❁ೋㅤ, 𝟎𝟓. ━━ armario del miedo.

𖡋 ̽ ᮫ ꪶ capítulo cinco. ܓ ❃ ᜴

𓂃 no es gracioso como nos
reímos para ocultar nuestro
miedo cuando no hay nada.
¿qué tiene de gracioso?
𓂅

La lluvia caía sobre el pasto verdoso, a través del vidrio congelado pudo seguir las gotas que se abrían paso entre los bloques del castillos y goteaban para unirse a las demás en el suelo, era un día muy frío en el que casi todos los estudiantes usaban sus propios par de guantes, excepto una Hufflepuff que no podía explicar dónde terminó su par de guantes. Esta misma Hufflepuff, Faith Ebony, había sido objeto de muchos rumores, estudiantes de todas las casas divagando sobre por qué su brillo dorado parecía haber disminuido tanto desde la misteriosa que tuvo lugar en el dormitorio de Slytherin hace dos semanas.

Sirius se consideraba un mago sabio cuya misión era hacerle entender a Faith que aún descubriría muchos sentimientos, no todos buenos, pero aún era necesario que los descubriera, a la chica no le gustó la idea desde el principio, cuando el chico habló de un sabor amargo en la boca y opresión en el pecho, ella supo que no sería algo bueno. Ahora descubrió que tenía razón, era terrible, el sabor amargo en su boca le recordaba la medicina que tomaba de niña, odiaba la medicina, y la opresión en su pecho le daba ganas de gritar. Claro, no lo haría, pero realmente quería que le gustara, en secreto.

La joven Ebony bajó las escaleras mientras trenzaba su largo cabello y dorado tratando de asegurar todos los mechones sueltos mientras intentaba arreglar su arrugado uniforme, el día lluvioso no ayudó en nada al humor de la chica, el otoño era su estación menos favorito, incluso el invierno tenía su belleza con la nieve brillante, en otoño sin embargo, todo estaba seco, el mundo perdía su color. Eso fue lo que pensó mientras seguía caminando por los pasillos aún más vacíos gracias a la lluvia, normalmente en esos días los estudiantes con tiempo libre solían esconderse en su sala común, la chica sin embargo, no era de esos estudiantes afortunados, por lo que caminó a la sala de herbología, llegó tarde como siempre, y se había saltado el desayuno, pero al acercarse a su lugar habitual, notó que había una barra de cereal en su maseta.

Los ojos azules se dirigieron a su mejor amigo que estaba tomando asiento a su lado, sus cejas claras se juntaron en duda y el chico se encogió de hombros, ajeno al origen de la comida. Ella permaneció en duda, pero su cerebro recién despertado comenzó a funcionar y sus ojos inicialmente dulces y curiosos se entrecerraron y se cubrieron de ira cuando se giró hacia la mesa de Slytherin y encontró a Regulus Black, quien la estaba mirando con esos ojos plateados que casi siempre estaban fríos. Faith rápidamente supo de dónde había salido la barra, sin demorar un momento más aceleró el paso, llegando a la mesa del Slytherin y dejando la barra en su mano, él no dijo nada, simplemente miró hacia abajo y guardó el caramelo en su bolsillo.

Sus amigos evitaban hablar de eso, sabían que Faith no solía hablar de su dolor y ninguno de ellos estuvo allí para escuchar las duras palabras de Regulus. El propio Black no había intentado ningún tipo de acercamiento o disculpa, sino que le había estado enviando pequeños obsequios, como comida u objetos que ella olvidó en clase y que él ―como prefecto―, acabó encontrando durante sus rondas de rutina.

Los amigos de Faith, sin embargo, habían notado un mal humor inusual en la chica, además de su comportamiento deprimido había irritación inesperada y movimientos bruscos, así como  ojos en blanco y los resoplidos provenientes de la chica. Esa mañana de clases pasó rápidamente como toda las demás para la Hufflepuff, quien se distrajo con facilidad lo suficiente como para no notar el tiempo volando, cuando se dio cuenta, ya había asistido a su última clase del día, en el aula de Defensa Contra las Artes Oscuras.

―¿Cómo te sientes?―la suave voz de Wendy se hizo presente junto a la chica que se giró y fingió una de sus mejores sonrisas, no era la primera vez ese día que recibía esa pregunta, Lucky había preguntado lo mismo.

