❁ೋㅤ, 𝟏𝟎. ━━ la novia.
𖡋 ̽ ᮫ ꪶ capítulo diez. ܓ ❃ ᜴
𓂃 tenías mi corazón en la palma
de tu mano y jugabas
con él, al ritmo de la música. 𓂅
Faith Ebony se sintió como si estuviera esperando sentencia de muerte por un crimen que había cometido. Su pequeño encuentro con Walburga se llevaría a cabo en la sala de reuniones de profesores, seguramente uno de ellos estaría allí, Dumbledora no la dejaría completamente sola en esta situación, tomando en cuenta la reputación de la familia Black. Su reunión era a las tres de la tarde, por lo que ahora, hacia dos horas, estaba hundida en un sillón mientras pensaba en escapar usando un pasadizo secreto y comenzar una nueva vida con un nuevo nombre.
Los pasos de Regulus fueron silenciosos cuando entró a la sala común más cómoda de Hogwarts, la sala común de Hufflepuff estaba clara a través de las ventanas de un vidrio amarillento, también estaba llena de plantas que hacían cómodos a los habitantes de la casa. El chico, sin embargo, no dedicó mucho tiempo a admirarlo, tuvo que correr hacia la habitación de la rubia antes de ser visto. Caminó hacia el sillón, sentándose al lado de la chica que apoyaba su espalda contra su pecho, los brazos de Black abrazándola fuertemente.
―¿Estás bien?―la dulce voz de Faith se escuchó tan pronto como los dos se sintieron cómodos. El chico sonrió, era extraño que fuera ella quien le preguntara eso, Regulus pasó sus dedos por el cabello dorado de la chica quien suspiró antes de jugar con una hilacha suelta de su propia capa, se veía ansiosa.―Estás ocultando algo.
―No hay nada que ocultar.―Regulus trató de mantener su voz tranquila pero sus ojos nunca le permitieron mentirle.
―Hemos estado juntos durante semanas, e incluso antes sabía cuando me ocultabas algo, exactamente como lo estás haciendo ahora.―ella soltó, yendo a la cama con sábanas amarillas, así como casi todo lo que había en ese lugar. Regulus la siguió, sentándose al lado de la cica e intentando tocar su mano, sin resultado mientras ella se alejaba.―No hagas eso.
―¿Qué?―preguntó Black, insistiendo en el toque y finalmente consiguiéndolo.
―Siempre haces eso.―la rubia se cruzó de brazos pero siguió sosteniendo su mano, Regulus alzó las cejas confundido y la vio poner los ojos en blanco como si todo fuera obvio.―Empiezo un tema y cuando no quieres hablar de ello me sigues distrayendo.
―Distraer, ¿cómo?―el Slytherin se acercó más, mirando a la chica a los ojos y viéndola comenzar una frase y darse por vencida a mitad de camino.―¿Qué fue?
―¡Lo estás haciendo de nuevo!―Ebony se levantó, escapando de la distracción de estar demasiado cerca de Regulus. La chica se cruzó de brazos, sus mejillas rojas al igual que sus orejas, la dulce chica estaba amargada desde la mención de la madre del chico.―¡Tienes que decirme qué escondes!
―No escondo nada.―Regulus contestó en voz baja, sabiendo que no tenía sentido hablar en voz alta, solo irritaría aún más a la Hufflepuff.
―¡Genial, entonces, no lo digas!―Faith se sentó en el sillón lejos del chico, quien juró haber visto la habitación oscurecerse en el momento en que ella se alejó.―Nunca dices nada de todos modos.
―Faith, por favor no hagas esto.―se acercó con cuidado, viendo a la chica abrazada a sus rodillas y ocultando su rostro, intentando no mirarlo.
Faith levantó la vista después de unos segundos pero pronto se escondió nuevamente, tratando de alejar al chico que se agachó tratando de tener el mismo tamaño que ella en la silla. Black volvió a tomar sus manos, notando que había un hematoma en una de ellas, la chica intentó taparlo con la manga de su blusa blanca holgada que llevaba ese día.
―¿Qué es esto?―preguntó Regulus, tirando con cuidado de la mano de la chica para ver mejor la herida, era como una mordida y cuando la chica intentó ocultarla nuevamente, Black supo exactamente lo que había sucedido.―¿Estabas ocupándote de esas cosas otra vez?
―Son plantas. Y alguien necesita cuidar de ellas.―Faith se encogió de hombros, cruzándose de brazos nuevamente y haciendo pucheros, tratando de ignorar a su no-novio.
―Sabes, traje algo de mi último viaje...―Regulus se levantó y comenzó a caminar por la habitación con las manos entrelazadas a la espalda. Faith fingió no oír, pero su curiosidad la estaba consumiendo lentamente.―Es un regalo para ti, pero ahora que me odias no lo querrás.
