❁ೋㅤ, 𝟎𝟔. ━━ feliz cumpleaños, canuto.

𖡋 ̽ ᮫ ꪶ capítulo seis. ܓ ❃ ᜴

𓂃 ella lleva una corona
de flores, ella es la
hija del pueblo. 𓂅

El tres de noviembre siempre fue una fiesta desde la llegada de Sirius Black a Hogwarts, ese año, sin embargo, la fiesta superó barreras que nadie había probado, los merodeadores otorgaron a los estudiantes de sexto y séptimo año de la escuela de magia y brujería el conocimiento de uno de sus pasadizos secretos, tan secreto que ni siquiera estaba en su increíble mapa secreto.

El pasaje en cuestión llevó a treinta y siete estudiantes en fila hasta una salida en el puente divisorio entre el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería y la pequeña aldea llamada Hogsmeade, entre estos estudiantes uno permaneció escondido detrás de los mayores tratando de no ser notado, siendo atrapado como intruso no era el mayor deseo de Regulus Black. Por esa razón vestía ropa oscura y mantuvo la cabeza gacha durante todo el camino hasta el bar donde Sirius Black, gracias a su gran don de hacer cualquier cosa con la lengua, estaba organizando su fiesta de cumpleaños número dieciocho.

Las frías manos de Regulus agarraron el oxidado pomo de la puerta, la fiesta había comenzado a la media hora y el joven Black esperó pacientemente afuera hasta que todos estuvieran lo suficientemente distraídos como para no notar a un intruso entre los suyos. El chico notó entre los tantos Gryffindors, Hufflepuffs y Ravenclaws, que allí incluso había media docena de Slytherins, no fue sorpresa que Wendy y Dorcas estuvieran allí, ni siqyiera Evan, ya que seguía a su hermana Pandora a todos lados, sin embargo, fue una sorpresa que Nate estuviera allí. ¿cómo logró que lo invitaran y Regulus no?

Cualquier pregunta, sin importar cuál fuera, quedó atrás cuando alguien subió al escenario, llamando la atención de todos, pero especialmente de Regulus Black. No era noticia que lo merodeadores tuvieran una banda, que aquel era el mismo bar en el que tocaban desde que tenían quince años. Sin embargo, fue una gran sorpresa que Faith Ebony estuviera entre ellos; en realidad, no entre ellos, en su lugar. Los merodeadores se asomaban detrás de la rotonda de forma nada críptica tratando de observar cómo le iba a la chica mientras caminaba con una guitarra bajo el brazo hacia el único micrófono que había en el escenario.

―Hola.―saludó Faith con una mano mientras la otra permanecía en el micrófono.―Soy Faith.

Regulus sonrió, no pudo evitar la pequeña sonrisa formándose en la comisura de sus labios, nadie parecía sorprendido, por supuesto que sabían quién era Faith Ebony, todos estaban emocionados sonriéndole y respondiéndole, el chico caminó entre los muchos estudiantes y se inclinó sobre la pared mirándola desde la esquina de la habitación. La rubia parecía brillar, su ondulado cabello dorado demasiado largo para su propio bien, llegaba hasta la cintura del vestido amarillo que se movía con ella, los finos tirantes sujetaban la tela sobre los hombros.

―¿Conocen esta?―preguntó la chica, pasando sus dedos por la cuerda, iniciando una melodía que pocos reconocieron en el primer segundo, a excepción e Lily Evans, que parecía a punto de saltar al escenario.―I've been cheated by you since I don't know when, so I made up my mind, it must come to an end...

*He sido engañada por ti desde no sé cuando, así que tomé una decisión, esto debe llegar a su fin...

La tranquila y dulce voz sonó a través de los parlantes pegados en las esquinas de las paredes, uno de ellos encima de la cabeza de Regulus, otros magos, menos adictos a la banda que Lily Evans, ya reconocieron la melodía, lo que pareció satisfaces a Faith quien levantó la barbilla y la sacudió para aligerar su cuerpo mientras cantaba lentamente una canción alegre.

―Look at me now, will I ever learn, I don't know how, but I suddenly lose control, there's a fire within my soul... ―la mirada de la chica permaneció baja durante todo el extracto, pero luego levantó sus grandes ojos azules y sonrió, una sonrisa de reojo que revelaba sus hoyuelos.

*Mírame ahora, ¿alguna vez aprenderé? No sé cómo, pero de pronto pierdo el control, hay un fuego dentro de mi alma...

Fue entonces cuando sucedió.

―And I can hear a bell ring, (One more look) and I forget everything, whoa...―cantó, sacando a Lily Evans y Wendy Galloway del púnlico, los merodeadores invadieron el escenario también.―Mamma mia, here I go again! My, my, how can I resist you?―ahora Faith Ebony no estaba cantando sola, aunque Regulus no les prestó atención a los demás, no cuando la chica continuó con su guitarra cantando al lado del micrófono, su cara pegada a la de Sirius Black y Mary Rose Rowle, todos estaban cantando, no sólo en el escenario sino en todo el pequeño bar.