―Mucho mejor, gracias.―Faith mintió por segunda vez antes de dirigir su atención al salón que esa mañana tenía los escritorios amontonados en un rincón oscuro y lejano del salón, esa clase sería diferente, tal vez mejor, fantaseó como una niña tonta.

Faith notó algo más además de las sillas y mesas, Nate Kearney había cambiado de lugar con Wendy y ahora estaba de pie junto a ella mientras continuaba quejándose con Lucky en su discurso sobre cómo Regulus Black era un bicho raro que solo tenía amigos por su apellido. Lucky asintió y puso los ojos en blanco de vez en cuando, cansado de escuchar día y días quejas de su hermano, quien en realidad solo estaba sufriendo por la falta de su mejor amigo. El rubio finalmente dejó de hablar y volvió su mirada hacia la chica más joven que ahora ni siquiera miraba en su dirección, mirando el mismo lugar en la pared, imaginando que estaba en otro lugar.

―Bueno...―Nate se aclaró la garganta antes de ajustarse la ropa y pasarse la mano por el cabello, provocando que un mechón rubio cayera sobre su frente.―Quería disculparme por la forma en que te he estado tratando.

―No quiero que te obliguen a hacer esto, no necesito falsas disculpas.―Faith respondió a la defensiva, no era la primera vez que Nate se disculpaba con ella, Regulus obligaba al rubio a hacer esto a menudo, parecía encontrar divertido torturar a Kearney y meterse con su cabeza. Era sádico.

―No me obligan a hacer nada, realmente quiero que me disculpes.―el mayor parecía sincero en sus palabras, pero Faith no estaba segura de cuán engañosos podían ser esos Slytherins.

―No tiene sentido disculparse y volver a cometer el mismo error.―la voz de la rubia era baja pero aún firme.―Si tus palabras no coinciden con tus acciones, entonces no tiene sentido desperdiciarlas.

Nate Kearney permaneció en silencio, su mente, generalmente rápida para formular respuestas, pareció abandonarlo allí, el chico ni siquiera entendió lo que dijo la Huffelpuff con la misma agilidad habitual, cuando finalmente entendió, no tuvo tiempo de responder a una sola palabra ya que el profesor Malakai pidió que todos se acercaran-

―¿Alguien puede decirme qué es esto?―preguntó el hombre mayor, llamando la atención de los estudiantes que observaban el armario en movimiento que hacía ruido mientras algo parecía intentar escapar de allí.

―¿Un armario muy viejo?―Lucky respondió con la intención de ser gracioso e hizo reír a algunos estudiantes, incluida Wendy, quien se tapó los labios con la mano, dejando al Hufflepuff satisfecho con sus propias palabras de confusión.

―Sí, eso también, señor Kearney.―el profesor miró directamente al Hufflepuff quien dejó asomar una sonrisa mientras se rascaba la nuca.―Sin embargo, ¿alguien podría decirme qué hay dentro? ¿Alguna teoría?

Wendy levantó la mano rápidamente antes de que alguien más tuviera la oportunidad de responder, el profesor, ya muy acostumbrado al comportamiento sabelotodo de la chica, solo sonrió satisfecho y le indicó a la chica que hablara.

―Creo que es un boggart, señor.―respondió la Slytherin, levantando la barbilla mientras hablaba, dejando en claro que conocía el tema mejor que nadie en la sala.

―Correcto.―el señor Malakai abrió una de sus sonrisas de reojo que dejó al descubierto su profundo hoyuelo solo en el lado derecho de su rostro, la chica le correspondió con una sonrisa convencida mientras Lucky la empujaba ligeramente.―Cinco puntos para Slytherin.

Se escuchó un a pequeña y discreta ovación y Faith vio a Regulus intercambiar un pequeño toque de manos con su mejor amiga que parecía orgullosa de sí misma. La Hufflepuff rápidamente desvió la mirada cuando los ojos grises se encontraron con los de ella, ella no tenía deseos de lidiar con él en ese momento, todavía estaba enojada, de hecho era tiempo récord para su enojo.

―¿Alguno de ustedes podría describirme exactamente cuál es la forma de un boggart?―el profesor dejó de caminar entre los alumnos y miró directamente a Faith, quien nuevamente fingió no darse cuenta, volviendo la vista al escritorio extremadamente ordenado del profesor.

