importaba cuánto tiempo había pasado, Regulus todavía encontraba extraña la Aparición.―Tome, amo.

El elfo regresó rápidamente con un trozo de pastel y luego, obedeciendo a su amo, dejó al chico solo, perdido en su superficial nieblas de pensamientos profundos. Regulus evitaba pensar en ella, pero era muy difícil, ya que todo le recordaba a ella, incluso el sol que mágicamente apareció ese día.

―Este es el funeral más elegante al que he asistido.―la voz tranquila e irónica de Nate hizo que el chico se volviera esperanzado cuando vio a su amigo entrar a la habitación como lo hacía en Hogwarts. A Regulus le parecían años desde que había estado con sus amigos.―Quizás deberían permitir beber un poco antes de la ceremonia.

Regulus no prestó atención a las palabras de su mejor amigo, en cambio lo sorprendió envolviendo sus brazos alrededor del chico mientras intentaba sentirse como en casa. Sintió que tardó un poco en responder y evidentemente se volvió más tranquilo cuando sintió que aún podía ser ese Regulus, el Regulus más genio de Slytherin. Su Regulus.

No quería ser Regulus, el marido de Wendy, y mucho menos Regulus, el mortífago. En ese momento sólo quería ser alguien libre, deseaba en silencio, quería ser nadie. Quería sentarse en una plaza y ver pasar a la gente aburrida, quería rebelarse y hacerse un tatuaje, quería una vida normal.

Quería una vida normal, con sus amigos. Con Nate, con Wendy e incluso Lucky. Pero, sobre todo, quería recuperar a sus seres queridos y acabó perdiendo. Quería recuperar a su hermano, quien un día juró estar siempre con él, y quería desesperadamente recuperar a su Daisy. Se alejó de su amigo cuando se acordó de Ebony.

―¿Cómo estás?―la voz de Nate era baja y tranquila, los ojos del chico estaban muy abiertos y Regulus pensó que tal vez todavía estaba perplejo por la muestra de afecto que Regulus siempre había evitado.―Tienes un aspecto horrible.

―Gracias, eso ayuda mucho.―Regulus esbozó una pequeña sonrisa, la primera real en muchas semanas. Se sentó en el sofá oscuro y observó a Nate imitar sus movimientos mientras bebía más del contenido que habría traído en un vaso.―No pensé que vendrías.

―¿Qué? No me lo podría perder, especialmente cuando soy tu padrino.―Nate recordó, pasando sus manos por su brillante cabello dorado, se parecía al de Faith y por eso Regulus apartó rápidamente la mirada como si Nate estuviera desnudo.

El silencio cayó sobre el lugar y luego Regulus notó la forma en que el cuerpo rígido de Nate parecía temblar un par de veces. Algo estaba pasando y el chico se lo estaba ocultando.

―¿Qué está pasando?―Regulus se volvió hacia el chico y los vio comenzar a abrir la boca y volver a cerrarla varias veces. Las palmas de Nate estaban extremadamente sudorosas al igual que su frente. El chico tragó saliva antes de moverse inquieto en el sofá, parecía que nunca hablaría.―¡Habla pronto!

―¡Faith!―habló en voz alta y Regulus se quedó helado en su lugar, hacía tiempo que no escuchaba su nombre, ni siquiera Wendy lo decía en voz alta. Las únicas veces que escuchó su nombre fue dentro de su mente atribulada, escuchar el nombre le hizo sentir una patada en el estómago, no, escuchar su nombre hizo que el vacío en su pecho aumentara.―¡Ella vendrá aquí!

Regulus levantó la vista desesperadamente buscando alguna señal de que se tratara de una broma de mal gusto, pero todo lo que encontró fue la preocupación visible en el rostro de Kearney. Black se levantó y rápidamente comenzó a caminar de un lado a otro mientras pasaba las manos por su cabello negro.

―¡¿Qué ella está haciendo qué?!―Regulus empujó algunos objetos que estaban sobre la mesa provocando que un fragmento de vidrio se esparciera por la habitación, el chico se dirigió hacia Nate quien miraba asustado los pedazos de vidrio y lo obligó a levantarse.―¡¿Qué está haciendo ella?!

―¡Fue Wendy!―Nate rápidamente se defendió y observó a Regulus alejarse, pareciendo sorprendido al chico que rápidamente intentó explicarle.―Wendy le ha estado enviando cartas todos los días desde que te fuiste.

Regulus escuchó todo con mucha atención, preguntándose por qué su prometida había mentido acerca de comunicarse con ella. Empezó a preguntarse cuántas veces más le había mentido Wendy.―¿Respondió alguna carta?