*Solo una mirada y puedo escuchar sonar una campana. Una mirada más y me olvido de todo. Ohh, Mamma mia, aquí voy otra vez. Dios mío, ¿cómo puedo resistirme?

― (...) I've been angry and sad about things that you do. ―Faith cantó con un pequeño puchero, interpretando la canción como si Sirius le hubiera roto el corazón en ese momento.―I can't count all the times that I've told you we're through.

*He estado enojada y triste por las cosas que haces. No puedo contar todas las veces que te he dicho "terminamos".

―And when you go, when you slam the door I think you know that you won't be away too long / Y cuando te vas, cuando azotas la puerta, creo que sabes que no estarás lejos por mucho tiempo.―otra chica estaba cantando mientras Sirius tomaba la mano de Faith y la hacía girar por el escenario, haciendo que Ebony riera a carcajadas y Regulus apretara los puños.―You know that I'm not that strong, and I can hear a bell ring, (One more look) and I forget everything, whoa / Sabes que no soy tan fuerte. Solo una mirada y puedo escuchar sonar una campana. Una mirada más y me olvido de todo, whoa.―esta vez, Regulus sabía que era Wendy quien cantaba, pero su voz sonaba ya tapada, el chico se arriesgó a decir que era el único en la sala que no cantaba, pero eso era porque estaba congelado en su lugar.

―My, my, how can I resist you?, Mamma mia, does it show again, My, my, just how much I've missed you? / Dios mío, ¿cómo puedo resistirme Mamma mia, se muestra de nuevo. Dios mío, cuánto te he extrañado.―la mandíbula de Regulus cayó cuando Mary Rose Rowle colocó una corona de flores en el cabello de la rubia más joven.

Las malditas margaritas.

Ahí estaban de nuevo, una corona de margaritas como otro de tantos accesorios que otros usaron durante la fiesta, pero en Faith Ebony se veían diferentes, le dieron a Regulus justo en el corazón. Dios, ¿cómo podría resistirse a ella?

―Bye-bye, leave me now or never.―no se dio cuenta de que se había acercado al escenario hasta que los ojos de Faith Ebony se volvieron hacia él mientras cantaba, sus ojos azules brillaban, su voz se quebraba contra el micrófono y le tomó un segundo recuperarse y cantar mirando directamente a sus ojos grises con esa misma sonrisa infantil.―Mamma mia, it's a game we play!

*Adiós, adiós, déjame ahora o nunca.
Mamma mia, es un juego que jugamos.

A Regulus Blac le gustaría decir que le dio la espalda y la dejó atrás, que no le importó que sus labios rosados le cantaran, que no observó la forma espontánea en que ella se movía con admiración, que no deseó que se agache como lo hizo Mary Rose Rowle para capturar los labios de Naye Kearney, haciendo que su presencia en la fiesta tenga sentido. Sin embargo, todo lo que Black hizo fue mirar, como lo había estado haciendo durante seis años, como pensó que lo haría por un año más, y luego nunca se volverían a ver, él tendría lo suyo y si los dioses fueran buenos, lo dejarían pasar el resto de sus pocos días sin volver a verla.

Sin embargo, lo que sucedió después cambió la trayectoria de sus planes y fue culpa exclusiva de Regulus Black. El momento en que la subdirectora Minerva McGonagall entró al bar y encontró allí a sus alumnos gracias a un aviso anónimo, el Slytherin corrió hacia el escenario, jalando a la rubia de la mano, llevándola detrás de las cortinas a pesar de su confusión, corriendo con ella junto con todos los estudiantes que corrieron hacia las ventanas y puertas tratando de encontrar un lugar donde esconderse y escapar de una terrible detención y una larga conferencia al amanecer.

―¡Aquí!―Faith, que ya había tenido suficiente detención durante tres vidas y no estaba de humor para recibir una carta larga de sus padres, también llevó al chico a una escalera al fondo de la habitación que conducía a un ático.

Los dos subieron rápidamente, cerrando la pequeña puerta cuadrada detrás de ellos, respirando pesadamente al escuchar a la profesora sacar a los estudiantes del establecimiento lo más rápido posible, permanecieron en silencio hasta que escucharon la puerta de abajo cerrarse con un golpe, Regulus abrió la pequeña puerta del ático y observó las salidas cerradas.

―¿Estamos encerrados otra vez?―preguntó Faith, colgada de las escaleras tratando de ver.

―Se está convirtiendo en un hábito.―murmuró Regulus, levantándola nuevamente, dejando la puerta abierta para que entrara algo de luz mientras buscaba un interruptor allí.―Un hábito molesto.

Mientras tanto Faith estudiaba la situación preguntándose cómo Minerva se enteró, fueron muy cuidadosos para que nadie sospechara, todos fueron cuidadosos al cruzar el pasaje, y habían hechizos hechos por los chicos de Gryffindor para evitar que el fuerte y desordenado sonido se extendiera por todo el pueblo. Los estudiantes que no fueron invitados ni siquiera sospecharon... y esto llamó la atención de Faith, haciendo que sus ojos se volvieran hacia el chico que todavía tanteaba la pared en busca de luz.