Había una pluma allí, al lado un tintero, las tres pilas de pergaminos estaban sumamente bien colocados, todos en tonos amarillos, miró al cuervo que estaba sobre la mesa, no sabía si era de verdad o no, pero ella juró que lo vio parpadear un par de veces. Wendy seguía diciéndole que el pájaro no era real, pero la Hufflepuff creía que era un espía del señor Malakai. El profesor era un misterio, sin familia conocida, sin muchos amigos aunque siempre amable, lo único que se sabía del mago era sobre su amada, quien murió debido a una enfermedad poco conocida.

Había una fotografía de la hermosa chica de cabello largo en el escritorio del profesor, en la fotografía ella estaba sonriendo mientras le ofrecían un ramo de flores. Faith imaginó que el señor Malakai le ofrecía las flores, por la forma apasionada en que la mujer sonreía.

―No existe una forma exacta del boggart.―la voz de Regulus estaba presente, pero ya no estaba a tres personas de distancia, estaba justo detrás de ella, su voz sonaba muy cerca del oído de la chica. Faith imaginó que si giraba la cabeza, probablemente encontraría su pálido rostro mucho más cerca de lo esperado.―Es un cambia formas, puede tomar cualquier forma, en este caso, lo que más nos asusta.

―Creo que esta fue la mejor explicación que un estudiante pudo dar,―elogió el profesor y luego se dirigió al armario.―El boggart que está atrapado allí todavía no sabe qué forma tomar, todavía no sabe que les asusta. Pero en cuanto lo dejara salir, tomaría la forma de nuestros mayores miedo, no todos a la vez obviamente, estaría confundido y no sabría en qué convertirse.

―¿Entonces esa es la manera de derrotar a un boggart?―preguntó Faith mostrando interés en el tema, el profesor le sonrió a la chica que siempre estaba muy presente en las clases, algo que solía ser un desafío para otros profesores, él sabía que era una de las materias favoritas de Ebony.

―No exactamente.―respondió el profesor antes de caminar de regreso entre los estudiantes mientras jugueteaba con su pequeño reloj en el bolsillo.―Enfrentarlo con alguien puede confundir pero eso no es suficiente para repeler, pero ello utilizamos un hechizo simple llamado "Riddikulus". Por favor, repitan conmigo; ¡Riddikulus!

―¡Riddikulus!―casi todos los estudiantes presentes respondieron a coro.

―Perfecto.―el señor Malakai sonrió con aprobación, haciendo que los estudiantes se sintieran un poco más seguros para enfrentar al boggart.―Pero esa es la parte más fácil. Muchos de nosotros sabemos que las palabras por sí solas no son suficientes...

Los ojos azules y acusatorios de Faith Ebony se dirigieron a Nate quien seguía parado a su lado como una estatua, avergonzado por la pequeña insinuación que la chica le envió con su mirada, el rubio se aclaró la garganta y se dio la vuelta, volviendo a prestar atención al profesor.

―... Necesito a alguien para una demostración.―el señor Malakai miró hacia Faith, quien se encogió detrás de Lucky.―Muy bien, vamos señorita Galloway.

Faith ni siquiera se había dado cuenta de que su amiga se había ofrecido, aunque debería haber adivinado que su mano sería la primera en levantarse entre las demás, de todas formas agradeció al cielo no tener que ser la primera en enfrentarse a la criatura. Ebony en realidad no sabía cuál era su mayor miedo, a la chica le gustaba pensar que no tenía miedo a nada, pero al mismo tiempo le tenía miedo a casi todo, desde pequeñas hormigas hasta hombres poderosos con sus puros metidos en los labios.

Cuando Wendy tomó su lugar a tres pasos de la puerta de madera, el armario comenzó a temblar, haciendo un ruido extraño y aterrador. Los estudiantes dieron un paso atrás, Faith sintió el brazo de Regulus alrededor de su cintura empujándola hacia atrás mientras él daba un paso adelante como un escudo, todos parecían sospechosos a diferencia de Wendy que tenía una sonrisa en el rostro mientras esperaba a unos pasos de distancia del armario.

―Señorita Galloway, ¿qué crees que sería lo que más te asustaría?―preguntó el profesor y los amigos de la chica miraron con curiosidad a la rubia que nunca parecía tener miedo.

―Nada.―la Slytherin respondió levantando la barbilla y los hombros hacia atrás, haciendo sonreír a Faith y hacer que Lucky pusiera los ojos en blanco.―No tengo miedo de nada, profesor.