―No, Wendy no dio mucha información en las cartas.―Nate se rascó la nuca mientras hablaba y Regulus suspiró profundamente mientras caminaba hacia la ventana y veía la puerta terminada al jardín trasero que ande en la casa usaba, fue en ese jardín donde Regulus se escondió en sus días oscuros.―Pero Wendy prometió explicaciones si venía hoy, dio instrucciones de cómo entrar sin ser vista.

―Por supuesto que si.―Regulus resopló antes de golpear el cristal de la ventana lo suficientemente fuerte como para hacer que el vidrio oscuro se rompiera. El dolor en su mano era insoportable comparado con el dolor en sus huesos por el estrés.―¿Cómo pudo ser tan egoísta? ¿Se siente tan sola y por eso la necesita? ¿Sabe ella el peligro que corremos, el peligro que corre Faith?

Nate tardó un poco en procesar la información debido a la velocidad con la que hablaba Regulus, el chico usualmente estaba tranquilo y no dejaba mostrar su malestar. Pero ahora, el botón del disfraz de Regulus parecía haber fallado, incapaz de soportar la presión de este matrimonio inoportuno.

―Creo que Faith realmente necesita explicaciones.―Nate intentó dar su opinión pero al recibir una mirada mortal del chico frente a él decidió que era mejor cambiar de tema antes de ser maldecido.―Entonces, ¿decidiste casarte aquí mismo?

―No he decidido nada al respecto.―Regulus suspiró nuevamente, incluso cuando su respiración era pesada su cuerpo aún permanecía congelado, sostenía un reloj en su mano con tanta fuerza que las puntas de sus dedos estaban blancos sin sangre.

―Regulus....―la voz de Nate era temblorosa ye l chico se dio cuenta de que estaba mirando a un punto específico a través de la ventana. Dándose la vuelta, Regulus se congeló en su lugar cuando vio a la chica encapuzada cruzar la vieja puerta seguida por la novia, quien tuvo cuidado de asegurarse de que nada sucio tocara su cabello ya perfectamente arreglado.

El chico sintió que su corazón se aceleraba cuando vio a Faith levantar la cabeza y mirar exactamente a la ventana donde él estaba parado. Incluso desde lejos, Regulus pudo ver la forma en que sus ojos heridos se llenaron de lágrimas antes de apartar la mirada y seguir a Wendy nuevamente. El chico miró a Nate que ya estaba cerca de la puerta llamándolo para ver qué diablos estaba pasando.

Bajaron tantas escaleras y volvieron a subir cuando se dieron cuenta de que no había señales de las chicas. En un acto desesperado, Regulus corrió hacia las escaleras del sótano, no había sospechado que estaban allí. Parecía uno de esos lugares en los que Wendy nunca pondría un pie, otra vez estaba equivocado respecto a su mejor amiga.

―No tenemos mucho tiempo.―Regulus escuchó los susurros de Wendy y luego jaló a Nate para esconderlo detrás de una única pared que separaba el sótano de las escaleras.―Necesito hablar contigo.

―Entonces habla.―la voz era baja y fría, si Regulus no supiera que realmente estaba Faith allí, habría apostado a que Wendy estaba hablando sola.

―¡No puedes culparme, no tuve elección!―Wendy se defendió desesperadamente y Regulus pudo imaginar exactamente cómo estaría Faith mirando a su ex-mejor amiga ahora.―Y él tampoco...

―Me podrían haber dicho, habríamos encontrado la manera.―su voz hizo que el pecho de Regulus doliera tanto que el chico sintió como si alguien lo estuviera estado apuñalando repetidamente durante días. La forma en que hablaba parecía tan... diferente.

―Regulus no quería hacerte daño, te iba a decir pero Walburga terminó arruinándolo todo.

―Tuviste días, semanas, meses para decírmelo y lo único que hiciste fue mentir.―Faith estaba herida, su voz temblorosa y ronca dejaba en claro que estaba llorando en ese momento.―Nunca te habría hecho eso, Wendy.

―Lo siento.―la voz de Wendy era baja y apagada. Ambas estaban llorando ahora y Regulus quería arreglar la situación de alguna manera, pero todo lo que podía hacer era permanecer en silencio mientras sentía que todo se desmoronaba.―Te juro que no quería que pasara nada de esto.

―No te creo.―la voz grosera y fría no sonaba como la chica que amaba y Regulus sintió que faltaban piezas de su rompecabezas nuevamente, y todos a su alrededor tenían esas piezas escondidas.―Me mentiste antes de todo esto.