―¿Cómo llegaste aquí?―preguntó Faith mirando la sombra oscura.―Sirius no te invitó, me dijo.

―¿Preguntaste por mi?―cuestionó, intentando desviar el tema.

―Black, ¿cómo te enteraste de la fiesta?―insistió la rubia.

Tenía los labios apretados con fuerza, no le gustaba la forma en que su apellido sonaba distante en la dulce voz de la chica.

―No me llames así.―dijo renunciando a encontrar la luz y sacando su varita de sus bolsillos, gracias a su decimoséptimo cumpleaños en octubre no hubo un momento en que Regulus no tuviera su varita en el bolsillo.

Lo malo de haber llegado a la edad mágica era el hecho de que ahora lo único que detenía su terrible futuro era su graduación, la cual no sería si su madre no decidiera todo por él. Regulus sintió como si tuviera una soga alrededor de su cuello, de hecho no podía recordar un momento en el que no se sintiera asó.

―Es tu nombre.―dijo levantando la barbilla, intentando con todas sus fuerzas mantener la compostura.

El chico no lo estaba disfrutando en absoluto, aunque le complacía ver las pocas veces que Faith tuvo el coraje de expresar sus verdaderas opiniones y aversiones, no apreciaba la forma en que ella lo trataba.

―¡No puedes seguir enojada, vine aquí solo para sacarte antes de que llevara Minerva!―exclamó y luego tragó saliva al darse cuenta de lo que hizo.

―¡Lo sabía!―Faith le señaló con el dedo.―¿Cómo pudiste? ¡Era el cumpleaños de tu hermano!

―Era peligroso, estamos en medio de una guerra y él te sacó... sacó a treinta estudiantes de un lugar seguro.―Regulus intentó arreglarlo mientras miraba a la rubia.

―¡Estabas enojado porque no te invitaron!―ella respondió sin escuchar sus palabras.

―¡No me importan las estúpidas fiestas de Sirius, me importas tú!―Regulus espetó y luego se quedó en silencio sin saber qué hacer, no era como un pequeño defecto que pudiera solucionar, en realidad dijo las palabras, la frase completa.

Por suerte, Faith tampoco parecía saber cómo reaccionar ante esto, esta vez no se ahogaba al tragar palabras que no quería decir por miedo a las consecuencias, esta vez realmente las perdió. Regulus agradeció eso, el silencio que dominaba la habitación lo hizo moverse mirando alrededor del ático entre las arañas y las cajas de desorden, encontró algunas alfombras viejas, las colocó una encima de la otra en una pequeña montaña y luego la miró, aún mantenía sus ojos azules sobre él, su mente comenzaba a entender al chico.

Él esperó y ella caminó hacia la pequeña pila y se acostó, Regulus hizo lo miso, los dos mirándose sin decir nada en absoluto, no sentían que lo necesitaban, había un entendimiento silencioso flotando el aire, aquel que hacía brillar mágicamente las margaritas en el cabello de Faith, esta magia, esta concepción prevaleció durante largos minutos y cuando Regulus cerró los ojos escuchó la voz baja de un susurro.

―Escuché que tu familia irá a Francia para navidad.―Faith aún mantenía los ojos abiertos, todavía necesitaba más.―¿Tú también vas?

―Sí.―Regulus ni siquiera intentó averiguar cómo sabía eso, conocía a Wendy Galloway lo suficientemente bien como para saber que no podía mantener la boca cerrada.―¿Estarás allí?

―En la Francia muggle.―afirmó.―Mi familia está de fiesta en el pueblo.

―¿Fiesta en el pueblo?―Black frunció el ceño pero la idea le parecía lo suficientemente cómoda como para hacerlo sonreír levemente.―¿Cómo es eso?

―Es como una fiesta callejera.―la rubia explicó con una gran sonrisa.―Cada uno toma una receta familiar, hay niños en medio de la calle, bailamos y decoramos un gran árbol y lo encendemos a media noche del día veinticuatro.

―No parece una fiesta de Navidad.―concluyó Regulus, pero no le desagradaba la idea.

―Por eso es una fiesta de pueblo.―Faith se burló, haciéndolo poner los ojos en blanco.―Pero hay galletas navideñas y nieve.

―Cierto, error mío.―se rio suavemente con un tono ronco.―¿Entonces estarás allí?

―Toda mi familia.―Faith dijo emocionada.―Y Wendy, Lucky y este año tal vez Nate también.

Regulus asintió lentamente en silencio, ninguno de los dos pronunció una palabras más aunque se podía escuchar la invitación tratando de escapar de sus labios. Faith Ebony se quedó dormida después de otra media hora con el deseo reprimido en el pecho, y al amanecer siguiente se despertó con una anciana que gritaba asustada al encontrar a dos jóvenes magos escondidos entre las cajas.

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