―Eso es lo que veremos entonces.―el profesor incrédulo ante la valentía de la chica.―Señorita, ¿podría describirme el último traje que vio usar a la señora Vuyroughs?

La señora Vuyroughs era una mujer mayor que nadaba con ropa mal diseñada y todos sabían que a Wendy le encantaba burlarse de ella, Faith a menudo la regañaba por ello. Lo que a la señora Vuyroughs le faltaba en estilo lo compensaba con amabilidad, era sonriente y cariñosa, siempre llevando sus pasteles de arándonos a la Hufflepuff, quien pasaba horas en el jardín con la mujer que le habló de su juventud y le aconsejó que viviera su vida sin pensar en los riesgos.

―Era un sombrero grande y puntiagudo en un tono amarillo que hacía que me dolieran los ojos, ella también llevaba una blusa roja y una falda naranja, su abrigo fino y verde mientras que sus largas botas eran de color rosa brillante.―Wendy se rio de solo recordar y Lucky también se rio al lado de Faith, quien le envió una mirada de reprimenda a su amigo a su lado.

La reprimenda terminó cuando el armario se abrió de par en par, asustando a Ebony quién sostenía la capa de Regulus, olvidando su misión de ignorarlo por completo por el resto de su vida. Poniéndose en puntillas, Faith miró a su alrededor viendo a sus compañeros con los ojos cerrados, se dio cuenta que había estado muy distraída y no había prestado atención al último discurso del profesor, sin saber qué hacer, solo miró hacia abajo sin cerrar los ojos. Pasaron unos segundos antes de que viera a la hermana mayor de Wendy, Alice, salir del gran armario, Faith vio la respiración de la chica entrecortada y sus dedos temblar, en un intento de hacer algo, Ebony dio un paso adelante antes de que Regulus pudiera detenerla. Mala idea, eso fue lo que pensó en el momento en que la "chica" se giró hacia ella.

Caminando con pasos torcidos, el boggart evitó a Wendy y comenzó a avanzar hacia Faith, quien dio otro paso, esta vez hacia atrás, tratando de regresar rápidamente a su lugar, lamentablemente no llegó a tiempo y sintió que se quedaba congelada en su lugar cuando vio la forma en que el boggart se transformaba. Hablaba en serio cuando decía que tenía miedo de los hombres poderosos con puros metidos entre los labios, se refería a su tío cuando pensaba en ello, y eso era exactamente lo que veía ahora frente a ella. Como una niña de cinco años, la chica se encogió y bajó la mirada, sintiendo las lágrimas correr por sus mejillas, cerró los puños en un intento de defenderse y susurró lo suficientemente bajo que ni siquiera el profesor pudo escuchar.

―¡Por favor, para!

―¡Riddikulus!―gritó Regulus, haciendo que el boggart regresara al armario, quedando atrapado allí por el preocupado profesor mientras Faith escondía su rostro en el hombro del chico quien tocaba su cabello dorado en un intento de calmarla.―Está bien, ya se fue.

Faith asintió y luego se alejó levemente, lo suficiente para mirar a Black, quien pareció notar su cariño y rápidamente se alejó de ella, regresando a su asiento en un intento de borrar lo sucedido de la mente de sus compañeros. Cansada, la rubia salió corriendo del salón sollozando, ignorando las llamadas de sus amigos y de su profesor. Qué idea tan terrible, pensó, debería haberse quedado callada, no debería haber salido de su habitación esa mañana. No supo cuánto tiempo corrió alrededor del castillo, pero en algún momento se cansó, sentándose en el escalón de las escaleras de una de las torres, un rincón apartado para dejar caer más lágrimas, esta vez sin importarle porque nadie podía verla.

―¿Faith?―la voz baja y familiar de Alexander la sobresaltó, haciéndola secarse las lágrimas rápidamente antes de girar la cara y encontrar a su primo acercándose a sentarse a su lado.

―Hola, Alec.―Faith forzó una sonrisa pero últimamente todas parecían una mueca triste, especialmente ahora que tenía la cara hinchada y la nariz roja de tanto llorar. Al Gryffindor, sin embargo, no pareció importarle, acercándola a él, dejándola esconder su rostro en su hombro, recordándole sin querer el momento con Regulus hace media hora, ella sacudió la cabeza, deshaciéndose del pensamiento.

