꒰ ͜͡• ₊°✧︡ ˗ O2
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SWEET CREATURE
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chapter two; THE VISIT pt. 1
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Algún lugar en el sur de Francia
Sábado, 2009
Elliot se encontraba acostado sobre su cama, la tela a cuadros amarillos sintiéndose suave contra la pálida piel de su espalda desnuda.
El ruido contaste de una pelota picando contra la pared que estaba al frente suyo era lo único que inundaba la habitación, además de la voz amurallada de Frank Sinatra que estaba escuchando su madre en la cocina.
Era un día tranquilo de verano, no tener que ir al colegio por el receso escolar era un gran alivio para cualquier chico de catorce años, y a pesar de que el día sea perfecto -el sol estaba cálido y una leve brisa movía las hojas de los árboles-, Elliot no estaba de humor para salir afuera. Por lo que decidió aburrirse dentro de la comodidad de su propia habitación.
Al menos duró un par de segundos.
- ¡Elio! ¡Prepárate que pronto llegarán los Chalamet!- gritó Rose, antes de entrar a la habitación de este, comenzando a levantar la ropa que estaba en el suelo y dejándola perfectamente doblada sobre una silla que estaba en un rincón del lugar.
Elliot frunció el ceño, era imposible que los Chalamet estuvieran en Francia y le hizo saber sus pensamientos a su madre:
- Estás alucinando, maman, los Chalamet están en Nueva York- se giró a mirarla, sin dejar de lanzar la pelota multicolor al techo.
La mujer cerró los ojos con fuerza, una expresión culpable pintando su rostro. Pareció recordar algo, u olvidarlo...
- ¿No te avisé?- dijo ella, con una mueca de disculpa-. Estarán de visita por unas semanas.
El rubio abrió los ojos por completo, sin creer lo que estaba escuchando.
- ¡Maman! ¿Primero mi cumpleaños y ahora esto?- exclamó él, haciendo que Rose rodará los ojos ante lo último. El chico se levantó de su cama rápidamente, comenzando a buscar algo que ponerse, mientras su madre lanzaba disculpas de aquí por allá.
- ¿Qué debería ponerme? Una camiseta o algo más...- se impacientó él, lanzando prendas por toda su habitación.
- ¿A qué te refieres?- preguntó ella.
- ¿E-Es a una cena o, no lo sé, algo más casual?- justo cuando terminó de decir eso, el timbre anunció la llegada de la otra familia, haciendo que los nervios del adolescente subieran drásticamente.
- ¡No lo sé! Nunca lo hablamos- respondió Rose, comenzando a bajar las escaleras.
Elliot musitó algunas maldiciones bajo su aliento y dejó que la suerte eligiera su destino, por suerte, ya tenía puesto un jean celeste grisáceo, aunque estaba un poco gastado y sucio, pero la camiseta verde oscuro con cuello abotonado lo mejoraba un poco.
Desde allí podía escuchar los saludos alegres que se intercambiaba la familia Chalamet con su madre. Y contuvo el aire cuando pudo reconocer la voz de Timothée a través del barullo.
Bajó con rapidez por las escaleras, aunque la ansiedad casi hace que se caía de ellas. Al llegar al comedor, pudo ver a toda la familia Chalamet, que continuaba conversando animadamente con Rose.
- Mierda- murmuró él, observando lo elegantes que estaban vestidos los contrarios, ambos varones con camisas blancas y las mujeres con vestidos.
- ¡Elliot!- exclamó Nicole al verlo, una sonrisa de oreja a oreja en su rostro, se acercó a él tomandolo cariñosamente de las mejillas, ahora el rubio sabía de donde Timothée había sacado ese hábito- ¿Cómo estás, cariño? ¡Hace años que no te veo! ¡Estás casi tan alto como Timothée!
En ese momento, Elliot dirigió la mirada detrás de la mujer, posando sus ojos azules en Timothée por primera vez desde que llegaron. El chico llevaba una sonrisa genuinamente feliz.
Y era demasiado raro verlo tan arreglado, cuando tenían nueve años Timothée no hacía otra cosa que usar ropa holgada, dispareja y usualmente estaba manchada de tierra, pero si Elliot algo sabía de Nueva York era que no había muchas ocasiones en las que te revolcarías en la tierra, a cambio de su hogar natal.
Las palabras de la mujer no se podían describir de otra forma que como una mentira, Timothée había crecido al menos treinta y cinco centímetros desde la última vez que lo había visto. Y Elliot aún seguía midiendo apenas un metro cincuenta y cinco.
Y eso no era lo único en lo que el castaño había cambiado, pero Elliot no se atrevió a pensar en nada más.
Pronto, Elliot quedó en el olvido para Nicole, distrayéndose mientras le remarcaba a Rose lo hermosas que estaban las flores que adornaban la casa. Marc estaba haciendo quién sabe qué y Pauline se había sentado en el salón para leer una revista. Y ahora ambos adolescentes se encontraban solos uno al frente del otro.
Timothée sólo estaba parado allí sin dejar de mirar al otro, la sonrisa sin haberse recaído ni siquiera un poco. Por lo que el rubio se decidió a hablar primero.
- ¿Cómo estuvo Laguardia?- preguntó él, mordiendo el interior de su mejilla derecha, un hábito que había adquirido.
Los Chalamet se habían mudado a Estados Unidos hace unos cuántos años, con el fin de cumplir el sueño de Tim que consistía en ser un actor profesional. Algo que Elliot consideraba asombroso, pero el único problema era que Timothée simplemente se había... ido.
- Es genial, pero ya sabes... no estás allí- respondió él, encogiéndose de hombros con una sonrisa ladeada.
- Tú tampoco estabas aquí- dijo Elliot, sonriendo por primera vez en la tarde.
- Ahora lo estoy, ¿qué te parece si vamos a dar un paseo?- preguntó Timothée, haciendo un gesto con su cabeza, mientras metía ambas manos en sus bolsillos del pantalón.
- Vamos- Elliot sonrió aún más, siguiendo al castaño luego de dejarle una nota a su madre de que volverían en poco tiempo.
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june's note
y si, voy a hacer esto en cada
capítulo de su infancia, pero
pronto va a terminar el primer acto
elliot:
(un bebé 😢)
timmy:
no sé porque las dos fotos
me parecen tan graciosas
😭😭😭
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