―¿De qué estás hablando?―Wendy respondió la pregunta que había estado flotando en la cabeza de Regulus desde que se dio cuenta de que había algo mucho más grande allí. Escuchó pasos y subrepticiamente se acercó para ver a Faith detenerse frente a la chica más baja que tenía una expresión confusa en su rostro.

―Me refiero a cómo le dijiste a Walburga que Regulus estaba en mi casa.―Faith respondió lentamente como si cada palabra que decía cortara un poco sus finos y rosados labios. Regulus se apoyó contra la pared nuevamente mientras sentía el shock recorrer su columna.―En navidad del año pasado.

Wendy hubiera comenzad todo eso, si no fuera por el episodio navideño Walburga nunca lo hubiera sabido, nadie en su familia lo hubiera sabido y Regulus hubiera tenido más tiempo, todo esto se hubiera evitado si su mejor amiga no los hubiera entregado por quién sabe qué.

―¡Nunca lo entenderías!―Wendy disparó fuerte, haciendo que Faith diera un paso atrás y llamando la atención de alguien que pasaba por el pasillo.

Los pasos que se escucharon desde el pasillo era de alguien usando tacones altos, al ver gente acercándose a la puerta, los dos chicos dieron un paso atrás y terminaron revelando a las chicas que estaban allí, Miraron sorprendidos a los dos que les hicieron señas que permanecieron en silencio. Cuando vieron a través de la rendija debajo de la puerta, Regulus supo por el vestido negro quién estaba allí.

―¡Tenemos que irnos!―Regulus se acercó a Faith y la vio a la chica mirar asustada a Nate, que se acercaba, como si el chico fuera su única protección. El estómago de Black se revolvió al verlo, peor no tuvo tiempo para eso.―Por aquí.

Quitó un trozo de madera de la vieja pared del sótano y reveló una pequeña salida oscura, Faith tuvo que mirar a Nate antes de seguir a Regulus al lugar que los llevaría a escapar.

―Vamos, mantendremos las cosas bien aquí.―Nate habló rápidamente, al ver a Faith aceptar y entrar al pasillo de una vez por todas, Regulus lo agradeció rápidamente y se giró para seguir a la chica pero cuando estaba a punto de comenzar a caminar sintió una mano agarrar su muñeca.

―Por favor vuelve.―Wendy pidió con lágrimas en los ojos y recibió solo una mirada fría del chico que abruptamente soltó su toque antes de desaparecer en el pasillo y su última visión fue Nate colocando el trozo de madera en su lugar.

Regulus sintió la tensión mientras caminaba por el corto sendero, seguido por la chica que permaneció en silencio en todo el camino. Tropezó un par de veces debido a la oscuridad y terminó teniendo que sujetar el brazo de Regulus Black hasta que llegaron al final.

―Va a tener que tomar un impulso.―Regulus dedujo que ella no quería que él la tocara así que le dio a la chica la segunda opción, al primera era que la levantara para pasar por el empinado agujero.

―Está bien.―fue la primera palabra que le dirigió al chico y salió tan baja como un susurro ahogado por la almohada. Se apoyó en algunas ramas y luego trepó y, para sorpresa de Regulus, nunca se cayó.

El chico dio una última mirada al pequeño pasillo oscuro y maloliente, todo estaba cubierto de telarañas y el chico se encontró pensando en cuando Sirius descubrió el pasaje. Habría estado castigado ahí en el sótano por dos días, Regulus lo visitaba tres veces al día y en una de ellas terminaron peleando y cuando Regulus empujó a su hermano contra la pared, la misma madera cayó revelando el pasadizo secreto que iniciaron para usarlo como escape de esa horrible casa.

Cuando Regulus finalmente salió del pasillo, notó que Faith ya no estaba allí. Se desesperó cuando empezó a buscar a la chica y la encontró fácilmente perdida sin saber a qué lado del bosque debía ir.

El pasaje que se alejaba de la casa de los Black, hacia un pequeño bosque donde todos los senderos parecían iguales. A Regulus le tomó años memorizar finalmente las salidas, por lo que era obvio que Faith se perdería allí. Cuando se acercó a ella y terminó asustando a la chica que bufó, mirando a su alrededor buscando una salida. Un escape de Regulus.

―Necesitamos hablar.

―No, sólo necesito irme a casa.―Faith interrumpió la conversación y se arremangó antes de comenzar a dirigirse en la dirección que no llevaría a ninguna parte. Se giró para gritar desde lejos:―Gracias por ayudarme a escapar, pero ahora puedo hacerlo sola.