Faith se quedó mirando la chimenea, viendo como el fuego bajo se apagaba en ese momento, estaba bien, era una tarde soleada y en ese momento no necesitaban fuego. La chica intentó distraerse fingiendo no estar loca para preguntar qué escondía el chico a sus espaldas.―Tienes razón, no me importa.
―¿Ah, si?―el chico cerró los ojos pero la sonrisa demostró la incredulidad del chico en relación a la última declaración de Ebony.―¿Entonces no quieres chocolate suizo?
―¿Chocolate suizo?―Faith finalmente miró al chico que vio las pupilas de la rubia dilatarse mientras miraba la caja de chocolates que Regulus sostenía.―¿Me trajiste chocolate?
―No lo sé, ¿eres la Faith que me odia o la que me colma de besos todo el día?―preguntó con una sonrisa divertida y Regulus se acercó sentándose al lado de la chica que esta vez no se apartó.―Mi hermosa Faith.
―Entonces lo seré.―Faith tenía una sonrisa amable mientras fingía fácilmente ser la adorable Faith de Regulus. El chico se rio antes de entregarles los dulces a la chica que aplaudió de felicidad al ver su chocolate favorito en todo el mundo.
―Te subordinas fácilmente.―Regulus susurró al oído de la chica quien negó con la cabeza, girándose hacia Black y dándose cuenta de lo cerca que estaban.
―Todo el mundo es fácil de subordinar cuando hay chocolates de por medio.―Faith esbozó una sonrisa antes de morder uno de los chocolates redondos de la caja y luego hacer una expresión muy divertida mostrando lo bueno que estaba el chocolate.―Pruébalo, ¡este es el mejor chocolate del mundo!
―De eso no tengo ninguna duda.―Regulus mordió el trozo de chocolate, al ver a la chica reír cuando untó la comisura de su boca, lo limpió con la punta de su dedo índice y luego dejó un breve beso con sabor a chocolate en sus labios.―Pero nada es tan bueno como un beso de mi Daisy.
―Me gusta cuando me llamas así.―Faith sonrió avergonzada cuando el chico la subió a su regazo, dejando más espacio en el sillón.
Se acercó repartiendo besos cortos de la chica que sonreía felizmente con las caricias de Regulus, cuando pensó que ya había besado todo su rostro decidió sellar sus labios con un beso tranquilo y confortable.
―¡Ay! Lo siento...―la voz de Wendy hizo que Faith se alejara de un salto de Regulus quien parecía desanimado al ver a su mejor amiga entrar al lugar con las mejillas rojas.―Necesito hablar con Regulus, solo me tomará un segundo.
―¡Está bien, tómate el tiempo que quieras!―las mejillas de Faith estaban rojas como siempre lo estaban cuando alguien la veía a ella y a Regulus besándose, aunque la mayoría de las veces eran sus amigos, la chica todavía parecía querer cavar un hoyo en el suelo y esconderse allí hasta la próxima vida.
―Volveré pronto.―dejó un beso rápido en la frente de la chica quien asintió, al verlo salir de la habitación con su mejor amiga, extrañaba a Wendy. La chica había estado ausente por un tiempo y cada vez que Faith intentaba preguntar por qué, Wendy se enojaba y le pedía que la dejara en paz.
Faith volvió a sentarse en el sillón amarillo, pero se levantó para esconder los chocolates en su habitación antes de que Lucky los encontrara, el Hufflepuff se los acabaría en un segundo. Al regresar a la sala común, agradeció por haber escondido el regalo. Los hermanos Kearney estaban tumbados en el sofá con sus uniformes arrugados y ambos parecían haber corrido un maratón.
―¡Hola!―Faith sonrió amistosamente mientras se acercaba al sofá y veía a Lucky levantar la cabeza, haciendo espacio para que la chica se sentara allí y él apoyara su cabeza en el regazo de la rubia quien pasó sus dedos por el cabello castaño claro del chico.―¿Qué hicieron que las cansó tanto?
―Nate volvió a pelear con James.―Lucky comenzó a explicar, recibiendo una mirada sucia de su hermano que no quería volver a hablar del tema.―Él y sus otros tres amigos nos siguieron con bombas apestosas.
―Pero logramos perderlos a tiempo.―Nate parecía satisfecho con ese hecho en particular.―Hice una maniobra increíble y terminé haciendo caer a Sirius boca abajo en el suelo, espero que deje marca.
―Eres muy malo, Nate.―Faith se burló del chico que todavía parecía orgulloso de sí mismo al decir eso.―Menos mal que no vinieron aquí con bombas apestosas.
―Imagínense si le pegaran a Wendy o Regulus.―comenzó Lucky y Faith empezó a imaginar el tamaño del problema.
―Sería el comienzo de una guerra.