La familia Ebony era definitivamente un misterio para el mundo mágico, Alexander Ebony fue el primero en llegar a Hogwarts y luego su prima, Amber Ebony. Nadie lo entendió al principio, pero después de analizarlo, era normal que uno de los hermanos Ebony siempre fuera un mago. El padre de Alexander, William, era hermano gemelo del padre de Amber. Héctor y William eran tan diferentes como sus nombres, lo único que compartían era el color azul claro de sus ojos, los mismos que Alec y Faith habían heredado. William parecía feliz de descubrir que Alex era un mago igual que él, aunque era de esperarse, ya que Alexander era un mestizo y no un nacido de muggles, pero cuando descubrieron que Faith también era una bruja, la familia celebró, después de todo, había otro mago en la familia.

―¿Qué pasó?―preguntó el mayor al ver a la chica rascándose la nariz roja de tanto llorar.―Cuéntamelo todo, pequeña Stakpuf.

La chica sonrió al escuchar el apodo, provenía de un libro navideño que leían cuando eran niños, Stakpuf era un pequeño oso polar que nunca creció, eran mágico y reflejaba cariño y felicidad a todos los que tenían su corazón indefenso. Después de leer el cuento, Alec asoció a la chica con el oso, y ese fue el apodo con el que se quedó.

―Un boggart.―Faith susurró con voz llorosa y Alec miró los ojos hinchados de la rubia.―Tu padre, eso es lo que vi.

La chica no necesitó terminar de hablar, él entendió perfectamente, su padre también era su mayor temor, y ahora, también era el mayor temor de Faith.

―Ya no puede hacerte daño, Faith.―intentó calmar a la chica.―Nunca lo dejaría.

―Pero podría hacerte daño.―la Hufflepuff abrazó con más fuerza al chico, sintiendo el olor a madera que llevaba su perfume.―Eso es aún peor para mí.

―Hace mucho tiempo que no me hace daño.―confesó Alec, aún intentando calmar a la menor.―Creo que lo asustaste cuando lo golpeaste con esos alicates.

Faith recordaba bien su última navidad en casa de su tío William, cuando tenía doce años. El hombre era desagradable y seguía golpeando a su propio hijo, ese día en cuestión Faith lo vio preparándose para darle una dolorosa paliza a Alec, pero el primer intento de golpear al chico fue interrumpido por Faith quien se adelantó, ganándose una gran cicatriz en ella, por el cinturón de cuero que su tío usó para castigar a Alexander, eso solo irritó más al hombre y comenzó a perseguir a Alec por el sótano, lo único que lo detuvo fueron un par de alicates pesados con los que Faith golpeó su brazo antes de salir corriendo con Alec.

Los padres de la niña llegaron veinte minutos después y al entender lo que había sucedido, Héctor bajó al sótano y tuvo una gran pelea con su hermano. Después de eso, Alec comenzó a vivir con las hermanas Ebony cuando no estaban en Hogwarts, viendo solo a Faith. Solo después de tres años, William pareció recuperar a su hijo.

―Sabes que siempre puedes volver a vivir con nosotras, ¿cierto?―la situación del chico preocupaba a Faith, ella lo amaba como a un hermano y necesitaba asegurarse de que estuviera seguro en todo momento.

―Lo sé y prometo que pasaré las próximas vacaciones con mis increíbles primas.―Alec se burló o con cierto tono de diversión en su timbre y Faith se rio de él.

―Ya te dije que ya no te pintaremos las uñas mientras duermes.―la Hufflepuff vio la mueca del chico al recordar la última vez que durmió en la casa de las Ebony y se despertó con las uñas pintadas y el rostro blanco por el polvo de arroz.

―No confío en ti.―el chico contuvo la risa con los ojos cerrados mientras Faith reía, olvidándose de lo sucedido hace unos minutos.

―¿Cómo supiste que estaba aquí?―preguntó la rubia luego de respirar profundamente, sintiendo sus hombros menos pesados luego de la pequeña conversación con su primo, el chico levantó la vista tratando de recordar exactamente el momento en que recibió la noticia sobre la menor.

―Una chica bajita, mandona y de pelo corto corrió a mi, diciendo que estaba destrozando todas mis cosas en la sala común de Gryffindor.―habló, pareciendo ver la escena ante sus ojos.―Pero antes de que fuera, el hermano de Sirius dijo que la chica había exagerado y me explicó lo que había sucedido antes de traerme aquí.