―Vas en la dirección equivocada.―advirtió Regulus al ver a la chica darse la vuelta rápidamente, cambiando su ruta.

―Ya lo sabía.

―Por supuesto que si.―Regulus puso los ojos en blanco al verla ir al lugar equivocado nuevamente, comenzó a seguirla tratando de detenerla.―Faith, por favor déjame ayudarte a salir de aquí.

La chica lo miró, su dolor era visible en sus ojos y Regulus también comenzó a sentirse triste, especialmente cuando la vio romper el contacto visual y asentir con un suspiro.―Está bien.

Regulus dio una pequeña sonrisa y se giró, comenzando a caminar en la única dirección que la chica no había intentado ir, escuchó pasos ligeros detrás de él y luego escucharon un ruido extraño proveniente de los árboles. Estaba oscureciendo, Regulus odiaba la idea de casarse de noche pero su madre logró convencer a todos de que seria mejor.

―¿Qué fue eso?―preguntó Faith en voz baja, mirando a su alrededor al igual que Regulus. El chico de cabello negro negó con la cabeza en respuesta a que no tenía idea de lo que estaba pasando.

―No tengo idea.―Regulus entrecerró los ojos, forzando la visión para intentar ver algo pero fue inútil.―Será mejor que caminemos más rápido.

El ruido empezó a hacerse más fuerte y más cercano y entonces se dieron cuenta que escuchaban pasos muy sincronizados, sonaban como dos personas, o tal vez eran cuatro pasos. De todos modos, se asustaron y Faith rápidamente tomó la mano del chico y comenzaron a correr.

Finalmente salieron en un lugar sin árboles, unos autos pasaban por el camio que estaba a poca distancia, de lejos pudo ver a la tía de Faith que conoció en navidad, supo en ese momento cómo la chica había llegado hasta la casa, que estaba a tres cuadras de ese lugar exacto donde estaba.

Regulus sintió frío al ver a Faith soltar su mano abruptamente, vio lo triste que se veía la chica de repente y luego intentó acercarse para tocar su rostro pero ella se alejó.―Faith, por favor.

―Tienes que volver.―Faith habló en voz muy baja, mirándose los pies. Tenía los ojos llenos de lágrimas y suspiraba profundamente, tratando de fingir que no estaba conmocionada pero estaba fallando miserablemente.―Tienes que volver con tu novia, a tu boda.

―Juro que no sabía lo de Wendy.―Regulus se acercó nuevamente y la chica parecía no tener fuerzas para alejarse nuevamente.―Siento que no sé nada.

―No importa, no puedes estar con alguien como yo.―ella suspiró profundamente y lo miró a los ojos con dolor.―No puedes estar con una sangre sucia.

―No digas eso.

―Por favor, perdóname.―Regulus prácticamente estaba rogando, pero ya no le importaba. Todo lo que quería era a Faith. Quería exactamente lo que no podía tener.―Por favor, por favor, Daisy.

―No, no me llames así.

Regulus sintió una lágrima correr por su frío rostro y luego sintió una necesidad extrema de cerrar el espacio entre ellos. Juntó sus labios en un beso lento y profundo, Faith tardó unos segundos en responder pero cuando lo hizo terminó acercándose aún más, envolvió una de sus manos alrededor del cuello del chico y la otra la colocó delicadamente en su rostro, sosteniéndolo suavemente, la mano de Regulus que previamente estaba en su rostro terminó en su cintura, abrazándola con fuerza como si nunca la fuera a soltar.

Fue un beso profundo y en cierto modo, triste, Regulus sintió que podía ser el último y por eso disfrutó cada momento hasta quedarse sin aire. Cuando se alejaron, mantuvieron sus frentes juntas mientras respiraban pesadamente, ambos tenían lágrimas en los ojos.

―Te amo.―Regulus le susurró a la chica que sollozó antes de abrazar a Black quien se sorprendió pero rápidamente le correspondió antes de verla alejarse y suspirar.

―Yo... lo siento.―Faith dio unos pasos hacia atrás y Regulus abrió la boca con ganas de llorar como un niño pequeño, con ganas de patear y rogarle a la chica que se quedara.―Pero me rompiste el corazón.

Faith lo miró a los ojos por última vez antes de darse la vuelta y salir corriendo con pasos rápido hacia el auto de su tía, quien la abrazó cuando la vio.

Regulus se quedó allí, sintiendo como si se estuviera desmoronando mientras veía alejarse a su dulce Daisy.

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