―Definitivamente apostaría por la pareja.―Nate soltó la frase, atrayendo la atención de los dos Hufflepuff que miraron al Slytherin confundidos.―Ellos son los que más odian a James Potter después de todo.
―¡No son pareja!―Lucky se apresuró a recordarle a su hermano, quien se rio de la expresión del joven Kearney.―¡Idiota!
―Tus ridículos celos son mi entretenimiento diario.―Nate sonrió divertido mientras Lucky ponía los ojos en blanco y Faith se ría de sí misma y su mejor amigo.―Dime pequeña Ebony, ¿Cómo está tu hermana Olivia?
―Bien, el otro día conoció a un chico muy simpático y lo llevó a cenar a su casa, él es...
―¡¿Cómo que conoció a un chico?!―la voz sonó más fuerte de lo normal, haciendo que Faith luciera asustada ante la expresión incrédula de Nate Kearney. De hecho, no estaba realmente celoso de Olivia, había roto con Mary y estaba tratando de distraerse, pero todos sabían que volvería con ella.―¡Nadie puede ser mejor que yo!
―Terminó el cuento de hadas, hermano.―bromeó Lucky levantándose y acercándose a una mesa pequeña y cogiendo una manzana roja brillante.―Tiene una fantasía en la que es realmente asombroso y todos caen a sus pies.
―¡Ay! Perdón por arruinar tus planes, querido Nate.―Faith fingió inocencia antes de comenzar a reír junto a Lucky, haciendo que Nate resoplara y cruzara los brazos sobre el pecho con el ceño fruncido.
Todavía estaban riendo cuando la puerta se abrió y Regulus entró con otro Hufflepuff que rápidamente subió a la habitación mientras el chico de Slytherin marchaba con pasos pesados hacia la larga capa que había dejado allí antes de que llegara Wendy. Regulus caminaba de un lado a otro, claramente irritado y Faith deseaba saber por qué. Nate se puso de pie de un salto tan pronto como el chico lo miró y pareció entender lo que estaba pasando, a diferencia de los dos Hufflepuffs.
―Nos vemos luego, lo prometo.―Regulus dejó un rápido beso en los labios rosado de Ebony quien ni siquiera tuvo tiempo de responder, los dos Slytherins salieron de la habitación y Faith miró hacia una esquina viendo a Wendy parada allí mirando a los dos que quedaban.
―¿Wendy?―preguntó Lucky y la chica negó con la cabeza antes de darse la vuelta y salir también de la habitación. Se giró por última vez antes de irse por completo, su mirada se encontró con la de Faith y la Hufflepuff sintió ganas de llorar.
Sí, definitivamente algo estaba pasando.
𓂃 ❀ 𓂃
Faith Ebony entró a la sala de profesores y vio a la profesora McGonagall con una expresión amistosa mirando a Walburga Black, quien arrugaba la nariz mientras pasaba la yema del dedo por la mesa y revisaba el polvo en su mano. Antes de que la profesora de Transformaciones pudiera reaccionar, tirando a la mujer por el cabello, la Hufflepuff se acercó y pasó la mano por su ropa, tratando de hacerse presentable, Había atado su cabello rubio en una cola de caballo perfecta con al ayuda de Lily; Remus hizo su corbata perfectamente, un talento que la chica sólo descubrió que tenía en ese momento.
Intentó verse al menos un poco agradable a los ojos de la mujer mayor, su cabello oscuro como el de Regulus y Sirius, así como su piel pálida, sus rasgos llamativos y sobre todo sus ojos rudos. Por más fríos que pudieran parecer los ojos de los hermanos en sus momentos de ira o desprecio, nada se acercaba a la crueldad explícita en la mirada de aquella mujer, era más que desprecio hacia Faith, más que asco, era puro odio. La chica supo en el momento en que puso un pie en esa habitación que, sin importar lo que hiciera, nunca sería suficiente buena para Walburga Black.
La mujer la analizó, los pasos de Faith parecían tres veces más fuertes mientras se dirigía hacia el frente de la mujer, extendiendo su mano y sonriendo cortésmente mientras miraba a la bruja más alta.
―Soy Faith, Faith Ebony.―se presentó.―Pidió verme, lamento el retraso.
Fueron dos minutos de retraso, cualquiera que conociera a la Hufflepuff diría que fue un gran momento, en comparación con lo normal cuando sus retrasos eran de treinta a cuarenta minutos. Walburga, sin embargo, no conocía a Faith y no estaba interesada en conocerla.
La rubia estaba lista para bajar la mano nuevamente, avergonzada mientras la profesora observaba desde lejos con indignación el comportamiento de la señora Black. Sin embargo, en el último momento Walburga Black agarró su mano, y en un fuerte y doloroso tirón acercó a la chica, una espina de su anilla atravesó la mano de la chica, quien siseó sin poder escapar, McGonagall se levantó pero no pudo ver claramente lo que estaba pasando desde la distancia en la que se encontraba, Faith se mordió el labio tratando de no hacer ruido mientras la figura de la mujer mayor se elevaba sobre la de dieciséis años.