―¿El hermano de Sirius? ¿Regulus?―preguntó Faith mirándolo con ojos entrecerrados, viendo al chico asentir.―¿Regulus Black te trajo aquí?

𓂃 ❀ 𓂃

―¡REGULUS ARCTURUS BLACK!―el nombre pareció brillar en la cabeza de la Hufflepuff quien dio pasos pesados hacia las mazmorras, trayendo consigo a un Nate completamente asustado. Nunca había visto a Ebony así y definitivamente no estaba en sus planes volver a presenciar la escena.

Kearney se vio obligado a decir la contraseña y luego entraron a la sala común. Fatih ignoró el cuadro que hablaba del estatus de la sangre y dirigió su atención a Nate pidiéndole ―u ordenándole― que se quedara allí, el chico obedeció de buena gana. Fatih subió las escaleras y tocó la gran puerta de madera oscura, escuchando los ligeros pasos de los pies descalzos de Regulus, mientras abría la puerta, la expresión preocupada del chico cambió a un ceño de perplejidad.

―¡Tú! ¡Estás confundido, niño idiota!―Faith golpeó con la punta de su dedo índice el pecho del chico quien retrocedió unos pasos hasta choca con una de las camas mientras la puerta se cerraba detrás de la chica cuyas mejillas estaban rojas de ira.―¡¿Sientes repulsión?! ¡Genial! Cuando nos sentimos repulsados por algo, ¡normalmente nos mantenemos alejados de ello! ¿Crees que eres tú quien debe permanecer en esta indecisión?

―Yo...―Black intentó hablar pero la chica no parecía dispuesta a escuchar nada.

―Seguro que no sabes odiar a alguien, deberías aprender de tu amigo Bartemius, quién sabe, ¡tal vez eso nos ayudaría a los dos! ¡Maldito Regulus!―Ebony siguió hablando sin parar y Regulus ya se había perdido, sus ojos recorrieron cada parte de su rostro, aunque prestó atención a lo que ella decía, no pudo formular ninguna respuesta.―¡Detén este ridículo lío! Puedo lidiar con que me odies, puedo lidiar con los apodos y la ignorancia, peor no puedo seguir albergando falsas esperanzas.

La de cabello dorado estaba cerca, estaba muy cerca, estaba más cerca de lo que debería estar cualquier otro ser humano. Regulus estaba entrando en pánico, sabía cómo lidiar con la cercanía de las chocas, lo manejaba muy bien, pero no cuando se trataba de esta chica. Todo era más complicado cuando se trataba de Daisy. Sabía que debía alejarse, debía mandarla fuera de la habitación y gritarle que se mantuviera alejada, pero no lo hizo.

En cambio, el Slytherin se acercó un paso más, inclinando la cabeza hacia abajo lo suficiente como para que sus narices estuvieran a un pelo de distancia, los ojos azules tan claro como los de él parpadearon, sus discursos se perdieron en el proceso y fue su turno de fruncir el ceño confundida. Ante las acciones del chico, este bajó la mano que aún estaba sobre su pecho sosteniéndola con cierta delicadeza, la otra mano del chico sostuvo el rostro de Ebony, sus dedos acariciaron su mandíbula, rozando ligeramente su cuello haciéndola retener el aire en sus pulmones.

Ahora era Regulus quien estaba exageradamente cerca, estaba lo suficientemente cerca como para oler el aroma a fresa de sus labios, la esencia florar que emanaba de su piel, estaba tan cerca que cuando sus ojos se encontraron con los de ella, parecieron convertirse en uno solo. Lentamente acarició la mejilla sonrosada de la chica y levantó ligeramente la barbilla. En ese momento, abrió la boca, casi tocando sus labios, pero en lugar de hacerlo, el chico simplemente susurró contra ellos:

―No te odio.

Sin decir más, el chico salió de la habitación, atravesando la puerta y dejándola abierta. Regulus Black también dejó atrás a una Faith de color ámbar que deseaba que Regulus Arcturus Black dejara de estar tan perfectamente confundido y la ayudara a entender lo que él quería, para que tal vez pudiera ceder a lo que él quería... ella sabía lo que quería.

+5 COMENTARIOS PARA PRÓXIMO CAPÍTULO :)

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