Walburga Black no habló mucho sino para quejarse, consideraba sus palabras demasiado importantes como para gastarlas fuera de su lista personal de supremacistas, especialmente cuando se trataba de Faith Ebony, todo su desprecio, su enojo, toda la crueldad de sus pensamientos se pudo ver en sus ojos, además, McGonagall no la dejaba decirle todo lo que quería a la joven, solo quería sacarla de allí a la fuerza y por eso sus palabras fueron tragadas por el arrepentimiento y todo su enojo se transformó en absoluta satisfacción al empezar a hablar.
―He oído de usted, señorita Ebony.―dijo con desprecio entre dientes.―Es muy buena amiga de mi nuera, Wendy Galloway.
―Sí, Wendy y yo...―Faith empezó a lamentarse pero luego se detuvo, de repente ya no era el dolor de su mano lo que la molestaba más.―Espere, ¿dijo nuera?
Los finos labios de Walburga se contrajeron en algo que se parecía mucho a una sonrisa, pero una de las más despreciables jamás vistas por los seres humanos. El deleite ante la dolorosa noticia era visible, se reflejaba en su rostro, en sus ojos brillando con espantoso placer, cómo los rasgos de su rostro parecían suavizarse cuando estaba a punto de destruir un corazón, destrozando una alegría juvenil e inocente.
―Como mejor amiga, pensé que deberías ser la primera en saberlo, después de ellos dos, claro.―Walburga fingía muy bien una alegría inofensiva que Faith fácilmente podría comprar si la espina en su mano y so corazón no continuara hundiéndose con cada palabra.
―¿Saber qué?―preguntó Faith, su voz en un hilo susurrado, ya sabía la respuesta, pero aún quería oírla decir. Como una sádica que nunca supo ser, poco a poco sintió que se iba, que sus ideas y deseos eran tomados por algo que la alejaba de la tierra, del mundo real. Parecía ser arrastrada por algo que intentaba liberarla de todo el dolor que empezaba a sentir, tratando de obligarla a escapar, pero ella quería sentirlo, esta vez, diferente a todas las otras veces que ocultaba sus miedos, su enojo, su indignación, su malestar y sobre todo su tristeza, la chica quería asegurarse de sentirlo.
De sentir que se rompía.
Fue injusto, muy injusto. Faith Ebony no podía recordar un momento de su vida en el que se sintiera tan desafortunada, todos esos años en los que Regulus la privó de sus afectos, quien la trataba como si no fuera nada, para finalmente ceder, admitiendo que había estado enamorado de ella desde el principio. En el momento en que ella lo tenía todo, cuando su corazón caía en su mano, era suyo para jugar y divertirse, para amar y cuidar. Eso fue lo que hizo, Regulus Black lo cuidaba y admiraba desde lejos, le decía que era así, el chico podía ser muchas cosas pero no podía ser un mentiroso, no para Faith, o al menos eso creía.
¿Se daba cuenta ahora que era tan estúpida, tan estúpidamente estúpida, como no se había dado cuenta antes? ¿Cómo no juntó las piezas? Regulus ocultaba algo y ella lo sabía, pero se dejó distraer por su estúpida pasión, su mejor amiga estaba a su lado, le estaba mintiendo mientras Faith le contaba los secretos de su corazón, abriéndose y dejándola ser, viendo todos sus lados, permitiéndole descubrir como no lo hizo con Regulus, quien tenía que descubrir solo cómo funcionaba la mente de la chica. ¡Fue una ingenua desde el principio! ¿Cómo pensó que funcionaría? ¿Cómo se atrevía a pensar que él la elegiría, que se quedaría al margen y abandonaría todo lo que alguna vez había conocido por ella? ¿Que podrían ser felices y sin complicaciones futuras? Sólo una casa con hermosos jardines y galletas hechas por Faith. ¿Cómo creyó eso? En su propi cuento de hadas que su estúpida mente dejó que se apoderara de ella. Dios, ¿por qué Regulus haría eso? ¿Por un romance de secundaria? ¿Por una chica con la que acababa de empezar a salir? ¿Una de las muchas otras chicas que llevó al armario de escobas? ¿Cómo se permitió ser tan tonta?
A su mente, sin embargo, le gustaba darle las respuestas a sus preguntas sin que ella lo quisiera.
Faith creía que él dejaría todo por ella porque ella no dudaría ni un segundo en dejar absolutamente todo por él.
―Mi Regulus se va a casar.―respondió Walburga.―Con Wendy Galloway.
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